POLITICA
Mauricio Macri se reúne con el bloque de Diputados de Pro en plena discusión por el Presupuesto
Mientras intenta resolver el difícil dilema respecto de cómo debe pararse frente a Javier Milei para evitar que su partido sea absorbido por La Libertad Avanza, el jefe de Pro, Mauricio Macri, envía señales de que procura contener y motivar a su tropa con vistas a las legislativas de 2025.
En efecto, el expresidente vuelve hoy a involucrarse de manera activa en la tarea legislativa de su fuerza: por primera vez desde que asumió la conducción de Pro, participa de una reunión de bloque de diputados.
El Gobierno logró dictaminar la privatización de Aerolíneas Argentinas y la discusión se dirimirá en el recinto de Diputados
Esta tarde, Macri se ve las caras con el grupo de legisladores amarillos mientras el Gobierno comienza a recolectar adhesiones para aprobar el proyecto de ley de presupuesto 2025 que Milei envió al Congreso. Por el momento, esas negociaciones avanzan lentamente en la Cámara baja. Incluso los oficialistas descuentan que el proyecto llegará al recinto recién en diciembre, por lo que se alistan para una prórroga de las sesiones ordinarias o una convocatoria a extraordinarias.
Si bien Pro se inclina por aprobar la iniciativa con el argumento de que valoran la apuesta del Presidente por blindar el equilibrio fiscal, Macri y los gobernadores amarillos están dispuestos a presionar a la Casa Rosada durante las tratativas. Pretenden que haya una retribución al apoyo casi incondicional que le brindan sus bloques en el Congreso.
De hecho, tras el encuentro que mantuvo el jueves pasado con la mesa ejecutiva del partido, el macrismo ratificó que está dispuesto a acompañar la sanción de la “ley de leyes”, pero puso como condición que el Poder Ejecutivo atienda las demandas de los gobernadores e intendentes de Pro vinculadas al reparto de fondos, deudas u obras de infraestructura. Rogelio Frigerio (Entre Ríos) ya le entregó el listado de pedidos a Guillermo Francos, jefe de Gabinete.
En el bloque de diputados de Pro aún no hay una postura unificada respecto de un asunto que inquieta más al Gobierno de Milei que el presupuesto: la reforma de la ley que regula el tratamiento de los decretos de necesidad y urgencia (DNU). En la Casa Rosada asumen que la intención de la oposición es limitar el uso de la herramienta para poner contra las cuerdas a Milei. En la bancada que lidera Cristian Ritondo consideran que “no es un tema urgente”, pese a que representantes del espacio, como Alejandro Bongiovanni, presentaron proyectos para incrementar la capacidad de incidencia del Congreso en el proceso de control. En los últimos días se impuso la idea de no presentar un dictamen propio y cooperar con el plan del oficialismo de dilatar la discusión. “No vemos un abuso de la herramienta por parte de Milei. Es una cuestión de timming; no es momento de impulsar una reforma que puede debilitar al Gobierno”, comenta una de las espadas macristas de Pro en el Poder Legislativo.
Entre tanto, el Gobierno perdió hoy a su secretario de Relaciones Parlamentarias, Omar De Marchi, quien tenía un pie afuera de la Casa Rosada desde que Nicolás Posse se alejó de su cargo. El mendocino, que rompió con Pro en 2023 para desafiar a Alfredo Cornejo en Mendoza, recalará en la vicepresidencia de Aerolíneas Argentinas. Lo reemplazará el exembajador en Portugal y referente del Partido Demócrata Progresista, Oscar Moscariello, un dirigente que supo estar cerca del macrismo, según confirmaron fuentes oficiales. Moscariello, quien tiene un vínculo estrecho con Francos y asistió a Eduardo “Lule” Menem en el armado de LLA a nivel nacional, asumirá en ese puesto en los próximos días.
El vínculo con Milei
Macri reaparece en momentos en que la Casa Rosada intenta armonizar el vínculo con su principal socio parlamentario. En la cima de Pro perciben un interés del oficialismo por exhibir frente a los mercados que la relación se encamina a un acuerdo orgánico, sobre todo, después de que Milei enfrentará un escenario complejo para conseguir los 85 votos que le permitieron convalidar la impugnación presidencial a la ley que incrementaba las partidas para las universidades. “Tenemos una coincidencia ideológica que es casi total en más del 80 o 90 por ciento de las cosas. Me preguntan si estamos cerca de ponernos de novios con el Pro, yo digo que sí, que estamos muy cerca”, aseguró ayer Martín Menem, titular de la Cámara baja. Menem y Santiago Caputo participaron la semana pasada de un asado junto a legisladores de Pro en la casa de Ritondo.
