David Nazareno Ávila, un joven de 21 años, fue arrestado en General Roca, Río Negro, tras una investigación de nueve meses que reveló su presunta conexión con grupos extremistas islámicos. La pesquisa, liderada por la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (UFECO), incluyó el trabajo de un agente digital encubierto y el análisis de conversaciones halladas en su celular. En estos mensajes, Ávila pidió ayuda para fabricar explosivos y expresó su intención de ejecutar un ataque en Argentina, alegando que el Gobierno debía “pagar por sus pecados”.

El sospechoso fue indagado en el Juzgado Federal de Campana, a cargo de Adrián González Charvay, donde admitió la autenticidad de los mensajes pero negó cualquier intención real de cometer actos terroristas. Según su versión, el contacto con los grupos extremistas era un “juego” y su objetivo era quedarse con dinero que pudieran enviarle como parte de una supuesta estafa. No obstante, los investigadores desestimaron esta explicación. “Es raro que alguien interactúe con estos grupos a modo de juego”, comentó una fuente cercana al caso.

Ávila tuvo un paso frustrado por el Ejército Argentino, donde fue dado de baja por “falta de actitud”, según fuentes de la institución. Tras dejar el Ejército, trabajó como repartidor en una mensajería ubicada cerca de una empresa de la comunidad judía. Los investigadores señalan que sus dificultades para socializar y la búsqueda de reconocimiento lo habrían llevado a vincularse con grupos extremistas a través de plataformas como Telegram, donde participaba en foros que glorificaban a figuras como Vladislav Roslyakov, autor de una masacre en Ucrania.

El caso también incluye indicios de propaganda yihadista en redes sociales como Instagram, TikTok y Twitter. En octubre, se identificó un mensaje en el que solicitaba instrucciones para fabricar bombas. “El objetivo era cometer un ataque en el ámbito nacional”, afirmaron las autoridades. Aunque hasta el momento no se encontraron pruebas de transacciones monetarias relacionadas, el análisis del dispositivo secuestrado continúa.

El arresto de Ávila expone un problema de seguridad creciente en el país, vinculado a la captación de individuos marginados por redes extremistas internacionales. Según los investigadores, “personajes muy marginales encuentran reconocimiento en estos grupos, donde intentan convertirse en referentes”. La investigación sigue en curso para determinar si Ávila actuó solo o si formaba parte de una red más amplia.