POLITICA
Reina el desconcierto en el peronismo y crecen las dudas sobre un acuerdo entre Cristina Kirchner y Kicillof

Hay teorías de todos los gustos. Desde la ruptura del peronismo y el estallido final de la alianza política, hasta la unidad pragmática, con fisuras internas pero con un resultado menos dañino para todos. Al menos, en forma equitativa. Porque alguno va a tener que perder. O ceder.
Los días pasan, las frases rimbombantes se acumulan y los mensajes entre líneas se van mimetizando con la discusión política permanente que existe en el peronismo bonaerense. Cada provincia tiene su conflicto, su pequeña interna o su etapa de organización. Es la realidad de este tiempo de Javier Milei al mando de la Casa Rosada.
En ningún lugar del país existe una batalla tan trascendente para la fuerza política como en la provincia de Buenos Aires, donde Cristina Kirchner y Axel Kicillof no logran llegar a un acuerdo para dar por terminada la batalla de intereses que subsiste dentro del armado político desde hace más de un año.
La hipótesis predominante que hay en el peronismo es que la unidad se cerrará con forceps. Que a nadie le conviene la división porque, en definitiva, pierden todos. Kicillof puede quedar golpeado de cara al final de su mandato y con una Legislatura atomizada, y CFK puede quedar con una cuota de poder inferior, solamente basada en la principal sección electoral del territorio bonaerense. Todo más chiquito, más comprimido.
Al mismo tiempo, hay otra disyuntiva. La unidad, sin un acuerdo sólido de base, tampoco le sirve a nadie. Porque sería mirarse en el espejo del 2019 y fundar una nueva etapa de la alianza sin consistencia interna más que tener un pasado juntos. Tal vez por eso Máximo Kirchner y Carlos Bianco, extremos de esta discusión, digan lo mismo: la unidad no puede ser hasta que duela. Un acuerdo endeble tiene un final anunciado. Un final negativo.
La desconfianza sobre Kicillof es tan grande en el cristinismo que algunos dirigentes llegaron a pensar que puede estar jugando con los tiempos en que la Corte Suprema resuelva el recurso de queja de CFK en la causa Vialidad. Es decir, piensan que el gobernador puede estirar la discusión política para que la ventana de tiempo sea más grande, y ante una eventual decisión contraria, por la que la ex presidenta termine detenida, él quede como el principal líder peronista en pie.
Teorías extremas que pasan por algunas cabezas del cristinismo duro. No es un pensamiento uniforme. Lejos está de eso. Pero es una hipótesis que está presente y que describe a la perfección la fragilidad de los lazos internos que unen a las diferentes tribus del peronismo bonaerense.
En sus últimas apariciones públicas, Bianco, mano derecha de Kicillof, ha insistido sobre un tema puntual que es el rol de jefe político que debe tener el Gobernador. Lo ha dicho de diferentes formas, pero todas con un mismo objetivo: resaltar la idea de que el cristinismo debe aceptar que hay un cambio de condiciones en la negociación interna. Ya nada será como antes.
En el mundo de CFK reconocen, a regañadientes, que esa discusión está sobre la mesa y que tiene cierta validez, pero sostienen que Kicillof no puede llevar al espacio político al límite de la ruptura solo por eso. Además, sostienen que tomó una mala decisión al pelearse con el cristinismo solo para mostrar que tiene mayor autoridad.
En La Plata tienen otra postura. No están dispuestos a cumplir órdenes, a acatar decisiones sin tener mayor influencia en el momento que se definen. Creen que hay un ciclo que se terminó respecto a cómo se ordena la estrategia política y electoral que, posteriormente, tiene un impacto directo en la gestión legislativa.
En el camporismo le reprochan, en forma permanente, la forma en la que llegó al lugar que ocupa hoy. “Está ahí porque Cristina lo convirtió en gobernador”, repiten. Es una verdad irrefutable que sirve, sobre todo, para justificar su desembarco en La Plata en el 2019, pero que tiene otro contexto de discusión respecto al momento en que renovó el mandato en el 2023.
