POLITICA
Prisión domiciliaria y marcha: CFK enfrenta su momento más incierto, sin reaseguro de poder y con liderazgo en crisis

La convocatoria a Plaza de Mayo motorizada por el peronismo/K marca de hecho para Cristina Fernández de Kirchner el inicio de su etapa política más incierta: detenida bajo normas de prisión domiciliaria, sin reaseguro de poder y con liderazgo en crisis. Parece contradictorio, pero en realidad lo expone el esfuerzo kirchnerista para transformar la demostración callejera en una especie de relanzamiento, que no disimula diferentes grados de compromiso -efectivo o sólo formal- y fisuras internas. Los capítulos que vienen serán decisivos para perfilar si la ex presidente logra sostener una larga batalla o transita un paulatino final de ciclo político. En ese camino, asoman el test de la elección bonaerense, en septiembre, y la prueba nacional de octubre.
El fallo de la Corte Suprema que dejó firme la condena por la causa Vialidad generó una secuencia vertiginosa que comienza a pintar el nuevo cuadro del peronismo. También provocó una reacción medida de Olivos, mezcla de cautela y recalibración de la estrategia para la pelea en Buenos Aires. No es un dato menor para el círculo de CFK, que lo registra en su objetivo de sostenerse como contracara de Javier Milei en el juego de la elección del “enemigo”.
Por lo pronto, el principal espacio de oposición tuvo que recomponerse hasta formalmente. La conducción nacional del PJ debió volver a ocupar un lugar activo, más allá del sello, algo que repuso la ex presidente pero ahora sin ella en el sillón principal. Y todo indica que eso se agudizará a partir de ahora, por las condiciones de detención que impuso el tribunal federal. Nada será sencillo ni lineal en términos de jefatura política.
Atento a señales del Gobierno -desde el área de Justicia y desde las cercanías de Santiago Caputo, según trascendió- y también de la defensa, el TOF 2 evitó que la ex presidente tuviera que cumplir el trámite de estos casos en Comodoro Py. Como se esperaba, dispuso la prisión domiciliaria. Resolvió que sea con tobillera electrónica y añadió “reglas” que impedirían actos de CFK con saludos desde el balcón de su departamento, en el barrio de Constitución, y restringirían el contacto permanente con dirigentes y fieles.
Eso mismo plantea de entrada un interrogante sobre el grado y las formas de su ejercicio político. Básicamente, en lo que hace a la “conducción”, término que resume la concepción y el estilo del liderazgo en el peronismo. Eso mismo, a la par de complicaciones internas. La consigna de la pelea contra la “proscripción” difícilmente pueda jugar de manera excluyente en todo el tablero del PJ, pasado el impacto inicial. No sólo se trata de sectores con malestar de arrastre, sino incluso de franjas del propio espacio kirchnerista.
El kirchnerismo expuso diferencias en público sobre todo a partir de la decisión de desenganchar la elección bonaerense, firmada por Axel Kicillof. De hecho, esa pulseada fue consecuencia del proceso de desgaste sufrido por CFK. Lo había anticipado su decisión de jugar fuerte para ocupar la presidencia del PJ y lo profundizó después la intención de candidatearse como diputada por la tercera sección electoral de la provincia, un anuncio precipitado por lo que se venía venir en el frente judicial.
¿Quién será la voz de CFK? Se descarta que Máximo Kirchner. Está claro que ya ocupa el lugar de mayor peso en el entorno de la ex presidente pero el punto, ahora, sería la interlocución con las limitaciones de la prisión domiciliaria. La nueva realidad impacta de lleno en el armado del principal sostén del kirchnerismo -es decir, el PJ bonaerense-, pero se proyecta al resto del país.
En estas horas, José Mayans pudo anotar las dificultades para unificar posiciones y asegurar apoyos a CFK. Y eso ocurre en el momento de mayor conmoción por la decisión judicial. Es un interrogante la proyección para los días que vienen, con alguna distancia del caso y mayor cercanía de las elecciones.
Se destacan dos muestras de lo ocurrido en las tratativas encaradas desde el PJ nacional. La CGT mostró fisuras claras: de un lado, kirchneristas o simplemente duros con el Gobierno (bancarios, metalúrgicos, mecánicos), que no lograron imponer una posición más activa de respaldo a CFK y tampoco jugaron en solitario; y del otro, negociadores tradicionales que en algunos casos tienen viejas facturas pendientes con la ex presidente (construcción, sanidad, estatales de UPCN, comercio, gastronómicos, entre otros). Finalmente hubo documento formal de apoyo a la “compañera”, aunque sin impulso efectivo a la movilización.
