“Ayudo a convertirte en un inversionista exitoso a través de estrategias prácticas”, explicaba en el perfil de su cuenta de Instagram Franco Saulle. El trader, de 19 años, fue asesinado de un tiro en la puerta de la casa de sus padres, en Burzaco, partido de Almirante Brown. A pesar de su corta edad, el joven se definía como “un mentor apasionado por el trading”. En sus redes hablaba sobre negocios con criptomonedas, viajes y su pasión, los autos de lujo. A una semana del crimen, la Justicia intenta determinar si el móvil del homicidio fue un intento de robo o un ajuste de cuentas. Esta última hipótesis es, por esta hora, la que está cobrando mayor volumen.

Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. “Todavía no se determinó el móvil del crimen, pero hay indicios que podrían robustecer la idea de que habría tratado de un ajuste de cuentas. A la víctima no le robaron nada, directamente fueron a atacarla”, afirmó un investigador del homicidio.

Saulle fue baleado el jueves pasado, a las 18.40, cuando llegaba a la casa de sus padres, en la calle Pablo Podestá al 300, en Burzaco. Después de estacionar su Peugeot 208 Feline blanco en la vereda, el trader se bajó del vehículo y, en ese momento, se le puso a la par un auto de la misma marca y modelo que el suyo, pero negro, ocupado por tres personas.

Uno de los que iba en el Peugeot negro, el que estaba sentado en el asiento trasero del lado del conductor, se bajó y, sin media palabra, le disparó a Saulle un tiro en el rostro; el proyectil ingresó a la altura del ojo derecho del joven, lo que le provocó “muerte encefálica”, según consta en el expediente judicial.

“¡Franco, Franco!”

Con el ataque consumado, los atacantes escaparon a toda velocidad. “¡Franco, Franco!”, fueron los gritos desgarradores que escuchó Patricio, un vecino, antes de salir de su casa para ver lo que había pasado. En la vereda se encontró con Ariel, el padre del trader, y al joven tendido en el piso, con su rostro y su cabeza con manchas de sangre.

Sin perder tiempo, Patricio y el padre de la víctima trasladaron a Franco Saulle a la Clínica Espora en el Peugeot 208 del joven. Horas después se certificó el deceso del joven.

Personal de la policía bonaerense llegó a la Clínica Espora, donde primero habló con Patricio, el vecino, y luego con el padre de la víctima, que no pudo dar detalles de lo sucedido con su hijo por el “estado de nerviosismo” que vivía.

La investigación quedó a cargo del fiscal de Lomas de Zamora Leonardo Kaszewski, que cuenta con la colaboración de personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora.

Lo primero que hicieron los detectives policiales y judiciales fue reconstruir, a partir de filmaciones de cámaras de seguridad públicas y privadas, la ruta de escape del Peugeot 208 negro en el que se movilizaban los asesinos.

“Se pudo hacer una reconstrucción casi minuto a minuto del trayecto hecho por los homicidas. Con una cámara lectora de patente se pudo determinar la matrícula del auto y se visualizó que tenía pegado un sticker blanco en la luneta trasera”, explicaron fuentes policiales.

A partir del cotejo de la chapa patente, los investigadores determinaron que el auto había sido robado 48 horas antes en jurisdicción de la comisaría 10a. de Lanús.

El análisis de las filmaciones de las cámaras de seguridad llevó a los investigadores hasta Glew, también en el partido de Almirante Brown.

“El último registro fílmico del vehículo fue en Arias y Santa Fe, a las 18.56 del día del ataque. Se hizo un relevamiento del barrio hasta que en un patio de una de las viviendas fue encontrado el auto en el que se movilizaban los delincuentes. Estaba tapado con un nylon”, explicaron fuentes policiales.

Fue allanado de urgencia el domicilio situado en San Juan 1881, donde la propietaria, identificada como Claudia Gabriela Bercesi, de 33 años, dijo espontáneamente que unas horas antes su cuñado, Dylan Gómez, acompañado de otras dos personas, había dejado el auto y se había ido.

Bercesi fue aprehendida, imputada por el delito de encubrimiento agravado de robo automotor. Cuando fue indagada por el fiscal Kaszewski se negó a declarar y no repitió lo que les había dicho a los policías que habían allanado su domicilio para secuestrar el auto. Poco después fue excarcelada.

“Del auto se logró levantar una huella del ‘pasamanos’ de la puerta del conductor, que ahora será analizada”, informaron fuentes policiales.

La Justicia ordenó la detención de Gómez, el cuñado de la “encubridora”, quien por el momento se encuentra prófugo.

Los detectives judiciales y policiales, además, trabajan para intentar identificar a los otros dos sospechosos del crimen que conmociona a Burzaco.