POLITICA
Un mileísmo sin Milei, pero con ira para todos

¿Son o se hacen? Ese es el nuevo quid de la cuestión política en este año electoral: si la campaña de la ira que protagonizan el presidente Javier Milei y algunos de sus ministros claves en las últimas semanas es una táctica electoralista o habla de un alma mileísta. Las dos cosas son posibles. Por un lado, la elección legislativa obliga al mileísmo a competir sin Milei: una prueba de fuego que enfrenta por primera vez en su corta vida partidaria le pone presión al oficialismo y lo lleva a activar toda la munición política a su alcance. Sin Milei como candidato, se impone la necesidad de mileizarlo todo, y a todos los candidatos: “Adorni es Milei” es uno de los eslóganes centrales en la ciudad. Una táctica que cunde en otros territorios, aun los más alejados de la guerra política por el AMBA.
“Somos Javier Milei en Misiones”, posteó el candidato a primer diputado por La Libertad Avanza de esa provincia, el agente productor de Bolsa Diego Hartfield. Lo acompañó con una imagen generada por IA al más puro estilo de su conductor político, que muestra la transmutación continua de Hartfield en un león de melena y rugido imponente: digno de verse. Curioso, aún más que las imágenes de IA con las que se entretiene el Presidente: skins sanmartinianas o inspiradas en épicas varias, reales o de sagas ficcionales, para exhibir su autoridad. La sobriedad no está de moda en política y no es solo un fenómeno de la Argentina mileísta: Estados Unidos y Donald Trump vibran con la misma onda y los mismos recursos. Pero esa ausencia queda más expuesta todavía cuando los personajes menores de la política se suben al mismo registro. Abunda la muerte del superyó entre los libertarios: les divierte. Pero no solo eso: al mismo tiempo, consolida su base electoral más identitaria, copa la conversación pública y agita el ánimo de sus enemigos políticos. Esa indignación opositora suma a la confrontación diaria con la que el oficialismo mantiene viva la llama de su osadía. Con esa lógica, apuntan a ganar las elecciones en X, en principio.
En política, 2025 representa la fase 2 de la gobernabilidad mileísta, un mileísmo sin Milei que sea capaz de ganar elecciones. La fase 1 fue llegar a la presidencia, gobernar con lo propio en la más absoluta minoría y tener éxitos macroeconómicos reconocidos. En la fase 2 hay riesgos para Milei, también para la Argentina. El mayor escudo protector anti derrota electoral es esperable: la economía. En esa esfera, desde el Gobierno ya imaginan el pronto desembarco de la fase 4: el rollover de la deuda pública, según el título de una columna económica del mismo Hartfield, con menores costos y mejores plazos. Mientras, sigue la preparación para ese escenario dentro de la fase 3, con los estímulos que buscan recapitalizar la economía sin generar inflación e impactar en el crecimiento. Los anticipos de Luis Caputo sobre la bimonetarización de facto de la economía van por ese lado: a descolchonizar la Argentina para liberar el uso de dólares y poner en marcha el consumo y la producción.
Las preguntas se acumulan en ese punto, a la espera de que el Gobierno oficialice esas medidas y dé precisiones. Economistas independientes lo ven con expectativa. A los más institucionalistas les preocupan dos cosas: la oficialización de la informalidad y de la opacidad de los orígenes de esos dólares. A los más prácticos, hasta qué punto la ARCA hará la vista gorda.
La idea es esta: el sapo más fácil de tragar es el blanqueamiento de una economía gris, pero el más duro de deglutir es la consolidación de una economía basada en la más pura ilegalidad, con dinero proveniente del narco o la corrupción, por ejemplo. A otros más “ñoños”, según la lengua libertaria, los inquieta la falta de coherencia, es decir, la pérdida de confianza intertemporal que implica saltar de un blanqueo de capitales aprobado por el Congreso y con costos para los blanqueadores a otro, un año después, decidido discrecionalmente desde el Poder Ejecutivo y sin lógica de premios para el que cumplió impositivamente y algún costo para el que se demoró hasta el blanqueo. Hay que esperar a la letra chica de las medidas para comprender la racionalidad de los avances de Caputo.
