POLITICA
Patricia Bullrich habló tras la detención de Juan Grabois: “Que la gente sepa que con nosotros no se jode”

La reciente detención de Juan Grabois tras la ocupación del Instituto Juan Domingo Perón fue interpretada por el gobierno como un mensaje dirigido a quienes, según sus palabras, buscan beneficiarse indebidamente de los recursos estatales.
En declaraciones a Radio Rivadavia, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, enfatizó que la acción no responde a una persecución personal, sino a la aplicación de una política de tolerancia cero frente a la usurpación y el daño a la propiedad pública.
Bullrich aclaró que “el gobierno de Milei no mete preso a Grabois. El Ministerio de Seguridad de la Nación expresa las directivas del presidente de la Nación. Lo que hace es meter preso a una persona que usurpa, destruye, rompe un blindex, se mete a la fuerza. Se llame Grabois o se llame como se llame”.
La ministra también remarcó que el foco de la discusión no debe centrarse en la figura de Grabois, sino en la decisión gubernamental de actuar ante la ocupación y el daño a la propiedad. “Acá, lo que hay que ver es la decisión. No es que hay que ver lo secundario, lo secundario es que estaba Grabois. Pero este es un mensaje para todos los que quieran vivir de arriba. Seguir usando la plata del Estado en organizaciones cruzadas. Él que haga lo que quiere”, afirmó Bullrich.
“Nosotros le estamos diciendo a los 46 millones de argentinos que acá se acabó lo que había, se acabó que el que usurpa gana. Acá, el que usurpa, pierde y se va inmediatamente, y va preso”, añadió Bullrich.
La ministra también se refirió al rol del Poder Judicial en estos casos, señalando que la detención puede ser revertida por decisión de un juez, pero que la acción del Ejecutivo se mantendrá firme. “Después, si el juez lo saca en 24 horas, es una decisión de él, pero lo van a usar políticamente”, expresó.
La funcionaria reconoció la posibilidad de que sectores opositores, particularmente el kirchnerismo, utilicen la detención de Grabois con fines políticos, pero sostuvo que la medida responde a una demanda social de mayor firmeza frente a la ocupación de espacios públicos y el uso de fondos estatales. “Bueno, ellos lo pueden usar políticamente. Nosotros lo usamos como una medida en la que la misma sociedad sabe qué estamos haciendo. Que la gente sepa que con nosotros no se jode. Eso es el mensaje”, resaltó.
“Es decir, con nosotros, no. Con nosotros, el que las hace, las paga”, concluyó.
Este sábado, Juan Grabois, junto a un grupo de militantes, ocupó durante algunas horas el edificio donde funcionaba el Instituto Juan Domingo Perón, un centro de investigaciones históricas y de divulgación que el Gobierno decidió cerrar.
El dirigente social fue detenido por la Policía Federal en medio del operativo de desalojo y pasó más de 12 horas en una dependencia de la fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, hasta ser liberado en la mañana de este domingo.
“Le agradezco mucho a Patricia Bullrich la posibilidad de esta experiencia de lo que pasa en una alcaldía. La forma en la que trabaja el personal de seguridad es inhumana. Trabajan en oficinas vetustas, sin calefacción, llenas de ratas. Estoy hablando de personal policial, no de los internos, que no los vi. No tienen sistema, es todo manual, computadoras del año 84. Son algunas de las cosas que cuando sea presidente voy a poder cambiar. Ayudar a que el personal no esté en los lugares denigrantes», expresó Grabois a la saida.
Todo comenzó el sábado alrededor de las 14 horas, cuando un aproximado de 50 personas ingresaron en la sede del Instituto Juan Domingo Perón, ubicado en Austria 2601, en el barrio de Recoleta. Se trató de una toma organizada por Grabois, Hagman, Zaracho, Fagioli y la diputada provincia Lucía King, integrante del Frente Patria Grande, para reclamar por el cierre del edificio público anunciado por el Gobierno.
Según indicaron fuentes de la policía porteña a este medio, los militantes ingresaron a través del local gastronómico “Un café con Perón”, desde donde accedieron a una puerta interna que conectaría el bar con el centro de estudios. En el interior había al menos dos agentes de la Policía Federal (PFA) para custodiar esas dependencias, quienes habrían forcejado con ellos, y tuvieron que salir ante la protesta.
