El ingeniero agrónomo Darío Bruera explicó: «Estamos en momentos de cosecha, hay un escenario de desregulación donde no tenemos más el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) que nos fijaba las reglas de juego que era un precio mínimo».

En ese sentido precisó: «La desaparición del instituto con el DNU que hizo el actual presidente Javier Milei puso a la actividad yerbatera en una situación bastante compleja porque no solamente no hay precios mínimos sino también se perdió la sensación de inflación», agregó. «El consumidor o los centros de acopio compran la yerba que necesitan para venderla porque saben que en el peor de los casos va a estar al mismo precio o más bajo y eso realmente nos juega una muy mala pasada a los productores en este momento porque estamos en plena zafra, con una gran oferta y la demanda está retrotraída o caída», afirmó.

Asimismo, destacó: «A todo este escenario hay que sumarle otro problema. Gracias a un par de resoluciones del ministerio de Economía de la Nación se beneficia la importación de yerba de otros países. Eso realmente nos deja fuera de foco a los productores misioneros que tenemos una carga impositiva bastante interesante producto del costo argentino donde tenemos que competir con productores de Paraguay o Brasil que por ejemplo que pagan 10,50 por ciento de IVA y nosotros pagamos 21 por ciento; tenemos Ingresos Brutos, los débitos y créditos, tasas municipales y miles de cosas que nos hacen sacar una yerba cara».

«Entiendo que tenemos que tener libre importación si queremos ser exportadores. Argentina es el principal exportador de yerba del mundo hacia medio oriente, envía yerba a setenta destinos. Yo creo que los productores misioneros no somos menos que nadie, que los productores brasileros, paraguayos, pero necesitamos igualdad de condiciones», subrayó.

También cuestionó: «Hoy no hay políticas financieras en el sector, no hay un banco que tenga una tasa que nos permita tomar un crédito como industriales y acopiar hojas para hacer un stock y tener yerba. Hoy los bancos están con tasas del 35 al 40 por ciento y eso no anima para nada. Entendemos que es un momento difícil, complejo, el ajuste vino para todos, en este caso les llegó a los productores yerbateros». «Esperemos que las cosas lleguen a buen puerto porque no se trata solo de la yerba mate sino también de familias, colonias, pueblos, una provincia y nuestra infusión nacional, la yerba mate es nuestra identidad», concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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