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Revelan chats de la secretaria de Alberto Fernández que muestran cómo ella buscaba interceder por su marido en los negocios del seguro

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La Justicia accedió a una serie de chats de María Cantero, secretaria privada histórica del expresidente Alberto Fernández, en los que habla con su marido, el broker Héctor Martínez Sosa, sobre gestiones que ella estaba haciendo para interceder por él con el fin de quedarse con el negocio de los seguros de diferentes reparticiones públicas.

En los chats se menciona a diferentes funcionarios a los que Martínez Sosa querría convencer para que contrataran a su aseguradora. Las pruebas están incorporadas a la causa que lleva el juez federal Julián Ercolini, en la que el expresidente Fernández, Martínez Sosa y Cantero integran la lista de imputados.

El contenido de los mensajes, con sintaxis propia de los chats telefónicos, está volcado en esta nota en forma textual.

En un intercambio de mensajes correspondiente a diciembre de 2019, la secretaria del expresidente consulta a su pareja, a priori, por un seguro en particular. Dice: “Los seg de la armada los tenemos?”. Minutos después de que Martínez Sosa responda que no, Cantero señala que una persona -a la que alude como Capitán- se iba camino a los tribunales de Comodoro Py. “El Capitán se va”, dice. “Vos lo conociste acá -le aclara luego-. Se va al edificio de Comodoro Py”.

En abril, en otro cruce de mensajes, la secretaria de Fernández le dice a su pareja lo siguiente. “Díaz Bancalari [vicepresidente de Nación Seguros] es el hijo del Negro, seguro es un buen tipo”, y segundos después, agrega: “Pero lo importante es Pagliano [presidente de Nación Seguros]”. Martínez Sosa responde: “No, es el sobrino”. La secretaría privada del expresidente Fernández contesta: “Que responde a Alberto”.

La conversación continúa y se hace referencia a “Forlón”, que por el contenido de los mensajes parece ser Ignacio Forlón, presidente del Banco Nación entre 2012 y 2015. “¿Quien es Forlón?”, pregunta Cantero. “El expresidente de la época de Cristina que me sacó Fabricaciones Militares y lo mandé al carajo”, precisa Martínez Sosa. “Ahora Alberto es Presidente, no Cristina”, le advierte Cantero. “Si querés le recuerdo a Rossi lo de Fabricaciones Militares”, cierra.

Según se desprende del chat, Martínez Sosa parece referirse a Ignacio Forlón, expresidente del Banco Nación

Por enero de 2020, Cantero le cuenta a su pareja que habló con alguien sobre el tema que “los preocupa”. Dice, textual: “Me preg cómo estabas xq Alberto le contó lo de tu pie”. Y a continuación, agrega: “Si ya le mandé” junto a “hablamos un poco del tema que nos preocupa”, seguido de “hoy le va a reforzar que ponga a nuestro amigo en Pcia y en Nación”. No queda claro sobre quién está hablando la secretaria Cantero.

En otro ida y vuelta de febrero de 2020, la pareja parece ultimar los detalles de una visita de Martínez Sosa al entonces presidente Fernández. “Marcela me dijo que se junta con vos mañana”, comienza la conversación. Luego de recibir indicaciones sobre dónde estacionar el auto por parte de su pareja, Martínez Sosa pregunta: “¿A quién digo que voy a ver?”. La secretaria de Fernández responde así: “A mí al Presidente”. “A vos o al Presidente???”, repregunta Martínez Sosa a Cantero, a quien en distintos tramos de la conversación llama “Gatín”. “Al Presidente -contesta Cantero-. Decile que sos mi marido. Te están esperando”.

Los chats entre Cantero y Martínez Sosa

A fines de junio, reaparece el tema de Fabricaciones Militares y con un sobrenombre -”Kato” – la pareja parece aludir al actual ministro de Infraestructura bonaerense y jefe político de San Martín, Gabriel Katopodis. También parecen referirse al exministro de Desarrollo de Alberto Fernández, Matías Kulfas.

