Connect with us

POLITICA

La otra cara de Javier Milei y el desafío del segundo semestre

Published

on


Fue el reconocido geopolitólogo estadounidense Joseph Nye, quien al abordar el poder y los recursos que tiene un líder distinguió la existencia de un poder duro y un poder blando, y la importancia de complementarlos. Identificó que el líder puede utilizar el poder duro para «convencer» a los otros a través de amenazas y de «zanahorias» o dádivas. Pero también puede recurrir al poder blando mediante la discusión ideológica y la batalla cultural.

Podría decirse que Javier Milei cumplió el primer semestre de su Gobierno como Nye lo aconseja, utilizando el poder blando y el poder duro. El poder blando, cuando el Presidente plantea una batalla cultural en las redes sociales y ubica al kirchnerismo, a los piqueteros, a Martín Lousteau y a la izquierda en las antípodas de su propuesta. Y el poder duro, cuando amenaza a los gobernadores de dejarlos sin plata o califica de «ratas» o «degenerados fiscales» a quienes votaron en contra de la Ley Ómnibus y luego de la Ley Bases. La novedad de ese poder duro libertario fue el recurso de las «zanahorias», lo que marcó un cambio respecto de las negociaciones por la caída Ley Ómnibus.

Esta vez hubo acuerdos como tradicionalmente los hay en política, en Argentina y en todos los países del mundo. En la previa al tratamiento en el Senado, Guillermo Francos mantuvo reuniones con una decena de gobernadores a cuyas provincias les transfirió obra pública que hasta ahora ejecutaba la Nación, pero también les garantizó que la Casa Rosada empezaría a financiar otras tantas.

En la previa a la votación en el Senado, un opositor argumentaba por qué no avalaría las facultades delegadas en los recientes dichos de Milei, de que era una suerte de «topo» cuyo objetivo era destruir al Estado. «No le hagas caso, una cosa es lo que dice en público y otra lo que pretendemos», le aclaró.

Además, hubo cuatro negociaciones en el Senado que fueron clave para la aprobación. Cumplir con el peronista correntino Carlos «Camau» Espínola que pedía algún puesto para Yacyretá y -según adelantó Clarín– el apoyo del gobierno de Milei a su candidatura a gobernador por Corrientes el año que viene; con otro peronista, Edgardo Kueider, que obtuvo que los delegados nacionales en Salto Grande sean a partir de ahora de la provincia de Entre Ríos; con la ex PRO Lucila Crexell, a quien le ofrecieron la preciada embajada argentina ante la Unesco, con sede en París; y con los dos santacruceños, José María Carambia y Natalia Gadano, que obtuvieron la posibilidad de subir las regalías mineras del 3 al 5% en desarrollos nuevos. Los dos legisladores simularon ser opositores, no dando quórum, pero después fueron fundamentales al ausentarse -se sentaron en las escaleras externas- y permitir que el oficialismo aprobara la mayoría de los artículos del proyecto de ley.

Los senadores de Santa Cruz. Natalia Gadano y José María Carambia.

Esta rápida adaptación a las reglas de «la casta» dejó más deshilachada a la oposición, sobre todo al kirchnerismo, que debió ser testigo de cómo algunos senadores peronistas votaban la ley. No hay antecedentes de que pese a la primera minoría con la que cuenta el kirchnerismo en Diputados y en el Senado, donde está a sólo cuatro votos de la mayoría, un oficialismo con sólo 38 diputados y 7 senadores haya podido aprobar un paquete legislativo que encierra nada menos que la desregulación de la economía y la reducción del Estado.

Advertisement

Ese episodio denota el nivel de hartazgo social frente a la falta de protección económica de los anteriores gobiernos y ante imágenes como las de la violencia desatada a metros del Congreso. ¿Cómo pueden seguir creyendo estos sectores que el caos y el vandalismo los redime ante la sociedad? Alguien podrá decir que se podrían haber evitado. Remite al recuerdo de lo ocurrido en el gobierno de Mauricio Macri cuando atacaron con toneladas de piedras a la Policía de la Ciudad, que tenía la orden del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de no responder. Sin embargo a los pocos días hubo otra sesión en la que el operativo de Seguridad y el vallado fue más amplio e impidió que alguien ingresara la Plaza de los Dos Congresos. La ministra de Seguridad nacional, como hoy, era Patricia Bullrich. Quizás eso podría haberse implementado en esta oportunidad. Pero la imagen del caos, también le sirvió al Gobierno para marcar el contraste.

La violencia. Durante las protestas en contra la Ley Bases. Foto: EFE/ Juan Ignacio RoncoroniLa violencia. Durante las protestas en contra la Ley Bases. Foto: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

En política exterior Milei también debió darse un baño de realidad. Luego de conseguir el buscado financiamiento del swap con China por US$ 5 mil millones y aceptando a cambio «ir al pie», como se dice en el truco, comprometiéndose a viajar a Beijing para reunirse con Xi Jinping y agradecerle en persona ese gesto. Paradojas de la verborragia, es probable que Milei tenga una reunión bilateral antes con el presidente «comunista» chino que con el estadounidense Joe Biden.

