POLITICA
Quién es el detenido que amenazó de muerte a Javier Milei
La jornada de movilizaciones de este miércoles 18 de junio sumó un episodio de alta tensión. Un manifestante, en plena entrevista televisiva con LN+, lanzó una amenaza de muerte contra el presidente Javier Milei. La respuesta de las fuerzas de seguridad fue inmediata y derivó en su detención minutos después.
El propio involucrado se identificó como ‘Joel Pessi’ ante las cámaras de LN+ momentos antes de su arresto. Fuentes oficiales confirmaron más tarde su identidad completa: Joel Miguel Pessi. También se supo que Pessi forma parte de la agrupación peronista 13 de Abril.
Pessi cuenta con una causa penal, que data del año 2009, donde se lo acusó por “resistencia a la autoridad”. Dicha causa se tramitó en el Juzgado Correccional N°2 de Lomas de Zamora.
En lo que refiere a las amenazas de este miércoles, todo empezó cuando el acusado se trasladaba en una camioneta Toyota Hilux junto a otros cuatro hombres por la Autopista Riccheri, con destino a la marcha convocada en apoyo a Cristina Kirchner.
Durante una entrevista con un móvil de LN+, mientras se dirigía a la manifestación, Pessi expresó de manera vehemente: “Lo vamos a matar a Milei, al hijo de mil put… de Milei. Milei bastardo, hijo de put…, vende patria, hijo de put… Acá Joel Pessi”.
Estas declaraciones, emitidas en vivo, activaron de inmediato los protocolos de seguridad. Alrededor de una hora después de la emisión de las amenazas, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, informó a través de su cuenta en la red social X sobre la captura del implicado. “Ya está detenido por la PSA. Amenazas, respuesta inmediata”, escribió la funcionaria.
Según pudo averiguar , agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), desplegados en un operativo en la autopista Riccheri a la altura del Mercado Central, interceptaron la camioneta en la que se desplazaba, lo demoraron en el lugar y confirmaron su identidad.
Antes de que la Justicia ordenara formalmente su detención, Pessi dialogó con el canal TN. En esa instancia, intentó matizar sus dichos. “Mi nombre es Joel Pessi. Me retuvieron el documento porque salí en un noticiero diciendo ‘Milei hijo de put…’, puteé, por bronca, como todo argentino. Por bronca por lo que estamos pasando, porque no hay trabajo”, explicó.
Consultado específicamente sobre la amenaza de muerte, Pessi dijo no recordar haberla expresado con esas palabras exactas, aunque admitió: “Lo dije en un momento de bronca, hay muchos como yo acá. No soy yo solo. Hay un montón que tenemos bronca. Me expresé, capaz de una manera mala, que no me tendría que haber expresado, no sé hablar bien, pero mandaron una orden para que me detengan y me hagan una causa. Me tienen demorado. Soy de Ezeiza yo”.
“No nos merecemos que nos traten así. ¿Ahora no nos podemos expresar en la Argentina? ¿Milei cuántas cosas dijo de los argentinos?”, cuestionó. No tengo ninguna jerarquía [en las organizaciones que se movilizan]. Soy un ciudadano igual que todos ustedes, que todos los muchachos, no tengo ningún plan, ni nada. Vine a protestar por el problema de Cristina, por todas estas injusticias que están pasando”, finalizó.
Tras la detención por parte de la PSA, intervino el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N ° 2 de Morón. El juez a cargo, doctor Jorge Rodríguez, ordenó que quedara detenido e incomunicado.
Minutos más tarde se dispuso su traslado al penal de Ezeiza, donde permanecerá a disposición judicial mientras avanza la investigación por las amenazas de muerte proferidas contra el Presidente de la Nación, Javier Milei.
Este contenido fue producido por un equipo de con la asistencia de la IA.
