El peronismo con todas sus variantes prepara una multitudinaria marcha para este miércoles a la Plaza de Mayo en respaldo a la ex presidenta Cristina Kirchner, quien cumple arresto domiciliario en su departamento del barrio de Monserrat luego de que la Corte Suprema de Justicia ratificara la condena de 6 años de prisión que se le dictó en el marco de la causa Vialidad.

La manifestación está convocada para las 14 y, en principio, no habrá una concentración en San Juan y San José, en los alrededores del domicilio en que la ex mandataria cumple su condena, para marchar frente a la Casa Rosada, como se había planteado en un primer momento. Según lo acordado en la reunión del Consejo del PJ con los gobernadores peronistas, que se hizo en la sede de la calle Matheu 130, las agrupaciones directamente se concentrarán en la plaza.

Uno de los datos es que la protesta no cuenta con el acompañamiento orgánico de la CGT, que si bien expresó su solidaridad con la ex mandataria al calificar como «una decisión injusta, parcial y arbitraria» la condena dictada por la justicia, dejó en libertad de acción a los gremios que quieran sumarse a la manifestación «para dar testimonio de acompañamiento», según expresaron en un comunicado.

Además, los popes de la central sindical dejaron plantada a la conducción del PJ, decisión que fue tomada en una reunión que terminó a los gritos, tal como informó Clarín. La dirigencia de la CGT decidió pegar el faltazo debido a la desconfianza en el clima en que iban a ser recibidos por dirigentes, diputados, senadores e intendentes que integran el consejo.

El encuentro estaba programado para las 15 y, primero, se postergó dos horas, y cuando se conoció el fallo que le concedía la prisión domiciliaria a Cristina decidieron directamente bajarse, lo que provocó algunas caras de fastidio entre los dirigentes más alineados con la ex presidenta.

Tras comunicarle al senador José Mayans, a cargo de la organización de las distintas reuniones partidarias, que no iban a concurrir, la CGT sacó un comunicado sin demasiada contundencia y casi con tono informativo anunciando que se iba a convocar a una manifestación en respaldo de la ex presidenta.

La jugada de la cúpula cegetista tuvo un impacto controlado en las filas de los K, que evitaron entrar en la polémica y se guardaron los reproches para otra instancia. «Este es un momento bisagra. La gente va a la casa de Cristina a pedir que la liberen», apuntó un ultra K en la vereda de la calle Matheu esquivando cualquier enfrentamiento con los jefes de la calle Azopardo y focalizando que la atención estará puesta en la situación de la jefa del peronismo.

Lo cierto es que en la sede histórica de la calle Matheu se vivió una tarde intensa este martes porque tras conocerse la decisión del tribunal de otorgarle la prisión domiciliaria, Mayans recibió un llamado del entorno de la ex presidenta dando la orden de bajar la marcha prevista a Comodoro Py, que era la idea original de los K desde el momento que la Corte ratificó el fallo de la causa que se le inició por corrupción en la obra pública.

Pero mientras en el primer piso de la sede del PJ se resolvía que el acto se iba a hacer en Plaza de Mayo, los ultra K y los peronistas marcaban sus diferencias sobre el desarrollo de los acontecimientos.

Los menos fanáticos entendieron que «la presión del peronismo» había impedido que la justicia obligue a la ex presidenta a tener que presentarse en Comodoro Py, con todo lo que hubiera significado la imagen de Cristina en una alcaldía. Además remarcaron que el objetivo central era garantizar el éxito de la convocatoria a la Plaza de Mayo, en un contexto donde el Gobierno también juega ya que promete un fuerte operativo de seguridad.

En tanto, los sectores más cercanos a La Cámpora reclamaban mantener firmes todos los frentes de protesta, con cortes en los accesos y medidas de fuerza en todos los sectores, algo que no estaban en condiciones de garantizar por la falta de apoyo de la CGT.

Pero sobre todo se quejaron por la «rigurosidad» de las condiciones de detención de la ex presidenta, ya que se le limitan las visitas a familiares y abogados y se le colocará una dispositivo electrónico, entre otras restricciones impuestas por el fallo judicial.

Lo cierto es que la jornada en la sede del PJ se completó con la reunión que el consejo tuvo con los gobernadores para decidir el apoyo a Cristina. Cuatro de los siete mandatarios estuvieron en forma presencial en la sede de la calle Matheu: Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Ricardo Quintela (La Rioja).

En tanto que por zoom participaron Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Guido Insfrán (Formosa). Cuando el cónclave estaba empezado se sumó también por streaming Raúl Jalil (Catamarca) mientras que no participó el tucumano Osvaldo Jaldo, quien es uno de los aliados del Gobierno en el Congreso.

En el cierre se reunieron los diputados y senadores con la conducción del partido para definir como se organizará la protesta de este miércoles.