POLITICA
Las Malvinas y el Libertador: una incógnita en tiempos de la usurpación inglesa

El jueves pasado -26 de junio- “Clio”, la musa de la Historia, se dio cita en el Regimiento de Granaderos a Caballo General José de San Martín, escolta presidencial. Consagrado discípulo de la deidad, el teniente coronel (R) de Artillería, doctor en Historia, magíster en Historia de la Guerra y presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, Claudio Morales Gorleri, ofreció una exposición sobre San Martín y las Islas Malvinas.
Morales Gorleri consignó la existencia de comunicaciones del Libertador en las que menciona contingentes de población enviados en castigo a las Malvinas y al sur patagónico. Una carta recibida y otra enviada durante la preparación de la Campaña de los Andes (1815-1817), donde da indicios de su saber geográfico sobre el territorio nacional (no ocupado por indígenas) y por ende las Malvinas.
En una de esas misivas Antonio Beruti, ministro de Guerra, le comunica al gobernador cuyano que un contingente de presos confinados en las Islas Malvinas serían enviados para completar sus regimientos. Noticia que San Martín, mediante una carta del 17 de agosto de 1816, comunicaría al gobierno de San Juan. Esa provincia, junto a Mendoza y San Luis, estaba bajo su mando supremo. Desde allí partiría una de las dos columnas patriotas principales que iría a converger con la que encabezó él desde Mendoza, en la triunfal batalla de Chacabuco el 12 de febrero de 1817.
A ello hay que agregar, sin embargo, que previamente existió una carta de San Martín, también de 1816, que explica las dos posteriores señaladas. Su original fue comprado en una subasta de Londres en 1988 por un grupo de diplomáticos argentinos debido a su importancia para el justo reclamo de soberanía sobre las Malvinas, y donada luego al archivo de la Cancillería, mientras una copia fue depositada en el Museo de Malvinas.
El requerimiento que había enviado San Martín a Beruti decía: “(….) disponga que todos los….. que se hallen presos en esa jurisdicción de su mando sentenciados a los presidios de Patagones, Malvinas u otros, sean remitidos a esta capital con copias de sus respectivas condenas y a la mayor seguridad posible, comprendiendo también en ellos a los desertores contumaces en este delito”.
Es un documento muy importante a los efectos diplomáticos, ya que proviene de uno de los máximos próceres americanos. Quien asimismo, y aún más Simón Bolívar, tenía un fuerte vínculo con sus ayudantes de campo británicos y la armada inglesa, no sin conflictos con el alto mando. Camaradería de armas, muy provechosa para la causa de la independencia sudamericana.
La independencia de Provincias Unidas del Río de La Plata había sido declarada el 9 de julio de 1816, poco menos de un mes antes de la citada comunicación de San Martín al intendente de San Juan, marcando un aceleramiento en el reclutamiento de soldados.
Es de suponer que aquellos reclusos transformados en tropa, esperarían la conmutación de sus penas si sobrevivían a las campañas en Chile y Perú, y en parte de Ecuador, hasta la batalla final de Ayacucho de 1824 en el Alto Perú.
Una ansiada libertad ganada a sangre y fuego también fue otorgada después de un largo período al servicio de las armas a los negros esclavos. Habían sido cedidos forzosamente por sus amos cuyanos bajo bandos marciales del gobernador y jefe del Ejército de los Andes en el Plumerillo, destinados a integrar la infantería en primera línea. En caso de sobrevivir a las numerosas bajas podían transformarse en afroamericanos “libertos”.
En la década de 1830, ya avanzado el curso de su ostracismo europeo iniciado en 1824, y mientras San Martín vivía en su residencia de Grand Bourg en la campiña cercana a París (ciudad luz donde también tenía una vivienda de invierno), el 2 de enero de 1833 ocurrirá la ocupación inglesa de Puerto Soledad en las Malvinas.
Desde la fragata británica Clio, el capitán John J. Onslow intimó la rendición en 24 horas al comandante José María Pinedo, quien a su regreso a Buenos Aires será juzgado por no haber ofrecido resistencia según el código de honor de la guerra naval. Sin ser una razón aceptable que el buque argentino hubiera terminado hundido por el fuego del mayor número y calibre de los cañones del enemigo.
A partir de ahí se despliegan las especulaciones históricas sobre el “silencio” epistolar de San Martín acerca de ese grave acontecimiento. Salvo que su opinión hubiera sido volcada en unas cartas hasta ahora desconocidas a sus amigos y confidentes. Como serían, acaso, las encontradas recientemente en la Universidad Aberdeen del condado de Banff, Escocia, aún sujetas a examen. Son propiedad de un contemporáneo conde de Fife.
