POLITICA
La CGT, entre Kicillof y Milei: la revancha de Moyano con Cristina, la unidad forzada y el guiño al Gobierno

La voz débil de Hugo Moyano, algo anciano, aunque lúcido y activo como en sus tiempos de auge, pobló el salón del tercer piso de la sede de la Federación de Sanidad. “Nosotros siempre pusimos todo, que no nos vengan a decir ahora que tenemos que parar”, intervino para mediar en un tenso debate. Lo escuchaban atentos unos 20 dirigentes de la CGT de distintas tribus que no habían logrado acordar una postura común sobre el involucramiento de la central obrera en la movilización de apoyo a Cristina Kirchner. La palabra autorizada del jefe camionero fue determinante para que el sindicalismo, un otrora actor protagónico en el rompecabezas de poder del peronismo, tome una sugestiva distancia de lo que fue el miércoles la congregación kirchnerista en la Plaza de Mayo.
La CGT finalmente no marchó de manera orgánica por la expresidenta. Si bien hasta se había fijado un punto de encuentro, en Independencia y Paseo Colón, la decisión de escenificar cierta unidad y contribuir a la reconstrucción del PJ se diluyó por varias razones. Hubo motivos políticos, también revanchas personales y hasta una necesidad de dar vuelta de página. “Cristina venía siendo hasta ahora un obstáculo para renovar el peronismo. Ahora el recambio será obligado”, reflexionó un dirigente de un gremio industrial. La disyuntiva es hoy alinearse detrás del proyecto de Axel Kicillof o renovar el pacto con Javier Milei para que no avance con decretos o leyes que puedan limitar el poder y los negocios de los sindicatos. Está lejos hoy la CGT de una postura unánime ante este nuevo escenario. Hay una mayoría de kicillofistas, surgen algunos que se empiezan a confesar libertarios y está incipiente una tercera vía, que impulsa un acercamiento con los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) a pesar de no pertenecer hoy al PJ.
“No se pudo armar nada por Cristina por que la mitad de la CGT está en Suiza [en la OIT] y porque hay otros sectores que están jugando a otra cosa”, asumió a modo de autocrítica uno de las voces más respetadas del triunvirato de mando cegetista. Avivó este clima de incertidumbre un hecho que no pasó de inadvertido para los gremialistas. El lunes a la noche, en la previa a la convocatoria a movilizarse por la expresidenta, de un auto sin patente se bajó una persona y dejó dos mensajes en las paredes de la CGT, en Azopardo al 800. “Paren el 18 o se pudre” y “no jodan con CFK”. Las pintadas fueron tapadas esa misma noche.
El martes a la tarde se esperaba a la cúpula de la CGT en la sede del PJ para definir su adhesión a la movilización. El kirchnerismo presionaba para que se active un paro general. Las dos vertientes de la CTA, ambas con influencia en el sector público, ya habían avanzado hacia una huelga de impacto reducido. Héctor Daer, que estaba de anfitrión de 20 dirigentes en Sanidad, cruzó llamados y mensajes con el senador José Mayans, vicepresidente del partido. También habló con el bancario Sergio Palazzo, uno de los interlocutores sindicales favorito de Cristina Kirchner. Unos minutos antes de la hora pautada para el encuentro se conoció que el Tribunal Oral Federal N°2 autorizaba finalmente la prisión domiciliaria y de esa manera se desactivaba la caravana a los tribunales de Comodoro Py para cortejar la entrega a la Justicia de la expresidenta. El dinamismo de los hechos hizo que se cancelara la visita de los gremios a Matheu y que el apoyo de la CGT se limite a un comunicado, a solo algo retórico. “Nos pronunciamos. Punto y aparte”, dijo un sindicalista, seco y tajante.
