POLITICA
Signos de agotamiento del método libertario
El manual político de Javier Milei tuvo desde el principio una sola página. Bajar la inflación, en un país desquiciado por la suba de precios, le daría un dominio irrefutable de sus rivales, a los que podría dominar sin negociar. Las encuestas le dieron la razón. Un sistema político roto se amoldó al humor social y se dividió entre conversos libertarios, colaboradores sumisos y enemigos impotentes.
Fue lindo mientras duró.
Ante la primera tormenta seria que amenaza el proceso de desinflación, Milei enfrenta el peligro en la soledad a la que lo condena el método que eligió para ejercer el poder. El arrojo que hasta hace unos meses parecía abrirle todas las puertas ahora lo induce a derrotas y contratiempos impensados. La “casta” que se apichonaba ante su empuje se atreve a desafiarlo. Los mercados, a los que creía haber enamorado, lo castigan con dosis ingratas de desconfianza.
La última semana, pródiga en traspiés, avivó en el propio seno del Gobierno la discusión sobre si es necesario un replanteo en los métodos. El fracaso en el Senado que cerró el camino a la Corte para Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, la polémica por el discurso presidencial sobre Malvinas y el fallido viaje relámpago a Palm Beach para buscar una foto con Donald Trump comparten como rasgo común la improvisación, la falta de planeamiento estratégico y la sobreestimación de las capacidades propias. Nada que no se hubiera visto en el caso $LIBRA, en la proclama antiliberal de Davos y en la forma en que se comunicó el acuerdo en ciernes con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Milei terminó 2024 con la promesa de que “a partir de ahora solo vienen buenas noticias” y abrió 2025 con un mensaje en redes en el que auguraba “tiempos felices para la Argentina” porque “lo peor ya pasó”. La perspectiva de una guerra comercial, que se materializó esta semana, enturbió el clima casi desde el mismo momento en que se vislumbró que Trump volvía a la Casa Blanca dispuesto a sacudir el mundo.
Bajo amenaza, el gobierno libertario se mostró decidido a sostener el “ancla política” que significa el dólar planchado y la inflación a la baja. Resiste a fuerza de cepo y de reservas lo que llama “una cruzada devaluadora”, a la espera de que el acuerdo con el FMI devuelva el sosiego. Le toca hacerlo con su minoría parlamentaria, sin aliados permanentes y en el umbral de una sucesión de elecciones planteados como de vida o muerte.
Al menos así las entiende Milei. “Es al revés de lo que muchos dicen: no es que quiera acomodar la economía para ganar, sino que cree que no será posible ordenar definitivamente las variables si primero no muestra fortaleza en las urnas”, traduce un funcionario que entra casi a diario a la Casa Rosada.
La ansiedad financiera llevó a Milei a tirarse el piletazo de viajar a Estados Unidos en busca de una reunión informal con Trump. El episodio completo es un retrato de época. El canciller Gerardo Werthein tenía el martes una cita de alta relevancia en Washington con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, en la antesala del anuncio de la nueva política arancelaria de Trump. Y se vio también con el secretario de Estado, Marco Rubio. El objetivo no confesado de esa misión era conseguirle a Milei una bilateral en la Casa Blanca con el presidente de los Estados Unidos. Un gesto con el que se pretendía acelerar el acuerdo con el FMI en las condiciones que necesita el Gobierno y aliviar la presión de los mercados.
A Milei le llegó una oferta alternativa. No había disponibilidad para el Salón Oval, pero podía intentar un encuentro informal si iba a Mar-a-Lago, el club privado-residencia de Trump en Palm Beach donde el jueves (como ocurre casi todas las semanas) se celebraba una gala de recaudación de fondos. El presidente de los Estados Unidos tenía previsto pasar a última hora, antes de irse a dormir.