Desde los balcones, los militantes colgaron una bandera con las consignas “Si no podés elegir, no hay democracia” y “Defendamos nuestra historia”. Una vez concretada la toma, el dirigente anunció en redes sociales: “Hace minutos la juventud del movimiento nacional recuperó del odio gorila la antigua residencia de Perón y Evita donde funcionaba el instituto de estudios Juan Domingo Perón disuelto ilegalmente por el régimen de Milei”.
Sin embargo, cerca de las 17, los agentes de infantería de la PFA avanzaron con el desalojo del edificio, mientras que un cuerpo de la Policía de la Ciudad estableció un perímetro en la zona. Durante el operativo, los uniformados federales lanzaron gas pimienta y, entre golpes y empujones, detuvieron a Juan Grabois, cuando se encontraba en la vereda.
POLITICA
Los datos de la web oficial de las elecciones en Misiones no cierran: la suma de los porcentajes da 102,59%

En un accidentado conteo de votos que demoró más de lo previsto, este domingo la web oficial en la que se publicaron los resultados de las elecciones en Misiones publicó datos cuanto menos llamativos, entre los que se destacó la suma de los porcentajes de votos, que daba un número superior al 100%.
El primer inconveniente surgió a las 21, horario en el que se esperaba que apareciesen los primeros datos. Sin embargo, ese primer resultado se hizo esperar y, a las 21.40, la mayoría de quienes consultaban la página seguían teniendo problemas para acceder. Las quejas se multiplicaban en redes.
Sin embargo, lo más llamativo de la web en al que se publicaron los datos oficiales fueron los porcentajes de votos que sacó cada partido, ya que, según los datos oficiales que la web publicó como actualizados a las 21.29 la suma daba 102,59%.
Según el recuento oficial, a esa hora el Frente Renovador de la Concordia tenía 70.434 votos (32,43%); La Libertad Avanza estaba segundo con 42.897 (19,75%). Les seguían Agrario y Social con 27.948 (12,87%), Por la vida y los valores con 27.781 (12,79%) y el Partido Libertario con 14.782 (6,80%).
Más atrás en la tabla aparecían el Frente unidos por el Futuro con 12.782 votos (5,88% del padrón), Tierra Techo y Trabajo con 8.849 (4,07%) y, sorprendentemente, el Partido del Obrero, que con 3.083 votos, es decir, la mitad que el que le precedía en la tabla, aparecía también con el 4,07% de los votos.
Aunque casi en el final de la tabla, el porcentaje de votos del partido que tiene como cabeza de lista a Aníbal “Tato” Zeretzki aparece con el doble porcentual en votos de otros espacios a los que supera por menos de 1.000 sufragios, como el movimiento Positivo (2.816) o el partido Demócrata (2.361).
Clarín hizo el cálculo de cuánto sería el porcentaje real que debería tener el Partido del obrero, el que asciende a 1,42%, es decir, menos de la mitad de lo que publicó la web oficial.
Para sumar más confusión, los números que presentaba la web incluían una gran cantidad de decimales.
A los porcentajes que no coincidían, se sumó otro problema: la lentitud en la carga de resultados. Los primeros números, que se esperaban para las 21, llegaron después de las 21.40. Y estuvieron estancados por al menos una hora y media. A las 23, seguían sin actualizarse.
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POLITICA
Elecciones 2025: radiografía de la ausencia
Las primeras siete elecciones de este año tuvieron un punto excluyente en común. La gran coincidencia fue la baja en la participación, que, con niveles promedio de asistencia por debajo del 60%, rompió récords en todos los distritos, donde se realizaron comicios. Este domingo volvió a pasar en Misiones. Y empiezan a aparecer algunos patrones para entender las razones de la ausencia.
El ausentismo que se repite en distintas geografías y comicios dispara una duda crucial: si el comportamiento que mostró hasta ahora más de un 40% del electorado se repetirá en octubre próximo, cuando se realicen las elecciones legislativas nacionales, que el Gobierno ha instalado como un plebiscito a su gestión.
Algunos indicios que empiezan a asomar no alimentan buenas perspectivas. Por el contrario, inducen a suponer que los nuevos (bajos) pisos de participación difícilmente mejorarán en lo que va del año.
Falta de atractivo de las elecciones legislativas así como de la oferta de candidatos, malestar con la política y una situación económica que para amplias franjas de ciudadanos no termina de mejorar su vida personal y se traduce en un presente difícil y prolongado asoman como factores desmotivantes para concurrir a las urnas.