La decisión de Hugo Moyano de haberse puesto al frente de la resistencia contra Cristina Kirchner tiene su raíz en el pasado no tan lejano. El 15 de diciembre de 2011 el jefe de los camioneros reunió a una multitud de militantes de su gremio en el estadio de Huracán. Bajo la lluvia, renunció ese mediodía a la mesa de conducción del PJ, al que consideró “una cáscara vacía”, y le respondió directamente a Cristina, que cinco días antes, al asumir su segundo mandato como presidenta con el 54% de los votos, lo había acusado por “extorsión y chantaje”. Simbolizó el principio de una ruptura cuyas heridas no cicatrizaron jamás. Aquel día, Moyano habló flanqueado de su hijo Pablo, que vestía una remera blanca con una leyenda: “Reparto de ganancias, ya”. Hoy los caminos de Hugo y Pablo se bifurcaron y no hubo ni siquiera un llamado para el Día del Padre, según fuentes confiables que conocen la dinámica familiar del clan camionero.
Durante el debate con sus colegas sindicales en Sanidad, Moyano debió aclarar que la visita de su hijo Pablo a Cristina en San José 1111, el viernes previo, había corrido por cuenta propia. Detrás de ese encuentro habría tenido mucho que ver un intendente camporista que supo asesorar en temas legales a gremios moyanistas. Pablo Moyano asistió con su hijo Facundo y no abrió el juego al puñado de laderos sindicales que aún frecuenta. Se solidarizó con Cristina, pero en la movilización del miércoles en Plaza de Mayo casi no hubo rastros de la militancia camionera.
Se abre un interrogante sobre el futuro de Pablo Moyano. No participa activamente del manejo del gremio desde hace seis meses y está dedicado casi exclusivamente a la gestión deportiva del Club Camioneros, según dos fuentes que orbitan alrededor del círculo familiar. Tampoco mostró interés cuando fue consultado por colegas transportistas para apuntalar un rejunte de gremios y organizaciones sociales dispuestas a enfrentar a Milei, como lo fue el MTA durante el menemismo. En la sede central del sindicato, en San José 1781, a seis cuadras de lo de Cristina, circulan cada vez con más fuerzas las versiones de que Hugo se inclinaría por Omar Pérez o Marcelo Aparicio como eventuales sucesores. “El heredero tiene que tener sí o sí apellido Moyano”, cortó cualquier especulación un interlocutor habitual con los diferentes miembros del clan. Detrás de Pablo, están Karina, Hugo (h.), Facundo, Jerónimo y Paola, que es la única que hoy no está vinculada de manera directa con el sindicato. Hugo Moyano tiene 81 años y el actual mandato, el décimo en cadena, finaliza recién en 2027. Luce todavía lejano el desenlace por la sucesión.
Diferente es lo que sucede en la CGT. El proceso de renovación se aceleró a partir de las diferencias internas sobre cómo relacionarse con el gobierno de Milei y se agitó después de retacearle el apoyo a Cristina por su condena a prisión domiciliaria. Entre octubre y noviembre se desarticulará el triunvirato de mando que integran Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello. Simbolizará algo más que un enroque de nombres: será un forzado recambio generacional que amenaza con tener un efecto cascada en otros sindicatos. La intención en la CGT es tratar de impulsar un solo líder, que reúna el consenso de las diferentes tribus. Pica hoy en punta el santafecino Jorge Sola, del Sindicato del Seguro. En paralelo, sin embargo, se gestan dos bandos opuestos: uno dispuesto a empoderar a un dirigente con perfil netamente opositor, como podría ser Abel Furlán (UOM), mientras que otro sector busca enviar señales de tregua a Milei y echó a rodar los nombres de Daniel Vila (Carga y Descarga), el dirigente que talla en los centros de distribución de Mercado Libre, y Cristian Jerónimo (Vidrio), que se jacta internamente de tener línea directa con Santiago Caputo, asesor del Presidente. El rompecabezas no está ajeno a la atomización peronista.
En medio de esta barahúnda, desde la CGT surgieron señales de rendición ante el Gobierno en una pulseada determinante: las paritarias. Son cada vez más los gremios que aceptan la suba mensual de 1% como pauta de referencia. Se recurrió como atajo a la suma no remunerativa adicional para destrabar algunos acuerdos que venían perdiendo frente a la inflación. Se tratan de pagos sin aportes que no incrementan la base salarial. Parches que no permiten el repunte del salario a pesar de la desaceleración inflacionaria. Celebra el ministro de Economía, Luis Caputo, que está dispuesto a colonizar la Secretaría de Trabajo con tropa propia. Su avanzada generó algún cortocircuito con Sandra Pettovello, a cargo de Capital Humano, el mega ministerio del que depende la cartera laboral.
