En medio de la corrida financiera, este mes no podrá presentar ninguno de los aparentes “logros” que venía exhibiendo a costa de dibujos contables, dilatación de pagos, recortes y ajustes de toda clase, y desfinanciamiento de reparticiones públicas, provincias y universidades, por no hablar del default que impuso a las empresas de energía o la especie de plan Bonex que anunció el viernes pasado para los bancos.

Por si no le quedara claro al gobierno, el FMI insistió en la necesidad de “ampliar el apoyo político y social a las reformas y proteger a los más vulnerables”. Ni Javier Milei ni Luis Caputo recibieron bien el mensaje, y ambos estallaron manifestando su disgusto por el tono de las comunicaciones del organismo.

El gobierno no acaba de procesar el golpe que significó que, en lugar de que los mercados y la política celebraran la victoria obtenida con la sanción de la ley Bases, a partir de entonces todo empezó a empeorar. Corrida financiera; exigencia de eliminación del cepo y apreciación del dólar oficial (con la consiguiente devaluación del peso); anuncio de judicialización de esa ley muy floja de papeles; confirmación de que en la CABA la clase media cayó del 52 al 37 por ciento durante la gestión Milei; indicadores de pobreza en torno al 60 por ciento y de indigencia en el 20 por ciento; pérdida de alrededor de 500 mil puestos de trabajo; pésimos resultados en la acumulación de reservas y endeudamiento por 65.000 millones de dólares; duplicación de la base monetaria: el gobierno no tiene un solo resultado positivo para exhibir. Hasta la inflación revertirá su ciclo descendente cuando se anuncie el indicador el mes de junio.

Para colmo de males, varios de los principales aliados “colaboracionistas” han dejado en claro que el romance ha llegado a su fin con la sanción de la ley Bases. Entre ellos, Miguel Pichetto fue el más significativo, pero también un Mauricio Macri que ha retomado su liderazgo dentro del Pro enfatizo que la tolerancia tiene su límite. Apercibido de la debilidad del gobierno, el ex presidente espera el momento apropiado para rodearla la manzana y tratar de tomar el control de la gestión, o bien aislarlo y esperar al proceso electoral del año próximo y tratar de recuperar a su antiguo electorado, que en gran medida terminó seducido por el libertario.

¿Se cumplirá el pronóstico de Guillermo Moreno de que la ley Bases sería sancionada para que la aplicara otro gobierno? Todos ponen cara de póker, pero nadie descarta en privado la alternativa. (www.REALPOLITIK.com.ar)

COMENTÁ / VER COMENTARIOS