Tras la semana de buenas noticias -Ley Bases, inflación del 4,2%, swap chino, fondos del FMI y reacción de los mercados- el Gobierno afronta el segundo semestre que es vital para su futuro. Extrañamente, el triunfo en el Senado fue captado en forma masiva, pero con un claro reclamo en el fondo. Con matices, ha comenzado a escucharse en distintos segmentos sociales reflexiones como «ahora ya no hay excusas» o «ya tiene la ley ahora tiene que mejorar la economía». Es decir, pasar de la mejora de los números macroeconómicos al engrosamiento de los bolsillos de los argentinos.

Por eso Milei quiere bloquear cualquier interna que deje expuesto a algún miembro de su gabinete como ocurrió con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. En principio, el foco parecería estar puesto en avanzar con la reforma en el Estado y esperar que la implementación de la Ley Bases empiece a ordenar la economía. No se percibe una política de incentivo a las pymes, ni de rebaja impositiva aún. Se apunta principalmente a las grandes inversiones a través del RIGI y al blanqueo de capitales. ¿Llegará pronto el derrame?

Advertisement

POLITICA

Los intendentes bonaerenses presionan por una nueva reelección

Published

on


Días de tensión atraviesa la provincia de Buenos Aires, entre la discusión del presupuesto 2025, el endeudamiento y la designación de jueces, entre otros temas pendientes, incluida la demanda de los intendentes peronistas bonaerenses, que presionan a un gobernador escaso de votos con diversas demandas a cambio de socorrerlo en su búsqueda de las mayorías legislativas indispensables.

Las reelecciones indefinidas de intendentes fueron prohibidas en 2016, pero luego, rosqueo político mediante, autorizadas por única vez, con el aval no sólo de los peronistas, sino también de los radicales y los del Pro que se verían afectados. Sin un horizonte de reelegibilidad, automáticamente los alcaldes se convierten en cadáveres políticos, pero no la tienen fácil, sobre todo aquellos que lo desean pero no pueden salir abiertamente a respaldarla por sus compromisos políticos con los libertarios o con el Frente Renovador, que fue la fuerza que, en su momento, le acercó los votos faltantes a María Eugenia Vidal para ponerles térmno.

Durante la presente semana más de una docena de intendentes peronistas se reunieron con Axel Kicillof y con sus legisladores para tratar de instalar el tema, y trataron de presionar para conseguir su apoyo exigiéndola como moneda de cambio por los votos que podrían acercar al gobernador en la discusión del proyecto de endeudamiento por unos 2.000 millones de dólares, de los que luego recibirían un porcentaje los 135 municipios en los rubros de seguridad y obra pública, la aprobación del presupuesto y otras cuestiones pendientes de tratamiento legislativo.

Todo transcurre, hasta ahora, entre bambalinas, sin ruido ni amenazas de demostraciones masivas. Los intendentes tienen en claro que su reclamo no goza de popularidad, pero precisan su aprobación como precisa el agua el viajero en el desierto. Saben que no es viable aceptar ser reemplazado por alguien de su entorno: la experiencia demostró que eso sólo lleva a la catástrofe y la atomización de su fuerza política.

Los intendentes aseguran contar con el respaldo de la “voluntad popular” de los vecinos, y que una norma no puede reemplazar sin más a la voluntad soberana. También tienen en claro que, con el nuevo sistema electoral, que ha separado los comicios provinciales de los nacionales, la posibilidad de la reelección indefinida los volvería prácticamente vitalicios, muy por encima del propio gobernador, que apenas tiene un período electoral para ser reelegido. Los gobernadores pasarían, mientras que los municipios se convertirían en una especie de señoríos cuasi feudales.

Advertisement

Para el caso de que no encontraran eco en la gobernación, los alcaldes guardan la carta del recurso judicial, aunque confían en que no tendrán que aplicarlo, ya que una negativa del gobernador tendría gravísimas consecuencias para la gobernabilidad de una provincia con lábiles mayorías legislativas.

También tienen en claro que, tácita o explícitamente, conseguirán el apoyo legislativo de sus pares del Pro y de la Unión Cívica Radical.

Por ahora sólo comienza a plantearse la cuestión, pero, en las actuales circunstancias de difícil gobernanza a nivel nación y provincia, por la dispersión de votos parlamentarios y las crisis internas de todas las fuerzas políticas, los intendentes tienen en claro que es el momento de dar el golpe. (www.REALPOLITIK.com.ar)

¿Qué te parece esta nota?


COMENTÁ / VER COMENTARIOS



Los, intendentes, bonaerenses, presionan, por, una, nueva, reelección

Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2024 - NDM Noticias del Momento - #Noticias #Chimentos #Politica #Fútbol #Economia #Sociedad