En la letra chica de algunos acuerdos paritarios comienza a hacerse habitual el aporte de los empresarios a la obra social. Moyano, por ejemplo, ya lo adquirió como un derecho. Hoy casi todas las obras sociales están en crisis y recurren a los fondos del gremio para no bajar sus persianas y desatender las prestaciones. Como nunca antes, el Fondo Solidario de Redistribución, que se financia con el aporte obligatorio que se les retiene mensualmente a los trabajadores registrados de sus salarios, quedó en números negativos por el salto en los costos para cubrir los tratamientos por discapacidad.
Hay un conflicto en ciernes con el Gobierno por una reciente normativa que obliga a las prestadoras a dar una respuesta al afiliado dentro de los cinco días hábiles para autorizar tratamientos. Si no lo hacen, son multadas. El sistema laboral y sanitario podría sufrir un giro si prospera una idea que el ministro de Salud, Mario Lugones, deslizó en exposiciones antes de ser funcionario. Se trata de darle la posibilidad al empleado registrado de elegir que el aporte obligatorio que hoy hacen los empleadores en vez de ir a la obra social o a la prepaga vaya a su bolsillo. El salario sería así un 6% mayor, pero el empleado estaría sin cobertura médica privada. Una disyuntiva compleja mientras la motosierra avance sobre la salud pública.
Si bien esta reforma no formaría hoy parte de la agenda del Gobierno, hay otras iniciativas que sí. Temen en la CGT que Milei de un giro y finalmente habilite a su tropa de legisladores a acompañar a la UCR, Pro y la Coalición Cívica en sus proyectos para limitar el poder de recaudación y representación de los gremios. En 2024, el oficialismo no acompañó a sus aliados y hubo 28 iniciativas que no prosperaron en la Comisión de Legislación del Trabajo. ¿Qué hará este año? ¿O el próximo? En los gremios tomaron nota del reciente decreto presidencial que intentó limitar el derecho a la huelga y sospechan que se acabó la tregua. ¿Llegó la hora de la resistencia o de la rendición? Ni de una, ni de la otra, dicen por ahora en la CGT.
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POLITICA
Patricia Bullrich denuncia espionaje ilegal tras la purga policial que ordenó Kicillof y salpica a Bondarenko

En un nuevo capítulo del enfrentamiento con Axel Kicillof por la purga de 24 altos mandos de la policía bonaerense por sus vínculos con el candidato de La Libertad Avanza (LLA), Maximiliano Bondarenko, el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, presentó hoy una denuncia por espionaje ilegal, persecución ideológica, discriminación y abuso de autoridad.
Fue después de que se filtraran presuntos chats entre Bondarenko y los policías acusados por el gobierno provincial de intentar conspirar contra la fuerza y de militar en favor del candidato libertario.
La presentación fue realizada ante la fiscalía general de La Plata. Según fuentes oficiales, la Justicia debe investigar cómo se accedieron a fragmentos de las conversaciones entre el postulante a diputado bonaerense de La Libertad Avanza en la tercera sección y los efectivos que fueron apartados si ninguno de los involucrados puso su teléfono a disposición o mediara una orden judicial.
“Esto puede ser un caso de espionaje interno. ¿Cómo accedieron a esos chats privados de WhatsApp? ¿Los estaban espiando?”, afirman en el Ejecutivo nacional.
La denuncia fue firmada por Fernando Soto, director nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad Nacional. Soto, abogado penalista, es uno de los colaboradores de Bullrich que se habían reunido con Bondarenko para asesorarlo sobre proyectos de ley vinculados al combate contra el delito.
