POLITICA
Intrigas y tensión en la Corte por la condena a Cristina en Vialidad: ¿es inminente una respuesta que la dejaría fuera de cualquier cargo público?

Aún resuenan los ecos del efímero y tumultuoso paso de Manuel García-Mansilla por el cuarto piso del palacio de Tribunales, cuando sus ocupantes se enfrentan a otro grave dilema: ¿hay que analizar la condena por corrupción contra Cristina Kirchner antes de que oficialice alguna candidatura y gane fueros, o es mejor que los serenos plazos burocráticos le eviten a la Corte Suprema de Justicia involucrarse en una de las decisiones más trascendentes de los últimos años?
La agónica disyuntiva planteada en la película Matrix y ahora renacida en los posteos políticos de libertarios y opositores también tiene su reflejo en la Corte: ¿Qué píldora deben tomar sus ministros? ¿La roja, que representa la aceptación de la verdad, incluso si es dolorosa? ¿O la azul, que simboliza la comodidad de vivir en la ignorancia y la ilusión?
Simbólicamente, esas dos pastillas descansan ahora sobre los escritorios de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. En sus manos está hoy el destino político de Cristina Kirchner, la persona más influyente de la Argentina en las últimas dos décadas.
La expresidenta y exvice fue condenada por corrupción en el caso Vialidad, durante cuya instrucción, juicio oral y revisión por la Casación Federal se comprobó que durante doce años diseñó, promovió, supervisó y ocultó el desvío de fondos estatales millonarios que terminaron -o al menos pasaron- en los bolsillos de su amigo y socio comercial, Lázaro Báez, a través de 51 contratos de obras públicas que en muchos casos no se terminaban o ni siquiera se hacían, pero se los pagaba antes que a ningún otro proveedor, con sobreprecios y sin controles. Una monumental estructura para defraudar al Estado.
El circuito judicial de ese expediente comenzó con una denuncia de la Coalición Cívica en 2008, se relanzó y enfocó en las obras viales de Santa Cruz desde 2016, fue juzgado en audiencias orales desde 2019, tuvo sentencia en diciembre de 2022 y fue ratificado en segunda en instancia en noviembre del año pasado.
Ese espinel, con todas las garantías del debido proceso, acabó con la sentencia definitiva de la Cámara Federal de Casación Penal. Eso significa que el caso está terminado. La última burbuja de oxígeno que Cristina busca respirar es una queja ante la Corte, para que revise justamente si durante el camino se respetaron aquellas garantías.
Pero ni siquiera este tiro en la noche tiene alguna chance cierta. Durante el transcurso del proceso La Corte ya revisó 24 recursos de queja de la exvice y otros imputados, y ahora tiene 17 bajo estudio. Es decir que el expediente ya pasó por sucesivos y reiterados filtros federales del máximo tribunal. La posibilidad de que sumen o resten alguna mota de polvo al trabajo que durante años se hizo en tres instancias judiciales anteriores es más que remota.
Entonces la pelea es por el tiempo. Cristina sabe mejor que nadie que el calendario es el mejor amigo de los corruptos en la Argentina, a quienes -con la inestimable ayuda de jueces y fiscales venales- les abrió la ansiada puerta de la impunidad. Por eso sembró de recursos y chicanas todo el sumario, y aún ahora los multiplica: fallida la recusación del doctor García-Mansilla porque renunció a la Corte, este lunes ella repitió el truco contra Ricardo Lorenzetti.
Desde luego que ese intento por apartar al ministro será infructuoso, pero la presentación de la ahora titular del PJ inició un nuevo incidente que ahora hay que contestar.
¿Cuál es la excusa de Cristina para darse por ofendida por Lorenzetti? Que el ministro hizo saber que la Corte debería resolver el caso Vialidad rápido, para que una eventual candidatura de la expresidenta -con sus consiguientes fueros parlamentarios- no conviertan cualquier respuesta del máximo tribunal en una boutade, una mera declaración sin aplicación alguna.
