El máximo ganador del Australian Open, Novak Djokovic, comenzó su aventura en busca de ampliar su récord a 25 Grand Slam en la sesión nocturna de la Rod Laver Arena. El serbio derrotó por 6-2, 6-7 (5), 6-3 y 6-3 al croata Dino Prizmic, quien conquistó el título juvenil en el Abierto de Francia del año pasado. Con esta victoria, Nole ya ostenta una racha de 29 triunfos en Melbourne Park y acumuló su triunfo N° 90 en este certamen.

El próximo rival de Nole surgirá del vencedor del enfrentamiento entre los australianos Alexei Popyrin y Marc Polmans. En caso de que avancen los dos, Djokovic y el argentino Tomás Etcheverry se encontrarán en la cuarta ronda del primer Grand Slam del año.

Prizmic, de 18 años y proveniente de la clasificación, levantó cuatro match points cuando se encontraba 5-3 debajo en el marcador, pero el N° 1 terminó cerrando el partido con su saque en cuatro horas de juego. Al final, Djokovic pidió un aplauso para su rival por el esfuerzo que brindó a la cancha ante el gigante del tenis.

“Merece todo el crédito, es muy maduro para su edad, éste es su momento. Batalló con buena mentalidad y resilencia. Hoy me hizo correr por mi dinero. Utilizó cada milímetro de la cancha”, elogió Djokovic a Prizmic.

“Tuve buenos momentos y otros en los que pude haber sido más agresivo. Tuve un descanso muy corto entre temporadas, pero ya estoy de nuevo en el circuito”, dijo Djokovic, que agradeció a André Agassi, su ex entrenador, por su presencia. “Cuando lo ví, empecé a perder”, bromeó el serbio, respecto de la presencia de la leyenda norteamericana.

Las estadísticas indicaron que Djokovic se impuso después de haber quebrado 8 de 17 veces a Prizmic, con 40 tiros ganadores, 49 errores no forzados contra 42 y 11 aces.

Lo mejor del partido

Aunque Djokovic fue capaz de tomar el control inicial sobre su cancha favorita, la respuesta al otro lado de la red no se hizo esperar. Con un juego solvente en el fondo de la pista y un revés caliente, el croata logró dar vuelta el marcador, con lo que se llevó el tie break del segundo set y llegó a tomar un quiebre (3-2) en el tercer parcial.

En un territorio que conoce como nadie, escenario de grandes gestas a lo largo de su carrera, Djokovic encontró la calma en el momento decisivo. Lejos de entrar en pánico, el serbio respondió anotándose 8 juegos consecutivos, con lo que revirtió el tercer parcial y encaminó el cuarto set antes de ponerle el broche a su primer duelo en Melbourne.

Djokovic, que llegó al primer Grand Slam del año con la incógnita en su muñeca derecha, maltrecha en las semanas previas al torneo, superó el primer test de presión con uno de los estrenos más ajustados de su vida en Melbourne. Una puesta en marcha intensa en un torneo donde debe proteger su puesto en la cima del ranking.

Con una carrera majestuosa a la espalda, Novak no mostró síntomas de agotamiento ante el ímpetu joven de su rival. Cerca de cumplir los 37 años, el serbio mantuvo intacta su candidatura para intentar convertirse en el tercer hombre de la Era Abierta que conquista múltiples títulos del Abierto de Australia tras cumplir los 35 (Ken Rosewall, Roger Federer).

El ambiente aussie espera a Djokovic en su máximo esplendor en la siguiente ronda, donde encontrará a un local al otro lado de la cinta. Nole, que acumula 29 victorias consecutivas en el Abierto de Australia y registra un historial de 90-8 a lo largo de su carrera, enfrentará a una raqueta australiana en la figura de Marc Polmans o Alexei Popyrin.

“Comencé realmente bien. Estoy tratando de disfrutar cada momento sobre la pista”, dijo Djokovic. “Obviamente he sufrido en diferentes fases esta noche, y le doy todo el crédito. Por su fantástico plan de juego, teniendo una respuesta para todo. Ha sido muy físico”.

“He tenido buenos momentos. Ojalá hubiese jugado mejor y con más agresividad, pero llevo un año sin jugar aquí, la pretemporada ha sido muy corta y físicamente todavía me estoy encontrando sobre la pista. Ahora tengo un par de días hasta mi siguiente partido, espero estar a mi mejor nivel para entonces”, relató.

Source link