El 12 de diciembre, un trágico episodio sacudió a la localidad de Quilmes, cuando un comerciante, enfrentando la presión de reiterados aprietes y pedidos de coima por parte de empleados municipales, decidió quitarse la vida en su propio local. Este hecho, que dejó en shock a la comunidad, desató una ola de indignación contra la gestión municipal de Mayra Mendoza.

El hombre, que había dedicado tres décadas a su comercio, ya atravesaba una situación crítica. Según el descargo realizado por su esposa en redes sociales, no solo lidiaban con problemas económicos derivados de los constantes robos y la obra del Metrobus en la zona, sino que también enfrentaba un cáncer en etapa 3. Pese a estas dificultades, el comerciante intentó salir adelante, pero los constantes aprietes municipales terminaron por quebrar su resistencia.

En su relato, la viuda reveló que inspectores municipales no cesaban en sus intentos de coimear al comerciante, incluso sabiendo de su delicada situación de salud. El día de su muerte, su esposo habría sido nuevamente hostigado por dos inspectores a los que identificó como Miguel Ángel Deluca y Sebastián Baluja, quienes, según testigos, amenazaron con multas y clausuras si no accedía a sus requerimientos.

La pareja del comerciante, Andy Salemi, publicó un extenso descargo en el que describió los últimos días de su esposo: “Mi marido era un luchador. A pesar de su enfermedad, siempre intentó mantener el negocio en pie. Pero los inspectores no tuvieron piedad. El día que se quitó la vida, lo presionaron de tal manera que no pudo soportarlo más. Llegaron incluso a amenazar a un empleado de dieciocho años, diciéndole que él tendría que pagar las multas si no cumplían con sus exigencias. Mi esposo no merecía este final”, escribió.

Además, denunció que los medios nacionales han recibido presiones para no cubrir el caso. A pesar de esto, afirmó: “No voy a bajar los brazos hasta que todo esto no se aclare. Solo pido justicia”.

La familia del comerciante ahora exige justicia, no solo por su pérdida, sino para evitar que otros comerciantes vivan situaciones similares. La viuda finalizó su mensaje con un pedido contundente: “¡Dejen a mis hijas descansar en paz! Lo único que pido es justicia y que esto no se tape más”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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