Solo faltaba encontrar una justificación oficial para la aventura que requería un vuelo de 9 horas por tramo a cargo del maldito Estado. Quiso el destino que el evento en la mansión de Trump consistiera en buscar dinero para una iniciativa en la que está asociada Natalia Denegri, la presentadora argentina radicada en Florida, de excelentes contactos en círculos conservadores de la comunidad latina.
Se trata del proyecto Make America Clean Again (MACA), que promueve acciones de limpieza en ciudades afectadas por desastres climáticos y otras desgracias. Además de Denegri, lo motorizan el pastor de origen salvadoreño Glenn Parada y la organización We Found the Blue, cuya misión es conseguir donaciones para departamentos de policía y para la recolección de basura en condados con necesidades.
Una rápida gestión alumbró de improviso el premio “León de la LIbertad”, que en su primera entrega recayó sobre Milei. Hecho a medida.
El “Ball Room” de Mar-a-Lago era un festival de magnates con aspiraciones sociales, oportunistas a la pesca de contactos para hacer negocios y hasta portadores ocultos de mensajes diplomáticos para Trump. Milei se zambulló en ese ambiente como una celebridad.
Lo que ocurrió después entra en una nebulosa sin explicaciones. Milei recibió un poliedro de acrílico de manos del militar retirado John Rourke y el pastor Parada. Dio un discurso en el que prometió adaptarse a lo que pida Trump en términos comerciales y volvió a su mesa a esperar la cita prometida con el presidente. Pero pasaban las horas y el anfitrión no llegaba. Los miembros de la comitiva argentina –Milei, su hermana Karina, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el canciller Werthein- se fueron en medio de escenas de fastidio con los organizadores. Se enteraron de que Trump se había demorado en una escala anterior por la pinchadura de una rueda del helicóptero presidencial. Y entendieron que la reunión (o sea, la foto) no ocurriría.
Parada expresó su molestia: “Cien por cien estaba planeado –dijo el viernes el hombre que le dio el premio a Milei-. Terminando el evento vi que el Presidente se había ido al hotel. El responsable de llevárselo no estuvo bien. Lo vemos mal. Estaba todo planeado para que se vieran”.
Según su relato, Trump llegó cerca de la medianoche. Otro de los anfitriones lo presentó desde el estrado, pero se armó un tumulto en la puerta y el presidente optó por no entrar al salón y retirarse a sus aposentos. “Si Milei hubiera estado se habrían reunido”, insistió Parada. ¿Realidad o una excusa por haber ofrecido algo que no estaba en sus manos?
El fracaso estaba consumado. Milei se tuvo que conformar con publicar un compilado de fotos en la que los asistentes le pedían selfies. “Como un rockstar”, tuiteó Luis Caputo, testigo de la fiesta en plena turbulencia financiera.
Esas fotos desataron olas inesperadas en países lejanos, como Rumania. Periodistas de ese país descubrieron que entre los fans que posaban con Milei estaba el millonario lobbista rumano Dragos Sprinceana, de aceitados vínculos con el trumpismo. Sospecharon que era un emisario del primer ministro socialdemócrata, Marcel Ciolacu, que el viernes confesó que era cierto. Le había pedido que fuera a Mar-a-Lago a abrir un canal con Trump. El presidente de Estados Unidos apoya en Rumania a un candidato de ultraderecha que fue excluido del proceso electoral por la Justicia. No se sabe el destino de la gestión, pero al menos Ciolacu no tuvo que salir de Bucarest. “Los métodos tradicionales de la diplomacia no alcanzan”, declaró, tras jurar que el enviado no gastó dinero público.
Milei volvió al país con el trozo de acrílico más caro de la historia (solo mover el avión presidencial hasta Palm Beach cuesta al menos 500.000 dólares, según cálculos del mercado aeronáutico). La foto que no pudo ser avivó una pregunta incómoda: ¿tan enrevesada está la negociación con el FMI que el Presidente tiene que volar de urgencia a Estados Unidos a rogarle ayuda a Trump? Y a punto seguido: ¿y cómo hay que entender que el encuentro no haya ocurrido?