Como cualquier funcionario que asume el control de una gestión, para que el día a día funcione, debe tener el poder concentrado en su puño. Así funciona la política nacional. En su esquema político creen que hasta aquí siempre ha tenido limitaciones generadas por el camporismo, con el aval implícito de la ex presidenta.
En el kicillofismo ponen en valor el último triunfo logrado en el 2023, cuando Kicillof quedó en pie, como gobernador peronista, frente a una ola de cambio que se llevó puesto a varios mandatarios de la fuerza política. Y consideran que, en gran medida, tuvo que ver con la aprobación de la gente a la gestión provincial. Sobre todo teniendo en cuenta que, a nivel nacional, el peronismo perdió y no hubo un arrastre simétrico.
“Todos declaman la unidad, todos los sectores del peronismo declaman la unidad. Busquemos los interlocutores, porque algunos probablemente no puedan ser interlocutores en esta etapa o por lo que dijeron o porque los otros lo tomaron mal o lo que sea, busquemos cuáles son los interlocutores y sentémonos y hagamos la unidad”, dijo Bianco este jueves en una entrevista que le brindó a Radio con Vos, advirtiendo sobre la necesidad de cambiar los nombres propios que interceden en la negociación.
El mensaje fue seguido por una definición aún más detallada de lo que el kicillofismo pretende en este tiempo. “Va a haber que aceptar cosas que antes no existían. Por ejemplo, una representación mayor del gobernador en las listas o que a partir de que sellemos la unidad, nuestra fuerza política apoye públicamente y explícitamente las políticas del Gobernador, o que nuestro bloque apoye, a mano alzada, todos los proyectos que vayan del Ejecutivo. Cosas bastante simples y básicas”.
Cuando habla Bianco, habla Kicillof. Nadie tiene dudas de eso en el ecosistema peronista. El mensaje enviado es claro y contundente. Y de ahí parecen no moverse. Esta tarde, en el acto de lanzamiento del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el Gobernador va a confrontar duro con Milei y va a convocar a un acuerdo amplio para forjar la unidad del espacio político. Señales que ya no alcanzan para dar por terminado el conflicto. El lunes, en una entrevista televisiva, CFK dará su mensaje sobre la situación. Se aproximan momentos de definiciones.
“No les surtió efecto la amenaza de que CFK iba a jugar en la tercera sección. Pensaron que Axel iba a frenar, iba a retroceder. Eso no pasó. Sigue adelante. Hay una discusión que está dispuesto a dar”, sostuvo un funcionario bonaerense con oficina en la gobernación. En el Instituto Patria mantienen firme la idea de que la ex presidenta va a competir en la elección seccional.
“No están peleando por una estrategia política. Solo discuten lugares en la lista. Quieren que CFK no juegue más. El tema es que no está muerta. Está viva y activa. Sin los votos de ella, Axel no gana una elección ni en una sociedad de fomento”, aseguró un camporista de paladar negro.
Hay expresiones de dirigentes de ambos lados que coinciden en la forma de resolución de este conflicto. Creen que no existe otra manera de terminar con esto que no sea con una nueva reunión, cara a cara, y con el reloj de arena en la mesa, entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof. En los últimos encuentros no hubo fumata blanca.
Si no se pudo ordenar de abajo para arriba, que se ordene de arriba para abajo. Sin embargo, es una opción más para encontrar una solución. Una posibilidad que no tiene acuerdo mayoritario. Entonces, la discusión seguirá y la incertidumbre, indefectiblemente, crecerá hasta límites insospechables. El tiempo sigue pasando. Jugarán, fuerte hasta el final. Como suelen hacerlo. En definitiva, todos se formaron en la misma escuela.
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POLITICA
Por qué Victoria Villarruel suspendió su visita de este miércoles a la Exposición Rural de Palermo

La vicepresidenta, Victoria Villarruel, suspendió la visita que tenía prevista para la tarde de este miércoles a la Exposición Rural de Palermo. La recorrida, pautada para las 18, se canceló con menos de dos horas de antelación en un contexto de máxima tensión política con el presidente Javier Milei.