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POLITICA
La CGT, entre Kicillof y Milei: la revancha de Moyano con Cristina, la unidad forzada y el guiño al Gobierno
La voz débil de Hugo Moyano, algo anciano, aunque lúcido y activo como en sus tiempos de auge, pobló el salón del tercer piso de la sede de la Federación de Sanidad. “Nosotros siempre pusimos todo, que no nos vengan a decir ahora que tenemos que parar”, intervino para mediar en un tenso debate. Lo escuchaban atentos unos 20 dirigentes de la CGT de distintas tribus que no habían logrado acordar una postura común sobre el involucramiento de la central obrera en la movilización de apoyo a Cristina Kirchner. La palabra autorizada del jefe camionero fue determinante para que el sindicalismo, un otrora actor protagónico en el rompecabezas de poder del peronismo, tome una sugestiva distancia de lo que fue el miércoles la congregación kirchnerista en la Plaza de Mayo.
La CGT finalmente no marchó de manera orgánica por la expresidenta. Si bien hasta se había fijado un punto de encuentro, en Independencia y Paseo Colón, la decisión de escenificar cierta unidad y contribuir a la reconstrucción del PJ se diluyó por varias razones. Hubo motivos políticos, también revanchas personales y hasta una necesidad de dar vuelta de página. “Cristina venía siendo hasta ahora un obstáculo para renovar el peronismo. Ahora el recambio será obligado”, reflexionó un dirigente de un gremio industrial. La disyuntiva es hoy alinearse detrás del proyecto de Axel Kicillof o renovar el pacto con Javier Milei para que no avance con decretos o leyes que puedan limitar el poder y los negocios de los sindicatos. Está lejos hoy la CGT de una postura unánime ante este nuevo escenario. Hay una mayoría de kicillofistas, surgen algunos que se empiezan a confesar libertarios y está incipiente una tercera vía, que impulsa un acercamiento con los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) a pesar de no pertenecer hoy al PJ.
“No se pudo armar nada por Cristina por que la mitad de la CGT está en Suiza [en la OIT] y porque hay otros sectores que están jugando a otra cosa”, asumió a modo de autocrítica uno de las voces más respetadas del triunvirato de mando cegetista. Avivó este clima de incertidumbre un hecho que no pasó de inadvertido para los gremialistas. El lunes a la noche, en la previa a la convocatoria a movilizarse por la expresidenta, de un auto sin patente se bajó una persona y dejó dos mensajes en las paredes de la CGT, en Azopardo al 800. “Paren el 18 o se pudre” y “no jodan con CFK”. Las pintadas fueron tapadas esa misma noche.
El martes a la tarde se esperaba a la cúpula de la CGT en la sede del PJ para definir su adhesión a la movilización. El kirchnerismo presionaba para que se active un paro general. Las dos vertientes de la CTA, ambas con influencia en el sector público, ya habían avanzado hacia una huelga de impacto reducido. Héctor Daer, que estaba de anfitrión de 20 dirigentes en Sanidad, cruzó llamados y mensajes con el senador José Mayans, vicepresidente del partido. También habló con el bancario Sergio Palazzo, uno de los interlocutores sindicales favorito de Cristina Kirchner. Unos minutos antes de la hora pautada para el encuentro se conoció que el Tribunal Oral Federal N°2 autorizaba finalmente la prisión domiciliaria y de esa manera se desactivaba la caravana a los tribunales de Comodoro Py para cortejar la entrega a la Justicia de la expresidenta. El dinamismo de los hechos hizo que se cancelara la visita de los gremios a Matheu y que el apoyo de la CGT se limite a un comunicado, a solo algo retórico. “Nos pronunciamos. Punto y aparte”, dijo un sindicalista, seco y tajante.
La decisión de Hugo Moyano de haberse puesto al frente de la resistencia contra Cristina Kirchner tiene su raíz en el pasado no tan lejano. El 15 de diciembre de 2011 el jefe de los camioneros reunió a una multitud de militantes de su gremio en el estadio de Huracán. Bajo la lluvia, renunció ese mediodía a la mesa de conducción del PJ, al que consideró “una cáscara vacía”, y le respondió directamente a Cristina, que cinco días antes, al asumir su segundo mandato como presidenta con el 54% de los votos, lo había acusado por “extorsión y chantaje”. Simbolizó el principio de una ruptura cuyas heridas no cicatrizaron jamás. Aquel día, Moyano habló flanqueado de su hijo Pablo, que vestía una remera blanca con una leyenda: “Reparto de ganancias, ya”. Hoy los caminos de Hugo y Pablo se bifurcaron y no hubo ni siquiera un llamado para el Día del Padre, según fuentes confiables que conocen la dinámica familiar del clan camionero.