La experiencia en Palm Beach expuso aún más la sobreactuación de Milei cuando quiso instalar la idea de que la Argentina había recibido un trato de favor en la masiva imposición de aranceles que anunció el miércoles. Friends will be friends, tuiteó, con un video del clásico de Queen. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, reforzó el mensaje: “Los aranceles más bajos que impuso EEUU para esta nueva etapa son para Argentina. Gracias Milei”. El 10% adicional que Trump les puso a los productos argentinos es el mismo porcentaje que tendrán los brasileños, los colombianos y los chilenos, cuyos gobiernos representan a la izquierda regional.
El racional de Trump con la Argentina y sus vecinos no parece haber sido la amistad, sino la intención de no arrojar a América Latina a los brazos de China. También dio señales de la preocupación por el rol del gigante asiático el enviado especial de Trump para la región, Mauricio Claver-Carone, cuando dijo que Milei debe abandonar el swap de monedas con China si quiere que salga adelante el acuerdo con el FMI. Sonó a una amenaza exagerada –acaso motivada por el encono del funcionario con parte del staff mileísta– pero provocó escozor en el Ministerio de Economía.
El mal paso internacional se combinó con la derrota en el Senado por los pliegos de Lijo y García-Mansilla. Casi un año de gestiones erráticas, empujones y amenazas terminó con una votación abrumadora contra los dos candidatos. Los senadores kirchneristas y radicales vencieron el miedo de pinchar el sueño de Lijo gracias al decreto que emitió Milei al filo del receso legislativo. Les dio la excusa perfecta para votar contra los pliegos sin descalificar al postulante, de cuya idoneidad profesional y moral solo hablaron cuatro de los legisladores durante el debate.
“Este proceso empezó como un cachetazo”, dijo Eduardo Vischi, el jefe de bloque de la UCR, que intentó hasta el último minuto evitarle la derrota al Gobierno. Sufrió el destino que Milei tiene reservado para los que vienen a ofrecerle el corazón. Al final votó en contra de los dos pliegos. Mauricio Macri había condenado a Lijo y a García-Mansilla cuando ordenó a los suyos dar quórum.
Resignado, el Gobierno solo atinó a “repudiar” el resultado en el Senado y acusar a Macri de votar con el kirchnerismo. Este último es un tabú que empieza a romperse a partir del empeño que ponen los libertarios en destratar a quienes ofrecen ayuda.
Macri deja de lado cada vez más la diplomacia para referirse a Milei y los suyos, a quienes acusa abiertamente de estar afectando la economía por su forma de comportarse. Se puso el hombro la campaña del Pro para las elecciones del 18 de mayo, que concibe como un test de supervivencia para el partido amarillo.
El Gobierno respondió al convite con la lógica de riesgo que es su marca registrada. Al postular al portavoz presidencial Manuel Adorni, Milei nacionaliza una disputa distrital y se expone a un mini plebiscito personal. Espera tener listo el acuerdo con el FMI y superado el bache económico antes de la votación. ¿Lo conseguirá? Y si la respuesta fuera no, ¿cuánto ruido puede sumar al barullo económico que el ensayo salga mal?
Otra vez el nudo de la política y la economía. Milei y Caputo se desviven porque el riesgo país salga de la zona roja (este viernes se acercó por primera vez en seis meses a los 1000 puntos básicos) y por frenar la pérdida de reservas. La escalada proteccionista a nivel global trastoca los planes de un gobierno que pregona liberalismo, pero mantiene como “seguro político” un régimen cambiario intervencionista y una política monetaria distorsionada.
Milei, con números de aprobación social todavía altos, se enfrenta al dilema de seguir por el camino que lo llevó al éxito o cambiar de receta para un mundo en transformación. Él, que tanto celebró el triunfo de Trump, descubre el incordio de las plegarias atendidas.
La tempestad que desató la nueva política arancelaria de Estados Unidos golpea con especial fuerza a países con fragilidades estructurales, como la Argentina. Milei todavía espera una mano del “amigo” del Norte, a quien le dedicó elogios como ningún otro líder internacional.