En el primer tramo de la reunión con los diputados, que se realiza en el edificio anexo del Palacio del Congreso, Macri instó al bloque a mantenerse “unido y sólido” de cara a los próximos debates legislativos. Según fuentes partidarias, destacó el rol que tuvo Pro para “fortalecer y sostener el cambio”.
Quienes frecuentan al jefe de Pro cuentan que lo notaron satisfecho con algunos gestos del Presidente y su mesa chica, como el almuerzo que organizó Milei con gobernadores amarillos en la Casa Rosada o las reuniones de coordinación de la agenda parlamentaria. También celebró que Santiago Caputo, el asesor presidencial, haya aceptado la cooperación de Emilio Apud en el área energética. El acercamiento de Apud al Gobierno derivó en la designación de María Tettamanti como reemplazante de Eduardo Rodríguez Chirillo en la Secretaría de Energía. Por el momento, no progresaron las tratativas para que más macristas desembarquen en el Gobierno. “Estamos a disposición para ayudar en el área que necesiten, pero queremos saber cuál es el proyecto”, dicen en el macrismo.
Pese a los gestos de contención motorizados por el jefe del Estado, hay actitudes del mileísmo que desconciertan al expresidente, como los constantes desplantes del bloque libertario que lidera María del Pilar Ramírez a Jorge Macri en la principal fortaleza electoral de Pro. “La inconducta de LLA en la ciudad no es un tema menor para nosotros. Nos hacen dudar de si tienen vocación de tener un acuerdo o no”, grafica uno de los interlocutores habituales de Macri.
Dilemas e internas
Con ese trasfondo, el titular de Pro intenta reformatear a su fuerza, que sufre una profunda crisis de identidad desde que la propuesta de Milei triunfó en las urnas. Cerca de Macri consideran que atraviesan una etapa de saneamiento, sobre todo, después de la feroz interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. “Quiere estar más cerca del partido, concentrarse en la construcción de nuestra oferta. Por eso, hay que reordenarse”, asegura uno de los consejeros de Macri.
En la bancada que preside Ritondo conviven las distintas líneas internas: los lugartenientes del macrismo, los leales a Bullrich y el larretista Álvaro González. Las diferencias internas entre los tres sectores quedaron reflejadas en las últimas votaciones clave para el Gobierno. Por ejemplo, González votó en contra de convalidar los vetos de Milei a la reforma jubilatoria o la ley de financiamiento universitario, a pesar de que Macri y la cúpula del partido habían pedido acompañar. Por ahora, el larretista descarta una ruptura –se especulaba con un pase al bloque de Encuentro Federal, que coordina Miguel Pichetto–, pero no dudará en diferenciarse.
Por su parte, los bullrichistas Damián Arabia, Laura Rodríguez Machado y Patricia Vásquez desoyeron en agosto pasado la orden de Macri y los gobernadores de Pro de rechazar el decreto presidencial 656/24, por el que se incrementaba en $100.000 millones los gastos reservados para el sistema de inteligencia. Ese día, Silvana Giudici, secretaria parlamentaria del bloque de Pro y dirigente que orbita cerca de Bullrich, y Fernando Iglesias, optaron por la abstención. En tanto, Hernán Lombardi, Sabrina Ajmechet y Gerardo Milman se ausentaron en el momento de la votación.
Macri había dado la instrucción de votar en contra del decreto de Milei tras una cumbre virtual con los gobernadores y un puñado de autoridades partidarias. La decisión no cayó bien en un sector de la bancada de Ritondo, quien se encontraba en el exterior. “¿Por qué lo definen los gobernadores? Los que votamos somos los diputados”, se quejó uno de los referentes legislativos de Pro.
Semanas atrás, Macri se había visto con los senadores de su fuerza. Los recibió en su casa de Acassuso después de los desencuentros por la votación de la reforma jubilatoria que impulsó la oposición y luego vetó Milei.
POLITICA
Euforia por los resultados en el comando trumpista en Florida, donde solo se espera el anuncio final para desatar “una fiesta”
WEST PALM BEACH, Florida.- Con el camino al triunfo de Donald Trump ya prácticamente allanado, la expectativa está puesta en el discurso del líder republicano en el megaevento electoral del candidato republicano, que revolucionó West Palm Beach, en Florida, el lugar elegido por su equipo de campaña para lo que será su fiesta de victoria, de desquite casi personal de la derrota de 2020.
