En el arranque del tratamiento del proyecto ómnibus del Gobierno, los funcionarios que asistieron al plenario de comisiones en la Cámara de Diputados despejaron una primera barrera para empujar su aprobación. Las facultades legislativas delegadas al Poder Ejecutivo no serán por dos años con opción de prórroga por decreto por otros dos, es decir durante todo el mandato de Javier Milei.

El acortamiento del plazo -posiblemente a un año, con eventual extensión con aval del Congreso- funcionó como una señal para ratificar la predisposición del oficialismo a aceptar modificaciones, o “sugerencias” como prefirieron expresar el Presidente y los legisladores para no hablar de negociaciones.

De acuerdo con lo expresado por los referentes de los bloques considerados “dialoguistas” serán necesarios más cambios, en línea con la extensión y la amplitud de temas que abarca el texto de 664 artículos y anexos, para que La Libertad Avanza -con 38 diputados de 257- consiga los votos suficientes.

En paralelo al debate que seguirá estos días en el plenario, y previo a la firma del dictamen prevista para la semana próxima, se abrieron conversaciones para consensuar otras modificaciones.

Más allá de las de forma -Rodolfo Barra, procurador del Tesoro, y Eduardo Rodríguez Chirillo, secretario de Energía, aseguraron que enviarán una “fe de erratas” con correcciones-, cada bloque prepara una lista de pedidos como condición para apoyar el dictamen y el proyecto en el recinto.

El Gobierno parte de un cálculo en el que contaría con cierto margen para avanzar. No contempla a los 102 integrantes de Unión por la Patria y los cinco del Frente de Izquierda, con la postura opositora más dura. Quedan 150 diputados, de los que necesitará 129 para asegurarse el quórum y la aprobación del texto.

Entre los oficialistas, el PRO -decididos a apoyar, sus legisladores este martes hicieron unas pocas sugerencias- y un puñado de aliados firmes, ya tiene más de 80 a favor. Para alcanzar el número serán clave los radicales, la nueva bancada de Hacemos Coalición Federal y otros que responden a los gobernadores.

Cada espacio armó una suerte de “semaforización”, un verbo que circuló entre los diputados, para priorizar los puntos que no pasarían sin modificaciones.

La UCR, con 34 diputados presididos por Rodrigo de Loredo y una fuerte discusión interna, puso en rojo unos 30 artículos, entre ellos los que suben retenciones, el capítulo sobre la privatización de las empresas públicas, el blanqueo, la eliminación de la fórmula de movilidad jubilatoria, la posibilidad de endeudarse en dólares sin autorización del Congreso, los que remiten a las reuniones de más de tres personas en lugares públicos y la eliminación del INADI.

“Por ahora es todo bastante informal. El punteo se va agrandando, puliendo y lo vamos pasando a Martín Menem. Todavía no tenemos respuesta. Falta una mesa de trabajo para ordenar”, contó uno de los coordinadores del “semáforo”. Una vez que el oficialismo muestre el grado de recepción a las propuestas, se abrirá otro debate en la UCR sobre el sentido del voto.

También armó su lista con colores Hacemos Coalición Federal, presidido por Miguel Pichetto y con una conformación heterogénea de 23 miembros, desde la Coalición Cívica y el socialismo a Emilio Monzó, Nicolás Massot, Margarita Stolbizer, Ricardo López Murphy y los cordobeses alineados con Juan Schiaretti. La semana pasada los referentes habían mantenido una reunión con Martín Menem, Rodríguez Chirillo y José Rolandi, vicejefe de Gabinete.

A su vez, los diputados de Hacemos Coalición Federal cruzaron opiniones con los radicales para coordinar algunos puntos. A la coincidencia sobre las delegaciones, el aumento de retenciones y la fórmula previsional le agregaron la reforma política y el tramo referido al Fondo de Garantía de Sustentabilidad. “No se pueden debatir así, en medio de todo el resto”, cuestionaron.

El oficialismo también busca seducir a la bancada de Innovación Federal, integrada por cuatro misioneros, tres salteños, un rionegrino y un neuquino que responden a los gobernadores. Entre las prioridades puntearon las facultades delegadas, el régimen de pesca, las retenciones, la fórmula previsional y propuestas sobre el capítulo de energía. “Esto recién empieza…”, vaticinaron largas jornadas de negociaciones.