Don José no ignoraba nada de lo publicado en Francia e Inglaterra acerca de la política europea hacia América del Sud. Tenía además en el Plata una fuente directa de información a través de la correspondencia con su yerno, Gonzalo Balcarce, que había llegado a Buenos Aires con Merceditas y una hija en marzo de aquel 1833, en momentos en que era vox populi el proceso a Pinedo por su impericia y cobardía. Los pobladores y su tropa de argentinos y hasta algunos ingleses de la guarnición terrestre y naval (menos uno) estaban dispuestos a dar combate desigual al usurpador.
Más aun, San Martín continuaba una intensa correspondencia con Tomás Guido, su gran confidente, quien ocuparía el cargo de embajador de Juan Manuel de Rosas en Río de Janeiro y otras funciones. Patricia Pasquali, excelente biógrafa del Libertador, expone e interpreta el vínculo en “San Martín confidencial: correspondencia personal del Libertador con su amigo Tomás Guido, 1816-1838”. Difícil que no se hubiera tocado el tema Malvinas, por lo cual también es posible que las cartas pertinentes se hubiesen perdido, océano de por medio.
La incógnita sobre una virtual abstinencia epistolar de San Martín respecto de la expulsión de la población argentina de Malvinas podría quizás ser dilucidada una vez leídas algunas cartas aún inéditas que dirigió a su camarada, amigo y benefactor desde los tiempos de Cádiz, James Duff, originario de Banff y conde de Fife.
En su espléndido palacio San Martín se alojó por seis días, luego de un largo viaje en carruaje a poco de llegar a Londres en marzo de 1824. Fue después de internar a su hija de 7 años en un colegio distinguido bajo cuidado de su comodoro británico -y su mujer francesa- que había sido jefe de la estación de la escuadra inglesa en el Río de La Plata.
Se sabe que en aquella ocasión San Martín fue declarado miembro ilustre del Burgo Real de Banff, una cofradía de la clase noble. Su anfitrión será más tarde Gran Maestre de la influyente masonería escocesa en Edimburgo.
Gorleri habló ante una gran concurrencia cívico-militar. Entre ella la del Embajador del Perú en Argentina, Carlos A. Chicano Burgos, entrañable país hermano que se pretende, no sin justas razones histiográficas, más sanmartiniano que el nuestro.
El evento fue presentado por el presidente de la Asociación de Amigos del RGC, doctor Gonzalo Pereira Olazábal, en presencia del anfitrión jefe de la unidad escolta presidencial, coronel de Caballería Matías Jorge Mones Ruiz y representantes de las otras Fuerzas Armadas y finalizó con un vino de honor.
Entre los presentes se hallaba el capitán (R) Héctor Tessey, VGM, exjefe de una batería del GA3 en Malvinas y actual investigador en un equipo interdisciplinario sobre la batalla de Monte Longdon, la acción terrestre más disputada y sangrienta de la guerra.
También se hizo presente el exdiputado nacional en los ’70 y exembajador argentino en Perú en los ’80, doctor José Luis Fernández Valoni. Siendo oficial instructor del Colegio Militar de la Nación, había formado parte de un grupo de camaradas rebeldes que serían retirados obligatoriamente en 1969 por la falta disciplinaria castrense de manifestar críticas a la política de Adalbert Krieger Vasena, ministro de economía durante la dictadura del general Juan Carlos Onganía (1966-1970).
Fernández Valoni formaba parte del consejo del Instituto Nacional J.D. Perón, recientemente disuelto por la “motosierra” de Javier Milei. También anunciada, en proceso o ejecutada con el Instituto Nacional Belgraniano y el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón. Se preserva hasta ahora la institución del “Padre de la Patria”, sita en la hermosa réplica de la casa de San Martín en Grand Bourg.
Volviendo a la conferencia, Morales Gorleri recordó que San Martín poseía más de 700 libros, la mayoría en francés. Es probable que en noviembre de 1811 fueran transportados en cajones desde Cádiz hasta Portugal, de allí por mar junto a él a Inglaterra y tres meses después seguramente embarcados en Southampton hacia América en la fragata G. Canning, junto con su dueño que cumpliría 34 años en alta mar, y un grupo de independentistas criollos entre los que destacaban Alvear y Zapiola.
