POLITICA
Quién es quién en la campaña porteña: contrapuntos y propuestas de tres candidatos que corren desde atrás
Unas de las incógnitas que develarán las urnas en las elecciones del 18 de mayo es cómo quedará configurado el mapa político de la ciudad de Buenos Aires y cuál será la distribución del poder en la Legislatura. Mientras la pelea entre Pro y La Libertad Avanza acapara la atención, un puñado de candidatos llegan al final de la campaña resignados a pelear por un milagro: conseguir el colchón de votos suficientes -el piso es del 3%- para acceder a un escaño en el Palacio ubicado en Perú 160.
Son los postulantes rezagados o que cuentan con menor estructura y recursos frente a las grandes coaliciones o espacios que encabezan Silvia Lospennato (Pro), Manuel Adorni (La Libertad Avanza) y Leandro Santoro (PJ), pero que ansían apoyos para alcanzar su gran objetivo y dar la sorpresa en la batalla porteña. Con una oferta fragmentada -compiten 17 frentes-, apelan a diversas estrategias para seducir a los votantes de la Capital.
consultó a Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres), Luca Bonfante (Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad), que secunda a Vanina Biasi -se recupera tras sufrir una neumonía-, y Ricardo Caruso Lombardi (MID) sobre sus propuestas legislativas para la ciudad y sus posturas frente a las principales discusiones de la campaña, como la gestión de Pro, el tamaño del Estado porteño, la presión impositiva o la ficha limpia.
1) ¿Por qué razón quiere ocupar una banca en la Legislatura? ¿Cuál es su principal propuesta?
Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres)
-La ciudad está siendo muy poco gestionada durante los últimos años y, dada las potencialidades y el presupuesto que tiene el gobierno porteño, se podría mejorar la vida de los porteños con muy pocas leyes.
Proponemos la ley de urbanización integral de los barrios populares; una ley de pymes, que brinde ventajas crediticias e impositivas; y una agencia de producción y desarrollo. Hay que vincular esas empresas con el importante sistema científico y tecnológico de la ciudad, que está siendo totalmente ignorado por el gobierno porteño.
También queremos darles derechos a los trabajadores de plataformas -por ejemplo, un seguro de salud-.
Ricardo Caruso Lombardi (MID)
-En mi vida hice de todo. Empecé desde muy abajo, vendiendo en la calle; tuve una carrera en el fútbol y ahora trabajo como periodista deportivo. Tengo ganas de ayudar a la gente, impulsando leyes que sean favorables para los ciudadanos. A medida que camino los barrios, veo que los porteños no son correspondidos. Hay muchas quejas y pareciera que hay oídos sordos u ojos cerrados, porque dejan pasar las cosas.
Luca Bonfante (FIT)
-Quiero amplificar las peleas que damos los estudiantes, los trabajadores y los jubilados. Y vamos continuar aportando a la lucha en defensa de la educación. Eso lo hicimos, por ejemplo, cuando presentamos amparos por la calidad de las viandas que entregaba el gobierno porteño en los colegios públicos.
Proponemos la ampliación del equipo pedagógico en los colegios, para abordar la problemática de salud mental entre los adolescentes.
2) ¿Cuál es el principal déficit de la gestión de Jorge Macri?
Ricardo Caruso Lombardi (MID)
-En primer lugar, la educación. Hay que hacer una fusión con los clubes. También hay un problema enorme con la basura, pero lo que más me preocupa son los chicos y los abuelos. Hay que ponerse firme para cuidarlos como corresponde.
Luca Bonfante (FIT)
-En abril, la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires informó que la pobreza en la Ciudad que asciende a un millón de personas. Los sueldos no se recuperaron y, encima, la inflación ahora volvió a subir. Se usa más de la mitad del sueldo para pagar los alquileres cuyos precios están organizados en función de la especulación inmobiliaria.