«Tenemos la obligación de resolver esto antes de que nuestra respuesta, cualquiera sea, se convierta en un papel inútil. Seríamos vistos como cómplices de la corrupción, unos especuladores que evitan su propia responsabilidad bajo la excusa del papeleo y la burocracia», le escucharon repetir a Lorenzetti en su vocalía. «Además sería un insulto a los 24 magistrados, entre jueces y fiscales, que trabajaron y se la jugaron durante años difíciles, soportando presiones amenazas por hacer justicia. Si no sentenciamos, y Cristina gana fueros, todo ese trabajo y esas penurias habrán sido en vano. Sería intolerable».
Lorenzetti clama por evitar la píldora azul y afrontar la verdad.
Sus compañeros en el tribunal, en cambio, son más prudentes. «No podemos hacer diferencias entre un caso y otro. Cualquier retraso o cualquier apuro sería injusto. Ahora el expediente está en la procuración, porque el jefe de los fiscales debe analizar los recursos de sus subordinaros. Después se verá acá», coinciden, palabras más o menos. «Cualquier ministro que quiera adelantar algo puede pedir en secretaría el recurso de queja y comenzar a analizarlo. Cada vocalía trabaja sin decir lo que hace. Y está bien. Ahora hay una recusación, es un hecho nuevo. Y como hay tres ministros y Lorenzetti no se votaría, hay que ver si alcanzaría con un voto concurrente e Rosatti y Rosenkrantz, o si habría que llamar a un conjuez para sumar tres.»
La mirada se dirige entonces hacia la oficina de Eduardo Casal. Allí está el reclamo de Eduardo Villar, quien a su vez reitera el pedido de Diego Luciani, para que, ademas del fraude al Estado, a Cristina se la condene también como jefa de una asociación ilícita. Eso duplicaría su pena, hasta los 12 años de prisión. Muy difícilmente Casal desista de esa demanda de todos sus subordinados. Y muy improbablemente tarde mucho en escribirlo. Incluso antes de que termine mayo.
Entonces el expediente quedará «consolidado» para que la Corte resuelva, si es que no aparecen nuevos hechos -recusaciones, quejas- que exijan más respuestas.
Ante cada una de ellas, dos pastillas aparecerán frente a los ojos de cada ministro.
Corte Suprema de Justicia,Corrupción K,Cristina Kirchner
POLITICA
Lospennato avisó en el PRO que sólo asumirá como legisladora si Adorni también lo hace

A menos de un mes de ser electa como legisladora porteña, Silvia Lospennato transmitió en una reunión de la mesa chica del PRO que su idea es no asumir la banca y mantener su cargo como diputada nacional, vigente hasta diciembre de 2027.
La decisión causa revuelo por estas horas en el partido que preside Mauricio Macri, con la mayoría de los referentes en contra de esta postura y otros, los menos, que entienden la jugada como un movimiento que busca evitar que en el Congreso la reemplace una dirigente cercana a Patricia Bullrich.
El dato trascendió el fin de semana, luego de una publicación del portal Letra P, que anticipó que ni ella ni Hernán Lombardi ni Laura Alonso, las tres cabezas de lista, iban a jurar como legisladores porteños el 10 de diciembre.
Según pudo averiguar Clarín tras consultar con cuatro fuentes diferentes, la situación de cada uno es distinta.
Mientras Alonso asegura en charlas internas que va a jurar, Lombardi deja entrever que falta mucho tiempo para diciembre y Lospennato, también en diálogos con su entorno, ata su decisión a lo que haga Manuel Adorni, el vocero presidencial que ganó las elecciones legislativas del 18 de mayo con el 30% de los votos.
Por estas horas, cerca de Lospennato tratan de bajarle el nivel de polémica al tema, pero no esquivan que la decisión que tomó la diputada es esperar a que Adorni se pronuncie.
El vocero de Milei, de viaje en Roma con el Presidente, ya ha dicho varias que va a jurar en su banca, aunque siempre dejó una puerta abierta a acatar lo que decida su jefe político llegado el momento.
Esa incertidumbre es lo que motiva a Lospennato a no asegurar su llegada a la Legislatura en diciembre. «Silvia lo va a decidir cuando lo haga quien ganó la elección», cuentan en su entorno y agregan que bajó un mensaje dentro del PRO en las reuniones de las últimas semanas: «Si él jura, yo también juro».