Durante el debate con sus colegas sindicales en Sanidad, Moyano debió aclarar que la visita de su hijo Pablo a Cristina en San José 1111, el viernes previo, había corrido por cuenta propia. Detrás de ese encuentro habría tenido mucho que ver un intendente camporista que supo asesorar en temas legales a gremios moyanistas. Pablo Moyano asistió con su hijo Facundo y no abrió el juego al puñado de laderos sindicales que aún frecuenta. Se solidarizó con Cristina, pero en la movilización del miércoles en Plaza de Mayo casi no hubo rastros de la militancia camionera.
Se abre un interrogante sobre el futuro de Pablo Moyano. No participa activamente del manejo del gremio desde hace seis meses y está dedicado casi exclusivamente a la gestión deportiva del Club Camioneros, según dos fuentes que orbitan alrededor del círculo familiar. Tampoco mostró interés cuando fue consultado por colegas transportistas para apuntalar un rejunte de gremios y organizaciones sociales dispuestas a enfrentar a Milei, como lo fue el MTA durante el menemismo. En la sede central del sindicato, en San José 1781, a seis cuadras de lo de Cristina, circulan cada vez con más fuerzas las versiones de que Hugo se inclinaría por Omar Pérez o Marcelo Aparicio como eventuales sucesores. “El heredero tiene que tener sí o sí apellido Moyano”, cortó cualquier especulación un interlocutor habitual con los diferentes miembros del clan. Detrás de Pablo, están Karina, Hugo (h.), Facundo, Jerónimo y Paola, que es la única que hoy no está vinculada de manera directa con el sindicato. Hugo Moyano tiene 81 años y el actual mandato, el décimo en cadena, finaliza recién en 2027. Luce todavía lejano el desenlace por la sucesión.
Diferente es lo que sucede en la CGT. El proceso de renovación se aceleró a partir de las diferencias internas sobre cómo relacionarse con el gobierno de Milei y se agitó después de retacearle el apoyo a Cristina por su condena a prisión domiciliaria. Entre octubre y noviembre se desarticulará el triunvirato de mando que integran Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello. Simbolizará algo más que un enroque de nombres: será un forzado recambio generacional que amenaza con tener un efecto cascada en otros sindicatos. La intención en la CGT es tratar de impulsar un solo líder, que reúna el consenso de las diferentes tribus. Pica hoy en punta el santafecino Jorge Sola, del Sindicato del Seguro. En paralelo, sin embargo, se gestan dos bandos opuestos: uno dispuesto a empoderar a un dirigente con perfil netamente opositor, como podría ser Abel Furlán (UOM), mientras que otro sector busca enviar señales de tregua a Milei y echó a rodar los nombres de Daniel Vila (Carga y Descarga), el dirigente que talla en los centros de distribución de Mercado Libre, y Cristian Jerónimo (Vidrio), que se jacta internamente de tener línea directa con Santiago Caputo, asesor del Presidente. El rompecabezas no está ajeno a la atomización peronista.
En medio de esta barahúnda, desde la CGT surgieron señales de rendición ante el Gobierno en una pulseada determinante: las paritarias. Son cada vez más los gremios que aceptan la suba mensual de 1% como pauta de referencia. Se recurrió como atajo a la suma no remunerativa adicional para destrabar algunos acuerdos que venían perdiendo frente a la inflación. Se tratan de pagos sin aportes que no incrementan la base salarial. Parches que no permiten el repunte del salario a pesar de la desaceleración inflacionaria. Celebra el ministro de Economía, Luis Caputo, que está dispuesto a colonizar la Secretaría de Trabajo con tropa propia. Su avanzada generó algún cortocircuito con Sandra Pettovello, a cargo de Capital Humano, el mega ministerio del que depende la cartera laboral.
