Como marca la tradición de los Países Bajos, hubo fiesta para conmemorar el Día del Rey en honor a Guillermo Alejandro, que el sábado 27 cumplió 57 años. Un evento que cada año cambia de ubicación y en el que los neerlandeses, vestidos de naranja de pies a cabeza, salen a las calles a celebrar con su monarca. Como se trata de una fecha muy especial, en todo momento el Rey estuvo acompañado por su mujer, la reina Máxima (52), y por sus tres hijas, las princesas Amalia (20), Alexia (18) y Ariane (17), quien viajó especialmente desde Italia –donde estudia en el United World College Adriatic– para no perderse una fecha tan importante.

A las once de la mañana en punto, la familia real salió a las puertas del palacio Huis Ten Bosch y posó para los fotógrafos, y tanto la Reina como sus hijas recibieron cada una un ramo de flores. Después fue el turno del “Feliz cumpleaños” al Rey, que en esta ocasión estuvo a cargo del cantante Bouke, y, al terminar, tomaron la ruta planeada para llegar a Emmen, en la provincia de Drenthe, el sitio elegido para la celebración de este año (se habían establecido nueve paradas antes de arribar a destino). Vale destacar que la Reina lució un tocado de mariposas como guiño a Emmen, que es conocida como la “Ciudad Mariposa”. Toda la travesía fue un carnaval, con las calles plagadas de banderas y con el color naranja de los Orange cubriéndolo todo.

JUEGOS Y TRADICIÓN

Igual que todos los años y, como parte de las celebraciones, los Reyes repartieron entre la gente los típicos tompouces –pasteles de cumpleaños de los Países Bajos, rellenos de crema pastelera y recubiertos con una capa color rosa o naranja–, se fotografiaron con todos y recibieron un sinfín de regalos y muestras de cariño. También, igual que sus hijas, participaron de las distintas actividades organizadas para una galería de estatuas vivientes y competir en un juego interactivo sobre la región (la Reina marcó un gol con su stiletto). A lo largo del día, tanto Máxima como sus tres hijas hicieron gala de la simpatía y la espontaneidad que las distingue, y dejaron para el recuerdo una serie de imágenes que irradian felicidad y demuestran la buena sintonía que existe entre los miembros de la familia real, especialmente entre el monarca y su heredera: Guillermo y Amalia no se separaron ni un minuto y, en varias ocasiones, se dedicaron mutuas muestras de complicidad y amor (el día anterior tuvieron lugar los Juegos del Rey, otro evento muy tradicional que reunió a miles de chicos de más de seis mil escuelas en la localidad de Hoofddorp, cerca de Ámsterdam, en los que la pareja real interactuó con niños de distintas edades). Por último, el cantante Daniël Lohues interpretó “Here I Come Away” e invitó al Rey a subir al escenario. Sonriente y feliz, Guillermo Alejandro tomó el micrófono y dijo: “Me gustaría agradecer mucho a todos por un Día del Rey muy, muy especial. Emmen ha desmostrado que es una ciudad muy bonita, donde es un gusto vivir, y en la que suceden todo tipo de cosas. Ustedes ya son parte de mi corazón… ¡Muchas gracias a todos!”.