Connect with us

POLITICA

Un presidente “mentiroso”, “cobarde” y “maltratador”: el retrato de la vocera de Alberto Fernández

Published

on



La exvocera de Alberto Fernández habla de un presidente “cobarde, maltratador y mentiroso”, que tiene un comportamiento compulsivo con las mujeres, es “violento” con su pareja y fue llevado al poder por un expresidente que a la vez lo desprecia y no lo deja gobernar. Pero dice que no es Alberto Fernández, sino Salvador Gómez. No es “el hijo de un juez”, sino de un senador y ha sido jefe de Gabinete, pero no de Néstor y Cristina Kirchner, sino de Pedro Sacristán. Eso sí: es profesor de la Facultad de Derecho y no tiene casa propia. Un amigo le presta desde hace años un departamento en Puerto Madero.

Escudada en un relato de ficción, la exvocera Gabriela Cerruti traza el perfil de un presidente que se parece demasiado al que ella conoció de cerca y que, a pesar de la deliberada intención de desacomodar algunas piezas de la historia y distorsionar ciertas biografías, se lee como un relato crudo de un gobierno ineficaz y corrupto, plagado de bajezas, aprietes, negociados, abusos e internas despiadadas.

Advertisement

Cerruti acaba de presentar en la Feria del Libro su primera novela, titulada El veneno del poder (editorial Sudamericana). Había pasado justamente inadvertida desde su lanzamiento, hace varias semanas: no hace falta ser crítico literario para darse cuenta de que es una obra menor, escrita en prosa vulgar, con giros previsibles y un ritmo narrativo un tanto desarticulado y errático. Pero el libro merece alguna atención, no por sus cualidades literarias, sino por eventuales confirmaciones que podrían asomar bajo el disfraz de la imaginación novelesca. Aun con maniobras distractivas y desvíos descabellados, es una trama que nos resulta demasiado familiar y cercana.

Las coincidencias entre el presidente Fernández y el presidente Gómez son tantas, y tan evidentes que obligan a formular una pregunta: ¿se esconde debajo de la novela la confesión de una vocera “arrepentida”?; ¿es la forma que encontró la exfuncionaria de bajarse de un barco hundido definitivamente tras las denuncias de corrupción y de violencia de género? La ficción, en este caso, más que un ejercicio creativo podría verse como un refugio para la cobardía: ¿se dice bajo la apariencia de una trama imaginaria lo que no se anima a decir “a cara descubierta”?

Alberto Fernández junto a Cerruti, Massa, Cafiero y otros funcionarios en un viaje a Bali. En el libro de Cerruti aparece una escena idéntica a la que se produjo durante ese periplo Presidencia

Retratado en este plano de ambigüedad, donde se cuenta, pero con una máscara, y se insinúa, pero sin hacerse cargo de una denuncia, el libro también expone a Cerruti a interrogantes éticos, aunque eso remita, para el kirchnerismo, a un territorio difuso. ¿No viola un pacto tácito de confidencialidad al describir, aun detrás de un antifaz, intimidades a las que tuvo acceso por la función que desempeñaba? Es un género polémico. Algunos escritores lo han transitado sin demasiados escrúpulos, pero con más talento y originalidad. En un plano más espinoso, ¿no se apela a la ficción para relatar hechos que hubiera estado obligada a denunciar en su momento?

Advertisement

Cerruti describe muchas circunstancias que, con nombres y detalles cambiados, son prácticamente un calco de las que reflejaron las crónicas periodísticas en el gobierno de Fernández: hay reuniones, viajes, internaciones y crisis que enfrenta Gómez en la novela y que vivió Fernández durante su mandato. “La pandemia fue su mejor momento. Tenía ochenta por ciento de popularidad, creía que era Churchill”, se burla en la página 73. Unos párrafos antes lo describe como un fabulador y un mentiroso compulsivo, con una vida personal desordenada, y torturado psicológicamente por la relación de sometimiento que tiene con un expresidente que lo puso en el lugar en el que está.

Las similitudes son demasiadas. Y si esos hechos supuestamente novelados son un espejo de la realidad, ¿por qué no lo serían otros? Cerruti cuenta, durante “el gobierno de Gómez”, aprietes a jueces, negocios oscuros y “arreglos” con periodistas: ¿es imaginación o recuerdo?

Habla de una primera dama con problemas de alcoholismo y depresión en el marco de una relación patológica con el presidente. Se llama Samantha y muere envenenada: una licencia supuestamente literaria para retratar un final traumático y desolador. Antes de matarla, en la página 116, le hace decir en referencia a su pareja: “No lo aguanto más. A veces lo quiero matar; a veces me quiero morir. Se volvió un monstruo, alguien muy horrible. Siempre fue pajero, y agrandado y mentiroso. Pero era dulce, me cuidaba”. También reproduce un diálogo entre ella y el presidente: “Salvador, te estoy hablando bien. No podés insultarme y maltratarme todos los días, todo el tiempo”.