Los gobernadores también exhibieron una paleta variada. Kicillof jugó activamente, con la mirada puesta en Buenos Aires y apuesta a su proyecto presidencial. También hubo respaldos con exposición pública de Ricardo Quintela y Sergio Ziliotto. Y posiciones medidas, como la del aliado Gerardo Zamora, o distantes, en particular de aliados visibles del Gobierno, como Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo.
De todos modos, CFK cuenta con algunos elementos para sostener su lugar al menos camino a los comicios. Su capital personal sigue siendo de peso, especialmente en Buenos Aires. El punto es cómo se sostiene en la campaña, que desde el peronismo debería combinar el armado de listas con fuerte estructura local en cada una de las ocho secciones electorales -es decir, intendentes, que ponen en juego poder propio- y el factor nacional de la ex presidente.
Fuera del plano interno, impactará el modo en que se mueva Olivos. En cuanto a las listas, están abiertas aún las tratativas para cerrar trato con el PRO y alguna franja de la UCR, sobre todo atendiendo a intendentes en el interior de la provincia. El tema, en lo que hace a CFK, es si la sostendrán como contrafigura o correrán definitivamente el foco hacia Kicillof, siempre para salirse de la disputa sección por sección, y darle sentido de marca contra marca, libertarios contra kirchneristas, sin importar demasiado los candidatos en cada distrito.
Son las batallas que vienen, una vez pasado el primer y fuerte oleaje de la condena efectiva de Cristina Kirchner. Arranca otra serie.
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POLITICA
La versión libertaria del plan platita
En los años impares a todo presidente argentino se le aparece sobre la mesa un pacto con el diablo. La oferta es tan simple como irresistible: gane ahora y pague después.
La energía del gobierno se subordina, en consecuencia, a las necesidades electorales a costa de desequilibrios futuros. La costumbre desarrolló una ética para explicar esta anomalía recurrente. El triunfo en las urnas se asume como la única garantía de que las reformas en curso no vayan a revertirse en lo sucesivo. En un año se gana, en el otro se gobierna. La fórmula esconde un gigantesco autoengaño, que suele saltar a la vista cuando terminan los festejos y toca acomodar lo que se desordenó en la campaña.
Javier Milei se jactó de ser “el único presidente en la historia de las democracias modernas” que no caía en esta “lógica de la casta”, porque no aplicó una política fiscal y monetaria expansiva al encarar un año de elecciones. Es cierto que no inventó nuevos subsidios, no regaló el consumo de gas ni salió a repartir colchones o heladeras en los barrios populares. La tentación, sin embargo, también vino a buscarlo.
A medida que se acerca la hora de votar queda más en evidencia la decisión del Presidente y su equipo económico de condicionar su programa a la finalidad de mantener un tipo de cambio bajo y, de ese modo, empujar a la baja la tasa de inflación.
Él -a diferencia de sus antecesores peronistas- no vende distribución del ingreso sino estabilidad. El dólar barato a toda costa constituye la contracara libertaria del “plan platita”.
La obsesión mileísta del año impar ha sido construir cuántos puentes hiciera falta para llegar a finales de octubre sin sobresaltos en el mercado de cambio. Cuando el propósito tambaleó consiguió el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que lo ayudó a evitar una devaluación brusca en abril. Empezó así lo que llamó la “fase 3″ del programa económico. Después pergeñó el plan “colchón” en busca de dólares fuera del sistema y que no terminan de emerger. Se eliminaron regulaciones para alentar el ingreso de inversores especulativos. Y más tarde se lanzó a tomar deuda a tasas considerables para disimular la incapacidad de juntar reservas en el Banco Central sin provocar un movimiento cambiario.
Es muy inusual que coincidan Cristina Kirchner y Mauricio Macri en un diagnóstico económico. Y aun así la expresidenta desde su prisión domiciliaria y la Fundación Pensar –la usina de ideas del Pro- han alertado en las últimas semanas sobre el peligro al que se expone el Gobierno con su actual política cambiaria.
El déficit externo del primer trimestre –5191 millones de dólares- acentuó las dudas sobre la sustentabilidad del modelo. Milei da la batalla: sostiene que lo importante es que el Estado gaste menos de lo que ingresa y que el resto es cuestión de los privados. El viceministro de Economía, José Luis Daza, dijo esta semana que anualizado el rojo será del 2% del PBI este año, cuando la previsión registrada en el acuerdo con el FMI era de -0,4%. Lo adjudicó a un efecto esperable en una economía en crecimiento y dijo que ya habrá tiempo de juntar reservas. Luis Caputo acotó: “Es hasta sano para la economía”.