Así surge de las expresiones recogidas en tres grupos focales de ciudadanos que no fueron a votar en las elecciones de la ciudad de Buenos Aires, del 18 de mayo, realizado por la consultora Trespuntozero el lunes pasado y presenciados por este cronista.
Es obvio que se trata de registros cualitativos, de una sola elección, en un distrito muy particular como el porteño y, por lo tanto, no se pueden sacar conclusiones definitivas ni universalizables. Pero dan pistas que resuenan en muchos territorios.
Una de las coincidencias que compartieron los tres grupos (divididos por votantes de Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich en la primera vuelta presidencial de 2023) es el cuestionamiento generalizado que sigue existiendo hacia la política.
Las objeciones se reproducen incluso entre quienes se referencian con el oficialismo y a pesar de que el Presidente y su espacio retienen para muchos la condición diferencial de outsider, y de que sigue siendo fuente de cierta esperanza para la mayoría de quienes lo votaron en la primera y en la segunda vuelta.
Sin embargo, eso último parece resquebrajarse y requiere de un esfuerzo para sostenerlo.
“Espero tener esperanza”, fue la singular frase utilizada por una votante mileísta ante la pregunta del moderador sobre sus perspectivas de futuro.
En la punta del pesimismo, obviamente, se ubicaron los que votaron a Sergio Massa. En cambio, en el conjunto de los escépticos se enrolaron los que votaron a Pro en la primera vuelta y que en el balotaje optaron por la candidatura de Milei y, sobre todo, en contra de Massa y del kirchnerismo.
Ese escepticismo, que no ha pasado a la fase del rechazo ni ha perdido alguna cuota de ilusión, parece explicar en buena medida la decisión de no ir a las urnas el 18 de mayo pasado.
“Fue una manera de decir que no estoy conforme” y “les dimos un alerta no yendo”, fueron algunas de las expresiones escuchadas en ese panel, que la mayoría apoyó. Ahí las razones políticas y económicas asoman entremezcladas.
En ese plano aparece un elemento novedoso, que puede ser un gran llamado de atención para el gobierno nacional, cuyo gran sostén y su mayor apuesta para mantener la adhesión social es la baja de la inflación.
En los tres grupos de votantes la caída en el índice de precios fue notablemente relativizada, a punto tal que muchos asistentes dijeron descreer de las cifras oficiales, aunque no tuvieran más elementos para sostener sus dudas que las vivencias personales y de su grupo familiar y de pertenencia.
“Yo creo que el índice de inflación no es real, pero lo tocan para darnos esperanza”, dijo un participante que en 2023 votó a Milei en primera y segunda vuelta, tratando de justificar ese supuesto maquillaje de los indicadores.
Sin atenuantes, la mayoría de los que dijeron haber sido votantes de Bullrich y, por supuesto, los de Massa, afirmaron descreer de los números del Indec basados en la capacidad adquisitiva de sus ingresos y los de la mayoría de sus allegados.
“Estoy remándola, tengo trabajo y como nunca estoy buscando más trabajo. No para tener un mejor pasar, sino para llegar a fin de mes”, afirmó una votante de Pro. La comprobación de que a su salario le sobran días del mes fue compartida por los compañeros de panel, de los cuales el 80% había votado a Milei en el balotaje y más de la mitad dijo que podría volver a votarlo.
“Yo estoy complicadísimo, conozco gente que además tiene deudas de todo. Nunca quise usar tarjeta de crédito porque no me gustan las deudas y por primera vez empecé a usarlas porque no llego a fin de mes”, expresó un votante de Massa, ante la anuencia general.
Ese asistente al focus group no sabía que al día siguiente se conocería un informe de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) que revela que en febrero de este año la morosidad en los créditos a personas físicas subió al 2,9%, con un incremento interanual de 0,3 puntos porcentuales. O que, según el último Informe de Bancos del Banco Central, la mora en tarjetas subió un 2,8% en marzo, para convertir ese porcentaje en el más alto desde 2022.
Los números parecen ratificar a su vez la afirmación mayoritaria de que el sector social más afectado por la política económica del Gobierno es la clase media. “Gobiernan para las empresas y los más ricos”.
“Yo veo que nadie piensa en la clase media y se está extinguiendo. Ya no existe la clase media, la mataron. Somos solo pobres y ricos”, fue una de las frases más contundentes de una exvotante bullrichista. Un festín para el experto en tendencias sociales y de consumo Guillermo Oliveto, autor de un libro imprescindible para entender la argentina de hoy, titulado Clase media argentina: entre el mito, la realidad y la esperanza.