En política, la fase 2 supone varias cosas. Milei metido de lleno en la campaña, con presencia en alguno de los escenarios del territorio nacional. Además, alización de cada propuesta subnacional: motosierra, inflación a la baja y salida del cepo como la identidad de la visión política, no importa de qué provincia se trate. Y la confrontación a la enésima potencia como otra cara del pragmatismo táctico. La elección del periodismo como enemigo favorito en las últimas semanas es la contracara de una sostenida debilidad de la oposición política. Para el mileísmo, ni como corporación ni en sus individualidades, los políticos son enemigos políticos de suficiente peso como para aprovecharlos en la campaña. Hay que sumar otros enemigos: economistas, artistas o periodistas. Cada corporación tiene un rol en la estrategia electoral mileísta.
El año pasado la pregunta política era: ¿la ven? Estaba aplicada a todo aquel que no era oficialista y a su incomprensión de un arcano macroeconómico y de representación popular que el mileísmo cree interpretar mejor que nadie. El resultado electoral le dio la razón en relación con su capacidad de representación. El resultado económico acompaña al Gobierno incluso en áreas muy complejas que siempre han sido el inicio de la crisis de los gobiernos argentinos: por ejemplo, el tema del tipo de cambio.
Desde la salida mileísta del cepo, el movimiento del dólar genera más tranquilidad que incertidumbre. A la calma de la inflación a la baja, el Gobierno logró sumarle una flotación entre bandas tranquila. Hay quienes auguran que es calma chicha: habrá tormentas por la apreciación del peso, sostienen. ¿La ven? No la ven, dicen los libertarios.
Ahora el interrogante –¿son o se hacen?– recae sobre el Gobierno y los dobleces de su proyecto político: ¿hay un sueño de una macroeconomía pujante a costa de algún tipo, más o menos grave, de debilidad institucional? Ahí encaja la cuestión del alma mileísta. El modo con que el mileísmo viene fustigando al periodismo en sentido amplio, o personalizando ataques arbitrarios o armando listas discutibles de periodistas réprobos cae dentro de esa pregunta.
Los periodistas no son héroes pero el periodismo independiente, que toma distancia del poder, tiene un rol en la maquinaria democrática: hacer visible lo que el poder quiere ocultar. Porque el poder, por definición, es opaco, y en algunos casos, oscurísimo. Por definición, ese es el lugar del periodismo en sentido más estricto e interesante. El rol del periodismo de investigación durante el kirchnerismo lo deja claro.
Por momentos, la lógica confrontativa de Milei con el periodismo no apunta a su mejora, sino que se termina inscribiendo en el mismo modus operandi que el kirchnerismo. Quienes relativizan el tono de los cuestionamientos mileístas los minimizan comparándolos con los extremos del kirchnerismo: el apriete a periodistas vía AFIP, las presiones secretas a las redacciones o las amenazas directas.
Milei no mandó a nadie a la cárcel. Eso es cierto. También es cierto que lo que esas voces le perdonan a Milei no se lo hubieran perdonado al kirchnerismo. Generar esa doble vara es un problema para Milei y para la Argentina: un claro ejemplo del péndulo, que nunca se queda quieto en un extremo. En esa mecánica, el riesgo es que vuelva el extremo opuesto.
La confrontación mileísta es parte de un manual de gobernabilidad política actual global. Pero en el caso de la gestión de Milei, hay un punto en el que parece perder sentido: el caudal de logros económicos que tiene para mostrar podría serle electoralmente útil para consolidar y ampliar el apoyo ciudadano. En una sociedad menos confrontativa y arrinconada por la polarización alentada desde el poder, la economía calma sería un dato electoral incuestionable para una ciudadanía menos radicalizada. En 2024, el mayor apoyo a Milei estuvo dado en ese descubrimiento de la armonía vital que traía la inflación a la baja. En cambio, la confrontación intensifica identidad de base pero resta ampliación de apoyo. A los más independientes los arrincona.
Racionalidad macro versus racionalidad institucional: la elección en la ciudad resulta un caso testigo de ese dilema. El 18 de mayo el antikirchnerismo republicano porteño y su disposición institucionalista, que le dieron la identidad y el triunfo a Pro durante tantos años, se pondrán a prueba. Dentro del cuadrante de centroderecha porteña, la ecuación a dilucidar es esta: si en la ciudad, el candidato libertario se impone por sobre la candidata de Pro quiere decir que la utopía republicana de Pro pierde en el bastión donde ese valor era más fuerte, además de Córdoba.
