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POLITICA

Un penal no cobrado y dos goles anulados: las decisiones arbitrales que impidieron que Lanús rompa el cero ante Independiente Medellín

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En un partido con tensiones muy altas, Lanús igualó 0 a 0 con Independiente Medellín de Colombia por la ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana. A pesar de que la serie se definirá el próximo miércoles en tierras cafeteras, el resultado pasó a segundo plano y la atención estuvo puesta en jugadas polémicas contra el local, que impidieron que pudiera romper el cero.

La primera situación de la noche ocurrió a los 27 minutos del primer tiempo, luego de que el encuentro demostrara paridad entre el juego y posesión de ambos equipos. Desde la banda izquierda, Marcelino Moreno lanzó un centro al área, el cual Carlos Izquierdoz pudo interceptar y conectar un cabezazo. El arquero colombiano atajó la pelota, sin embargo, el zaguero Abel Luciatti tomó el rebote y la mandó a guardar.

El defensor del equipo de Ricardo Zielinski salió a festejar con sus compañeros, pero el VAR dio aviso al árbitro Wilton Pereira Sampaio de una posible posición adelantada del jugador que recibió el tiro, por lo que la revisaron. Así, a través del sistema de chequeo, se determinó el offside y se anuló el gol del Granate.

Todo Lanús le reprochó al juez la legitimidad del gol, pero de nada le sirvió. Con el resultado en cero nuevamente, el local ya estaba incómodo por la situación, pero tomó aún más calentura minutos después. A los 37 de la primera etapa, Fainer Torijano, capitán de Independiente Medellín se acercó a marcar a Raúl Loaiza, quien recibió la pelota a ras del piso en el área rival.

El volante colombiano del equipo argentino quiso girar, pero, al darse la vuelta, sintió un toque de parte del zaguero y cayó al suelo. El Granate pidió penal, pero Sampaio quedó con dudas, así que solicitó la revisión en el VAR. Con el partido frenado durante unos minutos, el juez brasileño definió que no hubo contacto que haya provocado una falta y sancionó un bote a tierra.

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Por último, con un Lanús embroncado por las decisiones arbitrales, en el segundo tiempo llegó la situación más dudosa del partido. Tras una gran jugada colectiva, el conjunto bonaerense logró conectar un centro desde la banda derecha, el cual terminó en un remate de Loaiza que ingresó en la red.

Sin embargo, Sampaio cobró falta de Walter Bou, quien había recibido la pelota antes del remate del colombiano y quien,. según el juez, le pegó una patada involuntaria a su rival Pablo Lima. El Granate protestó, sin embargo, el árbitro revisó la jugada en el VAR y revalidó su decisión anterior: sancionó falta en ataque del delantero y anuló el gol.

Finalmente, el partido concluyó en empate y, desde Lanús lamentaron el resultado no solo por las jugadas pitadas en su contra, sino también porque la serie se definirá en Colombia. Tras el partido, el entrenador Zielinski se mostró enojado con la terna arbitral y expresó en conferencia de prensa: “El VAR nació a partir de buscar un elefante, no una hormiga. Entonces, yo no opino de los árbitros, pero creo que el gol de Bou ha sido claro. Es una pelota disputada. Es particular que te llama o no te llama, pero bueno, prefiero enfocarme en el enfrentamiento que viene y nada más”.

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POLITICA

Gustavo Costas, una vida a puro Racing: siete compañeros de ruta en el club describen la pasión del DT por la Academia

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Gustavo Adolfo Costas es el segundo jugador que más veces vistió la camiseta de Racing en la historia, con 337 presencias, detrás de Natalio Perinetti, integrante del equipo que le dio al club el título de la Academia. Además, Costas suma más de 130 partidos como entrenador entre sus tres ciclos. Una vida pintada de celeste y blanco incluso desde antes del 16 de mayo de 1982, cuando debutó con 19 años en una derrota por 2 a 0 ante Vélez, en Liniers, con dos goles de Carlos Bianchi. Son más de cuatro décadas de pertenencia. En las horas previas a vivir “el sueño de su vida”, como definió el propio DT lo que será la final de la Copa Sudamericana del próximo sábado, ante Cruzeiro, siete referentes de Racing y compañeros de ruta de Costas a lo largo de estos años, dan una definición de lo que significa la Academia para el técnico.