El último estallido del público llegó con las proyecciones de que el magnate se quedó con Pensilvania, uno de los estados que se preveían cruciales. Solo faltaba sumar oficialmente un puñado más de votos en el Colegio Electoral para que Trump se convierte en el 47 presidente de Estados Unidos.
“¡Se acabó!”, festejó un hombre en medio del en griterío que parecía un punto sin retorno. Un joven con una gorra de Make America Great Again subió la apuesta. “¡Que se joda Joe Biden! ¡Que se joda ella!”, dijo en referencia a Kamala Harris, la rival de Trump en las elecciones.
La multitud, eufórica, coreaba: “¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!”. Ahora están reunidos cerca del escenario esperando que Trump entre y pronuncie un discurso. Todo es entusiasmo, abrazos y sonrisas, en un búnker al que siguen llegando invitados, como Tucker Carlson, recibido como una estrella.
“Se va a terminar este desastre [del gobierno demócrata]. Hoy será una fiesta. ¿Alguna duda de eso?”, señaló más temprano Magali, que llevaba un vestido brillante con los colores de la bandera norteamericana. “Me quedaré hasta el final para escuchar a nuestro líder”, añadió la mujer, junto a un grupo de amigas, todas vestidas para una fiesta. Tras una cena múltiple que ofreció en su club Mar-a-Lago a personas de su entorno y donantes de campaña –el multimillonario Elon Musk fue uno de los invitados estelares-, Trump ya se dirige al Palm Beach County Convention Center para dar un discurso.
Con el avance del recuento oficial y el mapa de estados que poco a poco se pintó más de rojo que de azul, como era esperado con los primeros anuncios, la confianza en el búnker trumpista iba en aumento. También por las proyecciones que circulaban en redes sociales y medios de comunicación sobre las mayores posibilidades de victoria republicana en el Colegio Electoral, la llave para volver a la Casa Blanca. Nadie despegaba su mirada de las pantallas y los celulares, atentos a cada dato. De todas formas, ninguno se quería adelantar a los resultados finales.
“Esperamos un triunfo, sin dudas, aunque sabemos que el anuncio oficial puede tardar. Habrá que tener paciencia”, dijo a LA NACION Matt Moore, que viajó especialmente desde Wisconsin para el evento. “Es difícil confiar en el sistema electoral, ya vamos viendo lo que pasa en Pensilvania”, advirtió, mientras mostraba en su celular una publicación de Trump en Truth Social, aún en plena votación, en la que denunciaba “masivas trampas en Filadelfia”.
En medio de un fuerte operativo de seguridad desde temprano en torno al centro de convenciones, unos 5000 republicanos invitados se congregaron para seguir los resultados. El merchandising trumpista estuvo a la orden del día: con gorras rojas MAGA (Make America Great Again), banderas con la cara del magnate y otras norteamericanas, y remeras estampadas con la fórmula Trump-Vance 2024.
El primer grito llegó con la confirmación del amplio triunfo republicano en Florida. “¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!”, cantaron los simpatizantes cuando el extremo sudeste del mapa se pintó de rojo, en el estado de residencia del expresidente. “¡Flo-ri-da! ¡Flo-ri-da!”, corearon sus simpatizantes.
Las encuestas preveían un triunfo cómodo de Trump –por unos siete puntos- en el estado del sol, convertido en un bastión republicano después de haber sido un distrito en disputa en elecciones pasadas (Barack Obama se impuso en 2008 y 2012). El candidato republicano se aseguró esos 30 votos para el Colegio Electoral, con la sorpresa de una victoria aplastante: 13 puntos de ventaja sobre Kamala Harris. Fue una diferencia mucho mayor a la pronosticada, lo que consolidó el amplio predominio conservador en el estado (en cada elección en la que participó, Trump aumentó aquí sus márgenes de victoria).
Además, Trump se convirtió en el primer candidato presidencial republicano en ganar Miami-Dade, el condado más poblado de Florida, desde 1988. Biden lo había ganado por siete puntos en 2020.
Un grupo de afroamericanos con remeras de Black Voters for Trump también se hizo presente en el evento trumpista. “Confiamos en él, las cosas no han sido mejores cuando tuvimos a un presidente afroamericano y demócrata”, señala uno de ellos, en referencia a las administraciones de Barack Obama.
Ante la fuerte demanda de medios de prensa de todo el mundo, el equipo republicano rechazó el acceso a decenas de periodistas internacionales, lo que provocó fuertes quejas. Además, según informó la cadena CNN, en represalia por su cobertura se les quitó la acreditación a periodistas de Politico, Voice of America y Mother Jones.
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