En momentos en que se intensifica la guerra entre Israel e Irán, y en la que Estados Unidos es ya parte central del conflicto bélico, se vuelve pertinente, preguntarse cómo afecta en lo económico y en qué negocios impacta en Argentina.

El histórico buen vínculo de Buenos Aires y Teherán, incluso tras la revolución de los los ayatolas de 1979 -con la que hubo hasta la llegada de Carlos Menem al poder un intenso vínculo nuclear pacífico- comenzó a deteriorarse tras la atentado terrorista contra la Amia, de 1994, que dejó 85 personas muertas y cientos heridos.

La justicia argentina determinó que la milicia shiita de Hezbollah, -y por la tanto el estado persa, que ha financiado a éste y otros grupos terroristas- estuvo por detrás del atentado igual que en el que tuvo lugar contra la Embajada de Israel en Argentina, en marzo de 1992.

Un puñado de actuales y exfuncionarios persas están con pedido de captura internacional por Interpol y desde los 90′ las relaciones diplomáticas bilaterales permanecen degradadas al nivel de Encargado de Negocios en ambas capitales.

Con el gobierno de Javier Milei las relaciones están en su mínimo histórico por su alianza estratégica con Donald Trump y Benjamín Netanyahu. La Justicia recientemente enfatizó nuevamente la responsabilidad de la República Islámica de Irán detrás de los atentados. Y Milei tomó partido por Estados Unidos e Israel abiertamente en el conflicto con Irán. Es el único mandatario de la región que lo hizo.

El personal de la Embajada argentina en Teherán fue evacuado y por ahora no se ha tomado decisión sobre qué hacer con los iraníes aquí. Todos los escenarios están abiertos. Hay quienes están pidiendo que el canciller Gerardo Werthein lo expulse y ordene el cierre de las misiones.

En lo que hace a las relaciones económicas, a lo largo de estos años el comercio ha tenido una dinámica a los tumbos por las tensiones políticas y se mantuvo encuadrado en un nivel de triangulación a través de la llegada de productos argentinos principalmente del agro, a puertos europeos, que luego terminaban en la República islámica.

«El conflicto bélico genera incertidumbres comerciales que impactan en precios de los commodities y del petróleo que esta en relación directa con los fertilizantes, donde nuestro país importa alrededor de la mitad de sus necesidades anuales. Por otra parte, Irán históricamente ha sido un cliente importante de Argentina pero en los últimos años Brasil ha tomado nuestro lugar», señaló a Clarín Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara).

Si bien, no hay datos provistos por el Indec, ya se sabe que el comercio bilateral con Irán históricamente fue favorable para Argentina. El superávit comercial para Argentina ubica a la República Islámica de Irán en el 15° lugar en importancia y el segundo mayor en Medio Oriente (sólo superado por el superávit con el Reino de Arabia Saudita) pero su evolución ha estado marcada por la dinámica de la relación política bilateral: en agosto de 2003 Irán decidió prohibir la importación de bienes y servicios desde nuestro país y la entrada en territorio iraní de cualquier medio de transporte con mercancías de origen argentino, aunque estuviesen destinadas a terceros mercados. A partir del año 2008, Irán retomó las compras de productos argentinos (pellets de soja, aceites vegetales y cereales), a un promedio de alrededor de 1.000 millones de dólares anuales.

El comercio bilateral con Irán superó, entre los años 2008 a 2011, los 1.000 millones de dólares. A partir del año 2014, las exportaciones de nuestro país a Irán comenzaron a caer, alcanzando los 426 millones de dólares en 2016. Este pronunciado descenso se explica, en parte, por la decisión de la República Islámica de no continuar las importaciones de maíz argentino (cuyo monto anual era de casi 500 millones de dólares). Cabe señalar que Brasil se ha convertido en el país sustituto de las compras antes efectuadas a la Argentina.

En la actualidad no habría restricciones al comercio bilateral, más allá de las dificultades que puedan surgir a causa del aún inestable funcionamiento del sistema financiero iraní y de las sanciones económicas que impone el gobierno de los EE.UU.

El comercio bilateral igual viene en caída libre con el gobierno libertario y comparado con otros países: a Israel se le exporta más de USD 450 millones anuales, principalmente carne bovina y harina y pellets de soja. A Arabia Saudita se le exporta por USD 1.500 millones (principalmente harina de soja y maíz). Y a Emiratos Árabes Unidos, por USD 600 millones (con fuerte presencia de maíz).

Si en abril de 2024 se exportaron casi 60 millones de dólares a Irán, ello da 720 millones anualizado, pero con la Guerra y el abierto posicionamiento de Milei, la caída se va a profundizar.

La preocupación principal se vincula a los problemas que el conflicto bélico puede generar en la logística internacional. Por el estrecho de Ormuz, que Irán amenaza con cerrar, transita cerca del 20% del comercio mundial del petróleo, por lo que si se materializa la amenaza, impactaría en el alza el precio del petróleo, lo que encarece la producción y el comercio agrícola.

La semana pasada, en medio de un aumento internacional del 21% del crudo, en la Argentina las petroleras también anunciaron subas debido a la nueva guerra en Oriente medio, la más grave de todas. Eso afecta notablemente a Brasil el mayor exportador desde Sudamérica y en menor medida a la Argentina.