Néstor Fabbri

(Formó la dupla central con Costas entre 1986 y 1992, campeón de la Supercopa 1988 ante Cruzeiro)

“Yo tuve la suerte de hacer zaga con Gustavo, que ya era un ídolo del club, cuando tenía apenas 18 o 19 años. Fue un honor. Nos tocó ser parte de ese equipo que, por una cuestión de reacomodamiento del calendario, se tuvo que ir a préstamo a Argentino de Mendoza para poder cobrar unos pesos a fin de mes. Creo que esa experiencia, más la de los chicos que ya habían estado en el ascenso, fue la que forjó la personalidad de un equipo que después hizo historia con la Supercopa 88 y que también ganó dos primeras ruedas del campeonato argentino, que en esa época no se valoraba porque era otro formato. Es un equipo que todavía hoy es una familia. Cada 40 días más o menos nos seguimos juntando a comer, tenemos un grupo de WhatsApp. Gustavo siempre participa porque es parte de esa familia, aunque ahora ande más ocupado por todo lo que está viviendo. Nosotros, de alguna manera, nos sentimos parte también por él.

Juan Carlos Rulli

(Integrante del equipo de José, campeón de la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1967)

Gustavo Costas, en brazos de Juan Carlos Rulli, cuando era un niño e ingresaba con el equipo a la cancha

“Esa foto se ha hecho famosa con el paso del tiempo, por lo que resultó Costas para Racing. Pero en ese entonces para mí era como cualquier pibe de esos que se sumaban para salir en la foto con nosotros. No es que lo conocía a él o a los padres. Después durante los años que él fue jugador yo fui muy poco a Racing, y eso que estaba mi amigo Basile, porque me resultaba muy triste ver cómo estaba el club. Fueron años muy oscuros. Ahora en este tiempo [de Costas] como DT hemos tenido una buena relación. A veces su hijo también me manda mensajes de agradecimiento. Es un muchacho muy sencillo, que está siempre a disposición. Cuando nos cruzamos lo cargo: ‘Mirá cómo creciste, pensar que te tenía en brazos’. Ahora voy a tener la suerte de ir a la final invitado por la Conmebol. Ojalá todo salga como esperamos y podamos volver a tener una foto histórica como aquella”.

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Carlos Arano

(Campeón del Apertura 2001, fue dirigido por Costas en Inferiores y debutó en Primera División en 1999, con la dupla Costas-Maschio)

“A Gustavo lo conocí en quinta división, cuando por primera vez se hizo cargo de un equipo. Agarró la categoría 80 junto al Turco Wirtz, el arquero del ascenso de Racing. Recuerdo que nos inculcaba permanentemente el sentido de pertenencia, el sentimiento hacia el club. Yo soy hincha, estaba en Racing desde el baby, pero era un mensaje que llegaba a todos. Por el lío que era el club en ese momento, de ahí saltó rápido a Primera con el Bocha Maschio. Mi debut fue en el famoso partido de la caldera, en 1999. Fuimos varios los que debutamos ese día. Parece un mito, pero era verdad: del vestuario local salía agua fría y no había plata para arreglarlo. Él dijo que había que viajar a Chile, jugar y traer esa plata. Que el club la necesitaba. Y también recuerdo patente que nos decía que nosotros éramos el futuro del club, que nos teníamos que romper el lomo por nuestra carrera, pero también porque Racing necesitaba vendernos para hacer plata y salvarse”.

Walter Fernández

(Integrante del equipo que consiguió el ascenso en 1985, campeón de la Supercopa 1988)

Wálter Fernández levanta la Supercopa ganada por Racing en 1988 tras vencer en la final a Cruzeiro

“Yo llegué desde Defensores de Belgrano, con otros chicos que también venían del ascenso. Nos encontramos con un grupo golpeado por no haber podido subir en 1984. Gustavo ya era Gustavo Costas, con un recorrido y una personalidad. Aunque también estaba Diego Castelló, Gustavo era un referente. Para todos los nuevos que llegamos era importante su apoyo, nos mostraba el club, nos contaba lo que significaba Racing. Yo lo recuerdo siempre junto a su padre, venía para los entrenamientos, los partidos. Después vino el Coco Basile con el Panadero Díaz, con todo lo que significan para Racing, y también ayudaron a generar esa identificación. Armamos un equipazo que ascendió y terminó con lo que fue la Supercopa 88 y la Copa Interamericana, que nunca le dieron bola pero la ganamos. Todo ese grupo sigue muy unido y ahora está muy movilizado. Hay cenas cada tanto y hay un grupo de WhatsApp que ahora está más activo. Por Gustavo, claro, pero también porque vemos muchas similitudes con el equipo más allá de que se da otra final con Cruzeiro. Veo a Arias y lo veo al Pato Fillol, veo a Juanfer y lo veo a Ruben Paz, veo a Salas y lo veo al Mencho Medina Bello. Yo me enojo, crítico cuando veo a Racing porque quedé identificado y de eso se trata la vida, que algo nos conmueva. Pero la verdad es que en estos partidos los muchachos jugaron con el honor como lo hicimos nosotros en aquella época”.