La suspensión de la visita responde directamente a una estrategia para descomprimir el conflicto interno en el Gobierno. Fuentes del entorno de la vicepresidenta confirmaron a que el objetivo principal fue evitar una imagen que pudiera “alimentar aún más la tensión” con el jefe de Estado. La decisión busca no generar más ruido en la disputa con el Presidente y su hermana, Karina Milei.
“Lo que se busca es no golpear más la línea de flotación”, resumieron desde su equipo. Consideran que una recorrida exitosa por la muestra, similar a la del año pasado, podría interpretarse como un desafío en el punto más alto de la pelea interna y, por lo tanto, agrandar el enfrentamiento.
El conflicto se agravó en los últimos días, especialmente tras las declaraciones de Milei durante un acto en Córdoba. Allí, sin mencionarla de forma directa, apuntó contra ella por una votación en el Senado: “¿O acaso semanas atrás no votaron un gasto de 17.000 millones de dólares y la bruta traidora dijo que lo iba a financiar con 30?”. Durante su discurso, parte del público la insultó sin que el mandatario interviniera para frenarlos.
Dos semanas antes, en un evento en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el Presidente ya la había calificado de “traidora”. El origen de la acusación se remonta a una sesión en el Senado donde la oposición logró aprobar un paquete de leyes, que incluía un aumento para jubilados, una moratoria previsional y una emergencia en discapacidad. Aunque Villarruel no emitió voto, presidió parte del debate y habilitó su tratamiento, una acción que el Gobierno interpretó como una deslealtad.
La incertidumbre sobre la agenda de la vicepresidenta se extiende al próximo fin de semana. Aunque su presencia en la ceremonia de inauguración del sábado está confirmada, desde su entorno admiten que se evaluará hasta último momento si finalmente asiste. La decisión dependerá de la evolución del clima político interno.
Este miércoles por la tarde, su asesor agropecuario, Matías Lestani, recorrió el predio junto al equipo de seguridad para organizar el itinerario de la visita que luego se canceló. En ese momento, la confirmación definitiva de Villarruel aún no estaba cerrada, precisamente por el contexto de confrontación.
Desde su equipo reconocen que, si bien Villarruel “es una mujer de carácter” y “no le mueve el amperímetro si no la saludan”, la situación es compleja. El año pasado, la ceremonia inaugural también ocurrió en un clima de tensión, aunque menor, por un posteo de la vicepresidenta contra el gobierno francés. En esa ocasión, Milei y Villarruel se saludaron y compartieron el palco oficial, aunque la escalada del conflicto en las últimas semanas proyecta un escenario más incierto.
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se canceló con menos de dos horas de antelación,Audiencia,Victoria Villarruel,Javier Milei,,»No es parte del proyecto». Adorni se sumó al rechazo de los Milei a Villarruel y habló del mensaje de Karina en medio de la interna,,“Línea de flotación”. Victoria Villarruel suspendió una visita prevista a la Rural para no tensar la relación con Milei,,Sin tregua. Milei dinamitó los puentes con Villarruel y deja a Francos como “única puerta” para la vicepresidenta,Audiencia,,»Acto antisemita». Qué pasó con los adolescentes judíos que bajaron de un avión en España,,Escalada y evacuación. Por qué se produjeron combates entre Tailandia y Camboya,,Expectativas. Cuáles son los sectores de la economía que más crecerán, según las empresas de Estados Unidos
POLITICA
La interna libertaria no afloja: mientras Santiago Caputo está bajo observación, Karina Milei solo escucha a su entorno

En la historia política argentina, las internas casi siempre terminan mal.
Menem y Cavallo se destruyeron en los 90 peleando por el rédito político de la gobernabilidad. El economista terminó eyectado, pero el enfrentamiento dejó una herida brutal.
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En el 2000, Chacho Álvarez renunció al gobierno de Fernando de la Rúa denunciando coimas en el Senado. Con su salida, también se disolvió la Alianza. Cinco años después fue Roberto Lavagna quien decidió enfrentar al poder denunciando sobreprecios y corrupción en la obra pública, con nombre y apellido: Julio De Vido. ¿El resultado? Lavagna fue expulsado y la corrupción ganó.
En 2010, Amado Boudou quería usar las reservas del Banco Central para pagar deuda. Martín Redrado se resistió, se atrincheró, pero terminó afuera. Y ya en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, la interna entre Marcos Peña y Rogelio Frigerio desgastó al oficialismo como pocas cosas.
