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Juan Román Riquelme habló de todos los temas de Boca: el Mundial de Clubes, las críticas, el Consejo de Fútbol y el refuerzo que ya llega

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Juan Román Riquelme, el presidente de Boca, se mostró muy confiado con respecto al próximo Mundial de Clubes al declarar que es “el club más grande del mundo” y que está dispuesto a “competir contra todos” para demostrar la jerarquía internacional del club xeneize.

“Somos el club más grande del mundo y nosotros siempre queremos competir contra todos”, aseguró Riquelme en declaraciones radiales un día después del sorteo del Mundial de Clubes 2025. “Para nosotros es un orgullo y una felicidad poder estar en el Mundial de Clubes, eso es lo primero. Y segundo, una felicidad también los equipos que nos tocaron, son todos equipos de un nivel muy alto. Sabemos que la competencia va a estar muy linda y nosotros tenemos confianza”, le dijo el presidente a radio La Red sobre el certamen y lo que será la aventura xeneize.

El equipo está en plena construcción, al mando de Fernando Gago. Tanto es así, que todavía no tiene asegurada la participación en la próxima Copa Libertadores. Riquelme también destacó de manera positiva que les hayan tocado rivales como Benfica y Bayern Munich en el Mundial de Clubes 2025, en una de la zonas más difíciles del moderno torneo, que se jugará a partir de mediados de junio próximo.

“Cuando uno es futbolista sueña poder enfrentar a los equipos más grandes del mundo para ver si lo puede hacer bien, para ver si es capaz de competir con los mejores”, advirtió. Y rápidamente recordó el pasado, cuando se vistió de pantalones cortos. “Yo defendía los colores de Boca, que ya necesitaba la altura de jugar por lo mejor. Creo que nos ha ido bastante bien y ojalá que ahora los muchachos puedan estar con la misma ilusión y que podamos competir en este gran torneo de la mejor manera”, sentenció.

El momento de Boca, en el Mundial de Clubes

Boca será parte de un grupo con Bayern Munich, Benfica y Auckland City, sellado el sorteo para el nuevo Mundial de Clubes. El conjunto xeneize tendrá su primer encuentro ante el Benfica de Portugal que cuenta con varios argentinos como Nicolás Otamendi y Ángel Di María, campeones del mundo en Qatar.

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Luego jugará ante el equipo oceánico, Auckland City, de Nueva Zelanda, y ante el más complicado, al menos en un principio del grupo, el Bayern Munich, con quién ya jugó y perdió una final Intercontinental en el año 2001.

Al mismo tiempo, se refirió a algunas cuestiones que tienen que ver con la actualidad. El delantero chileno Carlos Palacios dejará Colo Colo para convertirse en los próximos días en refuerzo de Boca, fue uno de los anuncios del ex número 10.

“Estamos en los últimos detalles, la semana que viene creemos que Carlos (Palacios) va a estar en Buenos Aires haciéndose los estudios médicos”, indicó Riquelme. El delantero chileno tiene debilidad por los colores xeneizes. “Si va todo como pensamos, será el primer refuerzo de Boca y por ahí estará mirando el partido contra Independiente en la Bombonera”, añadió el exfutbolista que está al frente del popular club argentino y que en las últimas semanas recibió duros cuestionamientos en las redes sociales por el deslucido andar del equipo en 2024.

Boca se enfrentará este domingo a Newell’s por la penúltima jornada de la Liga Profesional, mientras que cerrará el año el siguiente fin de semana con el citado clásico como local frente a Independiente. Ambos partidos son claves para las aspiraciones xeneizes de ingresar en la próxima Copa Libertadores.

Carlos Palacios, con la camiseta de Chile, frente a Julián Alvarez, en un choque por las eliminatorias

Carlos Palacios, de 24 años, cuyo pase pertenece en partes iguales a Colo Colo y Vasco da Gama, pasará al fútbol argentino a cambio de 4.800.000 de dólares, según reportes de la prensa local. Palacios inició su carrera en Unión Española, luego pasó por Internacional y Vasco da Gama, en Brasil, y llegó en 2023 al Cacique, donde se coronó campeón de la última liga chilena, al mando de Jorge Almirón.

Al mismo tiempo los fanáticos no están conformes con el rendimiento de algunos futbolistas. Entre ellos, Sergio Romero es uno de los principales apuntados. Y Riquelme fue tajante. “Romero tiene contrato hasta diciembre 2025. Cuando no renovaba era porque no renovaba. Ahora se tiene que ir…”, disparó el máximo dirigente del club xeneize.

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Riquelme, en el palco de la Bombonera

Sobre el mercado de pases, sostuvo: “Fernando (Gago) está muy pendiente de eso con Marcelo (Delgado), Raúl (Cascini) y Mauricio (Serna). Me da risa que del Consejo hablan todo el día y no paran de trabajar. No se toman vacaciones hace cinco años. Están pendientes de los temas del equipo. En algunas posiciones tenemos que reforzarnos y esperamos hacerlo bien. Confío en los muchachos del Consejo y en el entrenador. Ojalá podamos armar un gran equipo para que la gente esté contenta y se sienta identificada con el equipo. ¿Mallo y Campaz? No, no. Solo tenemos la ilusión de que Palacios esté en Buenos Aires la semana que viene”.