En la mesa chica del partido el anticipo de Lospennato generó mucho malestar. «Ella lloró en campaña, en nombre de los porteños, defendió Ficha Limpia y termina renunciando a asumir, no es serio», argumentan los más críticos.
Lospennato, dicen quienes la conocen, accedió a la candidatura un sabiendo que el PRO venía en baja en la Ciudad. Defiende el hecho de haber dicho que sí cuando nadie lo hizo, aun sabiendo que es más potente tener una banca como diputada que una como legisladora. «Jugó para el equipo, puso la cara», esgrimen.
En caso de que Lospennato no asuma su banca como legisladora, su inmediato reemplazo sería Waldo Wolff, sexto en la lista de candidatos y que no pudo acceder debido al 15,92% que sacó el PRO, que garantizó sólo cinco lugares.
Pero además, al mantenerse como diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, bloquearía el ingreso allí de una dirigente bullrichista Lorena Petrovich, que había quedado décima en la lista en 2023 y que actualmente es directora de Bienestar en el Ministerio de Seguridad nacional y se mueve con los libertarios.
Como con Lospennato, también se habló de la posible decisión de Lombardi y Alonso de no asumir sus bancas en la Legislatura porteña.
Cerca del actual ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad, que fue segundo en la lista de candidatos, no confirman ni desmienten esa versión y deslizan que falta demasiado tiempo para que se jure en el cargo.
En el entorno de Alonso, en cambio, no dan lugar a esas versiones. «Laura va a asumir, no hay chances de que no lo haga», dicen respecto a la actual vocera de la jefatura de Gobierno.
Si ni Lombardi ni Alonso asumen, sus reemplazos serían Victoria Morales Gorleri y Lautaro García Batallán, séptima y octavo en la lista que impulsó el macrismo en la Ciudad.
Silvia Lospennato,Manuel Adorni
POLITICA
Corrientes: la ONG de José Ottavis y su esposa recibió $11.000 millones para obras que nunca se hicieron

Después de la escandalosa relación con Victoria Xipolitakis, el exdiputado camporista, José Ottavis, decidió alejarse de la política y se volcó en la religión. En ese camino, fundó Amarte Argentina, una asociación civil que supuestamente se dedicaba a ayudar a personas en vulnerabilidad.
La ONG firmó un acuerdo en 2021 con el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU) para hacer obras públicas en diferentes barrios populares de Monte Caseros, Corrientes. Por ello, la asociación recibió alrededor de $11.000 millones, pero las obras nunca se hicieron.
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Pasados tres años del acuerdo, Ottavis y Celia Itatí Britez -su actual pareja- fueron denunciados por malversación de fondos, asociación ilícita y utilización de fondos públicos. El desvío de plata habría sido a través de una estructura enorme de cooperativas truchas.
Celia Fabiana, sobrina de Britez, conoció a Ottavis por intermedio de una amiga que trabajaba con él. Con la creación de Amarte Argentina, se involucró para ayudar en los barrios. “Hicimos todo el trabajo territorial. Mandamos la foto de los barrios que estaban en situaciones límite y empezamos a comunicarnos directamente con Ottavis”, contó en diálogo con TN.
Además de las obras, la organización repartía bolsones de alimentos: “Cuando (Ottavis) dejó de drogarse, se prendió por la parte religiosa. Llegó una orden de su parte que todos los días a las 19 la organización tenía que parar y nos obligaba a rezar el rosario. El que no rezaba, te anotaba y te retiraba la bolsa de alimentos. Así la gente, que era muy vulnerable, se quedaba sin la comida”.
En ese sentido, la mujer aseguró que su tío político la quería obligar a comulgar. “‘Yo soy la reencarnación de Jesús’, decía. Fui a Buenos Aires y Ottavis estaba vestido de cura, me quería obligar a tomar la comunión. Mi tía me insistía y me preguntó si sabía lo que significaba que Jesús me diera la comunión. Ahí pensé que esto se estaba yendo de mambo».
Además, denunció que la organización presentaba cifras exageradas a la hora de hacer las obras: “Cuando voy a una reunión del FISU, presentaron un informe a la empresa ejecutora y cuando escucho los números que estaban diciendo adelante de Desarrollo Social eran todo tres veces más de lo que era real. Tenían la carpeta con los números inflados”.