Los técnicos podrían discutir hasta el infinito sobre lo que implica este síntoma. La experiencia acumulada es aguafiestas: siempre que una cena en Roma costó menos que en Caballito a la larga asomó una crisis.
El boom del turismo en el extranjero chirría. Más de 6,7 millones de argentinos salieron del país por placer entre enero y mayo. La tendencia no parece frenarse sino todo lo contrario, como sugiere la invasión argentina en el Mundial de Clubes que se disputa en Estados Unidos. Acaso Milei, en vez de insultarlo, debería agradecerle a su odiado Juan Román Riquelme por la temprana eliminación de Boca Juniors.
La Casa Rosada tiene confianza plena de que podrá sostener el actual esquema económico hasta las elecciones legislativas de octubre. Sus opositores también lo descuentan.
Los caminos se bifurcan cuando se piensa en el día posterior.
La hoja de ruta que traza Milei tiene como punto de partida el triunfo electoral. “Presidente que pierde no gobierna”, sintetiza, sin miedo a la exageración, uno de sus asesores políticos. El relato libertario califica de inmoral el despilfarro de fondos públicos para ganar unas elecciones, pero lo diferencia de lo que está haciendo ahora el Gobierno con el manejo del dólar. Cree que el mercado hará las correcciones “cuando lo considere necesario”. Una victoria de La Libertad Avanza (LLA) -en ese razonamiento- sería la inyección de confianza que permitiría un acomodamiento indoloro después de las elecciones.
La secuencia sería: triunfo electoral, baja del riesgo país, regreso a los mercados de deuda a tasas razonables y transitar con relativa calma el período previo a que la producción de Vaca Muerta y la explotación minera aporten un flujo de dólares capaz de terminar con la histórica restricción externa de la Argentina.
La clave reside en cómo conseguir dólares el año que viene. La bala de plata del FMI ya la usó este año. En abril, cuando rubricó el acuerdo, Milei dijo que tendría 50.000 millones de dólares de reservas en mayo. Terminó el mes por debajo de 37.000 millones. Digno de “un mandril”, para usar su nomenclatura. Ajustó entonces el discurso. La cantidad de reservas no importa, argumentó mientras autorizaba a su equipo a endeudarse para conseguir dólares y cumplir las metas comprometidas con Washington. Sabe muy bien que no hay antecedente de un plan de estabilización exitoso con un Banco Central quebrado.
Por actitud personal y por el contexto que le tocó en suerte, el Presidente ha mostrado una gran capacidad para adaptarse a las circunstancias. Se ata al superávit fiscal y a la ambición desreguladora. Son las dos señales inequívocas que envía a los actores económicos. El resto es pragmatismo y habilidad para comunicar. Un rubro en el que hace uso a discreción del insulto, la descalificación y la hipérbole.
Esta semana se atragantó con la decisión de la calificadora Morgan Stanley Capital International (MSCI) de mantener a la Argentina en la lista de países de mayor riesgo en el mundo para la inversión financiera. Jugamos en la liga de Nigeria, Palestina o Zimbabue. Las razones responden a la continuidad de las restricciones a la salida de capitales (el cepo que sobrevive más allá del relato) y la idea es que eso cambie en un futuro cercano. Pero sería necio no preocuparse por la imagen que devuelve ese espejo.
La mochila de desconfianza que carga el país hace más peligroso el tránsito por un mundo que es muy distinto al que Milei imaginó cuando llegó al poder. Las guerras y el proteccionismo trumpista moldean un presente de incertidumbre y volatilidad. El dólar se debilita, pero las tasas de interés no bajan. Los precios de los productos primarios navegan en la inestabilidad.
La obsesión electoral –que hermana a Milei con sus antecesores- tapa por el momento la pregunta obligada sobre la etapa que se abre cuando pase octubre. ¿Cómo hará un país de economía abierta que necesita inversiones para acumular dólares en un mundo cada vez más cerrado y que está todo el tiempo a las puertas de un evento disruptivo?
Milei se enfrenta a la trampa del ganador. Está haciendo todo lo necesario para imponerse en las elecciones de este año, mientras se construye a sí mismo la valla que le tocará saltar en la siguiente.
Desde 2011 ningún oficialismo logró la reelección. No hubo tampoco dos años seguidos de crecimiento económico sostenido. ¿Podrá Milei torcer el ciclo de esperanza y frustración que aquejó a sus precursores?
Esta vez es distinto porque hay superávit fiscal, repite el mantra oficialista. ¿Alcanzará? Todavía no se vislumbra quién será el prestamista que aporte los dólares que el modelo demanda ni tampoco de qué manera piensa Milei construir un oficialismo eficiente que lleve a cabo las transformaciones legislativas que requiere su revolución de libre mercado.