“La Argentina retrocedió a la Argentina de 2004 o 2005, cuando se le perdonaba todo a Néstor Kirchner. Ahora pasa lo mismo con Milei”, describen con realismo, o resignación, desde un sector de la campaña de Pro porteño. ¿Por qué no aprovechar la identidad institucionalista justo cuando Milei está intensificando su juego al filo de la democracia, aunque del lado de adentro, como Milei mismo ha explicado? “Nadie quiere que lo rayen a Milei”, reconocen en ese sector. En esa lectura política, hubo que esperar hasta la crisis del campo en 2008 para que la ciudadanía y la oposición tomaran conciencia y pusieran límites: el gobierno de Milei es todavía joven para la concientización de esas alertas. No se encontró aún con su propia crisis del campo.
El riesgo de un gobierno como el mileísta es estar incubando a fuego lento su propios límites futuros, justo para una gestión que necesita de su reproducción futura para garantizar el desarrollo pleno de la macroeconomía con la que sueña. La intensidad de la confrontación siempre corre el riesgo de terminar convirtiéndose en hartazgo ciudadano.
POLITICA
Los salarios militares, en la línea de pobreza: la nueva hipótesis de conflicto en los cuarteles

Si bien el gobierno de Javier Milei avanzó parcialmente en la reducción de la brecha salarial que separa a los efectivos de las Fuerzas Armadas de sus pares de Seguridad, los militares ven con preocupación que en el último año y medio creció la cantidad de oficiales y suboficiales que tienen salarios por debajo de la línea de pobreza.
Las estimaciones del sector castrense advierten que entre el 56% y el 60% de los uniformados conviven con la amenaza de quedar por debajo de los niveles de pobreza, línea marcada por la Canasta Básica Total, que el Indec fijó este mes en $1.128.398. Ese cálculo ubica en esa franja roja a los militares con grados de capitán, tenientes de navío y otras jerarquías inferiores.
Hay que tener en cuenta, de todos modos, que muchos de ellos sobreviven a la dramática línea de postergaciones sociales con las bonificaciones por antigüedad y suplementos por destinos geográficos. “Existen algunos suplementos por actividad, como buceo, paracaidismo o prácticas de montaña. Pero no son permanentes sino cuando se cumple una determinada cantidad de tareas a lo largo del año”, explicó una fuente del Ejército.
Cada destino geográfico tiene un porcentaje determinado de suplemento. Por ejemplo, en los lugares más alejados, como Puente del Inca, en Mendoza, el plus puede llegar al 90% y en una capital del interior, puede alcanzar entre el 12 y el 15 por ciento. Por el contrario, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no existen suplementos, explicaron fuentes castrenses a .
En su última presentación en el Senado, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, afirmó que la diferencia de haberes entre los militares y el personal de las fuerzas de seguridad se redujo del 25% al 6% en la gestión libertaria. En una de sus primeras medidas al asumir, el ministro de Defensa, Luis Petri, dejó sin efecto dos aumentos que su antecesor Jorge Taiana había programado dos aumentos salariales sucesivos del 10% para enero y abril de 2024, tomando como base los haberes de marzo de 2023. Petri entendió que se trataba de un “esquema engañoso, con un mínimo de impacto real” y se comprometió a llegar a una equiparación de haberes con las fuerzas de seguridad al final de su gestión, en diciembre de 2027.
En sendos pedidos de informes dirigidos al Poder Ejecutivo, el senador nacional Pablo Blanco (UCR-Tierra del Fuego) planteó que, de acuerdo con los datos del Indec, los sueldos por debajo de las jerarquías de capitán y grados equivalentes en las otras fuerzas y de suboficial primero hacia abajo, entre los suboficiales, se hallan “por debajo de la línea de pobreza, lo cual da cuenta de casi el 60% del total del personal por tratarse de las jerarquías más numerosas”.
Al recoger la experiencia de la inusual protesta que voceros de la Gendarmería y la Prefectura protagonizaron en 2012, durante la presidencia de Cristina Kirchner, el legislador fueguino señaló que “el personal de las Fuerzas Armadas no puede manifestar, no puede hacer peticiones sino a través del superior directo y no está sindicalizado, ni tiene un ombudsman que defienda sus intereses”. Pero observó que esas prácticas existen en otros países. Citó los casos de Bélgica, Países Bajos, Noruega, Suecia y Sudáfrica, donde “el personal militar tiene una representación de sus intereses por fuera de la estructura de mandos militares”. En Alemania, en cambio, existe la figura del comisionado de Defensa, que actúa de enlace entre el personal militar y el gobierno. Incluso, Australia y Canadá pusieron en marcha la figura de un ombudsman, que “vela por los derechos de los militares”.
Lejos de la existencia de tales mecanismos, en la Argentina la discusión se limita a los niveles salariales que disponen los gobiernos de turno.