Hasta ahora la política de Friends will be friends no trajo los éxitos esperados. Pero -presión para Werthein, canciller en capilla- el Gobierno no se resigna e insiste con acordar cuanto antes una bilateral en la Casa Blanca. La vigencia del gran Freddy Mercury está fuera de discusión: Show must go on.
POLITICA
El incómodo momento de Migue Granados y Nati Jota: Abucheos contra Javier Milei en el festival de Olga

Lo que prometía ser una fiesta impecable por el segundo aniversario del canal de streaming Olga terminó cruzado por una manifestación política espontánea. Este domingo 8 de junio, durante el multitudinario evento realizado en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, el público interrumpió la transmisión con un cántico contundente: “Ya lo ve, ya lo ve, el que no salta votó a Milei”.
Los conductores Migue Granados y Nati Jota intentaron seguir con la conducción como si nada pasara, elevando la voz por encima del grito popular y sin hacer ninguna mención al reclamo. La incomodidad fue evidente. En el streaming y en el evento en vivo se percibió cómo los anfitriones se esforzaban por desviar la atención, pero la frase coreada por miles de personas ya había copado el aire.
Un evento abierto y apolítico
El festejo, anunciado como una jornada familiar con entrada libre y gratuita, había sido pensado como una celebración distendida para el público del canal. Contó con food trucks, actividades en el parque y un destacado line up musical con bandas como Kapanga, Caballeros de la Quema, Bándalos Chinos, El Plan de la Mariposa y un cierre especial a cargo de Dillom.
Sin embargo, la postal de celebración se tiñó de malestar cuando quedó claro que una parte importante del público no quería callar su descontento respecto a los recortes y manejos del gobierno nacional. El abucheo se da en un contexto de apatía por parte de la ciudadanía, que se traduce en niveles de abstención electoral sin precedente en la historia del país.
El evento, que fue transmitido en vivo por YouTube, reunió a las principales caras del canal Olga, como Eial Moldavsky, Damián Betular y Paula Chaves, además de Granados y Nati Jota. Ninguno de ellos hizo referencia al cántico, en un gesto que, para muchos espectadores, representó una desconexión con el clima social del momento y,por qué no, hasta un cierto guiño al espacio libertario.
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
Kapanga, Paula Chaves, El Plan de la Mariposa, Javier Milei, Olga, Damián Betular, Eial Moldavsky, Caballeros de la Quema, Bándalos Chinos, Dillon, Migue Granados, Nati Jota
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POLITICA
“Dólares del colchón”: el oficialismo busca apurar el proyecto de inocencia fiscal con el apoyo de los gobernadores, pero la oposición plantea reparos

El oficialismo quiere premura y una sanción a libro cerrado, confiado en el apoyo de los gobernadores. La oposición más dura ya encendió luces rojas y pretende una discusión a fondo. El oficialismo declama que el objetivo es que el “Estado deje de perseguir a los contribuyentes”. La oposición cree que, detrás de esta proclama, podría haber “gato encerrado”.
El debate sobre el proyecto de principio de inocencia fiscal que el Poder Ejecutivo envió a la Cámara de Diputados todavía no arrancó, pero ya genera polémica. La iniciativa busca darle un blindaje legal al plan del Gobierno para que los argentinos saquen los dólares que tienen en la informalidad −“debajo del colchón”− y los inyecten de nuevo en la economía. Se trata del denominado “Plan de reparación histórica del ahorro de los argentinos” que si bien se instrumentó por decreto, aún no genera los resultados esperados por el Ministerio de Economía, justamente, por la falta de un blindaje legal.
Por lo pronto, a los opositores les llamó la atención que uno de los capítulos troncales del proyecto, referido a la actualización de los montos por el delito de evasión tributaria, es casi idéntico a un dictamen que se suscribió por unanimidad en la Comisión de Legislación Penal −que preside la diputada Laura Rodríguez Machado (Pro)− hace seis meses.