En 2021, medio gabinete que respondía a Cristina Kirchner le renunció en bloque a Alberto Fernández. Fue un golpe interno, casi palaciego. Alberto estuvo a punto de irse.
La moraleja parece clara: las internas hacen daño. Mucho daño. Pero increíblemente, los actores políticos siguen cayendo en el mismo error. No aprenden más.
Hoy, el gobierno de Javier Milei atraviesa su propia interna feroz. De un lado está la banda de Karina Milei y Sebastián Pareja. Del otro, el círculo de Santiago Caputo, la figura más influyente del gobierno detrás del propio Presidente.
La implosión comenzó por el cierre de listas en la provincia de Buenos Aires. ¿Quién las armó? Pareja, hombre de confianza de Karina. ¿Quiénes quedaron afuera? El grupo de jóvenes libertarios que responden a Caputo: figuras como El Gordo Dan, El Gordo Pablo y el ejército digital conocido como Las Fuerzas del Cielo.
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Esto, que algunos quieren hacer pasar como una discusión menor, es en realidad un problema grave. Porque el Gobierno, que enfrenta desafíos monumentales, está perdiendo tiempo, energía y recursos en una disputa estúpida, infantil, banal y caprichosa. Todo esto, mientras el verdadero enemigo está afuera, trabajando para que este proyecto caiga.
Un ejemplo concreto. Esta semana el gobernador Axel Kicillof echó a 24 policías bonaerenses por su presunta cercanía con un candidato libertario. ¿Qué pretende? ¿Una Policía militante, partidaria? ¿Una Policía al servicio del peronismo? Mientras ocurren estas cosas, el oficialismo se distrae en una pelea insignificante entre Pareja y Caputo.
Lo mismo sucede con el conflicto entre Milei y Victoria Villarruel. ¿Por qué explotó? Porque Villarruel, como presidenta del Senado, habilitó una sesión que podría generarle al Gobierno un costo de más de 2,5 puntos del PBI. Pero esa fue solo la chispa: lo que se rompió en realidad fue la relación de confianza entre el Presidente y su vice.
Mientras tanto, el kirchnerismo no descansa. Anoche, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, pidió tres veces en menos de un minuto que el Presidente “se vaya ya”. ¿Quién es Quintela? Un dirigente votado por poco más de 100 mil personas. ¿Y Milei? Fue elegido por más de 14,5 millones de argentinos. Es surrealista: un gobernador con 100 mil votos quiere voltear a un Presidente con más de 14 millones. Solo en Argentina puede pasar algo así.
Por eso, insisto: las internas pueden ser parte de la dinámica política, pero el nivel de brutalidad de esta interna es inexplicable. No se puede romper un proyecto de cambio por aspiraciones personales. No ahora, cuando el país aún está en terapia intensiva.
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Hace apenas unos días, el propio Presidente pidió ser conscientes del monstruo que hay del otro lado. Ese monstruo —como bien lo señaló— es capaz incluso de usar a niños para bajar línea política. Ayer mismo, vimos al gobernador utilizar a una nena de nueve años en un acto para hacer campaña. ¿Qué clase de persona hace eso?
Cuando uno observa esta clase de maniobras, las peleas internas dentro del oficialismo parecen absurdas, inexplicables, suicidas. Como explicó Carlos Pagni esta semana, cuando Milei decidió desplazar a su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, le transfirió un poder inmenso a Santiago Caputo.
Caputo se quedó con zonas clave del Estado, como:
- Ministerio de Justicia.
- Ministerio de Salud.
- Agencia Federal de Inteligencia.
- DGI.
- UIF.
- ARSAT.
- ENACOM.
- ENRE.
- Secretaría de Culto
- Sociedad Educ.ar.
- Área de comunicación de YPF.
Se trata de una estructura de poder gigantesca. Hoy, esa “delegación de facultades” está siendo discutida. Caputo está bajo observación. Y sin embargo, el vocero presidencial Manuel Adorni insiste en que todo está bien, que no hay nada raro.