Milei no esconde su aversión al acuerdo. Basta con observar el destino del Pacto de Mayo, reflotado esta semana: el Gobierno puso el texto y eligió a los representantes de “la oposición”. Negociar así es una delicia. La fijación por pintar de violeta las listas de candidatos que negocia con el Pro hacen juego también con esa ambición hegemónica.
El contraste con el kirchnerismo es otra herramienta vital de la campaña. “La gente entendió que ajustar al fisco es devolverles el dinero. ¿La crueldad? Sí, soy cruel. Soy cruel, kukas inmundos. Soy cruel con ustedes: los gastadores, los empleados públicos, los estatistas, los que les rompen el culo a los argentinos de bien», gritó el Presidente el miércoles en un acto en Puerto Madero. La romantización de la crueldad sigue la estela de la exaltación del odio que naturaliza el discurso oficial.
Polarizar contra el abismo rinde, aunque puede tener un doble filo. Los mercados miran quién gana las elecciones y también quién es la alternancia posible. Lo que llaman “el riesgo político”.
Son amenazas del largo plazo en el reino de las urgencias. La baja de la inflación y la estabilidad cambiaria le dan a Milei la pole position de la carrera electoral, a pesar de la suba de la tasa de desempleo, las dificultades de la industria y el sufrimiento social que se desprende del ajuste en el sector público.
“En los primeros dos años la vamos a pasar muy mal”, había advertido Milei al asumir. Ahora alimenta la ilusión con promesas muy concretas sobre el porvenir. Por ejemplo, que “a mediados de 2026 la inflación estará terminada”, que “vamos a ser el país más libre del mundo” y que se viene un proceso de crecimiento sostenido de entre el 6 y 8% anual.
Primero hay que ganar y después evitar que el éxito no engendre una derrota futura. El objetivo de una economía estable, competitiva y con capacidad de generar trabajo genuino habrá que resolverlo de alguna manera con la “fase 4” del programa. Todo marcha de acuerdo al plan.
POLITICA
Despidieron a la delegada de PAMI de El Bolsón por cerrar las oficinas el día de la marcha por CFK

Las autoridades de PAMI anunciaron la desvinculación de la delegada del organismo de El Bolsón -María Eugenia Alonso- que cerró las puertas de ese Centro de Atención Primaria (CAP) para participar de la marcha en “solidaridad” a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y suspendió por 29 días a los demás trabajadores del organismo que se acoplaron a la medida.
El hecho, que provocó un escándalo de magnitud en la localidad rionegrina, ocurrió el miércoles 18 de junio, en coincidencia con otras movilizaciones que se realizaron en distintos puntos del país.
En el ventanal de acceso a la oficina, varios carteles anunciaban la retención de servicios: “ATE. 18/6. Paro Nacional”.
Decenas de adultos mayores quedaron sin atención y debieron regresar al día siguiente para recibir asistencia. La medida provocó indignación y de inmediato las autoridades de la obra social anunciaron posibles medidas para el personal involucrado.
Este viernes, a través de las redes, anunció la desvinculación de la delegada María Eugenia Alonso y la suspensión preventiva de los demás empleados.
Antes de conocerse la decisión, los trabajadores del organismo intentaron minimizar los cuestionamientos y dijeron que las puertas del CAP estuvieron abiertas y no hubo adhesiones al paro. Sin embargo, las imágenes que circularon del frente de las oficinas, echaron por tierra la coartada.
“Esta intempestiva medida de fuerza, que afectó a los más de 3.700 afiliados de la zona, fue encabezada por el gremio ATE, en señal de repudio a la condena de la expresidente Cristina Fernandez de Kirchner”, mencionaron desde la entidad, a través de un comunicado.
Justificaron la desvinculación y las suspensiones en “una política de transparencia y responsabilidad que impulsa la actual gestión, que no tolerará el uso político-partidario de los recursos públicos ni el abandono de funciones de la administración pública”.
El escándalo creció cuando una vecina denunció la medida de fuerza a través de los medios locales. Contó que ese día salió temprano junto a su madre de 89 años para realizar gestiones en la delegación local de PAMI. “Lo que encontramos fue desolador: puertas cerradas, vidrios cubiertos de carteles de paro, ni un mínimo de atención, ni una persona que nos reciba. Ni siquiera la puerta abierta. Solo un mensaje claro: hoy no hay nadie”, escribió.
