POLITICA
La marca de autos que rebajó sus precios un 60% para salir de la crisis
A pesar de ser cada vez más masivo, en el mercado de autos eléctricos son todavía pocos los que se animan a apostar; especialmente cuando se habla de jugadores sin tanta historia. Esto se debe a que, a pesar de la escalabilidad que están teniendo este tipo de vehículos a nivel mundial, y las medidas que se están tomando para promoverlos, todavía no hay garantías de que sean, definitivamente, la respuesta al futuro de la movilidad.
Es en este escenario de cambios y vértigo en el sector que se entiende al caso de Fisker, una empresa estadounidense que, al borde de la quiebra por segunda vez desde su fundación en 2007, bajó los precios de sus autos de casi US$69.000 a US$20.000.
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De la innovación a la crisis financiera
Los orígenes de la empresa se remontan al 2007 bajo el nombre de Fisker Automotive. Su fundador, Henrik Fisker, un diseñador de autos danés con trabajos hechos para BMW y Aston Martin, quería ser parte del entonces prematuro panorama de la nueva movilidad, y presentó a su primer modelo, el Karma, un híbrido enchufable, en 2008.
Aunque en su momento ganó visibilidad en el mercado, la gloria fue efímera. Según lo entonces comunicado, después de problemas técnicos y de producción y la bancarrota de su proveedor de baterías, en 2013 Fisker Automotive se declaró en quiebra.
Tres años más tarde, después de un prolongado silencio de radio, nace Fisker, de las cenizas de su predecesora. La nueva empresa de Fisker, fundada en conjunto con su esposa, puso el foco en los vehículos 100% eléctricos, dejando atrás el interés en la tecnología híbrida.
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Fue en 2020 que anunciaron la llegada de lo que sería el modelo insignia de la marca, el Fisker Ocean, un SUV eléctrico grande con un techo con paneles solares, 300 CV de fuerza y más de 500 kilómetros de autonomía en su versión de entrada (en total, cuenta con tres: One, Extreme y Ultra).
La producción empezó en 2022 con la colaboración de Magna Steyr en Austria, y también empezaron a tomarse reservas del vehículo por US$250.
Una vez más, el escenario parecía prometedor. De hecho, en 2021, el propio Fisker tuvo una audiencia con el Papa Francisco en donde se definió el diseño para fabricar un “Papamóvil” sobre la base de un Ocean.
Una vez más, la gloria sería efímera. Aparentemente, debido a problemas de suministro, combinados con fallas técnicas, críticas demoledoras y, consecuentemente, una demanda menor a la esperada, el panorama financiero de Fisker empezó a complicarse.
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Una nueva caída antes de tiempo
Aunque la firma todavía no oficializó el estado de bancarrota, son varias las señales que dan a entender que la llegada a ese puerto es inminente.
Para empezar, a raíz de la baja demanda y las malas reseñas, la empresa acumuló deudas significativas y sufrió la cancelación de más de 40.000 reservas del Ocean.
En países como España, durante todo 2023 solo se patentó una unidad del Ocean, y en 2024 ninguna, según informó una nota de la sección de autos de El País. Por su parte, en Francia, a principios de mayo la empresa dejó de dar soporte a sus clientes -ni asistencia, ni cobertura, ni repuestos-, de manera que los daños pasaron a quedar completamente en las manos, y en la billetera, de los dueños de los SUV.
Fue también el pasado mayo que, en un intento de ganar tiempo para reorganizar sus operaciones y encontrar inversores, Fisker GmbH, la filial austríaca de la compañía, solicitó la protección de los acreedores, un procedimiento similar al concurso preventivo en Estados Unidos.
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Todas estas cosas contribuyeron a la pérdida de la confianza en la firma y en sus vehículos, y a su depreciación.
SUVs eléctricos a 20.000 dólares
Para mostrar que dentro de la marca todavía hay movimiento, Fisker anunció la llegada de nuevos modelos, todos eléctricos: el Pear, un SUV más urbano que el Ocean, y teóricamente más asequible; el Alaska, una pick up; y el Ronin, un deportivo. Sin embargo, considerado su estado, su materialización es algo incierto.
En la misma línea de supervivencia, en marzo la compañía anunció un recorte de sus precios de hasta más del 60% para su Ocean, convirtiéndolo en el e-car más barato de Estados Unidos. Las distintas versiones del SUV pasaron a costar US$25.000, cuando su valor original llegaba a los US$68.999.