Hacia 1815 los cajones habían sido transportados a lomo de mula de Buenos Aires a Mendoza, ciudad en la que San Martín donó algunos a la escuela secundaria que fundó. Cruzarán la cordillera a principios de febrero de 1817, junto a los bagajes del ejército libertador triunfante hasta Santiago de Chile. Allí se sabe que San Martín donó $10.000 oro, premio del Cabildo de Chile a sus triunfos, para construir una biblioteca nacional. Empero, O’Higgins habría decidido usarlos (en obvia consulta con San Martín) para ayudar a armar y vestir al ejército argentino-chileno.
La “librería” del Libertador, tal el nombre de las bibliotecas personales en aquella época, viajó mucho por mar y poco por tierra hasta Lima. Allí, en 1821, San Martín terminaría donando todos los que le quedaban a la Biblioteca Nacional peruana que fundó ese año.
En esa ocasión proclamó, con la misma emoción y etnfasis con las que Gorleri lo transmitió a la audiencia, que la ilustración de los libros es mucho más importante que los ejércitos para la libertad de un país y su pueblo.
Pero ya el conferencista había puesto su “ojo” de investigador en tres volúmenes de autores franceses sobre geografía y cartografía, sobre todo marítima, del mundo conocido. Los que componían la colección donada. En ellos encontraría referencias a las “Iles Maluoins”, ocupadas por aventureros y pescadores franceses en el siglo XVIII, mucho antes de que la Argentina atrasada por la anarquía y guerras civiles tomara efectiva posesión de ellas el 12 de junio de 1829. En esa fecha Martín Rodríguez designó a Luis Vernet como primer gobernador político y militar de las islas.
A Morales Gorleri le llamó la atención en la investigación base de su conferencia que en la segunda biblioteca (mucho más pequeña) que San Martín poseyó en Francia, preservada en el Museo Histórico Nacional, vuelvan a aparecer comprados de nuevo los tres libros de los mismos autores.
Siendo un joven teniente, San Martín había estado embarcado más de un año en la fragata española Dorothea, combatiendo al mando de una compañía de infantería como fusileros navales (hoy “infantes de marina”), primero contra los piratas bereberes y luego contra la flota británica en el Mediterráneo.
Atacada y desmantelada la nave española por un poderoso navío inglés luego de una heroica resistencia, la tripulación sobreviviente cayó prisionera brevemente en Menorca. El capitán británico invitó a los oficiales españoles a su navío y los felicitó.
La cercanía primero con el río y luego con el mar lo marcó. Vivió de niño en Yapeyú a orillas del Uruguay (antes de mudarse la familia a Buenos Aires). Luego, ya en España desde los 6 años, habitó en Málaga, a orillas del Mediterráneo. Desde los 12-14 años fue cadete y luego oficial en esa y otras guarniciones del sur andaluz. Una carrera en la Marina le estaría probablemente vedada por su condición de “indiano” y una familia carente de grandes recursos. Pero acumuló de todos modos entre su frondosa y variada “librería” personal muchos mapas, cartas marítimas y libros sobre navegación y guerras navales.
Todo ello hace pensar que era lógico que se interesara en lo atinente al contexto marítimo de las Islas Malvinas, y que sin demasiada demora haya conocido su brusca transformación en las “Islas Falklands” en 1833.
Queda por saber mediante la paciente hermenéutica profesional histórica si, efectivamente enterado San Martín en Francia de la usurpación inglesa de las Malvinas, sea por la correspondencia con su yerno o con Guido, y/o por los “papeles públicos” (prensa) franceses e ingleses que leía asiduamente, prefirió guardar abstención pública de su opinión o sólo la comunicó en cartas íntimas perdidas. Y por qué habría adoptado tal actitud.
Aquellas nuevas cartas halladas en Banff podrían develar al historiador avezado las claves que explicaran su (presunto) silencio sobre la mancillada soberanía argentina de las Malvinas, y las causas por las cuales habría decidido guardar silencio público.
Muy en contraste con las oportunidades en que desde su largo ostracismo, como señalara con lujo de detalles Morales Gorleri, San Martín ofreciera su espada y servicios militares “en cualquier clase” en que quisiera designarlo el gobierno de Rosas durante el bloqueo primero francés y luego anglo-francés contra la Confederación Argentina entre 1838 a 1850. Rechazó incluso el cargo de embajador en el Perú.