En la Ciudad hay 200 mil viviendas vacías. Por eso una de las propuestas que queremos discutir es un impuesto a la vivienda ociosa para aquellos grupos inmobiliarios que tienen diez, quince o veinte departamentos vacíos y especulan con eso, porque buscan reducir la oferta y, así, generan un aumento del precio de los alquileres.
Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres)
-Creo que la inseguridad es la principal preocupación en los barrios populares o los más acomodados. Los robos y hurtos han crecido un 50% en el último año. Esto no solo ocurre por culpa de Jorge Macri, sino como consecuencia de la política nacional de Milei.
3) ¿El Estado porteño debe achicarse o ser más eficiente? ¿Pro debe bajar los impuestos?
Luca Bonfante (FIT)
-Hablar de Estado chico o pequeño es una discusión falsa. Es que Pro y sus socios radicales son especialistas para garantizar negocios, pero ajustan en educación y salud. Nosotros planteamos que todo legislador y funcionario debe cobrar como una maestra con veinte años de antigüedad. Sin embargo, nunca quieren tratar ese proyecto. Se destina dinero de la Ciudad para favorecer el negocio inmobiliario, pero no para atacar problemas claves como el del transporte.
Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres)
-El presupuesto de la ciudad es enorme, pero está mal administrado. Hay que hacer un profundo rediseño institucional que la ponga a la altura de lo que es: una ciudad Estado.
Además, hay impuestos muy distorsivos que perjudican la actividad económica, la producción y el empleo. Por eso, deberíamos suplirlos por otros tributos que fomenten esas actividades. Por ejemplo, proponemos establecer un gravamen específico a las grandes superficies ociosas.
Ricardo Caruso Lombardi (MID)
-¡No hay que reforzar nada! Al contrario, la ciudad tiene mucha plata y encima la Nación le debe seis mil millones de dólares por el recorte de coparticipación [que ejecutó Alberto Fernández en 2020]. Con esa plata se podría hacer de todo, desde cárceles hasta mejores lugares para estacionamientos o destinarla para arreglar el tema de la basura. Hay que bajar los impuestos, porque están muy altos en la ciudad.
4) ¿Quién es su referente a nivel nacional? ¿Tiene más coincidencias con Santoro, Lospennato, Adorni o Ramiro Marra?
Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres)
-Mi principal referencia es el peronismo. Y yo no la escondo. Lo pueden ver en mis propuestas, en los candidatos que me acompañan o en la boleta. Obviamente, estamos cerca de algunos postulantes que van en la lista de Santoro y de Alejandro Kim o del campo popular.
Ricardo Caruso Lombardi (MID)
-No tengo un referente nacional. Peleamos por el MID, un partido independiente, pero Arturo Frondizi tiene todas las de ganar, porque fue uno de los presidentes más sensatos y sólidos. Tenemos que ir por ese camino.
Lo único que noté en el debate es una pelea entre todos que no nos va llevar a ningún lugar. Esa disputa nos tira para atrás. Los legisladores están para impulsar leyes. Es decir, podemos presentar o acelerar proyectos, pero el que tiene que hacer es Jorge Macri hasta 2027.
La mayoría de mis rivales están haciendo más una campaña de jefe de gobierno que de legislador. Es un error.
Luca Bonfante (FIT)
-Soy del PTS, el partido de Myriam Bregman. Creo que Lospennato, Adorni y Marra están usando la elección para dirimir la interna de la derecha. Respecto de Santoro, no conozco qué hizo siendo legislador o diputado en favor de las mayorías. Solo sé que votó a favor del FMI en el Congreso y de tomar deuda con jurisdicción en Inglaterra en la Ciudad. Él está haciendo campaña diciendo que no es anti-Milei ni anti-liberal ni anti-nada. Podríamos sumar que Santoro es anti-calle, porque nadie lo vio apoyar a los jubilados en las marchas de los miércoles.