Con la última actualización de haberes para las Fuerzas Armadas, dispuesta por la resolución conjunta 24/2025 dictada por los ministerios de Economía y Defensa, los máximos cargos (teniente general, almirante y brigadier general) tienen una retribución de $ 2.613.259. Le siguen en la escala los grados de general de división, vicealmirante y brigadier mayor, con $2.330.450.
Mientras un coronel y sus equivalentes de capitán de navío y comodoro cobran $1.859.800, un teniente coronel, un capitán de fragata, y un vicecomodoro perciben $1.617.005.En escalas inferiores, un teniente primero, un teniente de fragata, y un primer teniente tienen un sueldo de $938.420, mientras que un subteniente, un guardiamarina y un alférez cobran $766.215.
En su pedido de informes, el senador Blanco definió el esquema que rige en la Argentina como “una obligación de velar por el subordinado que no se queja y no puede quejarse”. Una práctica inherente a la esencia de los asuntos militares. En ese esquema encuadra la caótica situación del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (Iosfa), que hasta ahora no ha podido detener la impactante sangría de $19.000 millones por mes.
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POLITICA
Pablo Domenichini, el candidato de la tercera sección que se enfrenta a los dos oficialismos: “Están generando una decadencia en la provincia”

El diputado bonaerense y cabeza de lista de la tercera sección electoral por Somos Buenos Aires, Pablo Domenichini, criticó tanto al Ejecutivo provincial como al nacional por profundizar la crisis social y llamó a cortar con la polarización: “Lo único que están generando es decadencia en la provincia”, manifestó durante una entrevista en la que defendió la necesidad de una tercera alternativa política en la campaña por las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre.
Estas declaraciones fueron realizadas en diálogo con Infobae en Vivo, durante el programa de la mañana, que cuenta con la conducción de Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet. En ese contexto, Domenichini profundizó sobre la coyuntura social y política bonaerense, cuestionando la gestión del oficialismo y el avance de propuestas de “crueldad” desde el gobierno nacional. “Nos pusimos con la convicción de construir una alternativa y eso es Somos Buenos Aires”, remarcó.
Desde su rol como diputado y también como dirigente oriundo de Esteban Echeverría, Domenichini describió que la situación en el conurbano bonaerense es cada vez más apremiante: “Yo vivo en el conurbano bonaerense, en Esteban Echeverría, nací en Monte Grande y he visto cómo nuestra querida tercera sección, tras años bajo un mismo color político, no mejora: los vecinos viven cada vez peor”. A juzgar por el dirigente de Somos Buenos Aires, la falta de progreso es atribuible a un estancamiento en la gestión local y a la connivencia entre la inercia gubernamental provincial y el ajuste que llega desde la Casa Rosada. “El gobierno nacional plantea con mucha crueldad un modelo de ajuste que viene a agravar esos problemas que tienen los bonaerenses”, señaló.
Las críticas de Domenichini no se limitaron a una descripción general de la crisis sino que incluyeron una radiografía del funcionamiento electoral y político bonaerense. “Nosotros representamos una alternativa a los dos extremos. El Frente Somos Buenos Aires surge de la confluencia de distintos partidos políticos, expresiones del radicalismo, del peronismo referenciado en Juan Schiaretti, en el modelo cordobés. Frente a los gritos y agravios, nuestro camino es la construcción y la gestión”, subrayó, en diálogo con Infobae en Vivo, en el programa de la mañana.
Enfatizó que el desafío principal de su espacio es instalar la discusión de ideas y de gestión eficiente, frente a una campaña marcada por la polarización y la falta de propuestas. “Si hubiéramos hecho una especulación electoral, seguramente habríamos elegido otro camino. Pero creemos en la buena gestión que resuelve los problemas de los vecinos. Por eso, 32 intendentes a lo largo y ancho de la provincia acompañan nuestra propuesta”, explicó y dio cuenta de acompañamientos significativos, como el de Pablo Petrecca, intendente de Junín, y Maximiliano Suescun, presidente del Foro de Intendentes Radicales.
Consultado sobre las tensiones internas y los alineamientos cruzados de los partidos tradicionales, Domenichini admitió que “es cierto que tenemos tensiones para ponernos de acuerdo hacia el 2027, pero en la provincia de Buenos Aires, en unidad, dijimos que hay que construir una alternativa”. Haciendo referencia al apoyo de figuras nacionales como Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, señaló: “Recorrimos juntos el conurbano hablando de seguridad y de la necesidad de tener decisión política para combatir a las bandas narco criminales”.
