Tigani describió el discurso de Milei como «mesiánico», calificándolo de «declaración profética» en lugar de un análisis sólido. Según el economista, Milei parece plantear una «mezcolanza» de ideas que combinan una visión extrema de ajuste fiscal con un enfoque casi religioso hacia el cambio económico. «Es una declaración de fe más que un análisis económico serio», subrayó Tigani.

Uno de los puntos críticos mencionados por Tigani fue la propuesta de imponer más ajustes si la recaudación disminuye. «El discurso de Milei nunca menciona a los argentinos, los jubilados o los trabajadores. Su prioridad parece ser siempre el déficit fiscal y el pago de la deuda, sin considerar el impacto sobre la población», señaló.

El economista también criticó el uso del término «cepo al estado» por parte de Milei, comparándolo con métodos de tortura históricos y considerándolo inapropiado para el contexto económico actual. «Utilizar términos como ‘cepo’ es desafortunado y no aporta a una discusión constructiva sobre políticas económicas», opinó.

Tigani expresó dudas sobre la viabilidad de las proyecciones del presupuesto, que incluye un crecimiento del 5 por ciento y una inflación del 18 por ciento para el próximo año. Según el economista, estas estimaciones son irreales dado el contexto actual. «Hay un problema de criterio evidente. La inconsistencia en las proyecciones y la falta de coherencia en las cifras sugieren que este presupuesto no tiene base sólida», afirmó.

El economista también cuestionó las proyecciones del tipo de cambio y el impacto en el comercio exterior. «Hablar de un dólar a 1207 para fin de 2025 es un absurdo. Es un engendro económico que no refleja la realidad del mercado», aseveró, añadiendo que el presupuesto presentado es un «mamarracho impresentable» que no resistiría un análisis riguroso en el sector privado.

Finalmente, Tigani comparó la situación actual con la crisis de 2001, afirmando que el país está en una posición aún peor en términos de endeudamiento e inflación. «Estamos en una situación mucho más grave que en 2001. La deuda y la inflación son mucho mayores, y la capacidad del gobierno para manejar esta crisis es muy cuestionable», concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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