En la letra chica de algunos acuerdos paritarios comienza a hacerse habitual el aporte de los empresarios a la obra social. Moyano, por ejemplo, ya lo adquirió como un derecho. Hoy casi todas las obras sociales están en crisis y recurren a los fondos del gremio para no bajar sus persianas y desatender las prestaciones. Como nunca antes, el Fondo Solidario de Redistribución, que se financia con el aporte obligatorio que se les retiene mensualmente a los trabajadores registrados de sus salarios, quedó en números negativos por el salto en los costos para cubrir los tratamientos por discapacidad.
Hay un conflicto en ciernes con el Gobierno por una reciente normativa que obliga a las prestadoras a dar una respuesta al afiliado dentro de los cinco días hábiles para autorizar tratamientos. Si no lo hacen, son multadas. El sistema laboral y sanitario podría sufrir un giro si prospera una idea que el ministro de Salud, Mario Lugones, deslizó en exposiciones antes de ser funcionario. Se trata de darle la posibilidad al empleado registrado de elegir que el aporte obligatorio que hoy hacen los empleadores en vez de ir a la obra social o a la prepaga vaya a su bolsillo. El salario sería así un 6% mayor, pero el empleado estaría sin cobertura médica privada. Una disyuntiva compleja mientras la motosierra avance sobre la salud pública.
Si bien esta reforma no formaría hoy parte de la agenda del Gobierno, hay otras iniciativas que sí. Temen en la CGT que Milei de un giro y finalmente habilite a su tropa de legisladores a acompañar a la UCR, Pro y la Coalición Cívica en sus proyectos para limitar el poder de recaudación y representación de los gremios. En 2024, el oficialismo no acompañó a sus aliados y hubo 28 iniciativas que no prosperaron en la Comisión de Legislación del Trabajo. ¿Qué hará este año? ¿O el próximo? En los gremios tomaron nota del reciente decreto presidencial que intentó limitar el derecho a la huelga y sospechan que se acabó la tregua. ¿Llegó la hora de la resistencia o de la rendición? Ni de una, ni de la otra, dicen por ahora en la CGT.
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POLITICA
Patricia Bullrich volvió a destacar la caída de los homicidios en Rosario por el Plan Bandera

La ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, afirmó que el Plan Bandera permitió recuperar las perspectivas de desarrollo para Rosario y resaltó que la inseguridad dejó de ser el principal factor que condiciona la vida en la ciudad.
A través de una publicación de su cuenta oficial de la red social X, la funcionaria celebró -por adelantado- el Día de la Bandera y destacó los resultados del programa. “Rosario volvió a tener futuro gracias al Plan Bandera. El miedo ya no manda”, escribió en la publicación.
A su vez, agregó: “El Día de la Bandera lo celebramos en esta ciudad que se puso de pie gracias al trabajo incansable de nuestras Fuerzas Federales”.
Bullrich cerró: “Con decisión, ley y orden, estamos cambiando la historia. Este es el camino”. La ministra resaltó el rol de las fuerzas federales en el despliegue de políticas de seguridad, atribuyendo la recuperación del control en la ciudad.
En la publicación en X también agregó un video en el que amplía el mensaje. El mismo comenzó: “Estamos en Rosario. El trabajo que se ha hecho es impresionante. Se disminuyó todo: los tiroteos, las amenazas, la intimidación pública, los homicidios. El Plan Bandera, que mañana es el Día de la Bandera, es realmente un beneficio enorme para todos los ciudadanos que vivían en el medio de una situación de violencia permanente.
“Quiero agradecerles a todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Federales de la Policía de Santa Fe que han trabajado incasablemente para que hoy Rosario sea una ciudad mucho más libre de lo que era cuando llegamos al Gobierno. Ustedes saben que con nosotros, el que las hace, las paga”, cerró.
En línea con las declaraciones de Bullrich, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, había abierto el pasado 1 de mayo las sesiones ordinarias de la Legislatura de Santa Fe, enfatizando la reducción de homicidios en toda la provincia, especialmente en Rosario, así como la disminución de heridos de arma de fuego y de hechos de inseguridad.
