POLITICA
Por qué hay animales que tienen un tercer párpado
*Por Daniel Baumgardt
Nuestro perro tenía un párpado extra bastante notable y que era especialmente evidente cuando se quedaba dormido en la alfombra, casi siempre boca arriba. Es una cortina carnosa que se ve en la esquina del ojo, la más cercana a la nariz. También se la llama comúnmente membrana nictitante, literalmente “parpadeante”.
Es posible que hayas notado que estos “terceros” párpados de tus mascotas aparecen de modo ocasional, tal vez durante sus momentos de sueño o cuando disfrutan de un poco de cariño. Pero, ¿qué hace realmente esta estructura inusual? ¿Y por qué los humanos no tenemos uno de estos también?
Los párpados terceros se extienden en una dirección generalmente horizontal a través del ojo en lugar de verticalmente como lo hacen los párpados superior e inferior.
En realidad, son un pliegue especializado de la conjuntiva, que es la membrana delgada y húmeda que recubre los otros párpados y la parte blanca expuesta del ojo, es decir, la esclerótica.
Se encuentran en muchas especies de mamíferos, pero no es una condición exclusiva. Aves, reptiles, anfibios y peces también pueden tener un tercer párpado.
La estructura también varía; en muchas especies un esqueleto cartilaginoso les sirve de soporte, mientras que otras contienen glándulas que secretan lágrimas. Es probable que esta variación ayude a los animales a adaptarse a múltiples entornos: mar, aire e incluso hábitats arbóreos.
En diferentes estudios se ha examinado el tercer párpado para ayudar a comprender su papel en erizos, canguros y osos pardos. Y han demostrado que funciona de manera muy similar a como lo hacen los párpados superior e inferior: protege el ojo y elimina cualquier residuo invasor. También distribuye las lágrimas por la superficie del ojo, manteniéndolo húmedo y evitando la formación de úlceras.
Esto último es particularmente importante en perros braquicéfalos (de cara plana), como los pugs y los Cavalier King Charles spaniels, cuyos ojos saltones no están tan bien protegidos en comparación con otras razas.
En la naturaleza
Tanto los animales domésticos como los salvajes (incluidas las especies de las familias canina, felina y equina) necesitan protección ocular y contra cuerpos extraños. Los animales salvajes pueden necesitarlos aún más, ya que pueden estar explorando pastizales o enfrentándose a mordeduras y arañazos de presas o animales rivales.
Prevenir, atrapar y eliminar residuos es crucial para los animales del desierto como los camellos, donde la arena y la suciedad pueden dañar los ojos. Su tercer párpado es parcialmente transparente y esto les ayuda a conservar algo de visión en medio de una tormenta de arena al tiempo que se cubren los ojos.
En los matorrales, los osos hormigueros también tienen un tercer párpado, tal vez para proteger sus ojos mientras buscan insectos.
El tercer párpado puede ofrecer protección contra el agua, y una membrana translúcida puede ayudar a la visión submarina de los animales acuáticos, incluidos los manatíes (curiosamente, los manatíes provienen del orden Afrotheria , que también incluye a los osos hormigueros).
A su vez, las especies de tiburones más grandes (los azules, por ejemplo) suelen proteger sus ojos con el tercer párpado cuando cazan y se alimentan.
Para las aves, las corrientes de aire rápidas pueden resultar igualmente dañinas. Así, en aves rapaces, el párpado se utiliza durante el vuelo rápido en la caza. A menudo, las ráfagas de aire provocan el parpadeo del tercer párpado como un reflejo protector natural. Les ocurre por ejemplo a los halcones o los búhos.
En otras especies de aves podría protegerlas contra el daño causado por crías de pico afilado. Imagínate un pájaro que regresa con un premio de comida a un nido de polluelos voraces y hambrientos, todos picoteando y escarbando para conseguir su parte.
Los estudios sugieren que el tercer párpado desempeña un papel único en los pájaros carpinteros , cuyos cráneos sufren un traumatismo por vibración al perforar el tronco de los árboles con el pico.
Surgen dos problemas como resultado de este fuerte golpe en la cabeza: daños en el tejido ocular más blando y el serrín que cae sobre ellos. En este caso, el tercer párpado puede actuar como cinturón de seguridad y visera.
En las regiones polares, donde el paisaje blanco refleja la luz del sol, los rayos ultravioleta pueden dañar los ojos y puede llevar a una pérdida temporal de la visión, una afección conocida como ceguera de la nieve.
Por tanto, es posible que algunos animales árticos, como los osos polares, tengan un tercer párpado que absorba la luz ultravioleta. Aún no hay evidencia establecida de esto, pero su tercer párpado es transparente, lo que les ayuda a que sean hábiles cazadores marinos.
Pérdida evolutiva
Los humanos y la mayoría de los primates (excepto los lémures y el anguantibo o poto de Calabar, de la familia Lorisidae) han evolucionado hasta el punto en que ya no es necesario un tercer párpado propiamente dicho.
