Uno de los puntos más importantes para tener una piel luminosa y uniforme es asegurarse una correcta renovación celular de la capa externa. Si este proceso, que dura unos 28 días, se ve alterado, al final aparece engrosamiento y cambios en el manto hidrolipídico. Esto se traduce en un cutis mas áspero, rugoso o irritado.

Por eso, para tener una piel luminosa y sin manchas hay que seguir unos hábitos saludables, gestionar bien el estrés y evitar radicales libres como la contaminación, el tabaco o el alcohol.

A continuación, ocho cuidados fundamentales:

Limpieza facial dos veces al día: una limpieza adecuada, adaptada a tu tipo, por la noche elimina los cosméticos que hayas aplicado y la suciedad acumulada a lo largo del día. Igualmente, por la mañana también importa porque se eliminan sustancias que la piel desechó durante la noche.

Renovación: hacé una exfoliación adecuada, mas o menos frecuente, según las características de la piel para eliminar las células muertas, sudor y sebo de la superficie y favorecer esa renovación celular que dará luminosidad. Usá productos que contengan alfa hidroxiácidos (AHA) como el ácido glicólico o láctico.

Activos antioxidantes: elegí una fórmula que contenga vitamina C o vitamina B3 (niacinamida). Ambas son fundamentales por la mañana para combatir el daño de los radicales libres, mejorar la luminosidad y reducir las manchas oscuras, además de ayudar a prevenir su aparición.

Hidratación profunda: empleá hidratantes con ácido hialurónico, glicerina y ceramidas para mantener la piel hidratada y reforzar la barrera cutánea.

Evitá los factores que favorecen las manchas: como el abuso de exposición solar, depilación facial con cera, etc. Usá protección extrema tras un tratamiento con láser o una exfoliación profunda e informate acerca de los medicamentos que estés utilizando.

Protección solar diaria: aplicá uno de amplio espectro con SPF 50+, todos los días para cuidarte de los daños que provoca la radiación solar.

Consumí ácidos grasos Omega-3: se encuentran en pescados grasos como salmón, sardinas y caballa, así como en nueces y semillas de lino. Mantienen la piel hidratada, reducen la inflamación y hacen que tenga un aspecto más saludable.

Tomá suplementos de colágeno: escoger un buen suplemento mejora la elasticidad y firmeza de la piel, y en definitiva la luminosidad.

Fuente: Telva