“Bueno, me contacto con el presidente de Fabricaciones Militares por tu contacto y aun no nos nombraron”, se queja Martínez Sosa. “Cuando termine de almorzar con el Jefe le digo”, le informa Cantero. “Alberto se va temprano”, añade. Más adelante en la conversación, agrega: “Kulfas, está guardado”, en aparente alusión al exministro de Infraestructura. “Por Covid”, aclara. A los pocos minutos, Cantero le informa: “Me acaba de decir Kato [presuntamente por Katopodis] que lo que le pediste de corredores viales ya está”.

En diciembre de 2021, Cantero pregunta: “Ya estás con Alberto? Como te fue?”. “Recién salgo -contesta Martínez Sosa-. Muy lindo”. El día previo a ese encuentro, mantuvieron el siguiente diálogo: “Mañana 10.30 te espera Alberto en Olivos. Llamame cuando puedas”, dice Cantero. “Ok”, confirma su pareja.

Los chats entre Cantero y Martínez Sosa

“Todo suma para tu PYME, Gatín”, le contesta en uno de los chats Martínez Sosa a su mujer Cantero, cuando ella le pregunta “¿Eso es para nuestra PYME?”. “Le decís si lo puede ver esta semana”, le pregunta Martínez Sosa a Cantero, quien contesta afirmativamente, y aclara: “Yo me ocupo”.

Regalos

Días después, Cantero le comparte a Martínez Sosa una foto de un reloj de “edición limitada” -según dice- de la marca TagHeuer y pregunta: “Te gusta para el Gordo?”. Luego, parece hacer alusión a su precio en dólares. “1800″, le dice. “Muuuy lindo!!!”, responde Martínez Sosa. Tras ello, mantienen un breve intercambio en el que debaten si al “Gordo” le gustará o no el regalo. “Yo lo pago”, dice Martínez Sosa.

En septiembre de 2021, la secretaria de Alberto Fernández le pregunta a su pareja si le escribió a “Juampi” que, según se desprende de la conversación, aludiría al secretario de Comunicación y Prensa de Alberto Fernández entre 2019 y 2021, Juan Pablo Biondi. “El quiere un regalo también”, le aclara. “No aun”, contesta Martínez Sosa. “Estoy con Capatti”, completa. “Escribile”, insiste Cantero. “Pobre”, se lamenta. “Le dista las corbatas a Alberto?”, le devuelve Martínez Sosa como respuesta. “No lo vi todavía”, se justifica Cantero.

Una hora y media más tarde, Cantero le cuenta: “Le di todas las corbatas. Esta feliz. Después preg si le gustaron”. Minutos después Cantero cambia de tema: “Renuncio Juampi”, le comenta. “Biondi?”, pregunta su pareja. “Si”, responde. “Era imposible sostenerlo”, describe.

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La banda marplatense que muestra el lado oscuro del mar

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Álbum: Entre sombras. Artista: Buenos Vampiros. Temas: “La calma del cementerio”, “Puedo ver el mar en tus ojos”, “Tengo frío”, “Caminamos”, “Jugando en la oscuridad”, “Alguien te espera”, “Canción para Rufina”, “No tengo idea”, “Una vez más”, “Desorbitado” y “Déjenme solo”. Calificación: Bueno.

La arena caliente, las olas revoltosas, el agua fría, el sol incandescente, los turistas apilados en la Bristol uno encima del otro, los alfajores, el lobo marino, el Torreón y, ahora, Buenos Vampiros. Mar del Plata sumó a su cartografía de variedades un sonido y una estética que a simple vista no cuadra con lo que supondríamos inspira una ciudad turística de playa. Más bien, el grupo parece salido de alguna gruta de los acantilados o de un sótano de la zona del puerto, espacios que, por suerte, también son parte de la geografía marplatense. Oscuros, coqueteando con lo gótico, la banda integrada por Irina Tuma, Ignacio Perrotta, Luana Giobellina y Mora Murgue, forman parte de una nueva escena sub 25 cada vez más grande que incluye a Mar del Plata como uno de sus epicentros, además de Buenos Aires.

El nuevo disco de Buenos Vampiros, Entre sombras, no deja mucho lugar para el doble sentido. Y, la primera canción, “La calma del cementerio”, menos todavía. O sea: de entrada, uno sabe que no va a encontrarse con un pop liviano o reggae, por mencionar dos géneros más asociados a ese tipo de paisajes. Los Buenos Vampiros podrían haber salido de la película The Lost Boys (1987), pero en lugar de Santa Mónica, el escenario es Mar del Plata.