En su propuesta, el Gobierno eleva los montos a partir de los cuales se persiguen los delitos penales tributarios. Por evasión simple, el monto mínimo será $100 millones; por evasión agravada será de $1000 millones. En el dictamen del año pasado, que tuvo como base un proyecto del diputado Oscar Agost Carreño y Ricardo López Murphy, los valores son similares, aunque expresados en el equivalente al monto del salario mínimo vital y móvil.
¿Por qué el Gobierno no optó por avanzar con este dictamen, que hace seis meses está listo para ser discutido en el recinto, y en cambio optó por replicarlo en otro proyecto? Las suspicacias son infinitas, pero lo cierto es que esta jugada podría entorpecer el debate.
“Ese dictamen fue fruto de un trabajo de consenso de los distintos bloques. Incluso lo firmaron los diputados de Unión por la Patria. Es irritante que el Gobierno pretenda imponer el suyo solo por figurar”, fue la interpretación de un diputado aliado al oficialismo. “Ya sucedió con el proyecto de ‘ficha limpia’; el Gobierno ninguneó el proyecto de los legisladores e impuso el suyo. Esa actitud no ayuda”, agregó.
Otros opositores son más sofisticados en sus elucubraciones. Sospechan que el Gobierno deliberadamente incorporó este capítulo en el proyecto −a sabiendas de que reúne un amplio consenso− para facilitar la aprobación del resto de los artículos que componen la iniciativa y que son, a priori, más complejos y polémicos. Entre ellos, el capítulo sobre el régimen simplificado de Ganancias.
Pensado para las personas residentes, solo podrán entrar a este régimen simplificado las que tengan ingresos totales anuales por hasta $1000 millones y quienes no tengan $10.000 millones de patrimonio. Aquel que adhiera gozará de una especie de tapón fiscal (esto significa que ARCA no mirará su variación patrimonial ni sus consumos); si el contribuyente acepta la declaración simplificada que le ofrece el organismo recaudador y paga lo correspondiente por el impuesto, habrá un efecto liberatorio más allá de la variación patrimonial existente.
“El proyecto es como lo fue la Ley Bases: un caballo de Troya que a primera vista parece sensato pero que podría traer ‘gato encerrado’”, deslizó un opositor en tono más cáustico.
Apoyo de los gobernadores
Por lo pronto, aún no hay fecha para el inicio del debate. Todo indicaría que se concentraría en la Comisión de Presupuesto, que conduce el libertario José Luis Espert, el elegido por la Casa Rosada para presentar el proyecto en sociedad. Participaría también la Comisión de Legislación Penal.
Lo único cierto es que el oficialismo quiere darle celeridad al tratamiento del proyecto. Descuenta que contará con el respaldo de los legisladores que responden a los 12 gobernadores que ya adhirieron al “Plan de reparación histórica de los argentinos” luego de que el Ministerio de Economía advirtiera que aquellas provincias que no lo hagan perderán acceso a información clave de ARCA, como los datos de facturación de personas físicas y jurídicas, y los consumos que superen los umbrales establecidos por el organismo recaudador, actualmente fijados en $50.000.000.
“Es algo que la Argentina necesita, necesitamos un Estado que deje de perseguir a los contribuyentes”, insistió el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien se mostró optimista en que el oficialismo podrá “rápidamente llevarlo al recinto”.
Espert no anduvo con subterfugios y apuntó, directo, a los gobernadores díscolos. Entre ellos el bonaerense Axel Kicillof, el rival a vencer en las elecciones legislativas de octubre. Espert suena como primer candidato a diputado nacional en el distrito bonaerense.
“Tienen dos opciones −advirtió−. O acompañan este proyecto y permiten que los argentinos sean libres y normalicen su situación patrimonial de una buena vez o se oponen y condenan a los argentinos a esconder sus ahorros bien habidos empujándolos a la informalidad y a la evasión”, azuzó el diputado libertario.