5) ¿Cuánto dinero gasta en su campaña? ¿Cómo se financia para pelear contra las grandes coaliciones? Según establece la ley 268, todas las agrupaciones políticas reciben un aporte público que administra el Instituto de Gestión Electoral (IGE).
Luca Bonfante (FIT)
-Es una campaña difícil ya que solo contamos con aportes de simpatizantes. Hicimos un festival en la puerta de mi facultad donde vinieron bandas de rock a bancarnos. Usamos las redes sociales como una vía para llegar con nuestras ideas y propuestas. No recibimos ni un peso de ningún empresario ni del poder político o económico. En esta campaña no contamos con publicidad para difusión gratuita. En cambio, el Pro y LLA están utilizando recursos del Estado de manera escandalosa.
Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres)
-Es muy difícil. La diferencia de recursos entre nuestro frente y el resto es abismal. Y nos cuesta mucho porque estamos proscriptos en muchos medios de comunicación, como el canal C5N. Contamos con aportes de militantes y dirigentes del peronismo de todo el país que quieren colaborar con nosotros.
Adorni, además, lleva en su lista a Diego Vartabedian, que está acusado hacer negocios en el PAMI y usar fondos de los jubilados en beneficio de su campaña electoral.
Ricardo Caruso Lombardi (MID)
-Eso lo maneja Oscar [Zago]. No sé qué plata puede haber. Eso sí, cuesta mucho encontrar un cartel nuestro en las calles. Algunos se están pasando de vivo y ponen afiches arriba para taparlos. Hay pelea una constante entre los de primer nivel por la cartelería. Y los grandes competidores están ninguneando al resto de los partidos.
6) ¿Votaría a favor del proyecto de “ficha limpia” en la ciudad?
Ricardo Caruso Lombardi (MID)
-Sin ninguna duda. El que no tiene ficha limpia que se quede en su casa. No tiene que venir a molestar.
Luca Bonfante (FIT)
-No, lo rechazamos porque es un proyecto proscriptivo, dictado por la embajada norteamericana. Funciona para entregarle al Poder Judicial -con el que el macrismo tiene una relación cercana- la potestad de aumentar su injerencia en la política y definir quién puede ser candidato y quién no.
No confiamos en que el Milei del “criptogate” o el macrismo de los Panamá Papers tengan intención de investigar la corrupción.
Juan Manuel Abal Medina (Seamos Libres)
-No. Es puro humo electoral. Todos los últimos escándalos de corrupción fueron protagonizados por personas que no estaban ni siquiera acusadas. La corrupción se combate de verdad con mecanismos de control ciudadano e información pública por un lado e instrumentos sólidos de control de gestión por el otro.
POLITICA
Cumplir con la Constitución Nacional y sancionar la Ley de Coparticipación Impositiva
La Reforma Constitucional de 1994 profundizó la descentralización del poder en tres grandes capítulos: el federalismo, la autonomía municipal y la creación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En relación al federalismo, se introdujeron modificaciones en sus aspectos institucionales, políticos, fiscales, económicos y sociales y culturales.
En lo específicamente fiscal, se mantuvo la distribución constitucional en materia impositiva y separación de fuentes entre los cuatro órdenes de gobierno: federal, provincias, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipios. Asimismo, el diseño constitucional incorporó al texto supremo, el sistema de la coparticipación impositiva, que existía desde 60 años antes de la reforma, para afianzar el federalismo de concertación. Y además fijó principios federales similares para la sanción del Presupuesto Nacional.
El inc. 2° del art. 75 estableció como coparticipables a los tributos indirectos internos y a los directos que en forma excepcional recaude el gobierno nacional, salvo la parte o el total de ellos que tengan asignación específica. Esta última cuestión fue objeto de intensas negociaciones, ya que fue un sistema comúnmente utilizado para detraer fondos de la masa coparticipable perjudicando a las provincias y municipios, y por ello se fijaron especiales condiciones en el inc. 3°.