Ahora bien, es cierto que el peronismo también se despedaza por un cargo. No lo voy a negar. En estos días hubo peleas por listas, cortes de luz intencionales, insultos y hasta casi piñas entre dirigentes. Carlos Bianco y Juan Pablo de Jesús estuvieron a punto de agarrarse a trompadas. Máximo Kirchner y Gabriel Katopodis también. Cristina Kirchner llamó para acusar a Alberto Fernández de prestarle el Partido del Trabajo y la Equidad a Kicillof para romper desde adentro.
Sí: el peronismo da vergüenza ajena. Pero si los libertarios llegaron al poder para ser distintos, entonces tienen que ser distintos.
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Mi mensaje, entonces, es claro: sean maduros, inteligentes, sensatos, prudentes, racionales. Recuperen el aplomo. Porque del otro lado hay una banda de forajidos dispuestos a todo para volver al poder. Y si el Gobierno se sigue enredando en peleas internas, puede terminar autodestruyéndose sin necesidad de que la oposición mueva un dedo.
Por ahora la interna avanza. Y eso, para todos los argentinos que apostaron por un cambio real, es una pésima noticia.
Opiniones libres; hechos sagrados.
Karina Milei, Santiago Caputo
POLITICA
El Gobierno bonaerense denunció en la Justicia un complot de 24 policías cercanos al candidato de LLA

El Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires denunció ante la Justicia un complot policial protagonizado por un grupo de policías bonaerenses que dijo que trabajaban para la campaña electoral del comisario Maximiliano Bondarenko, cabeza de lista de la alianza de libertarios y PRO en la tercera sección electoral.
La presentación recayó en el fiscal de turno subrogante Álvaro Garganta, que por estas horas analiza la prestación y espera que le aporten la documentación que respalda lo afirmado en la denuncia,
En ese escrito -dijeron fuentes oficiales a – la provincia denunció que al menos 24 uniformados conspiraron con Bondarenko para colaborar con su campaña y desestabilizar la gestión de Axel Kicillof.
Así, por ejemplo, la denuncia menciona que los uniformados habían preparado proyectos de ley en materia de seguridad para la Libertad Avanza que iban a ser presentados en la Legislatura en caso de que Bondarenko ganara las elecciones.
Asimismo, se menciona que se detectó documentación conspirativa, por ejemplo, una lista de lugares con algunos integrantes de la fuerza policial que podrían colaborar en caso de que se iniciara un clima de descontento por reclamos salariales, dijeron las fuentes.
Mencionaron que hay nombres y lugares de donde podrían iniciarse estas actividades de agitación policial.
El fiscal Garganta está a la espera de la evidencia para determinar si impulsa está acción o no.
En tanto, fuentes del Gobierno bonaerense dieron a más detalles de cómo se detectó esta supuesta conspiración policial.
Dijeron que todo comenzó con una denuncia anónima que llegó a las autoridades policiales que le dieron intervención a asuntos internos de la Policía bonaerense.
Allí comenzó una auditoría para investigar esta denuncia que incluyo el análisis de las computadoras de los denunciados y una reconstrucción de sus movimientos.
Las fuentes del gobierno bonaerense explicaron que se detectó que había reuniones de policías, en dependencias policiales, no comisarías, sino oficinas de mandos altos y medios de la Policía bonaerense.
Allí, en dependencias policiales y en el horario laboral, se trabajaba -dijeron las fuentes- “en función de las necesidades del candidato”.
“La auditoría interna comprobó que la denuncia anónima era real. Se encontró material en las computadoras e impresiones en papel con planes de trabajo de cara a las elecciones y a las de 2027″, dijo una alta fuente bonaerense a .
Se escribía allí sobre cómo trabajar el tema seguridad, que cambios había que hacer, a quién promover y a quién pasar a retiro.
“La policía no puede hacer actividad política partidaria en dependencias policiales. Es apartidaria y no pude sindicalizarse”, dijo un funcionario del gabinete del gobernador Kicillof.
Los 24 uniformados bajo investigación fueron suspendidos de sus cargos, no exonerados. Se espera ahora el resultado de la investigación administrativa y judicial para definir su futuro.
Hernán Cappiello,Conforme a
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