A pesar de esas expresiones de desencanto, que incluyen críticas a Milei de sus propios votantes en primera o segunda vuelta, una mayoría de estos últimos sostuvo que volvería a votarlo, “sobre todo si los rivales fueran los mismos”.
La aclaración final cobra particular significado: todos coincidieron en que “lo mejor que tiene el oficialismo es la oposición”, inclusive para varios que dijeron ser peronistas o sentirse identificados con ese espacio. La conclusión casi unánime de los votantes de Pro y de los libertarios es que Milei “tiene los enemigos correctos”.
La herencia recibida de los gobiernos anteriores sigue apareciendo, entonces, como un importante activo del Gobierno y del Presidente, en particular. Aunque ya el oficialismo empieza a tener su propio pasado y a generar reclamos por lo no hecho todavía.
“Son muchos años de hacer las cosas mal, claro. Pero hay que empezar a hacerlas bien. Por ejemplo, está mal que les paguen poco a los jubilados”, afirmó una votante de Bullrich que no fue contradicha por sus compañeros de panel y que reconoció varios aspectos de la gestión libertaria, como el recorte del gasto público, el orden público o “la mejora en seguridad en Rosario”.
Otro punto en común de los consultados fue el bajo interés que las elecciones porteñas generaron para decidirlos a no concurrir, a pesar de que el Gobierno y el macrismo buscaron darle una proyección nacional, por encima de la disputa por los cargos para la legislatura local.
“Era una elección que no definía nada, con candidatos que no motivaban”, resultó un común denominador en los tres grupos de votantes. Como si lo único relevante fueran las elecciones para cargos ejecutivos. De todas maneras, algunas expresiones posteriores relativizan esa conclusión o agregan un nuevo condicionante a la participación. Los asistentes dejaron en claro que les importa no tan solo qué se elige sino cuál es la oferta electoral, qué postulantes se presentan y qué sentimientos les despiertan. La vara sigue subiendo para la política.
“Yo siempre voto por el cambio o voto castigo y acá siento que no estaba eso, no me gustaba ninguno, no me convencía y no estaba muy en tema”, “no me interesaban los candidatos ni el puesto”, “sentía que mi voto no iba a hacer la diferencia”, me sentí medio perdido. Medio, no, totalmente perdido. No sabía para qué lado ir, así que me quedé en mi casa”, fueron algunas de las expresiones que, con matices, resultaron más repetidas.
En ese plano asoma como otra luz amarilla el hecho de que muchos de los consultados que no fueron a votar aquilataban, hasta ahora, un sostenido historial personal de participación y compromiso político-electoral.
“Algo muy llamativo que surgió de los focus es que hubo abstención de gente que valora la participación o que tiene práctica participativa en la vida social y política. Eso no me lo esperaba”, dice Shila Vilker, directora de Trespuntozero.
Ese punto se entrelaza con otro de los emergentes del trabajo cualitativo: “Empieza a aparecer un repliegue individual, que se traduce en expresiones del tipo ‘yo ya no sé qué hacer, apago las noticias, no quiero mirar, no me quiero enterar, necesito en algún momento poder estar bien, ser feliz’. Y es notable que eso se reprodujera en el grupo de los votantes de Massa, ya que, en general, el votante peronista tiene lo colectivo como un horizonte, un sentido de lo social más aguzado que otros votantes cuyo sentido del individualismo es más intenso, como tendencia general”, señala Vilker.
Ese malestar con la política en general, que como se mencionó antes llevó a algunos ciudadanos a usar su abstención como llamado de atención, parece encontrar otro punto de anclaje. Para muchos subsisten situaciones que generan un fuerte rechazo y el actual Gobierno no las ha modificado. O peor aún, a los ojos de muchos las ha cristalizado.
Entre ellas, resalta la corrupción como uno de los grandes dramas de la Argentina, que cada vez en más sondeos empieza a aparece al tope de los problemas.
Así lo confirma una reciente encuesta cuantitativa complementaria de este trabajo cualitativo, realizado también por Trespuntozero y la consultora La Sastrería, de Raúl Timerman y Juan Carlos Malagoli. Allí, la corrupción duplica el porcentaje que reúne el que es considerado el segundo problema más importante, el cual es, nada más y nada menos que la pobreza, a la que les suceden otras dos cuestiones de índole económico-social, como los bajos salarios y la inflación.