Seguidamente el inc. 2° dice: “Una ley-convenio, sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de coparticipación de estas contribuciones, garantizando la automaticidad en la remisión de los fondos”.
Dicha ley-convenio debe cumplir además las siguientes condiciones según la Ley Suprema: 1) El Senado es la cámara de origen. 2) La sanción debe ser con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara. 3) No puede ser modificada unilateralmente. 4) Tampoco puede ser reglamentada. 5) Debe ser aprobada por las provincias. 6) La distribución entre la Nación, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, y entre estas, se efectuará en relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada una de ellas, contemplando criterios objetivos de reparto. 7) Estos criterios deben ser: la equidad, la solidaridad y la prioridad para lograr un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio nacional.
La Ley Suprema, en una notable afirmación federalista frente a la arbitrariedad existente, caracterizada por los avances del gobierno nacional sobre las competencias tributarias provinciales, de la CABA y municipales, obliga a la concertación:
1) Del Presidente y de los gobernadores, en primer lugar, y también del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pues no se puede soslayar su participación, tanto en el debate sobre la distribución primaria, como luego en la distribución secundaria, como expresamente lo menciona el inc. 2° del art. 75, para formular la base de acuerdos sobre la coparticipación.
2) En segundo lugar, el proyecto de ley-convenio debe recibir aprobación por mayoría calificada –específicamente mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara–, lo que obliga entonces a un alto grado de consenso entre los representantes del pueblo y de las provincias. También se establece que la ley convenio no puede ser modificada unilateralmente ni reglamentada.
3) En tercer lugar, para culminar este trámite de la ley-convenio, signada por el consenso y la concertación, debe lograrse la aprobación por las provincias.
Estos especiales requisitos intentaron revertir, por un lado, las simples adhesiones que las provincias debían prestar a la legislación que imponía casi siempre el gobierno central frente a la dependencia de las provincias, en ejercicio de un federalismo coercitivo; y por otro lado, fijar un régimen definitivo con reglas claras, que permitiera un desarrollo equilibrado de la federación, auténticas finanzas federales.
Ante la manifiesta violación del mandato constitucional, que en la cláusula transitoria sexta impuso como límite para el dictado de la ley convenio el 31 de diciembre de 1996, o sea ya cerca de 28 años, se han escuchado opiniones que para justificar tal incumplimiento han considerado que son casi imposibles de cumplir dichos requisitos. Y particularmente señalan una supuesta unanimidad requerida en la aprobación por parte de las provincias.
Por eso me refiero a la interpretación de este requisito. Ya vimos que lo primero es el acuerdo entre el Presidente y los Gobernadores para fijar las bases de la ley convenio. Y que luego deben ser aprobadas por el Congreso, con una mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada cámara.
La unanimidad de todas las provincias aducida por algunos no puede exigirse por diversas razones: 1. En ningún momento del debate en general en el plenario de la Convención Constituyente, que abarca gran parte del Tomo VI de la Obra de la Convención Nacional Constituyente de 1994 (1998), se defendió tal interpretación por parte de Convencional alguno. 2. Por el contrario, frente a las intervenciones de los convencionales Ricardo Harvey, Alberto Natale y Cristina Guzmán, -ya en el debate en particular del Art. 75 inc. 2-, el miembro informante convencional Rubén Marín sostuvo que en el caso de que una provincia no aprobase la ley convenio, sin embargo iba a seguir percibiendo lo que le correspondía por coparticipación, como había ocurrido en casos anteriores. Y que cada provincia podía fijar su quórum para aprobar la ley convenio. Y que así se había sostenido en la comisión. O sea que se partía de la base que una provincia podía no suscribir la ley convenio o no aprobarla. (Obr.cit., Tomo VI, pág. 5735). 3. Que exigir la unanimidad significaría establecer un quórum que no exige la Constitución en ningún supuesto. 4. Que la nuestra es una federación y no una confederación, donde existen los derechos de secesión y nulificación, tal como lo sostuvieran los profesores Linares Quintana y Spota y la Corte Suprema de Justicia.