Decidió terminar su tarea en febrero de 2022, luego de que Otavis obligara a la gente a que se afilie al Partido Justicialista para recibir un bolsón de comida. “Decidimos apartarnos y entró gente de todos lados a saquear el galpón con los materiales. Yo tenía que entregar todo, tenía detallado qué familia tenía que recibir tal cosa y tal otra, y no pude hacer nada”, lamentó.
Por ejemplo, en el barrio San Ramón Sur la organización tenía que hacer obras estructurales como pavimentación, cloacas y tendido eléctrico. Además, se comprometió 56 núcleos húmedos, que constan de estructuras con baño y cocina. De esas, solo levantó 30 y no las entregó porque estaban incompletas o mal hechas. Por todo esto, recibieron más de $3000 millones.
“A cada uno nos correspondían dos tubos de gas, cocina, heladera y el termotanque. En una tercera reunión dieron el comunicado que para esta zona la heladera y el tubo de gas no nos pertenecía. A ninguno le entregaron las llaves”, sostuvo una vecina.
Otra vecina abrió las puertas de su hogar e indicó: “Me entregaron una casilla vacía, tuve que hacer todo yo. Nadie me explicó por qué. Esta heladera es mía, el horno también. No me dieron nada”.
Eduardo, otro de los denunciantes, apuntó: “Esta ONG supuestamente hacia obras, pero no se concretó ninguna a pesar de los millones que recibieron. La gente necesita mucho esas obras. Las obras se hacían a través de cooperativas, pero no existen. Lo que implicó la falsificación de documentos y firmas”.
¿Cómo lo hacían? Amarte Argentina designaba las autoridades de cooperativas que los obligaban a firmar y les hacían colocar su domicilio, aunque allí no se realizara ninguna tarea. “Me enteré el mismo día el día del acta, me pidieron que firme por la entrega del libro”, afirmó un hombre que fue puesto como presidente de la Cooperativa de Textiles Correntinos.
Otro hombre detalló cómo se convirtió en presidente y tesorero de una cooperativa fantasma: “Nos llamaron, nos dijeron que nos teníamos que presentar en un lugar porque podía ser parte de una cooperativa. ‘Vas a ser beneficiado vos’, me dijeron y me dieron una chequera. Me llaman para que vaya al banco para que le dé de baja a la cuenta, que tenía depositado alrededor de $100.000. Una secretaria me pidió esa plata, se la entregué y me quedé sin nada”.
“Esas cooperativas no están, nunca las vi. No me pude dar el lujo de tener una casa como la que tienen ellos, mi casa es humilde. No tengo ni una camioneta. Ahí entendí que estaban usando a la gente para beneficio de ellos”, cerró.
José Ottavis, Corrientes, Obra Pública
POLITICA
La trama detrás del cierre del Instituto Juan Domingo Perón y la polémica cooperativa que gestionaba el restaurante

La toma del edificio donde funcionó el Instituto Juan Domingo Perón que lideró el dirigente Juan Grabois, quien estuvo varias horas detenido acusado de usurpación, daños y lesiones, volvió a poner en el foco de atención la decisión del Gobierno de cerrar esa dependencia y la polémica en torno a la cooperativa que estaba a cargo del restaurante, que es investigada por diversas irregularidades.
El Gobierno anunció el mes pasado el cierre del instituto y el traspaso del edificio y los bienes del lugar a la órbita del Ministerio de Capital Humano, que encabeza Sandra Pettovello. Según se explicó, la decisión se tomó en el marco de las políticas de austeridad y despolitización del uso de bienes del Estado. Se dispuso la desvinculación de 24 empleados, que demandaban unos $ 400 millones por año.
La Casa Rosada explicó que la investigación histórica sobre el expresidente Perón ya se realiza en múltiples universidades, centros académicos, fundaciones e instituciones especializadas, que garantizan un estudio libre y “sin condicionamientos estatales”. ”En el último año, el instituto no entregó ni presentó documentos ni estudio alguno», indicaron.