Los integrantes de la banda, con edades que oscilan entre los 23 y los 27 años, suenan potentes, románticos y afilados y con algunos hallazgos melódicos (arabescos, por ejemplo) dentro del amplio espacio del postpunk (Joy Division, como referencia obvia) y el skate rock (sobre todo en la expresión de la batería). “Vivimos en Mar del Plata todo el año y vamos a la playa en invierno, no gusta ir cuando hay viento y hace frío. Nosotros le vemos el otro lado al mar”, dice Irina como una forma de explicar algo que rápidamente termina expresándose a través de la música. Aunque, “Puedo ver el mar en tus ojos” es el único tema que menciona el océano. “Mírame a los ojos, nada puede salir mal” canta como un mantra Ignacio en un tono de dudoso autoconvencimiento.

El caso de Buenos Vampiros también impulsa una especie de “sociología inmediata” a lo Pierre Bourdieu sobre la Feliz y sus expresiones musicales no tan felices. Desde los tiempos de grupos como Mellonta Tauta hasta Tomates en verano y algo de Altocamet. Detrás del telón de fondo de la alegría y el éxtasis turístico, al parecer, el mar y las olas estimulan otros paisajes internos un tanto más nihilistas y melancólicos. Al punto que desde hace 20 años existe en esa ciudad un sello discográfico independiente, Casa del puente discos, que edita este tipo de música oscura. Algo totalmente infrecuente en la Argentina.

“Ahora hay una movida que es fuerte con un público muy fiel y creo que la gente debería mirar más allá de lo primero que les aparece. Investigar un poco más porque realmente hoy hay de todo”, dice Irina respecto a la entronización del trap y la música urbana como lo que se asocia demasiado rápido a los jóvenes. En tren de especulaciones algo indica que los centennials o Generación Z, a diferencia de los millennials, tienen una visión menos tecnooptimista del mundo y una mirada un poco más sombría del entorno. “Siempre hubo y siempre hay más allá del reggaetón y el trap. En los festivales grandes siempre tocan los mismos, pero ahora se les está dando lugar a nuevas bandas”, considera Irina como una victoria.

Una de las mejores canciones de Entre sombras es “Una vez más”, un relato desengañado con un sonido que hace recordar a bandas argentinas de los ochenta como Los Pillos o El Corte con un riff de guitarras que no tiene nada que envidiarle a cualquiera de esos grupos postpunk que, ahora, están de moda en todo el mundo. Otra de las influencias evidentes de los once temas que componen el disco que se presentará el próximo 4 de octubre en Niceto Club, es el rock español de la movida madrileña con Parálisis Permanente como emblema. Una extrañeza, porque esa banda ni siquiera fue muy importante en la Argentina cuando aún estaban vigentes: misterios que acerca a las playas de Mar del Plata el cable digital, sin duda.

“Ya no me quiero sentir oscuro, si me alejo de acá es porque siento dolor, déjenme solo, no estoy bien”, canta Ignacio en el último tema del disco: “Déjenme solo”. Toda una declaración de principios de una generación con conexiones socioculturales más espejadas con los Gen X que sus inmediatos millennials. . “Alguien te espera” parece un track sacado directamente de Seventeen Seconds de The Cure.

 Irina Tuma, de Buenos Vampiros

Sin embargo, en algunos pasajes Buenos Vampiros suenan demasiado tenebristas, sin las sutilezas de un género (el gótico o postpunk) que a veces exige algunos colores locales para destacarse del batallón. Otro de los aspectos que castigan un poco la propuesta es la supremacía del volumen de las guitarras por sobre la lírica y las voces que, en ocasiones, terminan sepultadas. Y, para ponerse un poco exquisitos, hay algo de aire indie aniñado, al estilo El Mató…, que le resta épica a algunas melodías poderosas. Por lo demás, Buenos Vampiros es más que un nuevo grupo de rock. Es una fotografía de una generación, de Mar del Plata y, porqué no, del mundo entero.

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