Por otra parte, deben ser los intervinientes en la fijación de las bases de la ley convenio y en su sanción, o sea el Presidente, los gobernadores, el jefe de Gobierno de la CABA y los miembros del Congreso, los que deben interpretar y fijar el quórum requerido para la aprobación por parte de las Provincias.
Y considero que si la mayoría absoluta de cada una de las cámaras es la exigida por la Constitución para la aprobación de la ley convenio, igual criterio debe fijarse para la aprobación de las bases y de la ley convenio por las provincias. O sea la mayoría absoluta de las 23 provincias y la CABA, que corresponde al número de 13.
En el caso primero, de aprobación de las bases de la Ley Convenio, se debe requerir la firma del Presidente y al menos de 13 gobernadores o jefe de Gobierno de la CABA. Y para la aprobación por las Legislaturas de la Ley Convenio ya sancionada por el Congreso, ese mismo número de 13.
En el reciente homenaje a los 30 años de la Reforma Constitucional de 1994 realizado en el Consejo Federal de Inversiones apoyaron esta interpretación los convencionales Eduardo Menem y Alberto Garcia Lema, luego de mi exposición en dicho panel de Constituyentes.
Asimismo debe resaltarse que participaron en las dos comisiones sobre federalismo de la Convención: Competencia federal y del Régimen federal, diez gobernadores en ejercicio: sus respectivos presidentes de comisión, Ruben Marín, de La Pampa, y Horacio Massaccesi, de Río Negro, además de Eduardo Duhalde, de Buenos Aires; Carlos Reutemann, de Santa Fe; Mario Moine, de Entre Ríos; Carlos Maestro, de Chubut; Néstor Kirchner, de Santa Cruz; Ramón Ortega, de Tucumán; Adolfo Rodríguez Saá, de San Luis, y José Estabillo, de Tierra del Fuego.
Este muy grave incumplimiento constitucional, -entre otros que he señalado en mi reciente libro “Valoración de la reforma constitucional de 1994”-, es otra prueba más de la anomia que nos caracteriza, como lo hemos demostrado con las tres Encuestas de Cultura Constitucional que dirigimos con Daniel Zovatto, Manuel Mora y Araujo y Eduardo Fidanza. En la última de 2023, más del 80 % de los entrevistados sostuvo que somos un país al margen de la ley, como lo dijera Carlos Nino y un 70 % reconoció tener un alto desconocimiento de la Constitución.
Entre las 20 propuestas que he formulado para fortalecer el federalismo argentino, ésta es la más urgente de todas, para superar el hiperpresidencialismo y unitarismo fiscal que soportamos. Respecto a esto último, ya señaló Juan Llach en su libro “Federales y unitarios en el siglo XXI”, que de los ingresos tributarios totales, el 84,4% correspondía al gobierno nacional, el 14,2% a las provincias y el 1,4% a los municipios.
También he propuesto la creación de una Conferencia o Asociación de Gobernadores, como en las Federaciones de México y Estados Unidos, para que se pueda fijar una agenda federal, regional, provincial y municipal, que el país imperiosamente requiere, frente a la centralización que nos caracteriza.
Asimismo, la Corte Suprema de Justicia ha exhortado a los distintos órganos gubernamentales a sancionar esta ley convenio, en fallos de enorme importancia en materia de federalismo fiscal y de concertación, como los recaídos en los reclamos efectuados por las Provincias de San Luis, Santa Fe y Córdoba en 2015, por detracciones a la masa coparticipable.