La investigación interna que derivó en las cesantías partió de una denuncia anónima que apuntaba contra integrantes de la cúpula de la Policía Ecológica. Son efectivos con puestos de conducción que supuestamente realizaban desde hacía tiempo tareas políticas para Bondarenko.
En su presentación, la cartera de Bullrich remarca que “la División Asuntos Internos informó que recibió ‘pruebas que incluían conversaciones de WhatsApp, nombres, audios y diversos planes de acción para la Policía Bonaerense”.
Ayer, la administración de Kicillof denunció ante la Justicia un complot policial protagonizado por un grupo de policías bonaerenses que dijo que trabajaban para la campaña electoral del excomisario Bondarenko. En concreto, reclamaron investigar si los 24 uniformados conspiraron con Bondarenko para colaborar con su campaña y desestabilizar la gestión de Kicillof.
El aspirante de LLA rechazó las acusaciones de Kicillof. Dijo que tenía una relación de amistad con los policías acusados, con quienes compartió un “asado de camaradería” en Florencio Varela una semana antes de que fuera ungido como candidato.
En el escrito que presentó ante la Justicia, el Ministerio de Seguridad de la Nación subrayó que Bondarenko prestó servicio durante 25 años en la policía, con un “intachable legajo de conducta”. Y argumenta que “por su labor profesional”, Bondarenko “ha formado vínculos con sus compañeros de trabajo, afianzados por toda una vida de relación”. “Ese grupo de compañeros y amigos, casi familiares de toda una vida -como es natural- se reúnen asiduamente”, explican. Y niegan que hayan los acusados hayan participado activamente en política o en “supuestos hechos de sublevación”.
En ese contexto, el Gobierno plantea que los 24 altos mandos de la policía bonaerense fueron cesanteados por “razones puramente ideológicas”.
Ayer, Bullrich acusó al gobernador de iniciar una “cacería de brujas”. “Kicillof odia a la policía”, remarcó.
Según indicó el ministro de Seguridad, Javier Alonso, la decisión se tomó después de una rápida investigación interna que partió de una “muy detallada” denuncia anónima. Alonso sostuvo que la evidencia recolectada en la pesquisa demostraba que los efectivos involucrados tenían lazos con Bondarenko y pretendían intervenir la Policía bonaerense a través de un “golpe al comando institucional” y quedarse con puestos claves. “Estos policías se reunían periódicamente con el candidato [Bondarenko]. La terminal política es el candidato”, señaló el ministro, que desligó el corrimiento de los policías de la decisión de LLA de llevar a Bondarenko como candidato en la tercera.
El funcionario agregó que la militancia partidaria por parte de un efectivo, como la que habrían tenido los desplazados, estaba prohibida por la ley orgánica de la fuerza.
La Dirección de Asuntos Internos de la policía bonaerense realizó el martes un allanamiento en las oficinas de los efectivos que estarían involucrados, entre ellos, directores, subdirectores y jefes de operaciones, con cargos de comisarios mayores y comisarios inspectores.
Según el ministro Alonso, los involucrados “proyectaban una serie de medidas tendientes a avanzar con una reforma institucional”, con medidas de tipo “intervencionista” que incluían el retiro obligatorio de una serie de jefes para que ellos quedaran al mando de sus áreas.
la purga de 24 altos mandos de la policía bonaerense,Patricia Bullrich,Conforme a,Patricia Bullrich,,Crisis en la Policía Federal. Grabois apuntó contra Bullrich por “encubrir un complot” de cúpulas policiales en la provincia,,»Se reunían con Bondarenko». Alonso acusó a los policías desplazados de conspirar y querer intervenir la Bonaerense para quedarse con puestos claves,,»Persecución política». Bullrich apuntó contra Kicillof por el cesanteo de 24 policías de la Bonaerense
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Con Kicillof y Mayra Mendoza, el peronismo bonaerense hizo su primera muestra de unidad tras el conflictivo cierre de listas

El peronismo tuvo uno de los cierres de listas más conflictivos el último 19 de julio, rumbo a las elecciones legislativas bonaerenses del 7 de septiembre. Las tensiones llegaron al límite y estuvo en duda la unidad, a tal punto que debieron pedir una prórroga para inscribir los candidatos finales.