Según Pullaro, las cifras oficiales respaldan estos datos: en los primeros cuatro meses del año en el departamento Rosario se registraron 46 asesinatos, lo cual mantiene una tendencia a la baja en el índice de homicidios.
Pullaro precisó que el año 2024 finalizó “con la tasa de homicidios más baja desde el 2000” en la provincia. Además, durante el mismo período de enero a abril de 2024, se observó una caída del 11% en los homicidios comparado con el mismo periodo del año anterior. Conforme a los registros estadísticos, en lo que va del año se contabilizaron 72 homicidios frente a los 82 del primer cuatrimestre del año pasado.
El gobernador incorporó contexto sobre la situación en Rosario al recordar una serie de crímenes ocurridos en marzo del año pasado, específicamente los “crímenes narcoterroristas”.
Entre las víctimas asesinadas se encuentran Héctor Figueroa y Diego Celentano, ambos taxistas, el colectivero Marcos Daloia y el empleado de estación de servicio Bruno Bussanich.
De acuerdo con la investigación llevada adelante por el Ministerio Público de la Acusación (MPA), algunos de estos ataques fueron ordenados desde prisión por Alejandro Núñez, alias “Chucky Monedita”, considerado un presunto jefe narco del barrio Tablada, en la zona sur de Rosario.
El mandatario provincial informó que todos los involucrados en estos hechos se encuentran imputados y presos.
Pullaro también detalló que también se registró una baja del 39% en personas heridas por arma de fuego, una disminución del 40% en el número de balaceras y una reducción del 30% en otros hechos de inseguridad.
El gobernador también señaló la transformación operativa en la ciudad de Rosario, mencionando que al inicio de su gestión solo había 20 patrulleros en la ciudad. Actualmente, el número de móviles varía entre 280 y 296, lo que representa un refuerzo sustancial de la capacidad de respuesta policial.
POLITICA
La CGT mira para otro lado mientras los jubilados vivimos en la indigencia

Eduardo Martínez cuestionó el reciente fallo judicial que afecta a la exvicepresidente, considerándolo un ataque a las garantías democráticas del país: «Este fallo es una persecución política que va más allá de Cristina. Es atentatorio contra todos los derechos y libertades de los ciudadanos», aseguró.
Además, advirtió que el fallo judicial busca «darle garantías a aquellos que lucran con el pueblo y con los jubilados», y alertó sobre un eventual fortalecimiento del gobierno de Javier Milei. «Más allá de la simpatía o no con el gobierno peronista, hay que entender que esto va contra todos aquellos que tienen algún reclamo», indicó.
En este contexto, Martínez confirmó que la movilización habitual de los miércoles en el Congreso se mantuvo, pese a la coincidencia con otras protestas: «Nuestros reclamos siguen todos vigentes y esa tradición de movilizarnos todos los miércoles tiene que seguir, aún en circunstancias como la del día de hoy».
Consultado sobre el accionar de las fuerzas de seguridad, marcó una diferencia en el trato hacia las distintas protestas. «Se abusan con los jubilados en términos de una desventaja numérica. Cuando estuvimos acompañados por otros sectores, como la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) o Ni Una Menos, no hubo represión», remarcó.
En ese sentido, anticipó una nueva movilización: «Para el 2 de julio estamos convocando a una marcha nacional antirrepresiva, con organizaciones de derechos humanos, sindicatos y partidos. No se trata de que maltraten a todos por igual, sino de que no maltraten a nadie», sostuvo el dirigente.
Sobre el protocolo de seguridad impulsado por el gobierno, fue tajante: «El protocolo tiene que dejar de existir. La Constitución es clara: el derecho a la protesta es legítimo». Y denunció que se están aplicando medidas que «son propias de un estado de sitio, no de un régimen democrático».
Finalmente, Martínez se refirió a la moratoria previsional y el posible veto presidencial: «El proyecto fue aprobado en Diputados, pero ya el gobierno dijo que lo va a vetar si lo aprueban en el Senado«, explicó. Y concluyó: «Sin moratoria, millones de personas no llegan a los 30 años de aportes porque los empleadores no se los hicieron. Es una cuestión de supervivencia, de vida o muerte».
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