Este tema ha sido incluido en el llamado Acuerdo de Mayo, por lo que se requiere ahora el ejercicio de una política arquitectónica, con maduras y modernas relaciones interjurisdiccionales, para dar cumplimiento a los grandes principios y valores establecidos en la Ley Suprema y superar las grandes asimetrías que presenta nuestro país. Solo así podremos cumplir con la quintaesencia democrática, republicana y federal de nuestra Constitución Nacional.
POLITICA
Eliminaron dos programas del ex Ministerio de la Mujer por falta de respuestas en casos de violencia de género
Una resolución publicada en Boletín Oficial puso fin a dos programas que integraban el ex Ministerio de la Mujer, luego de que la cartera de Justicia evaluara las políticas de prevención y erradicación de la violencia de género y de asistencia integral a las víctimas y concluyera en la falta de respuestas a la demanda social en dicha materia.
La derogación las resoluciones 575/2021 y 55/2022 puso fin al Registro Nacional de Organizaciones Sociales que abordaba temáticas de Género y Diversidad, y al Programa Acercar Derechos para Personas en Situación de Violencias por motivos de Género. Todos estos cambios quedaron oficializados mediante la Resolución 466/2025.
En el segundo de los casos, se detectaron debilidades graves en los circuitos operativos, el sistema de registro, la supervisión de casos y la documentación de las intervenciones. A raíz de un informe elaborado por una Unidad de Auditoria Interna, se supo que el 38% de los casos asistidos por el programa “no registraban acciones de abordaje o seguimiento”. En el mismo análisis se detallaron otras faltantes como acciones activas que no habían sido actualizadas en más de seis meses y la “carencia de estrategia integral de abordaje”, con números que representaban el 75 y el 26 por ciento respectivamente.
La auditoría también detectó incumplimientos formales, como la falta de vinculación entre registros primarios y auxiliares, informes sin firmas de las profesionales intervinientes y documentos incompletos o ausentes, lo que debilitaba el respaldo documental de las actuaciones y la capacidad de control interno sobre los procedimientos. Como consecuencia, consideraron que el circuito de seguimiento y supervisión de las personas asistidas no era idóneo. “La auditoría concluyó que el circuito implementado por el Ministerio para el seguimiento de las personas asistidas y la supervisión del desarrollo de las actuaciones ejecutadas no resultaba suficiente para mitigar los riesgos de cumplimiento y control”, remarcó el texto publicado en la madrugada de este miércoles.
La resolución, firmada por el titular de la cartera, Mariano Cúneo Libarona, forma parte de un proceso de simplificación y reorganización de la intervención estatal, priorizando iniciativas que permitan alcanzar resultados. En este sentido, el documento señala: “Corresponde reasignar los recursos públicos hacia iniciativas útiles para el bien común y respaldadas por evidencia empírica, que permitan verificar resultados concretos y medibles y que aseguren eficiencia en la implementación de acciones con impacto demostrable y evaluable”.
La resolución instruye a la Subsecretaría de Derechos Humanos, a la Unidad de Auditoría Interna y a la Subsecretaría de Gestión Administrativa para que implementen las medidas necesarias que garanticen la aplicación efectiva de la derogación, todo en el marco de las competencias asignadas tras la reforma ministerial.
En su momento, quien conducía la cartera, Ayelén Mazzina, dispuso la creación del Registro Nacional de Organizaciones Sociales que Abordan Temáticas de Género y Diversidad. La medida, enmarcada en las acciones del organismo para consolidar la protección de los derechos de mujeres y personas LGBTI+, tuvo como finalidad relevar y sistematizar datos sobre organizaciones sociales que trabajan en este campo en el país.
La iniciativa buscaba mejorar el acompañamiento estatal a esas entidades, optimizando recursos, poniendo a su disposición nuevas herramientas y fortaleciendo el trabajo conjunto y la articulación en red entre el Ministerio y las organizaciones, así como también entre las propias agrupaciones.