Por eso ahora la tarea central es unificar la campaña y mostrar unidad en cada escenario posible. En este sentido, este viernes el gobernador Axel Kicillof y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, compartieron un acto. Se trata de una de las primeras apariciones en conjunto tras las históricas -y recientes- tensiones en el peronismo.
Leé también: El Gobierno pone en pausa la campaña en la Provincia mientras busca reducir las tensiones internas
“Como militantes políticos tenemos que representar los sueños y anhelos de los habitantes de la provincia de Buenos Aires y de todo el territorio argentino. Lo hicimos una vez y lo vamos a volver a hacer”, afirmó Mendoza en un acto en la Universidad de Quilmes.
De inmediato, le envió un guiño al gobernador, que estaba sentado a su lado: “Vienen a darnos un salvavidas de plomo con estos 2000 millones de dólares del Fondo; Axel podrá explicar mejor cuánto va a durar este dinero. Es un eslabón más de una cadena que nos tiene prisioneros de intereses extranjeros que nada tienen que ver con lo que necesitan los argentinos y argentinas. Vamos a organizarnos para poder vivir con dignidad”, dijo Mendoza.
En la misma línea, Kicillof remarcó: “Lo vamos a volver a hacer trabajando en un proyecto colectivo y solidario, y empático contra la crueldad y la insensibilidad de Milei. Vamos a trabajar todos juntos para volver a poner a Argentina de pie. Como decimos en Quilmes, con el corazón y siempre para adelante”.
Noticia que está siendo actualizada.-
Peronismo, Axel Kicillof, La Cámpora
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Kicillof y La Cámpora buscaron mostrar unidad y le enviaron un mensaje a Milei

Axel Kicillof, Mayra Mendoza y Verónica Magario buscaron zanjar las diferencias en plena carrera electoral y exhibiron una imagen de unidad en el cierre de un acto sobre ciencia en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
Al gobernador bonaerense, su vice y la intendenta local (éstas últimas, primera y tercera candidata en la Tercera Sección), se les sumó el ministro de Gobierno de la provincia, Carlos Bianco. Todos apuntaron contra el rumbo del gobierno de Javier Milei, lo acusaron de desinvertir en el sector y llamaron a construir la unidad luego del escandaloso cierre de las listas de la alianza peronista Fuerza Patria, donde se habían recrudecido las internas entre el kicillofismo y el camporismo.
“Nos exigieron que dejáramos de lado diferencias y discusiones, que hiciéramos una propuesta electoral y que hubiera una sola boleta el 7 de septiembre. Esa boleta se llama Fuerza Patria y es para frenar a Milei”, pronunció Kicillof en el pasaje más aplaudido de su discurso que duró alrededor de media hora. En ese sentido, el mandatario bonaerense arengó a “militar en los barrios, las fábricas, las universidades, caminando, explicando, sumando fuerza para parar a Milei”.
En descrédito a las consignas libertarias, por otro lado, Kicillof marcó que la de Buenos Aires “es una provincia libre de topos y motosierras”, y reivindicó su visión del Estado presente e intervencionista. “Queremos industria nacional, trabajo nacional, queremos dignidad para los jubilados, desarrollo, futuro y todo eso se dice con una boleta llamada Fuerza Patria”, agregó.
El discurso más ovacionado de la jornada lo dio Magario. Con un fuerte tono electoral y confrontativo, cuestionó duramente al Gobierno Nacional, le apuntó al presidente y aseguró que su modelo “no da más”. Sobre la contienda en las urnas, a su ve, desafió al intento de desembarco de La Libertad Avanza (LLA) en la Tercera Sección, donde ella irá como primera candidata del peronismo, y en el resto de la provincia de Buenos Aires.