POLITICA
Kicillof habló sobre en conflicto en La Salada: “Los tres niveles de Gobierno coincidimos en la necesidad de que reabra”

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, aseguró este jueves que trabaja junto a la Justicia bonaernese y el Gobierno Nacional para que reabra La Salada, la feria más importante en el Conurbano.
El mandatario bonaerense aseguró que se destinarán todos los recursos necesarios para reabrir la popular feria que ha estado en el centro de un intenso conflicto laboral y legal.
En ese sentido, cabe recordar que la controversia comenzó cuando las autoridades clausuraron el lugar hace dos semanas debido a irregularidades legales y fiscales relacionadas con la detención de Jorge Omar Castillo, conocido como el “Rey de La Salada”.
Luego de esta decisión, se desencadenaron una serie de protestas masivas por parte de los feriantes, quienes dependen de esta fuente de trabajo para sostener a sus familias.
Durante una reunión celebrada en la municipalidad de Lomas de Zamora en la tarde de este jueves, a la cual asistieron funcionarios de distintos niveles de gobierno, Kicillof manifestó el compromiso del ejecutivo provincial por regularizar la situación de las ferias y preservar los empleos de los trabajadores.
“Desde la provincia de Buenos Aires estamos trabajando junto al Gobierno nacional, el municipio de Lomas de Zamora y la fiscal Cecilia Incardona para que los trabajadores puedan mantener sus fuentes laborales”, anunció. Según informó, en la reunión también participaron el ministro de Seguridad, Javier Alonso, el subsecretario de Comercio de la Provincia, Ariel Aguilar, y otros funcionarios clave.
En las inmediaciones de la municipalidad, una congregación de feriantes se presentó en protesta, exigiendo una solución rápida para la reapertura del predio. “La Salada no se cierra”, proclamaron sus representantes tras la reunión que derivó en la reapertura del lugar para la próxima semana.
En la cumbre estuvieron presentes autoridades del ámbito nacional, provincial y municipal, junto con representantes de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA), entre otros organismos.
Las conversaciones culminaron con un acuerdo preliminar sobre las condiciones para la reapertura de la feria. Se estableció que los feriantes deberán cumplir con ciertos requerimientos judiciales y fiscales antes de poder operar nuevamente. “Se armará un plan de trabajo y se determinarán las formas en que se regularizará a los puestos”, mencionaron los representantes de los trabajadores.
La incertidumbre recae sobre los tiempos en que se producirá la efectiva reapertura de La Salada. Aunque no hay una fecha exacta, los feriantes han obtenido el compromiso de que se realizará a más tardar el 15 de junio. Mientras tanto, se hizo un llamado a evitar nuevas manifestaciones y disturbios durante esta semana, mientras se espera que la fiscal Incardona comunique formalmente los acuerdos alcanzados para que sean aprobados judicialmente.
La fiscal fue una figura fundamental en este proceso, siendo responsable de investigar la detención de Castillo y determinar las condiciones bajo las cuales la feria podría reabrir. En el escenario de la reunión, también participaron representantes del Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, y entidades de recaudación como ARCA, encargadas de supervisar aspectos fiscales de los feriantes.
El contexto social y económico de La Salada, que alguna vez fue considerada la feria de ropa más grande de Latinoamérica, resalta la compleja realidad de muchos trabajadores cuyos medios de vida dependen enteramente de estas instalaciones. En declaraciones a TN, una de las comerciantes que asistió a la movilización expresó: “Yo tengo puesto en la feria, pago impuestos, tengo a la gente en blanco. Toda la mercadería está adentro y no tenemos solución […] Hay gente que vive del día a día”.
Otra manifestante, dedicada a la venta de café dentro de la feria, compartió la dificultad económica que esta situación representa: “Yo vendo café en la feria y soy pensionada. No me alcanza lo que me paga el gobierno, yo quiero que nos abran las puertas para trabajar, vivimos con eso”.
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