Este sábado a la tarde, Grabois y unos 50 militantes del Frente Patria Grande y Argentina Humana ingresaron por la fuerza al inmueble de la calle Austria al 2500, en una de las zonas más caras de la ciudad de Buenos Aires. Para entrar, rompieron una puerta de vidrio reforzado, en medio de forcejeos con efectivos de la Policía Federal que estaban de custodia.
El ingreso lo hicieron desde “Café con Perón” –explotado por la Cooperativa de Trabajo Lo de Néstor– un restaurante que funcionaba como un apéndice y que no contaba con las habilitaciones correspondientes para continuar abierto, de acuerdo a la información y actuación oficiales a las que tuvo acceso Infobae.
Lo cierto es que, luego de ordenado el cierre del Instituto, el edificio quedó vacío, con el objetivo de ser reutilizado por el Ministerio. Todo el acervo histórico y los bienes fueron trasladados para su custodia a organismos estatales, como la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y el Archivo General de la Nación, para su preservación. “Se hizo un inventario y está abierta la posibilidad de que una persona humana o jurídica, como puede ser el PJ, se presente a reclamar”, precisaron las fuentes.
Pero más allá de la cuestión histórica y política, se abrió una controversia por el destino del edificio y el funcionamiento de “Un Café con Perón”, cuyos responsables, en medio de las tensiones por la toma de Grabois y su posterior detención, reclamaron seguir funcionando.
Sobre el destino del inmueble, fuentes del Gobierno anticiparon a Infobae que la propiedad no está en venta y tampoco podría enajenarse, debido a que tiene la condición de Patrimonio Histórico. En principio, lo que están analizando en el Ejecutivo es convertir el lugar en una biblioteca pública enfocada en niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad auditiva y visual y ceder el restaurante a un emprendimiento gastronómico para personas neurodivergentes.
Cooperativa investigada
El cierre del Instituto y la toma de Grabois de este sábado puso bajo la lupa la situación de la cooperativa “Lo de Néstor”, que ya fue denunciada por un diputado de la Coalición Cívica y que tenía el permiso de funcionamiento revocado y la “obligación de restituir el inmueble y los bienes”. Es que, junto al local, que fue cedido por un canon irrisorio, también se le cedió toda la vajilla, mesas, sillas y máquinas, de propiedad pública.
El 5 de septiembre de 2024, el organismo a cargo del control de la actividad, el INAES, le suspendió la operatoria a la cooperativa y le inició un sumario. Se notificó a ARCA (ex AFIP) la suspensión de la operatoria, y se suspendió el CUIT.
Como consecuencia de ese sumario, el 15 de febrero pasado, el INAES le retiró la autorización para funcionar. Contra esa medida, la cooperativa interpuso un recurso de reconsideración, que fue rechazado en abril pasado. “La cooperativa no puede operar, porque carece de autorización para funcionar y, además, la CUIT se encuentra inactiva por parte de ARCA”, indicaron.
Además, según otro documento al que accedió este medio, se detectó “fraude cooperativo y obstrucción a la fiscalización pública por parte del INAES”.
En concreto, durante el gobierno de Alberto Fernández y la gestión en el Ministerio de Cultura, de Tristán Bauer, se le otorgó la concesión a la cooperativa, cuyo presidente es Leonardo Duva, amigo del ex mandatario. Según informó el Gobierno, se le fijó un canon inicial de $117.000, calificado como “irrisorio, para la cantidad de metros concesionados y la zona en la que se encuentra”.
Aunque Duva manifestó públicamente que estaba en regla, el Ministerio de Capital Humano dispuso la revocación del contrato del bar temático “Un Café con Perón” el 26 de mayo y notificó la decisión el día siguiente. “La revocación se enmarca en el Decreto N.º 346/2025, que dispuso la disolución de varios organismos estatales, entre ellos el Instituto Perón, para optimizar el Estado y reducir el gasto público”, indicaron las fuentes.
El presidente de la Cooperativa ya está siendo investigado en el marco de una denuncia penal previa realizada por el diputado porteño Facundo Del Gaiso por haber recibido 36 millones de pesos en subsidios estatales sin ofrecer ninguna contraprestación social, como lo exigía la normativa vigente. Se lo acusa por “defraudación por administración fraudulenta, defraudación y malversación de caudales públicos”.
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