Julio Jorge Olarticoechea

(Surgido del club, campeón del mundo con la selección en México 86, compartió plantel con Costas entre 1988-90)

Julio Olarticoechea besa el césped del Cilindro; fue un destacado jugador de Racing en varios ciclos

Lo que recuerdo de mi segunda vuelta a Racing es que me sumé a un equipo campeón, a un gran plantel. Estaba el Pato Fillol, imaginate, Rubén Paz, grandes figuras. Gustavo era un chico de hablar poco, pero ahora veo que en el banco te transforma. El era muy tiempista, ordenado y astuto para salir jugando. Pero sobre todo era un tipazo, que es lo más importante para una persona. Yo creo que esa pasión que le mete en el banco se ve en los jugadores. Es un contagio, cuando el jugador ve a un apasionado, a un tipo con historia en el club resulta un plus para el equipo. Ese contagio ojalá lo puedan mostrar en la final. Racing es Racing, cuando la gente se enloquece y empieza a llenar las canchas se vuelve imparable. Yo lo viví. Es muy pasional el club. Y es lo que se arma ahora, en lo que también tiene su peso Costas. De aquel plantel de 1988/89/90 hay un grupo de WhatsApp que tiene bastante movimiento. Yo soy de participar poco, mandar saludos para los cumpleaños y hasta ahí. Pero lo leo, veo que se juntan a comer seguido. No es algo habitual que después de tantos años tengan ganas de seguir juntándose con los que fueron tus compañeros, pero pienso que es un poco lo que genera Racing y lo que generó ese equipo.

Jorge Reinoso

(Jugó con Costas en Racing entre 1989 y 1995, fue parte del subcampeón de la Supercopa 1992 que perdió la final ante Cruzeiro; en 1999 fue dirigido por Costas)

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“Llegué al club desde Instituto. Era un momento especial de Racing. Un caos. Pensá que yo firmé contrato y me volví al hotel. Al rato sonó el teléfono: había un amistoso en la cancha de Los Andes y me estaban esperando. Pero nadie me había avisado. Me tomé un taxi. Y Marchetta me mandó a jugar directo. Así que a Gustavo lo saludé por primera vez dentro de la cancha. Es así como se lo ve, aunque antes era igual de fanático pero más tranquilo. Es Racing puro, ama al club. Cuando perdíamos era doloroso para todos, pero realmente la amargura que se agarraba él era increíble. A veces salíamos a comer y el tema de la charla seguía siendo Racing. Él me decía: ‘Coquito, esto es Racing, no te quejés que nosotros nos fuimos a jugar alquilados una temporada a Mendoza’. Y me contaba historias del club que yo no sabía. Después pasó el tiempo y me tocó ser capitán. Junto a Gustavo hemos ido a Casa de Gobierno o a hablar con Carlos Ruckauf para ver qué iba a pasar con nosotros. No había un peso de verdad, poníamos el pecho y salíamos a jugar. Vos te ponés la camiseta y la tenés que defender. Pero fuera de la cancha la verdad que la padecimos. Era una lucha constante para cobrar, tenía que ir a hablar por la gente que cortaba el pasto, por Tita, por mis compañeros”.

Bruno Zuculini

(Surgido del Predio Tita, tiene 139 partidos con la camiseta de Racing y es uno de los capitanes del plantel actual de Costas; sus declaraciones fueron tomadas del canal oficial de Conmebol)

Bruno Zuculini, durante un encuentro de la Copa Sudamericana, frente a Red Bull Bragantino

“Es un gran apasionado de lo que hace y un entrenador muy simple. Con dos o tres informaciones por partido te resuelve lo que hay que hacer. Es un fanático de Racing, un efenrmo. Y lo transmite. En cada charla, en cada video transmite lo importante del camino que estamos haciendo, que lo disfrutemos, que no suele pasar. Bajo ese lema de soñarlo y de vivirlo estamos trabajando para cumplir el objetivo. Muchas veces cuenta historias de cuando jugaba. El fue campeón, fue capitán. Es un ídolo para Racing y para nosotros, los que salimos del club, es un espejo. Yo me siento reflejado, quiero salir campeón como le tocó a él. Está todo el tiempo cantando canciones. Sale del desayuno y te las canta, va cantando solo partecitas de la hinchada de Racing, mientras nosotros estamos tomando mate. Está todo el día viviendo esto, lo está disfrutando mucho. Se lo merece. Dejó todo por Racing. Ojalá que está alegría se transforme en gloria, que le podamos dar ese regalo a él y a su familia”.

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