Como destacó el disertante al inicio, hay dos únicas cosas que unen a los argentinos: “San Martín y las Malvinas”. De ahí sin duda deriva el interés en develar el “misterio” de ese vínculo difuso, motor de su apasionante y aplaudida conferencia.
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El autor es sociólogo y exteniente de Artillería
Por Gustavo Adolfo Druetta
POLITICA
Por qué Victoria Villarruel suspendió su visita de este miércoles a la Exposición Rural de Palermo

La vicepresidenta, Victoria Villarruel, suspendió la visita que tenía prevista para la tarde de este miércoles a la Exposición Rural de Palermo. La recorrida, pautada para las 18, se canceló con menos de dos horas de antelación en un contexto de máxima tensión política con el presidente Javier Milei.
La suspensión de la visita responde directamente a una estrategia para descomprimir el conflicto interno en el Gobierno. Fuentes del entorno de la vicepresidenta confirmaron a que el objetivo principal fue evitar una imagen que pudiera “alimentar aún más la tensión” con el jefe de Estado. La decisión busca no generar más ruido en la disputa con el Presidente y su hermana, Karina Milei.
“Lo que se busca es no golpear más la línea de flotación”, resumieron desde su equipo. Consideran que una recorrida exitosa por la muestra, similar a la del año pasado, podría interpretarse como un desafío en el punto más alto de la pelea interna y, por lo tanto, agrandar el enfrentamiento.
El conflicto se agravó en los últimos días, especialmente tras las declaraciones de Milei durante un acto en Córdoba. Allí, sin mencionarla de forma directa, apuntó contra ella por una votación en el Senado: “¿O acaso semanas atrás no votaron un gasto de 17.000 millones de dólares y la bruta traidora dijo que lo iba a financiar con 30?”. Durante su discurso, parte del público la insultó sin que el mandatario interviniera para frenarlos.
Dos semanas antes, en un evento en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el Presidente ya la había calificado de “traidora”. El origen de la acusación se remonta a una sesión en el Senado donde la oposición logró aprobar un paquete de leyes, que incluía un aumento para jubilados, una moratoria previsional y una emergencia en discapacidad. Aunque Villarruel no emitió voto, presidió parte del debate y habilitó su tratamiento, una acción que el Gobierno interpretó como una deslealtad.
La incertidumbre sobre la agenda de la vicepresidenta se extiende al próximo fin de semana. Aunque su presencia en la ceremonia de inauguración del sábado está confirmada, desde su entorno admiten que se evaluará hasta último momento si finalmente asiste. La decisión dependerá de la evolución del clima político interno.
Este miércoles por la tarde, su asesor agropecuario, Matías Lestani, recorrió el predio junto al equipo de seguridad para organizar el itinerario de la visita que luego se canceló. En ese momento, la confirmación definitiva de Villarruel aún no estaba cerrada, precisamente por el contexto de confrontación.
Desde su equipo reconocen que, si bien Villarruel “es una mujer de carácter” y “no le mueve el amperímetro si no la saludan”, la situación es compleja. El año pasado, la ceremonia inaugural también ocurrió en un clima de tensión, aunque menor, por un posteo de la vicepresidenta contra el gobierno francés. En esa ocasión, Milei y Villarruel se saludaron y compartieron el palco oficial, aunque la escalada del conflicto en las últimas semanas proyecta un escenario más incierto.
Este contenido fue producido por un equipo de con la asistencia de la IA.
se canceló con menos de dos horas de antelación,Audiencia,Victoria Villarruel,Javier Milei,,»No es parte del proyecto». Adorni se sumó al rechazo de los Milei a Villarruel y habló del mensaje de Karina en medio de la interna,,“Línea de flotación”. Victoria Villarruel suspendió una visita prevista a la Rural para no tensar la relación con Milei,,Sin tregua. Milei dinamitó los puentes con Villarruel y deja a Francos como “única puerta” para la vicepresidenta,Audiencia,,»Acto antisemita». Qué pasó con los adolescentes judíos que bajaron de un avión en España,,Escalada y evacuación. Por qué se produjeron combates entre Tailandia y Camboya,,Expectativas. Cuáles son los sectores de la economía que más crecerán, según las empresas de Estados Unidos
POLITICA
La interna libertaria no afloja: mientras Santiago Caputo está bajo observación, Karina Milei solo escucha a su entorno

En la historia política argentina, las internas casi siempre terminan mal.
Menem y Cavallo se destruyeron en los 90 peleando por el rédito político de la gobernabilidad. El economista terminó eyectado, pero el enfrentamiento dejó una herida brutal.