“No da más esta recesión, no da más este ajuste, no da más lo que hacen con las universidades, no da más la pérdida de trabajo y la pérdida del salario, no da más nuestra gente. Los hombres y mujeres que vinimos a la política y nos comprometimos para darles derechos a la gente. No podemos permitir que nuestras universidad cierren, que la ciencia y la tecnología no se desarrolle, que nuestros pibes no coman ni estudien, que nuestros jubilados se caguen de hambre porque eso duele y los peronistas no estamos dispuestos a avanzar. Así que preparate Milei, porque acá hay un grupo de hombres y mujeres que desde de la provincia el 7 de septiembre tiene una lista que se llama Fuerza Patria”, disparó la vicegobernadora.
Ante un auditorio que reunió autoridades universitarias, estudiantes y militancia, Mayra Mendoza se expresó en tono conciliador para la interna al decir que “no debe importar una candidatura o el lugar en la lista”. En un borrón y cuenta nueva, dijo que “como militantes políticos hay que representar los sueños y los anhelos de nuestros habitantes en la provincia de Buenos Aires y de todos los argentinos” y reforzó el concepto de “crueldad” para tildar al Ejecutivo Nacional.
“Debemos salir de este momento que nos genera tanta angustia ante la crueldad e insensibilidad del presidente Javier Milei de desfinanciar a las universidades, de eliminar el Ministerio de Ciencia y Tecnología y sacar becas”, expresó. A su vez, reivindicó los primeros gobiernos kirchneristas y dijo: “Es lamentable el camino que ha tomado la Argentina del 2015 a esta parte, pero de ninguna manera nos podemos resignar. Como dijo Cristina, hay que asumir las responsabilidades de representar”.
Kicillof, Magario y Mendoza compartieron un panel en el escenario junto al rector de la UNQ, Alfredo Alfonso; el ministro de Producción, Augusto Costa; y la socióloga feminista Dora Barrancos. Por su parte, entre los funcionarios, legisladores y dirigentes que se ubicaron en la primera fila estuvieron Facundo Tignanelli, diputado bonaerense y hombre de la mesa chica de Máximo Kirchner; el ministro de Trabajo de la provincia, Walter Correa; el diputado nacional Daniel Gollán, y Roberto Feletti, el exsecretario de Comercio; quienes se apostaron en la primera fila del auditorio. También hubo presencia de algunos jefes municipales, como el de Almirante Brown, Mariano Cascallarres.
La UNQ se vistió de simbología partidaria para el encuentro. En el ingreso, por la calle Sáenz Peña, sobresalió una pancarta con la leyenda “Cristina libre” y otra ubicado al costado del buffet con la frase “la universidad es del pueblo: el pueblo con CFK”. A lo largo del ingreso, en paralelo, se pudieron ver diversos carteles en contra del presidente Milei y en defensa de la educación pública.
Entre la militancia motorizada para la ocasión, los primeros en llegar fueron los de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (Fe.Tra.Es) de Quilmes, que se identificaron con pecheras. Algunos manifestaron su molestia debido a que se enteraron una vez en el lugar que solo “20 personas por agrupación” podían ingresar al Aula Magna, por lo que varios se quedaron afuera.
Quilmes fue la última parada del tour que este viernes hicieron Kicillof y Magario por municipios emblemas de la Tercera Sección Electoral, el bastión electoral que el peronismo buscará retener a través de la coalición de las tribus del peronismo kirchnerista en Fuerza Patria durante las Legislativas de la provincia de Buenos Aires, que tendrán lugar el próximo 7 de septiembre.
Más temprano, el gobernador y su vice visitaron La Matanza junto al intendente Fernando Espinoza e hicieron lo propio en Lomas de Zamora, con el jefe distrital Federico Otermín, señalado como el hombre que ofició de nexo durante los últimos meses para intentar recomponer el vínculo político entre Cristina Kirchner y el mandatario bonaerense.
Manuel Casado,Elecciones 2025,Partido Justicialista,Conforme a,Elecciones 2025,,»Territoriales» vs «celestiales». Los siete puntos de conflicto que quebraron la paz entre Karina Milei y la tropa de Santiago Caputo,,Modalidad de votación. ¿Hay boleta única en la provincia de Buenos Aires?,,»Que tengan su merecido». Cristina Kirchner se metió en la campaña para respaldar a Mayra Mendoza con un llamado por teléfono
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