El riojano Ricardo Quintela había prometido renunciar a su cargo si Javier Milei era elegido presidente. Después dio marcha atrás, pero fue el primero en recurrir a la Corte Suprema para dar de baja el DNU 70. Tampoco tuvo éxito. La eliminación de transferencias no automáticas, la caída de la coparticipación y de la recaudación, lo obligaron a emitir bonos. La reversión del impuesto a las Ganancias -que también resistió- significará oxígeno para las arcas provinciales.

Cinco días después de que el Congreso sancionara la Ley Bases y el paquete fiscal pasó por la Rosada para reunirse con un viejo amigo, Guillermo Francos, y firmar un convenio marco para reactivar la obra pública, como el que ya adhirieron 17 distritos. «Por el momento no voy a asistir al Pacto de Mayo. No es un acuerdo, es una imposición de 10 títulos sin conversarlos previamente «, se quejó Quintela ante los periodistas acreditados antes de abandonar Balcarce 50.

El gobernador riojano reiteró sus críticas al Ejecutivo, pero su rúbrica representa un giro en su vínculo con el Gobierno. Es el primero de los gobernadores duros del peronismo que se acerca a la Rosada. El bonaerense Axel Kicillof, el pampeano Sergio Ziliotto, el fueguino Gustavo Melella y el formoseño Gildo Insfrán, por ahora se mantienen expectantes o, mejor dicho, distantes. Ni firmaron acuerdos por obras ni tienen pensado asistir al Pacto de Mayo. En el Gobierno le prenden una vela al único gobernador que ejerce su cargo de manera ininterrumpida desde 1995.

Kicillof fue taxativo. «Es un contrato de adhesión al ideario libertario de Milei«, dijo el lunes al recordar a Perón en San Vicente. Su ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, también rechazó de plano la posibilidad de firmar convenios marco como hicieron casi todo el resto de los mandatarios provinciales. «Le cobran los impuestos a la gente, se quedan con la plata y la timbean y quieren que seamos parte de la estafa. El que es timbero nunca va ser constructor», le dijo a Clarín el ex intendente de San Martín. En Twitter responsabilizó Presidente y al ministro de Economía por el despido de 130 mil trabajadores de la construcción.

El santiagueño Gerardo Zamora también pasó por la Casa Rosada para asegurarse fondos para reactivar la obra pública nacional y el compromiso del Gobierno. Francos se había reunido mano a mano con él en su provincia durante la negociación de la Ley Bases y hasta se especuló con la chance de que protagonizara una bilateral con el Presidente para destrabar apoyos. Sus legisladores no acompañaron ninguna de las iniciativas oficiales.

El Gobierno busca asegurarse el voto de los mandatarios provinciales en el Presupuesto 2025, que incluirá necesariamente los fondos para las obras que ahora están comprometiendo.

Los mandatarios provinciales que hasta hace poco hicieron campaña por Sergio Massa y ahora se acercan a la Rosada señalan que continuarán buscando un líder opositor. «Cristina nos dijo que agarráramos el bastón de mariscal«, recordaron cerca de un gobernador que pretende una alternativa más peronista que kirchnerista.

Todavía quedan 7 gobernadores sin firmar convenios de obras. Además de los 4 opositores duros mencionados se cuentan el correntino Gustavo Valdés, que tuvo que postergar la rúbrica por la desaparición de Loan; y Alberto Weretilneck, de Río Negro, que lo hará en los próximos días. El jefe de gobierno porteño Jorge Macri todavía no se aseguró obras, mientras espera que el Gobierno cumpla con el fallo de la Corte y pague la diferencia que debe por coparticipación.

Bien entrada la tarde, otros 4 gobernadores que acompañaron las dos primeras leyes del Gobierno se reunieron con Francos. Pasaron por el Salón de los Escudos el cordobés Martín Llaryora, el salteño Gustavo Sáenz, el catamarqueño Raúl Jalil y el tucumano Osvaldo Jaldo. El último había pasado la semana pasada por la Rosada para reunirse con el jefe de Gabinete y con Karina Milei para preparar el terreno para la vigilia del 8 al 9 de Julio.