En medio de las versiones sobre posibles desprendimientos de Unión por la Patria, Raúl Jalil pasó por el Congreso para reunirse con Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados. Desde el oficialismo vienen trabajando para profundizar la división del peronismo, con los legisladores por Catamarca como uno de los sectores apuntados.

“El país está quebrado. Nosotros tenemos que gobernar, y el presidente es Milei”. Antes del encuentro, Jalil dejaba trascender los motivos por los que los legisladores que le responden comenzaron hace un tiempo a moverse cerca de La Libertad Avanza y sobre la posibilidad de armar un espacio más afín a la Casa Rosada, con otros pares provinciales.

“En nuestro caso todavía no salimos del bloque”, se diferenciaban los catamarqueños de otros gobernadores cuyos diputados se habían desprendido de Unión por la Patria, como los tres tucumanos y los tres salteños alineados con Osvaldo Jaldo y Gustavo Sáenz. Pero Jalil no descarta que parte de los legisladores de su provincia pasen a formar parte de un nuevo esquema, lo que implicaría un debilitamiento de las bancadas presididas por José Mayans en el Senado y Germán Martínez en Diputados.

El primer paso que había dado el gobernador en esa dirección fue a fines de abril, durante la votación de la Ley de Bases, en la que tres diputados por Catamarca votaron a favor del capítulo del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI): Silvana Ginocchio -esposa del mandatario-, Fernanda Avila y Dante López Rodríguez. Sebastián Nóblega se abstuvo, y de ese modo también se separó de la posición de Unión por la Patria.

“Lo que pretendemos es darle algunas herramientas al Gobierno que fue legítimamente elegido por el voto popular para terminar esta discusión por la Ley de Bases y poder enfocarnos en la gestión”, dijo en aquel momento Jalil a Clarín. Esos cuatro diputados también ayudaron al oficialismo en la restitución del Impuesto a las Ganancias: Nóblega votó a favor y los tres restantes se abstuvieron. Algo similar sucedió en el Senado, con el respaldo de Guillermo Andrada a ambos puntos.

Jalil no viajó el viernes a La Rioja a la cumbre convocada por Ricardo Quintela y había sido uno de los gobernadores peronistas que en julio firmaron el Pacto de Mayo con Javier Milei en Tucumán. En aquella foto también aparecieron el cordobés Martín Llaryora, el chubutense Ignacio Torres, el rionegrino Alberto Weretilneck y el neuquino Rolando Figueroa. Los cuatro avanzaron con el armado de un nuevo bloque en el Senado, que se llamará Provincias Unidas.

En ese espacio también abrevan Jaldo y Sáenz, aunque en sus casos los senadores no les responden. Además se proponen integrar a los legisladores alineados con el misionero Carlos Rovira -jefe político del gobernador misionero Hugo Passalacqua-, el santacruceño Claudio Vidal y el santiagueño Gerardo Zamora, acaso el más difícil y si se concreta el que más ruido haría por su cercanía con el kirchnerismo y el volumen (tres senadores y siete diputados) en el Congreso.

“Nadie habló con el gobernador ni con ningún senador santiagueño. No hay ninguna intención de hacer algo así”, descartaron fuentes cercanas a Zamora.

“La idea es consolidar un espacio horizontal, cercano al oficialismo, pero no en contra de nadie”, adelantó uno de los gobernadores que impulsan el movimiento, con el propósito de pararse al margen de la confrontación con el Gobierno y a la vez no darle al armado una impronta antikirchnerista, aunque en los hechos implique un golpe a la oposición más dura.

Además de los senadores de Córdoba (Alejandra Vigo), Chubut (Edith Terenzi), Neuquén (Lucila Crexell) y Río Negro (Mónica Silva) podrían integrar el bloque el catamarqueño Andrada -no Lucía Corpacci- y dos “sin tierra”, que no responden a mandatarios provinciales: el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos Espínola.

En Diputados, en caso de confirmarse el desprendimiento de los catamarqueños, articularían con los tucumanos y los salteños que conforman el bloque Innovación Federal. Los gobernadores del norte se encontrarán este martes en la casa de La Rioja, en Córdoba y Callao. Una parte aprovechará la cumbre para seguir avanzando.