Alrededor de 421 mil por segundo es lo que la secretaria General de la Presidencia desembolsó en pasajes, alojamiento y viáticos para costear un viaje relámpago, sin agenda institucional, del mandatario a Maryland.

Mientras le quita la comida a los comedores que reciben a miles de personas y los medicamentos a pacientes oncológicos, Javier Milei sigue gastando millones, por solo cumplir sus caprichos como si fuese un adolescente. Después de comprarle los aviones F-16 a Dinamarca para complacer a Estados Unidos, gastando 350 millones de dólares en equipamiento usados que tienen más de cuarenta años, ahora se dio a conocer lo que gastó el estado argentino en una visita no oficial del presidente a Estados Unidos.

La comitiva estuvo conformada por doce integrantes, entre ellos el cineasta de La Libertad Avanza, Santiago Oría, que asistió como integrante de la secretaría de Comunicación y Prensa y fue quien filmó el brevísimo cruce de Milei con Trump.

Es tan absurdo el gasto millonario realizado, que la excusa oficial del viaje oficial fue la participación de Milei en la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC), que se desarrolló entre el 21 y el 24 de febrero. Vale recordar que cuando le tocó dar su discurso a libertario, la sala estaba semivacía. Además, en su estadía de lujo en Estados Unidos, pese a los festejos desmedidos de sus trolls en redes, el presidente no logró ninguna reunión con gente del gobierno norteamericano.

Una vez más vemos que el gobierno de La Libertad Avanza, pese a las promesas electorales, es capaz de gastar millones de pesos para mostrar una imagen que no es, al mismo tiempo que recorta el presupuesto educativo, deja miles de empleados estatales en la calle y la pobreza crece en el país.

A todo esto la hermana de Milei y secretaria General de la presidencia, Karina, cobra 4 millones de pesos de sueldo, y el vocero presidencial Manuel Adorni tiene un sueldo de 3 millones, además de autorizar un aumento a los senadores por más del doble de su dieta. Queda claro a esta altura del partido que Milei no combate a la tan aludida y denostada casta, sino que disfruta de su estadía como presidente con todos los lujos que su rango le permite, mientras en paralelo se reduce a la desidia, la pobreza y la marginalidad a la gran mayoría del pueblo argentino.

(*) Gustavo Ulisse, dirigente político.

COMENTÁ / VER COMENTARIOS