En el mismo acto administrativo se dispuso también la creación del Programa Acercar Derechos para Personas en Situación de Violencias por Motivos de Género. Su objetivo central fue dar una respuesta integral a las necesidades en situaciones de violencia motivada por cuestiones de género. El programa se estructuró como una política de proximidad, orientada a abordar de forma simultánea las distintas vulneraciones de derechos que afectan a las personas en contextos de violencias, siempre bajo una perspectiva interseccional e intercultural.
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POLITICA
Señalizan en Santa Fe las rutas nacionales para denunciar su “estado catastrófico”
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, ordenó señalizar con carteles llamativos el inicio de las rutas nacionales a fines de denunciar “el estado catastrófico” en que se encuentran. De esta forma, busca delimitar la responsabilidad del Estado provincial con el Nacional en cuanto al mantenimiento de las rutas.
“¡Atención! Aquí empieza la ruta nacional A 012 mantenida por el Estado Nacional”, se puede leer en un gran cartel rectangular con fondo rojo y letras blancas. Con las mismas características, también fue dispuesto en las rutas 33 y 9.
El gesto de Pullaro se da en medio de la tensión con el Gobierno por el proyecto que ya tiene media sanción del Senado para coparticipar de manera diaria y automática el fondo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Los carteles fueron ubicados en rutas centrales para la circulación del tránsito en todo el país, que pasan por la provincia de Santa Fe. La ruta A 012 tiene un recorrido total de 67 kilómetros con orientación noroeste desde su inicio en Monte Flores hasta su finalización en Villa Felisa; la ruta 9 comienza en la ciudad de Buenos Aires y se extiende hasta La Quiaca, en la provincia de Jujuy; y la ruta 33 tiene un recorrido total de 512 kilómetros desde su inicio a 8 kilómetros de Cañada Seca y su finalización a 6 kilómetros de Bahía Blanca.
Desde el Gobierno santafesino sugirieron a los conductores que, en caso de contar con la alternativa de usar una ruta provincial, lo hagan. “Se encuentran en mejores condiciones y son mantenidas regularmente”, apuntaron.
Pullaro remarcó que su provincia destinó cerca de 400 millones de dólares a reparar sus propios corredores: “Aún resta trabajo, pero ya hemos intervenido la gran mayoría de nuestras rutas, que incluso suman más kilómetros que los tramos nacionales dentro de Santa Fe”, señaló. Contrapuso su labor con “el muy mal estado” de la red federal, que “provoca siniestros fatales todas las semanas”.
El gobernador también subrayó que la administración santafesina llegó a aportar 7.000 toneladas de asfalto para bachear tramos de la Nación críticos y pidió al ministro de Economía, Luis Caputo, “la cesión de esas trazas para encargarse de su mantenimiento”, aunque, hasta ahora, no obtuvo respuesta.
Los fondos ATN son una caja millonaria -este año recaudaría cerca de $1 billón- que actualmente retiene en su totalidad la Nación y reparte una pequeña parte entre las provincias de forma arbitraria.
En caso de que la Cámara de Diputados vote a favor del proyecto y se convierta en ley, el Gobierno se quedaría con el 41,2% de ese fondo, mientras que el 58,8% restante se repartiría entre las provincias, según los coeficientes de coparticipación, de manera automática.
En ese marco, los gobernadores recibirían millones de pesos adicionales diariamente y la Nación solo retendría un porcentaje del total aunque ya no la totalidad del fondo.
La provincia de Buenos Aires sería la más beneficiada del fondo de los ATN, en caso de que el proyecto se convierta en ley, ya que es la que tiene mayor índice de coparticipación (21,2%). El gobernador Axel Kicillof recibiría $70.971 millones adicionales durante el segundo semestre de este año.
Mientras que los gobernadores insisten en el proyecto y no están dispuestos a renunciar a los fondos porque, según indicaron, el fondo de ATN se sostiene de recursos que no son de la Nación, desde el Gobierno ratificaron que se vetarán todas las leyes que pongan en riesgo el equilibrio fiscal.
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