Riquelme no quiso dar nombres, pero sí dejó en claro que Boca se reforzará para 2025. Según se supo, el entrenador Gago pretende dos marcadores centrales, un volante central (Aníbal Moreno, de Palmeiras), un enganche y un delantero. Además de Carlos Palacios, podría llegar otro atacante si es que Miguel Merentiel emigra a Toluca, de México.

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La leyenda del Baychimo, el barco fantasma que desapareció tras cuatro décadas de flotar a la deriva

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A lo largo de la historia, ocurrieron varios hechos misteriosos que hasta el día de hoy no tienen una respuesta lógica, a pesar de los avances de la tecnología. Estas insólitas historias suelen convertirse en leyendas que trascienden generaciones, las cuales no dejan de asombrarse con los diferentes relatos. Entre ellas existe una que se destaca por sus inexplicables características: la historia del SS Baychimo.

Este barco fantasma data de 1914, año en el que fue bautizado Ångermanelfven. Su construcción, a cargo de una empresa sueca, fue encargada por una compañía alemana con sede en Hamburgo. Al principio, se utilizó para trasladar mercadería entre ambos países, pero esto cambio radicalmente con el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Cuando el conflicto bélico llegó a su fin, el barco quedó en manos del gobierno británico, ya que fue usado como parte de pago por los daños ocasionados durante la guerra de Alemania. En este momento, se vendió a la empresa Bahía de Hudson, la responsable en cambiarle el nombre al que se conoce hasta el día de hoy. Ellos lo volvieron a su función de barco mercante y lo pusieron a cargo de la ruta entre Escocia y Canadá, a través del Atlántico Norte.

En 1923, cuando empezó a navegar por el Ártico Occidental, añadió a su lista de tareas el transporte de pasajeros. Como el Baychimo no estaba autorizado para esta función, hacían pasar a todas las personas como parte de la tripulación. Durante varios años, funcionó con normalidad y solo presentó unos pocos inconvenientes que no fueron para nada grave.

La tragedia que cambió el destino del Baychimo

El 1 de octubre de 1931, ocurrió la tragedia que dio inicio a la leyenda del SS Baychimo. Cuando el barco estaba recorriendo su ruta habitual, fue sorprendido por una repentina y fuerte corriente de viento frío que lo dejó atrapado en el hielo, cerca de Alaska. Para sobrevivir, toda la tripulación bajó del barco y viajó un kilómetro hasta el puerto de Barrow.

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Como en aquella época era muy difícil liberar la embarcación del hielo, lo único que pudieron hacer sus dueños fue enviar a un grupo de marineros a quitárselo los dos días siguientes al accidente. Sin embargo, cuando volvieron al tercer día, el barco había desaparecido y, pese a su gran tamaño, no había rastros de él. Unos días después, el 8 de octubre de ese año, lograron encontrarlo, pero varios kilómetros más lejos de donde estaba originalmente.

Tras flotar a la deriva por cuatro décadas, desapareció

Para no perderlo de vista de nuevo, dejaron a un equipo de mantenimiento en unas cabañas cerca, quienes lo visitaban y lo acondicionaban a diario. Pero el 24 de noviembre, tras una fuerte tormenta, se vieron imposibilitados de ir hasta él. Cuando el temporal pasó y salieron al exterior, el Baychimo había desaparecido otra vez. Días más tarde, lo encontraron inexplicablemente a 70 kilómetros de distancia.

Entonces, el capitán decidió mandar a la tripulación a recuperar los objetos y las cargas más valiosas y lo dejaron abandonado. Por la cantidad de hielo que lo rodeaba, todos asumieron que simplemente se hundiría al descongelarse. A pesar de las predicciones, esto no sucedió: el barco quedó libre al poco tiempo y navegó a la deriva durante cuatro décadas.

La desaparición del Baychimo

En 1932, un hombre llamado Leslie Melvin lo visitó y tomó algunas de las pieles que habían quedado a bordo. En 1933, un grupo de esquimales lo abordó y lo usó como refugio para protegerse del frío. A partir de ahí, el barco apareció en varias ocasiones y fue visto por distintas personas y navíos que pasaban por el lugar.

Si bien el gobierno lo buscó por las profundidades, nunca encontraron rastros de Baychimo

En 1939, fue abordado por el capitán Hugh Polson, quien quiso remolcarlo hasta el puerto más cercano, pero tuvo que abandonarlo porque estaba en riesgo a su propio barco. Ese mismo año fue avistado tres veces más, pero sin que pudieran abordarlo.

Luego, por dos décadas no apareció y lo dieron por hundido. Sin embargo, en 1962, un grupo de personas reportó que lo vieron cerca de la costa en el mar de Beaufort. En 1969, fue visto por última vez desde el rompehielos Manhattan, cuando transitaba el Paso del Noroeste.

Tras cuatro años flotando a la deriva en verano y congelado en invierno, nadie volvió a ver al Baychimo. En el 2006, el gobierno de Alaska empezó a buscar el navío en el fondo del mar, pero tras años de hacerlo sin éxito se dio por finalizado el proyecto.

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