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En el 2000, Chacho Álvarez renunció al gobierno de Fernando de la Rúa denunciando coimas en el Senado. Con su salida, también se disolvió la Alianza. Cinco años después fue Roberto Lavagna quien decidió enfrentar al poder denunciando sobreprecios y corrupción en la obra pública, con nombre y apellido: Julio De Vido. ¿El resultado? Lavagna fue expulsado y la corrupción ganó.
En 2010, Amado Boudou quería usar las reservas del Banco Central para pagar deuda. Martín Redrado se resistió, se atrincheró, pero terminó afuera. Y ya en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, la interna entre Marcos Peña y Rogelio Frigerio desgastó al oficialismo como pocas cosas.
En 2021, medio gabinete que respondía a Cristina Kirchner le renunció en bloque a Alberto Fernández. Fue un golpe interno, casi palaciego. Alberto estuvo a punto de irse.
La moraleja parece clara: las internas hacen daño. Mucho daño. Pero increíblemente, los actores políticos siguen cayendo en el mismo error. No aprenden más.
Hoy, el gobierno de Javier Milei atraviesa su propia interna feroz. De un lado está la banda de Karina Milei y Sebastián Pareja. Del otro, el círculo de Santiago Caputo, la figura más influyente del gobierno detrás del propio Presidente.
La implosión comenzó por el cierre de listas en la provincia de Buenos Aires. ¿Quién las armó? Pareja, hombre de confianza de Karina. ¿Quiénes quedaron afuera? El grupo de jóvenes libertarios que responden a Caputo: figuras como El Gordo Dan, El Gordo Pablo y el ejército digital conocido como Las Fuerzas del Cielo.
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Esto, que algunos quieren hacer pasar como una discusión menor, es en realidad un problema grave. Porque el Gobierno, que enfrenta desafíos monumentales, está perdiendo tiempo, energía y recursos en una disputa estúpida, infantil, banal y caprichosa. Todo esto, mientras el verdadero enemigo está afuera, trabajando para que este proyecto caiga.
Un ejemplo concreto. Esta semana el gobernador Axel Kicillof echó a 24 policías bonaerenses por su presunta cercanía con un candidato libertario. ¿Qué pretende? ¿Una Policía militante, partidaria? ¿Una Policía al servicio del peronismo? Mientras ocurren estas cosas, el oficialismo se distrae en una pelea insignificante entre Pareja y Caputo.
Lo mismo sucede con el conflicto entre Milei y Victoria Villarruel. ¿Por qué explotó? Porque Villarruel, como presidenta del Senado, habilitó una sesión que podría generarle al Gobierno un costo de más de 2,5 puntos del PBI. Pero esa fue solo la chispa: lo que se rompió en realidad fue la relación de confianza entre el Presidente y su vice.
Mientras tanto, el kirchnerismo no descansa. Anoche, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, pidió tres veces en menos de un minuto que el Presidente “se vaya ya”. ¿Quién es Quintela? Un dirigente votado por poco más de 100 mil personas. ¿Y Milei? Fue elegido por más de 14,5 millones de argentinos. Es surrealista: un gobernador con 100 mil votos quiere voltear a un Presidente con más de 14 millones. Solo en Argentina puede pasar algo así.
Por eso, insisto: las internas pueden ser parte de la dinámica política, pero el nivel de brutalidad de esta interna es inexplicable. No se puede romper un proyecto de cambio por aspiraciones personales. No ahora, cuando el país aún está en terapia intensiva.
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Hace apenas unos días, el propio Presidente pidió ser conscientes del monstruo que hay del otro lado. Ese monstruo —como bien lo señaló— es capaz incluso de usar a niños para bajar línea política. Ayer mismo, vimos al gobernador utilizar a una nena de nueve años en un acto para hacer campaña. ¿Qué clase de persona hace eso?
Cuando uno observa esta clase de maniobras, las peleas internas dentro del oficialismo parecen absurdas, inexplicables, suicidas. Como explicó Carlos Pagni esta semana, cuando Milei decidió desplazar a su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, le transfirió un poder inmenso a Santiago Caputo.
Caputo se quedó con zonas clave del Estado, como:
- Ministerio de Justicia.
- Ministerio de Salud.
- Agencia Federal de Inteligencia.
- DGI.
- UIF.
- ARSAT.
- ENACOM.
- ENRE.
- Secretaría de Culto
- Sociedad Educ.ar.