Lo destacable en esa identificación de la corrupción como principal problema del país es que para los consultados ningún espacio político, incluido el oficialismo libertario, aparece libre de sospecha.
En ese punto asoman como causas de la crítica a Milei y los suyos el escándalo $LIBRA y la no sanción del proyecto de ley de ficha limpia. En el mismo lodo, todos manoseados.
El ausentismo, la gran novedad de las elecciones de este año, parece tener demasiadas causas viejas y nuevas. Como para que nadie se sienta exculpado. La insatisfacción social sigue vigente.
POLITICA
Cornejo decidió suspender las PASO en Mendoza y buscará el apoyo de la Legislatura

Por decisión del oficialismo mendocino, y con el respaldo de bloques aliados, Mendoza suspenderá las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para cargos provinciales y municipales en 2025. La medida fue confirmada por Andrés Peti Lombardi, presidente de la Cámara de Diputados y titular del radicalismo provincial, quien anticipó que la semana próxima solicitarán el tratamiento del proyecto en la Legislatura.
La base de la iniciativa corresponde a un proyecto presentado por la diputada Stella Huczak, de La Unión Mendocina, al que Cambia Mendoza y sus aliados ya comprometieron su voto favorable. El texto establece la suspensión de las PASO para el año 2025 y ordena a la Junta Electoral Provincial readecuar el cronograma dentro de los diez días posteriores a la promulgación de la norma.
Lombardi describió la decisión como una respuesta al reclamo social que señala al voto obligatorio en instancias primarias como un gasto innecesario. “Reivindicamos las PASO como método de selección de candidatos, pero la ciudadanía pide no ir a votar y reducir el gasto público. Escuchamos ese reclamo y avanzamos con la suspensión”, expresó el legislador.
El dirigente radical también subrayó la intención de recuperar la autonomía de los partidos políticos para definir candidaturas sin injerencia estatal, además de señalar la necesidad de modernizar el sistema electoral. “El sistema actual perdió vigencia y hay que recuperar la confianza ciudadana”, afirmó.
Aunque Mendoza ya adoptó la suspensión para cargos provinciales y municipales, resta definir si los comicios generales se realizarán en simultáneo con las elecciones nacionales o si ambas instancias serán desdobladas. De unificarse el calendario, la ventana legal para organizar primarias ya resultaría insuficiente.
La norma estipula que la suspensión de las PASO entrará en vigencia al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial. Así, Mendoza se suma a la tendencia impulsada a nivel nacional, donde el presidente Javier Milei también promovió la eliminación de internas abiertas como mecanismo de selección de candidaturas.
El anuncio formalizó una discusión que ya venía creciendo en el oficialismo y en los principales partidos de Mendoza. Si bien muchos dirigentes reconocen el valor de las PASO para garantizar apertura en la selección de candidatos, la coyuntura económica, el desgaste político y el bajo interés de la ciudadanía por estos comicios precipitaron la decisión.
En las últimas semanas, además, la interna del radicalismo se intensificó debido al debate por la conformación de listas. El sector liderado por el ministro de Defensa, Luis Petri, no estuvo presente en el último congreso partidario, en desacuerdo con algunas propuestas para definir candidaturas. Lombardi reconoció haber recibido una iniciativa que proponía que una mesa chica entre sectores mayoritarios y minoritarios resolviera las listas, y aclaró que “las minorías tendrán representación” en ese proceso si la suspensión de las PASO es confirmada.
Con el acuerdo político ya alcanzado, los legisladores de Cambia Mendoza planean ingresar el proyecto para su tratamiento en comisiones de manera inmediata y así habilitar la votación en el recinto en los próximos días. Tras la aprobación formal, la Junta Electoral recibirá la orden de adecuar el nuevo cronograma y los partidos deberán redefinir sus mecanismos internos de selección de candidatos para los cargos que se renuevan en la Legislatura y los gobiernos municipales.
Lombardi aseguró que “los sectores minoritarios y disidentes serán convocados para discutir y acordar los nuevos criterios” y remarcó que el objetivo de la medida es “ayudar a que los partidos se fortalezcan y que la ciudadanía recupere confianza en el sistema”.
En 2025, por primera vez desde la sanción de la ley de primarias, los mendocinos no participarán en la elección de candidatos mediante este sistema para cargos locales. El escenario político se encamina a una competencia directa de listas definidas puertas adentro de cada fuerza, en un contexto donde la austeridad y el control del gasto público fueron el argumento central para el cambio.
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