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POLITICA

Las perlitas de otra brillante carrera de Franco Colapinto: festejos con los fans argentinos y más elogios

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Después de otra brillante carrera de Franco Colapinto en el Gran Premio de Estados Unidos, en la que terminó décimo en el regreso a la actividad, el piloto argentino se acercó a los fans en Austin para festejar como si él hubiese sido el campeón.

Fue una de las lindas perlitas que dejó el GP de Texas: Colapinto celebrando a la par del ganador Charles Leclerc de Ferrari; o Carlos Sainz (Ferrari) y Max Verstappen (Red Bull), quienes completaron el podio este domingo. La cuenta oficial de Williams Racing en X compartió el momento.

El nacido en Pilar habló desde boxes sobre lo que fue la carrera en EEUU: “Si me decían unos puntos, obviamente me hubiera gustado noveno, estaba empujando fuerte para alcanzar a Lawson, estaba complicado, se calentaban rápidos las gomas. En las curvas rápidas se complicaba. El ritmo fue bueno. Con aire limpio, demostramos lo más fuerte en la parte media de la grilla, tanto con las duras como con las medias. Más que positivo lo de hoy, la vuelta rápida la tenía casi hasta el final hasta que la sacó el francés (Esteban con), una pena”.

“El equipo no quería largar con gomas duras, pero yo sabía que era la mejor opción. Logramos convencerlos, y creo que fue una decisión acertada”, reveló sobre la estrategia.

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La banca de Manu Ginóbili

La leyenda de la Selección Argentina de básquet y los San Antonio Spurs de la NBA se hizo presente en Austin para estar junto a su compatriota.

Colapinto sigue cosechando elogios. James Vowles, jefe de la escudería, fue uno de los primeros en felicitarlo instantes después de haber conseguido el punto: “Franco, fue una carrera mega, mega. ¡Sí! ¡Vamos! Bien hecho. Fue perfecta. El auto es rápido, eso es lo que demostraste hoy en la carrera, así que no puedo esperar a ver lo que puede hacer en México. Vamos, sigamos adelante”.

Vowles dejó en claro semanas atrás en Bakú el apoyo hacía Colapinto, afirmando públicamente que va a hacer todo lo posible por asegurarle una plaza en la temporada que viene. Sin embargo recalcó que los lugares en Williams ya están ocupadas con Alex Albion y con la reciente incorporación de Carlos Sainz proveniente de Ferrari: “Aunque nos quite puntos en el futuro, es un piloto profesional y debería estar compitiendo en la máxima categoría. Así de simple”.

El jefe de Williams busca asegurar a Colapinto en la F1 del 2025: decisión clave en manos de otros equipos

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POLITICA

River perdió el partido, los estribos y quedó envuelto por el escándalo en Mendoza

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No dio la talla. Faltó juego, asociaciones, temple y sobraron errores, desinteligencias, nerviosismo. La derrota 2 a 1 de River ante Independiente Rivadavia, en Mendoza, anuló la ilusión de los millonarios de batallar por el título. Ocho puntos separan al equipo que conduce Marcelo Gallardo del líder Vélez, con 12 unidades en juego. El gol de Ham, en el noveno minuto de adicional, decretó la caída y avivó el escándalo en la cancha y en el gimnasio del estadio Malvinas Argentinas, con una persecución de jugadores a Sebastián Villa y escenas que multiplicaron el descontrol. El final fue caótico, con corridas, gestos y golpes.

Un rato largo después de la derrota, Marcelo Gallardo dio la cara. El DT de River fue claro en su opinión: “Fue una reacción en caliente por un gesto que hace un adversario, y termina el partido. Nada justifica el comportamiento de los dos equipos. Nada lo justifica, esas cosas se dan a veces cuando estas en caliente. Creo que se metió mucha gente y fue muy confuso, no puedo detectar bien qué fue lo que pasó. No esta bueno, no me gusta. Hay que asumir la bronca y guardarse”. Y no eludió la autocrítica por el pobre rendimiento de su equipo: “Jugamos un muy mal segundo tiempo, no queda otra que reconocer que no nos salió nada”.

Una jugada repetida, pero que no deja de tener efectividad. Una acción conocida, que los directores técnicos remarcan, aunque las precauciones que se toman en la teoría se derrumban en la práctica. El pase de Tonetto al espacio, la corrida de Villa, el enganche del colombiano para la pierna hábil ante la marca de Gattoni y el latigazo de derecha para que resultara improductivo el revolcón de Armani.

Sencillo, pero vigente, el festejo del delantero es una escena que River padeció por cuarta vez: ahora, con la camiseta de Independiente Rivadavia; las anteriores, con la de Boca. Un gol que remarcó la endeblez de la fórmula de zagueros centrales, donde quien tomó al atacante fue engañado y González Pirez –que miraba de reojo al juez asistente Facundo Rodríguez– habilitó en el inicio de la jugada. En apenas siete minutos, los mendocinos descubrían la desnudez de un rival que debía marcar el pulso.

El resumen de la derrota de River

 

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Para revertir el resultado, River necesitaba tiempo, pero las acciones polémicas consumieron minutos para un equipo que manejó la tenencia de la pelota, aunque careció de creatividad para desarticular al rival. Un remate de Echeverri y otro de Bustos –tras un desborde de Colidio–, las situaciones de riesgo que levantaron al público millonario, que se vistió de neutral sin disimulo. Tres minutos se recuperaron en el primer tiempo de los casi diez que estuvo detenido, después de los dos penales que sancionó el árbitro Arasa: en el primero, Lucas Novelli –árbitro del VAR– anuló la mano de Sheyko Studer por posición adelantada de Solari. Más tarde, el mismo defensor bloqueó un remate de Echeverri y desde el VAR convocaron al árbitro principal para que repasara la jugada. Arasa defendió su interpretación y Colidio, con un remate de derecha y cruzado, igualó el marcador.

El escándalo del final

Nublado en ofensiva y errático en defensa, River sufrió tres veces en la misma jugada en el inicio del segundo tiempo, después de un error de Villagra: Sequeira, Ramis y Cardillo no pudieron con Armani, la gran figura riverplatense en la noche mendocina. La urgencia por un triunfo que mantuviera viva la esperanza de pulsear por el título invitaba a jugar a campo abierto: Villa pecó de individualista y definió desviado, cuando Ramis reclamaba el pase. Agazapado, Independiente Rivadavia era inteligente para romper los circuitos y veloz para correr hacia el arco rival. Armani con sus respuestas, como en el disparo de Tonetto, sostenía la ilusión.

La mejor respuesta colectiva de River la compusieron Meza y Echeverri, que de cabeza dejó la pelota en el techo del arco. Los ingresos de Borja, Mastantuono, Pity Martínez, Aliendro y Bareiro no modificaron el escenario, más allá de alguna situación –un cabezazo de Borja, una atropellada de Aliendro que no tuvo tiempo y espacio para definir- que puso en aprieto a Centurión, arquero que se forjó en las divisiones inferiores de los millonarios.

River resultó un equipo con poca chispa, adormecido, indolente, alejado de las formaciones con el sello que impuso Gallardo. Decidió jugar un ida y vuelta en el desenlace, pero no tuvo contundencia y mucha fragilidad en defensa e Independiente Rivadavia, un rival que estaría perdiendo la categoría si no fuera porque la AFA anuló los descensos en esta temporada, explotó con el tiro del final de Ham. River estaba obligado a ganar para sostener un sueño. Perdió y quedó envuelto por el escándalo.

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