Rechazando el “camino fácil” de la especulación y la pérdida de identidad política, el referente de Somos Buenos Aires sostuvo: “La solución de compromiso era ir a donde sumara bancas, como hizo el PRO, perdiendo identidad. Nosotros elegimos sembrar una alternativa difícil pero necesaria, y proyectar una opción distinta para 2027”.
En cuanto al fenómeno de continuidad electoral de los intendentes peronistas a pesar de la degradación social, Domenichini lo atribuyó tanto a la ausencia de alternativas viables como a la gestión del “metro cuadrado”: “Muchos de quienes vivimos en el conurbano lo hacemos en los mismos barrios donde nacimos, conocemos la realidad. Hay una identidad peronista muy fuerte, pero los vecinos reconocen que viven cada vez peor y la política no ha sabido construir una alternativa que inspire confianza para mejorar esa situación”.
Al repasar ejemplos concretos, describió: “El intendente que logra resolver el alumbrado, poner un par de palmeras, arreglar una calle, termina capitalizando el voto por una cuestión muy práctica y cotidiana, aunque el trasfondo de los problemas siga igual o se agrave”. Por esto, para Domenichini el desafío de su espacio es presentar una gestión que pueda resolver tanto lo inmediato como lo estructural.
Sobre la fragmentación de opciones, la confusión de alianzas y el surgimiento de figuras sorpresivas, el diputado bonaerense asumió: “Siguen apareciendo dentro del panorama figuras que antes compartían boleta con nosotros y ahora están en otros espacios, como el caso de los libertarios. Nosotros nos mantenemos defendiendo las mismas ideas”.
Especial atención le dio al tema de la inseguridad, al considerar que es la principal preocupación de los habitantes de la tercera sección: “Queremos discutir la seguridad porque es el problema número uno. La política tradicional, poniendo a excomisarios, vuelve sobre modelos que ya fracasaron. Pedí a Pullaro que venga al conurbano para mostrar que otro modelo es posible: la determinación política de combatir el delito, modernizando y controlando la Bonaerense, pagando sueldos justos y exigiendo profesionalismo”.
En este sentido, remarcó: “La Bonaerense, en las condiciones actuales, es parte del problema. Hay que profesionalizar, equipar y controlar a la fuerza para que cumpla con el mandato de proteger a la ciudadanía, no de perpetuar privilegios ni complicidades”.
Frente a la referencia de los avances en seguridad en la provincia de Santa Fe, donde la colaboración entre la Nación y la gestión local fue clave, Domenichini reconoció: “Hay que coordinar con el Gobierno nacional y celebrar cuando se toman medidas positivas como el combate al narcotráfico o la baja de la inflación. Claro que tenemos diferencias profundas, pero se puede y se debe trabajar en conjunto”.
Sin embargo, puntualizó las diferencias de fondo con el actual oficialismo nacional: “Este es un gobierno que no cree en el Estado, que no apuesta a una gestión eficiente para resolver lo que importa: seguridad, salud, educación. Ni invierte en universidades ni en ciencia. Nosotros creemos que es imprescindible fortalecer el Estado para darles oportunidades a los bonaerenses”.
Consultado sobre los sondeos y las chances electorales de Somos Buenos Aires, Domenichini desestimó los relevamientos de intención de voto: “Es un momento para no mirar encuestas. El camino recién empieza. Tenemos claro nuestro eje, que es la construcción de una alternativa”.
A la hora de hablar de candidaturas futuras y posibles acuerdos, anticipó que en octubre su espacio tendrá lista propia: “Vamos a presentar nuestros candidatos, aunque es posible que surjan nuevas discusiones en torno a la representación de los diputados nacionales”. Aclaró que la unidad alcanzada fue “muy difícil”, producto de consensos entre distintas fuerzas y de la ausencia de una candidatura nacional única. “Fue necesario generar consenso para llegar a ocho listas, en nuestro caso siete. La boleta única papel también exigirá dar relevancia a las figuras personales y a las ideas que acompañan”, planteó.
Por otra parte, Domenichini señaló que el espacio de Somos Buenos Aires reúne a expresiones diversas: el radicalismo, el peronismo de Schiaretti, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, la línea de Florencio Randazzo, y Facundo Manes. “Aún falta definir candidaturas nacionales, pero hemos logrado la confluencia de sectores muy diversos que creen en el mismo horizonte político”, aseguró.
