Si bien la relación se tensionó durante el fin de semana, ante la falta de los aportes económicos que había prometido el ex presidente para el tramo final de la campaña y la imposibilidad de cumplir con los compromisos de fiscalización asumidos por el Pro, el decepcionante desempeño del libertario creó las condiciones para tratar de restablecer la armonía.

En ambos campamentos trataron de bajar también la intensidad del cortocircuito, que motivó que no apareciera ningún dirigente macrista en la facultad de Derecho, y que ni siquiera postearan en su apoyo durante del debate, asegurando que esas ausencias no eran producto de una ruptura, sino de una decisión mutua para presentar a un Javier Milei “auténtico”, que reasumiera el programa que le había posibilitado su meteórico crecimiento.

La visita de Macri significó un respaldo para el alicaído candidato, y una señal hacia los votantes del Pro que, tanto como la dirigencia partidaria y los operadores periodísticos del espacio, habían quedado muy impactados ante su pobre desempeño.

La reunión entre ambos duró alrededor de 60 minutos y tuvo un carácter reservado. Cuatro temas ocuparon la agenda: el debate, la fiscalización para el domingo, la cifra de inflación que se conoció este lunes y el proyecto de privatización de los clubes de fútbol, en el marco de la ofensiva de Macri para tratar de recuperar el control de Boca.

Si bien a Macri le preocupa –y mucho- la posibilidad de una reelección de Juan Román Riquelme en el club de la Ribera, por los negocios y la visualización pública que habilitaría un retorno al control de la entidad, el problema de fondo es el temor enfermizo que siente el ex presidente sobre las consecuencias de una victoria electoral de Sergio Massa. El proyecto de Macri apunta a colaborar con Milei para tratar de ayudarlo a imponerse en el balotaje, para inmediatamente ocuparse de las elecciones en Boca, desde donde pretende relanzar su carrera política. 

Por el contrario, sabe que un triunfo de Massa, concatenado con otra de Román, significaría la definición del peor de los escenarios posibles, de los que no es posible excluir la alternativa del exilio para evitar terminar tras las rejas. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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