- Área de comunicación de YPF.
Se trata de una estructura de poder gigantesca. Hoy, esa “delegación de facultades” está siendo discutida. Caputo está bajo observación. Y sin embargo, el vocero presidencial Manuel Adorni insiste en que todo está bien, que no hay nada raro.
Ahora bien, es cierto que el peronismo también se despedaza por un cargo. No lo voy a negar. En estos días hubo peleas por listas, cortes de luz intencionales, insultos y hasta casi piñas entre dirigentes. Carlos Bianco y Juan Pablo de Jesús estuvieron a punto de agarrarse a trompadas. Máximo Kirchner y Gabriel Katopodis también. Cristina Kirchner llamó para acusar a Alberto Fernández de prestarle el Partido del Trabajo y la Equidad a Kicillof para romper desde adentro.
Sí: el peronismo da vergüenza ajena. Pero si los libertarios llegaron al poder para ser distintos, entonces tienen que ser distintos.
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Mi mensaje, entonces, es claro: sean maduros, inteligentes, sensatos, prudentes, racionales. Recuperen el aplomo. Porque del otro lado hay una banda de forajidos dispuestos a todo para volver al poder. Y si el Gobierno se sigue enredando en peleas internas, puede terminar autodestruyéndose sin necesidad de que la oposición mueva un dedo.
Por ahora la interna avanza. Y eso, para todos los argentinos que apostaron por un cambio real, es una pésima noticia.
Opiniones libres; hechos sagrados.
Karina Milei, Santiago Caputo
POLITICA
El Gobierno bonaerense denunció en la Justicia un complot de 24 policías cercanos al candidato de LLA

El Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires denunció ante la Justicia un complot policial protagonizado por un grupo de policías bonaerenses que dijo que trabajaban para la campaña electoral del comisario Maximiliano Bondarenko, cabeza de lista de la alianza de libertarios y PRO en la tercera sección electoral.
La presentación recayó en el fiscal de turno subrogante Álvaro Garganta, que por estas horas analiza la prestación y espera que le aporten la documentación que respalda lo afirmado en la denuncia,
En ese escrito -dijeron fuentes oficiales a – la provincia denunció que al menos 24 uniformados conspiraron con Bondarenko para colaborar con su campaña y desestabilizar la gestión de Axel Kicillof.
Así, por ejemplo, la denuncia menciona que los uniformados habían preparado proyectos de ley en materia de seguridad para la Libertad Avanza que iban a ser presentados en la Legislatura en caso de que Bondarenko ganara las elecciones.
Asimismo, se menciona que se detectó documentación conspirativa, por ejemplo, una lista de lugares con algunos integrantes de la fuerza policial que podrían colaborar en caso de que se iniciara un clima de descontento por reclamos salariales, dijeron las fuentes.
Mencionaron que hay nombres y lugares de donde podrían iniciarse estas actividades de agitación policial.
El fiscal Garganta está a la espera de la evidencia para determinar si impulsa está acción o no.
En tanto, fuentes del Gobierno bonaerense dieron a más detalles de cómo se detectó esta supuesta conspiración policial.
Dijeron que todo comenzó con una denuncia anónima que llegó a las autoridades policiales que le dieron intervención a asuntos internos de la Policía bonaerense.
Allí comenzó una auditoría para investigar esta denuncia que incluyo el análisis de las computadoras de los denunciados y una reconstrucción de sus movimientos.
Las fuentes del gobierno bonaerense explicaron que se detectó que había reuniones de policías, en dependencias policiales, no comisarías, sino oficinas de mandos altos y medios de la Policía bonaerense.
Allí, en dependencias policiales y en el horario laboral, se trabajaba -dijeron las fuentes- “en función de las necesidades del candidato”.
“La auditoría interna comprobó que la denuncia anónima era real. Se encontró material en las computadoras e impresiones en papel con planes de trabajo de cara a las elecciones y a las de 2027″, dijo una alta fuente bonaerense a .
Se escribía allí sobre cómo trabajar el tema seguridad, que cambios había que hacer, a quién promover y a quién pasar a retiro.
“La policía no puede hacer actividad política partidaria en dependencias policiales. Es apartidaria y no pude sindicalizarse”, dijo un funcionario del gabinete del gobernador Kicillof.
Los 24 uniformados bajo investigación fueron suspendidos de sus cargos, no exonerados. Se espera ahora el resultado de la investigación administrativa y judicial para definir su futuro.
Hernán Cappiello,Conforme a
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