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POLITICA

La Plata: «Venimos de encontrarnos con un municipio avasallado»

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«Sabemos que hay mucho que mejorar porque venimos de encontrarnos con un municipio avasallado, donde había una falta absoluta de políticas públicas y también mucho abandono en todos los sentidos, desde la generación de políticas de cara a los vecinos, hasta la jerarquización de los trabajadores en lo salarial, en su capacitación laboral», comenzó la entrevista Natalia López.

«Son muchos trabajadores viniendo desde una lógica de trabajo absolutamente distinta a la impronta que le quiere dar la nueva gestión del municipio», comparó. Asimismo, destacó: «La evaluación de las políticas públicas es la parte que más se desatiende en el proceso de la política pública, eso permite hacer reajustes para volver a implementar los programas».

También subrayó que «hay trabajadores que han mostrado compromiso más allá de los destratos que recibieron por parte de la gestión anterior, recordemos que teníamos un promedio salarial de 90 mil pesos y hoy, por supuesto que en términos de los costos de vida que impone el gobierno nacional del cual el ex intendente es parte, a muchos trabajadores se les hace muy cuesta arriba incluso llegar a sus trabajos y que les quede un margen para pagar el resto de los gastos que implica vivir».

«Otros empleados viven todo el proceso con cierto enojo, como muchos trabajadores de todos los sectores, estatales, privados, precarizados, de la economía popular. Hay mucho enojo en términos generales y eso no escapa a la planta de trabajadores de la municipalidad. Así que nos encontramos con una planta que es amplia, grande, compleja, con distintas realidades», reflexionó.

Por otra parte, la directora comunal platense planteó que «una parte de jerarquizar es dar tarea y muchos de estos trabajadores no tenían tarea ni posibilidad de generar una instancia de diálogo con quienes los conducían en su tarea cotidiana para generar política, porque ellos son vecinos, también sufren las necesidades y eso genera miedo a perder el empleo, cuando hay readecuación». En ese sentido analizó: «Entonces una parte dar sentido de pertenencia es asignando tarea y en ese proceso estamos. En el gobierno anterior no había política pública, ni intención de hacer con el vecino y para el vecino».

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«Cuando los trabajadores vean que uno los nutre de herramientas y busca que eso mejore sus condiciones, el proceso va a ser efectivo, pero estamos recién empezando y ya iremos evaluando cómo sale», sostuvo. (www.REALPOLITIK.com.ar)

 

 

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La, Plata:, "Venimos, de, encontrarnos, con, un, municipio, avasallado"

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River perdió el partido, los estribos y quedó envuelto por el escándalo en Mendoza

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No dio la talla. Faltó juego, asociaciones, temple y sobraron errores, desinteligencias, nerviosismo. La derrota 2 a 1 de River ante Independiente Rivadavia, en Mendoza, anuló la ilusión de los millonarios de batallar por el título. Ocho puntos separan al equipo que conduce Marcelo Gallardo del líder Vélez, con 12 unidades en juego. El gol de Ham, en el noveno minuto de adicional, decretó la caída y avivó el escándalo en la cancha y en el gimnasio del estadio Malvinas Argentinas, con una persecución de jugadores a Sebastián Villa y escenas que multiplicaron el descontrol. El final fue caótico, con corridas, gestos y golpes.

Un rato largo después de la derrota, Marcelo Gallardo dio la cara. El DT de River fue claro en su opinión: “Fue una reacción en caliente por un gesto que hace un adversario, y termina el partido. Nada justifica el comportamiento de los dos equipos. Nada lo justifica, esas cosas se dan a veces cuando estas en caliente. Creo que se metió mucha gente y fue muy confuso, no puedo detectar bien qué fue lo que pasó. No esta bueno, no me gusta. Hay que asumir la bronca y guardarse”. Y no eludió la autocrítica por el pobre rendimiento de su equipo: “Jugamos un muy mal segundo tiempo, no queda otra que reconocer que no nos salió nada”.

Una jugada repetida, pero que no deja de tener efectividad. Una acción conocida, que los directores técnicos remarcan, aunque las precauciones que se toman en la teoría se derrumban en la práctica. El pase de Tonetto al espacio, la corrida de Villa, el enganche del colombiano para la pierna hábil ante la marca de Gattoni y el latigazo de derecha para que resultara improductivo el revolcón de Armani.

Sencillo, pero vigente, el festejo del delantero es una escena que River padeció por cuarta vez: ahora, con la camiseta de Independiente Rivadavia; las anteriores, con la de Boca. Un gol que remarcó la endeblez de la fórmula de zagueros centrales, donde quien tomó al atacante fue engañado y González Pirez –que miraba de reojo al juez asistente Facundo Rodríguez– habilitó en el inicio de la jugada. En apenas siete minutos, los mendocinos descubrían la desnudez de un rival que debía marcar el pulso.

El resumen de la derrota de River

 

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Para revertir el resultado, River necesitaba tiempo, pero las acciones polémicas consumieron minutos para un equipo que manejó la tenencia de la pelota, aunque careció de creatividad para desarticular al rival. Un remate de Echeverri y otro de Bustos –tras un desborde de Colidio–, las situaciones de riesgo que levantaron al público millonario, que se vistió de neutral sin disimulo. Tres minutos se recuperaron en el primer tiempo de los casi diez que estuvo detenido, después de los dos penales que sancionó el árbitro Arasa: en el primero, Lucas Novelli –árbitro del VAR– anuló la mano de Sheyko Studer por posición adelantada de Solari. Más tarde, el mismo defensor bloqueó un remate de Echeverri y desde el VAR convocaron al árbitro principal para que repasara la jugada. Arasa defendió su interpretación y Colidio, con un remate de derecha y cruzado, igualó el marcador.

El escándalo del final

Nublado en ofensiva y errático en defensa, River sufrió tres veces en la misma jugada en el inicio del segundo tiempo, después de un error de Villagra: Sequeira, Ramis y Cardillo no pudieron con Armani, la gran figura riverplatense en la noche mendocina. La urgencia por un triunfo que mantuviera viva la esperanza de pulsear por el título invitaba a jugar a campo abierto: Villa pecó de individualista y definió desviado, cuando Ramis reclamaba el pase. Agazapado, Independiente Rivadavia era inteligente para romper los circuitos y veloz para correr hacia el arco rival. Armani con sus respuestas, como en el disparo de Tonetto, sostenía la ilusión.

La mejor respuesta colectiva de River la compusieron Meza y Echeverri, que de cabeza dejó la pelota en el techo del arco. Los ingresos de Borja, Mastantuono, Pity Martínez, Aliendro y Bareiro no modificaron el escenario, más allá de alguna situación –un cabezazo de Borja, una atropellada de Aliendro que no tuvo tiempo y espacio para definir- que puso en aprieto a Centurión, arquero que se forjó en las divisiones inferiores de los millonarios.

River resultó un equipo con poca chispa, adormecido, indolente, alejado de las formaciones con el sello que impuso Gallardo. Decidió jugar un ida y vuelta en el desenlace, pero no tuvo contundencia y mucha fragilidad en defensa e Independiente Rivadavia, un rival que estaría perdiendo la categoría si no fuera porque la AFA anuló los descensos en esta temporada, explotó con el tiro del final de Ham. River estaba obligado a ganar para sostener un sueño. Perdió y quedó envuelto por el escándalo.

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