Los ojos humanos y de los primates tienen menos probabilidades de resultar dañados por la caza, la rivalidad y el medio ambiente. Además, los ojos humanos son muy sensibles y capaces de reconocer y responder al peligro cerrándose de un modo más rápido.
Pero el tercer párpado no ha desaparecido por completo. Los humanos tienen un remanente llamado plica semilunaris en la parte de los ojos más pegada a la nariz. Este pliegue en forma de luna creciente también se puede ver en el rabillo del ojo. Mírate en el espejo.
Algunos científicos han argumentado que la plica aún puede ayudar a drenar las lágrimas. Hay dos pequeños conductos en el ángulo de nuestros párpados que permiten que el exceso de lágrimas y las lágrimas viejas escapen hacia la cavidad nasal. Eso explica por qué cuando lloras te moquea la nariz.
Pero, ¿nos serviría de algo recuperar nuestro verdadero tercer párpado? Quizás el extraterrestre de la película Hombres de negro podría ofrecer una opinión. Quizás podría permitirnos mantener naturalmente nuestros ojos más limpios, menos irritados o quitarnos esa lente de contacto que no se sale.
Tendremos que aceptar que no compartimos la naturaleza inteligente del tercer párpado de nuestras mascotas. Pero tampoco podemos competir con su visión nocturna, su oído agudo o su sentido del olfato… La lista es larga.
*Daniel Baumgardt es profesor titular en la Facultad de Fisiología, Farmacología y Neurociencia de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
El artículo original fue publicado en The Conversation y reproducido bajo licencia de Creative Commons. Puedes leerlo aquí.
POLITICA
Científicos advierten sobre un asteroide que podría alterar el clima global
La comunidad científica internacional sigue con atención la trayectoria de un asteroide de aproximadamente 500 metros de diámetro que podría impactar contra la Tierra en los próximos años. Aunque la probabilidad de colisión es baja, estimada en un 1,5%, las posibles consecuencias del evento generan preocupación en los expertos.
El objeto, identificado como 2024 YR4, es monitoreado por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA). De confirmarse un impacto, los efectos sobre el planeta serían devastadores: una reducción en la temperatura global de hasta 4 grados centígrados, una caída significativa en las precipitaciones y un “invierno de impacto” que podría extenderse por al menos cuatro años.
Un estudio reciente publicado en la revista Science Advances y liderado por el Centro de Física del Clima del Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional de Pusan (Corea del Sur) modeló los efectos atmosféricos y ecológicos de una colisión de esta magnitud.
Según las simulaciones, el choque liberaría entre 100 y 400 millones de toneladas de polvo en la atmósfera, lo que reduciría drásticamente la radiación solar que llega a la superficie terrestre.
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Este oscurecimiento del cielo afectaría de manera directa la fotosíntesis, con una disminución de entre el 20% y el 30%, lo que impactaría la seguridad alimentaria mundial. En los ecosistemas terrestres, la productividad podría caer hasta un 36%, mientras que en los océanos la reducción sería del 25% debido a la falta de luz.
Consecuencias climáticas y ecológicas
Uno de los efectos más preocupantes sería la pérdida de hasta el 32% de la capa de ozono, lo que aumentaría la exposición a la radiación ultravioleta y pondría en riesgo la vida en el planeta. Este deterioro del ozono traería consecuencias directas en la salud humana y en la biodiversidad, incrementando la incidencia de enfermedades relacionadas con la radiación solar.
Paradójicamente, el estudio también sugiere que el hierro liberado por el impacto del asteroide podría estimular el crecimiento del plancton en ciertas regiones oceánicas, como el Pacífico ecuatorial oriental y el océano Antártico. Sin embargo, este posible beneficio no compensaría el daño generalizado que sufrirían los ecosistemas globales.
A lo largo de la historia, impactos de asteroides han desencadenado cambios climáticos extremos. El caso más conocido es el evento que provocó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años, cuando un cuerpo celeste de gran tamaño impactó en la península de Yucatán, generando un invierno global que alteró la vida en el planeta.
Los científicos advierten que las proyecciones actuales no contemplan efectos adicionales como incendios forestales masivos o emisiones de azufre y hollín, factores que podrían intensificar aún más el enfriamiento global y prolongar sus efectos.
¿Qué medidas se están tomando?
Ante la posibilidad, aunque remota, de un impacto, las agencias espaciales están evaluando estrategias para mitigar la amenaza. La NASA ya ha probado con éxito la misión DART, un sistema de desviación de asteroides que busca alterar la trayectoria de estos cuerpos celestes mediante el impacto de una nave.
En los próximos años, los esfuerzos estarán dirigidos a mejorar la capacidad de detección temprana y desarrollar métodos efectivos para desviar objetos potencialmente peligrosos. Mientras tanto, la comunidad científica sigue de cerca el recorrido de 2024 YR4 y su evolución en el espacio.
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