En su texto, la vecina reconocía el derecho legítimo de los trabajadores a realizar medidas de fuerza, pero advirtió: “¿Qué pasa cuando ese derecho choca de frente con las necesidades vitales de otros? ¿Dónde queda el Estado presente cuando ni siquiera hay una guardia mínima para atender situaciones urgentes?”. Y añadió: “No hablamos de comodidad, hablamos de personas mayores, de familias vulnerables, de vecinos que organizan su día para resolver trámites impostergables”.
En su defensa, los trabajadores dijeron que ese día “ficharon” y estuvieron en las oficinas, aunque las autoridades del organismo constataron que ninguno de ellos atendió a los afiliados que se acercaron ni tampoco realizó tareas internas.
Fueron muchas las voces del arco político que se alzaron al trascender el escándalo. La diputada libertaria Lorena Villaverde repudió la medida sindical y aseguró que “ningún sector político puede hacer uso de las instituciones del Estado como trinchera ideológica y tener a los ciudadanos, en este caso a nuestros abuelos, como rehenes de su militancia. No solo es un acto de profunda irresponsabilidad sino también un desprecio absoluto por el deber que tienen con la comunidad”.
Este viernes, tras conocerse el despido de la delegada y las suspensiones, la legisladora compartió el comunicado del PAMI y aseguró: “con los jubilados no se juega”.
“Las autoridades del PAMI han tomado una medida ejemplar desvinculando y suspendiendo a estos empleados de El Bolsón que llevaron adelante un uso militante de las oficinas del Estado. Sin dudas acá se puso un límite frente a la militancia kirchnerista que quiso imponerse por encima de las necesidades de los abuelos” posteó en sus redes sociales, y concluyó asegurando que “las oficinas públicas deben ser un espacio de servicio, que atienda a las necesidades de todos, y no trincheras ideológicas que defiendan intereses partidarios”.
POLITICA
Francia y la Argentina firmaron un acuerdo para impulsar inversiones en litio y minerales críticos

La Argentina y Francia firmaron un acuerdo Marco para promover inversiones y financiamiento en el sector de minerales críticos, con foco en el litio, recurso del que país sudamericano posee la tercera reserva mundial, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos. La firma del acuerdo se realizó en Buenos Aires y estuvo encabezada por el ministro francés de Comercio Exterior, Laurent Saint-Martin, y el secretario de Minería de Argentina, Luis Lucero. De acuerdo con los funcionarios, el objetivo central es consolidar la minería como una prioridad estratégica en la relación bilateral, en línea con la necesidad global de avanzar en la transición energética.
El documento oficial, según detalló Saint-Martin, plantea elevar la cooperación en minerales críticos y facilitar la concreción de proyectos de inversión de compañías francesas en los próximos meses y años. Según indicó el funcionario argentino, este memorándum servirá como hoja de ruta para articular acciones conjuntas y establecer “medidas concretas” que refuercen la presencia francesa en la industria minera argentina.
La Argentina integra junto a Bolivia y Chile el denominado “triángulo del litio”, una región que concentra más de la mitad de las reservas globales de este mineral, esencial para la fabricación de baterías de automóviles eléctricos, celulares y otros dispositivos vinculados a soluciones de energía limpia. El país sudamericano ocupa, además, el cuarto lugar entre los productores mundiales, detrás de Australia, Chile y China. Para el Gobierno argentino, la expansión de la actividad minera representa una oportunidad para captar divisas, generar empleo en regiones alejadas de los centros urbanos y posicionarse como proveedor clave de insumos estratégicos para la descarbonización de la economía global.
En ese sentido, Lucero valoró el entendimiento con Francia como un instrumento que “abre un campo de cooperación” que debería continuar con un diálogo bilateral enfocado en la identificación de acciones específicas.
Las inversiones francesas en suelo argentino alcanzaron en 2024 un crecimiento del 43% interanual, totalizando US$7600 millones en todos los sectores. El sector minero mostró un avance particular, con US$850 millones destinados a la apertura de la primera planta de extracción directa de litio del grupo minero Eramet, en la provincia de Salta.
“La Argentina cuenta con recursos minerales de primer orden en términos de calidad, de cantidad y diversidad y desempeñará un papel fundamental en la transición energética mundial”, consideró Saint-Martin.
El memorándum con Francia se suma a otros acuerdos similares firmados por la Argentina en los últimos meses. En agosto de 2024 se selló un compromiso de cooperación en minerales críticos con Estados Unidos, mientras que en febrero se rubricó otro con Emiratos Árabes Unidos. Estas alianzas forman parte de la búsqueda oficial de diversificar la base de socios estratégicos y ampliar la red de mercados de destino para el litio y otros minerales asociados a la electromovilidad y las energías renovables.
Con información de AFP.
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