La comunicación telefónica entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof dejó el camino abierto para reencauzar la negociación de la unidad peronista. Pero el resultado de ese intercambio de necesidades, intereses y convicciones no tiene un final feliz asegurado.

La ex presidenta y el gobernador bonaerense quedaron en volver a hablar en un plazo corto. Por teléfono o en forma personal. No hay confirmación del formato aún. Pero será pronto. Cada uno tendrá que poner sobre la mesa la mayoría de sus cartas para poder agilizar una negociación a la que le quedan, inevitablemente, poco más de seis semanas. El 19 de julio se cerrarán las listas.

En el kicillofismo hay cautela. Quieren esperar. Quieren ver cómo se desarrolla este nuevo capítulo de la interna. Porque, pese a que la tensión bajó levemente, las fricciones siguen a la orden del día. Poco a poco. En La Plata nadie toma la comunicación telefónica como un sello de la unidad. Es solo un pequeño paso hacia adelante.

Tal como consignó Infobae, el próximo lunes Kicillof reunirá a todos los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) en la residencia de la gobernación. Allí se pondrá sobre la mesa el momento actual de la negociación política, las alternativas del escenario de acuerdo y también las posibilidades de conflicto.

Los intendentes tienen la convicción de que Kicillof no tomará una decisión unilateral en el toma y daca que le espera cuando se siente frente a frente con CFK. Confían que buscará un acuerdo con ellos y que tratará de que haya una postura mayoritaria que resuelva el camino a seguir.

El mandatario provincial decidió jugar este juego y sabe con claridad las consecuencias que puede tener. El último sábado mostró músculo político y dio luz verde para que cada uno de los intendentes arme el MDF en sus distritos. Expandirse y solidificar una propuesta. De eso se trata.

“Hay que poner un poco de calma en este momento donde hay demasiado revuelo. Hubo un llamado. Nada más. No cambió demasiado. No hay que relajarse, pero tampoco desesperarse”, planteó un influyente intendente del armado político que lidera el economista.

En el cristinismo resaltan que la ex mandataria dio un paso adelante clave para cerrar la unidad. “No se puede desconocer a la persona que más votos tiene después de Milei. Axel debería estar feliz. Se pone al frente para salvarle la pésima elección que íbamos a hacer en Buenos Aires”, sentenció un legislador camporista.

En el MDF hay miradas distintas sobre cómo quedó parada CFK en el escenario y sobre cómo se debe jugar en el territorio. Un grupo de intendentes tiene decidido competir en el primer lugar de la boleta de concejales y hacerlo en forma testimonial. Lo aclaran con anticipación.

No asumirán. Solo se pondrán al techo de la boleta para que los electores identifiquen el proyecto político que representan. En esa lista aparecen Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Juan José Mussi (Berazategui), que están distanciados de CFK y enfrentados a La Cámpora.

Hay intendentes que prefieren no entrar en ese juego. Creen que la gente los terminará castigando en las urnas por legitimar esa práctica electoral. Cada uno hará lo que quiera en su territorio. La clave está en si, una negociación macro, de estructura, deriva en un acuerdo para que sus listas municipales vayan enganchadas de la lista seccional de la ex presidenta.

La posibilidad de que esas listas locales vayan descalzadas de la lista de la tercera sección son una amenaza para la performance electoral de Cristina Kirchner. Si bien su nombre propio tiene un enorme peso específico, sin esos enganches perdería la tracción de los votos de los intendentes, de abajo hacia arriba, como se ha dado históricamente. A diferencia de octubre, en la elección bonaerense de septiembre se utilizará la boleta tradicional.

Entre los principales dirigentes del MDF hay una línea de análisis coincidente. La definición de un intendente de larga trayectoria representa la posición mayoritaria: “Si quería ayudar al peronismo bonaerense jugaba en la octava, la quinta o la segunda, siempre difíciles. En la tercera cualquiera es candidato con la boleta del peronismo”.

Dentro del esquema no gustó nada la forma en la que CFK presentó su candidatura. “Si quería trabajar por la unidad, imponer una candidatura y que Axel se entere por los medios, no parece ser el mejor camino”, aseguró un importante funcionario bonaerense.

Lo que quedó flotando en el kicillofismo en las últimas horas es que después del anuncio de CFK, la negociación por los lugares en las listas y la injerencia en el armado tiene que favorecer a Kicillof. “Si antes le tocaban tres lugares, ahora tienen que ser cuatro o cinco”, ejemplificó un jefe comunal del conurbano.

Entienden que al quedar atrapado en la negociación de unidad, y sin poder poner la cabeza de lista de la sección más importante, tiene que salir beneficiado con más lugares en el armado de las otras siete secciones electorales. No quieren que pierda terreno en la discusión de poder que se está dando desde hace un año y medio. No fue gratis llegar hasta esta instancia.

“Hay que discutir a Milei desde la postura de Axel. Y ahora vamos a discutir a Cristina. Su propia candidatura pone en riesgo el triunfo del peronismo en la tercera. No es la candidata de la síntesis. Porque ella ya no sintetiza más”, analizó uno de los dirigentes del ala dura que tiene el armado kicillofista.

Sigue la novela peronista. Parece que la unidad está más cerca. Lograr convertirla en realidad demanda un trabajo delicado en medio de un clima espeso, cargado de rencores y enojos. Reina la cautela. También, de vez en cuando, el desconcierto.