Por otro lado, hace una semana se compartió en Reddit un correo electrónico en el que Fisker se dirige a sus empleados para comunicarles que, para ellos, el precio del SUV será de US$20.000 en cualquiera de sus versiones, siempre y cuando confirmen la compra en las próximas 24 horas.
En el mismo correo electrónico el fabricante hacía una aclaración con un asterisco, explicando que, aunque se están evaluando opciones para seguir operando, “la firma no hace ninguna declaración sobre qué cobertura de garantía estará disponible en el futuro, incluido si estarán disponibles servicios, piezas y actualizaciones”.
En definitiva, aunque los descuentos que Fisker está presentando son gigantes, el riesgo de comprar un Ocean es mucho más grande que el beneficio, principalmente, porque no se garantiza un servicio de posventa normal.
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POLITICA
El Gobierno oficializó la transformación de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en una sociedad anónima
El Gobierno oficializó este lunes la transformación de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en una sociedad anónima, bajo la denominación de Carboeléctrica Río Turbio S.A., y habilitó la participación de capitales privados en su administración. La medida, dispuesta mediante un decreto del Poder Ejecutivo que se publicó esta medianoche en el Boletín Oficial, mantiene el control mayoritario del Estado Nacional, aunque allana el camino para una eventual privatización.
La flamante sociedad anónima estará bajo la órbita del Ministerio de Economía y absorberá la operación del yacimiento carbonífero, los servicios ferroviarios y portuarios asociados, y la usina termoeléctrica de Río Turbio. Según se desprende de la publicación oficial, identificada bajo el decreto 115/2025, el Estado retendrá el 95% de las acciones a través de la Secretaría de Energía, mientras que el 5% restante quedará en manos de la Secretaría de Minería.
Reducción de subsidios y reestructuración laboral
Uno de los principales objetivos de la reforma, que lleva las firmas de Luis Caputo (Ministro de Economía) y Guillermo Francos (Jefe de Gabinete) es reducir la carga que YCRT representa para el Tesoro Nacional. En ese sentido, se establece un plazo de 60 días para la presentación de un presupuesto 2025 que contemple una disminución progresiva de los aportes estatales, así como un plan de inversiones que garantice la operatividad del complejo minero y energético.
En el plano laboral, el decreto determina que los trabajadores de la empresa pasarán a regirse por la Ley de Contrato de Trabajo N° 20.744, lo que implica un cambio en las condiciones actuales de empleo. Además, en un plazo de 180 días deberá negociarse un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo. A pesar de esta transición, el Gobierno aseguró que se respetarán los derechos adquiridos por los empleados.
El Estado absorbe pasivos y exceptúa a la empresa de controles administrativos
Como parte del proceso de transformación, el Estado Nacional asumirá la totalidad de las deudas acumuladas por YCRT hasta la fecha de conversión en sociedad anónima. Asimismo, el decreto establece que Carboeléctrica Río Turbio S.A. estará exceptuada de los procedimientos de contratación pública y normas administrativas, aunque seguirá sujeta a los controles de la Ley de Administración Financiera N° 24.156.
En diciembre, se conoció un informe lapidario de la Sindicatura General de la Nación sobre el funcionamiento de YCRT. Al cierre del tercer trimestre de 2024, YCRT tuvo un resultado económico negativo de $8728 millones pese a haber recibido fondos nacionales por $53.837 millones. Según la SIGEN, su déficit operativo fue de $62.565 millones en los primeros nueve meses del año. Según estimaciones del Gobierno, el déficit final de 2024 se ubicará entre los 80 y 100 millones de dólares.
Lugar para una eventual privatización
Si bien el decreto no implica una privatización inmediata, sí sienta las bases para que ello ocurra en el futuro. La Ley N° 27.742, aprobada recientemente, incluyó a YCRT dentro del listado de empresas estatales sujetas a privatización. En caso de que el Gobierno decida avanzar en la venta total o parcial de la compañía, deberá negociar previamente con la provincia de Santa Cruz. Con esta decisión, el Ejecutivo busca reducir el peso de la empresa sobre las cuentas públicas y hacerla más atractiva para la inversión privada, en un contexto de reestructuración del sector energético y de ajuste fiscal.
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