En el cierre de su participación en Infobae en Vivo, Domenichini insistió en la responsabilidad de la dirigencia política para “salir de la especulación permanente, recuperar las ideas y reconstruir el vínculo con la sociedad”, enfatizando la vocación de construir una opción sólida “frente al pasado y a la crueldad del presente”.
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POLITICA
Grabois apuntó contra Bullrich por “encubrir un complot” de cúpulas policiales en la provincia

El dirigente social y político Juan Grabois apuntó contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por tener al personal de las fuerzas federales “pésimas condiciones” y la acusó de “encubrir un evidente complot de ciertas cúpulas policiales corruptas en la provincia de Buenos Aires”. “Se la da de defensora de policías y la realidad muestra todo lo contrario”, escribió en X.
Desde el entorno de Grabois hablaron de “una crisis interna” que atraviesa la Policía Federal tras el presunto suicidio de un agente en el Hospital Churruca que habría ocurrido hace dos semanas cuando fue desatendido por el nosocomio por la dramática situación que vive la obra social de las Fuerzas Armadas y de seguridad. Además, el dirigente social mencionó que la tensión aumentó por las condiciones laborales, bajos salarios y la falta de contención institucional.
A raíz de los bajos salarios, más de 2200 efectivos de las Fuerzas Armadas y de seguridad pidieron la baja en lo que va del año. Muchos sueldos dejan a oficiales y suboficiales a sobrevivir por debajo de la línea de pobreza.
Además, la crisis la empeora la situación del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (Iosfa), que mantiene una deuda superior a los $160.000 millones e interrumpió su cobertura de prestaciones de medicina de alto costo en casi todo el país. El presidente del instituto, Roberto Fiochi, renunció tras solo siete meses de gestión.
“Bullrich intenta encubrir un evidente complot de ciertas cúpulas policiales corruptas en la Provincia de Buenos Aires montando un show estrafalario que justifica la infiltración política en una institución que debe estar completamente ajena a las divisiones partidarias”, escribió Grabois en X.
Las fuerzas de seguridad bajo la cartera de Bullrich presentaron fuertes bajas: 412 en la Policía Federal, 386 en Gendarmería, 322 en Prefectura Naval, 292 en el Servicio Penitenciario Federal y 177 en la Policía de seguridad Aeroportuaria.
“Esta mujer se la da de defensora de los policías. La realidad muestra todo lo contrario. Ya lo advertí cuando me llevaron a la Superintendencia de Investigaciones Federales: Bullrich tiene al personal en pésimas condiciones, con el salario por el piso, sin uniformes ni infraestructura adecuada, con la obra social desfinanciada y sus familias desprotegidas”, señaló el dirigente de Argentina Humana.
La obra social afronta una deuda millonaria desde la asunción del gobierno de La Libertad Avanza. Antes de diciembre de 2023, Iosfa se encontraba saneada y con superávit. Desde entonces, hubo dos gestiones que llevaron a que renuncien dos presidentes.
Los casos más preocupantes son los de pacientes que requieren de medicamentos oncológicos, los que recibieron o necesitan trasplantes, los insulinodependientes y quienes enfrentan patologías crónicas severas.
“Las fuerzas tienen derecho a una verdadera política de bienestar policial, con remuneraciones acordes, protección a sus familias y acceso a la salud, en particular a la salud mental. La ministra no tiene derecho a exponerlos brutalmente en cumplir sus deberes reprimiendo manifestaciones en vez de velar por la seguridad ciudadana”, reclamó Grabois.
Y cerró: “No les crean nada cuando se golpean el pecho por la seguridad. La única seguridad que les importa es la de sus privilegios“.
Patricia Bullrich,la dramática situación que vive la obra social,pidieron la baja en lo que va del año,renunció tras solo siete meses de gestión,el salario por el piso,La Libertad Avanza,Juan Grabois,Patricia Bullrich,Policía Federal Argentina,Conforme a,,Evacuados en la terraza. Se incendió el edificio del canal de streaming Neura de Alejandro Fantino,,Traqueotomía. La operación a la que fue sometida “Locomotora” Oliveras,,Retorno a clases. Cuándo terminan las vacaciones de invierno,Juan Grabois,,Solo en Off. Javier Milei y Juan Grabois, cerca y lejos en el aniversario del atentado a la AMIA,,“Llorás a mami Estado”. La chicana de Grabois a Espert por las detenciones de militantes kirchneristas,,Aval a Grabois. Un informe de la UBA elogió la ejecución presupuestaria del FISU
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