Advertisement
Fabiola Yañez al salir del consulado argentino en Madrid, donde declaró contra Alberto Fernández por violencia de géneroFacundo Pechervsky

El relato parece, por momentos, escrito por una testigo que no se hace cargo, sin embargo, de haber estado ahí: toma distancia, incluso, del dogma kirchnerista y no está escrito en “lenguaje inclusivo”, aunque es el que la vocera utilizaba desde el atril oficial. ¿No había convicción en aquella jerga militante del “todos y todas”?

Hay una figura que, curiosamente, no existe en la novela: el presidente Gómez no tiene vocera ni tampoco portavoz, como a Cerruti le gustaba llamarse a sí misma. Se corre de una escena que ahora parece incomodarla, como si aparecer en la trama hubiera implicado una suerte de autoincriminación.

¿Hasta dónde sabía Cerruti lo que pasaba en el infierno de Olivos? “Se fueron consumiendo mutuamente en un círculo de violencia y humillación”, cuenta sobre la pareja presidencial en la página 152.

Advertisement

La autora apela a una especie de “licuadora” para mezclar la realidad y hacerla aparecer como ficción. El personaje que encarnaría a Javier Milei (Jaime Malson) surge de fusionar características e historias personales del propio Milei y de Mauricio Macri: en lugar de perros tiene gatos a los que adora como si fueran sus hijos. Fue arquero de un club de fútbol, pero también un playboy millonario que sufrió un secuestro extorsivo en los años noventa. La forma de enmascarar las cosas es un tanto obvia y rudimentaria. Eso hace que los personajes ficticios remitan a la realidad de un modo bastante lineal, aun cuando propone un cóctel de biografías entrecruzadas: Sacristán es Cristina, pero también es Néstor.

Hay un periodista (Leopoldo Valaguer) que juega su propio partido dentro del oficialismo: “Tiene hace muchos años un enfrentamiento público con el Cardenal por informaciones que esparció, pero que nunca pudo comprobar”. ¿Será una alusión a las falsas denuncias de Horacio Verbitsky contra Jorge Bergoglio? Siguen las referencias a ese mismo periodista “imaginario”: “Sus amigos dicen que fue un jefe guerrillero y sus enemigos, un colaboracionista con la dictadura militar. Lleva y trae entre Gómez y Sacristán (¿entre Alberto y Cristina?), como lo hizo entre el gobierno y la oposición más ferviente en los setenta, o entre los sindicatos y los intelectuales en los ochenta”. Después da más detalles: “Escribió algunos buenos libros y otros olvidables y una columna de opinión todos los domingos que en algunas épocas tuvo más impacto que en otras en los círculos de poder”. No es difícil imaginar a quién se refiere: “Tiene la imagen de sí mismo más generosa de todos los tiempos”. Lo más sabroso podría estar en esta línea: “Nunca habla de dinero, ni para él ni para sus medios. Para eso hay otros personajes menores”. ¿Había plata negra para los amigos? Como en el resto del libro, Cerruti parece saber de qué está hablando. También cuando lo presenta al periodista Valaguer como un influyente que ponía y sacaba funcionarios. Cuenta que al presidente le “vendieron” la idea de crear el Ministerio de la Mujer: “El problema vino cuando Gómez nombró en ese lugar a una abogada desconocida para el movimiento de mujeres: la propuso Valaguer porque era su amante”. ¿También hay mensajes e insinuaciones cifradas?

No cuenta nada que no se supiera o que no se sospechara. Pero lo cuenta alguien que estuvo ahí. Hace el retrato de un presidente pusilánime y entregado a cierto desenfreno adolescente, capaz de maltratar a otros, pero a la vez torturado por un sentimiento de inferioridad frente a alguien que lo llevó a la presidencia: “¿Por qué me importa tanto lo que piensa? Estoy a los abrazos con todos los presidentes del mundo, tengo las mujeres que se me antoja, gané con el setenta por ciento de los votos. Pero estoy esperando qué va a decir de mí. Obsesionado buscando que me elija, que me mire. Eso, solamente eso. Que Sacristán por fin, de una puta vez, me quiera”, dice el presidente Gómez en la página 214. “Gómez habla de Sacristán con el despecho del amor no correspondido”. Más adelante, en la página 285, lo cuenta la propia autora: “Sacristán lo detesta, lo desprecia profundamente. Al mirar a Salvador Gómez ve la confirmación de su mayor error: su incapacidad para dejar legado, para construir herederos”.

Advertisement
Cristina Kirchner y Alberto FernándezAlfredo Sábat

El libro desciende todo el tiempo a la melodía del folletín para describir uno de los costados más penosos del presidente: lo muestra inmaduro, irresponsable, adolescente, mientras chatea con mujeres a las que casi no conoce y a las que les pide fotos desnudas y las invita a Olivos: “¿Te gusto?”; “¿me querés?”, imagina (¿o reproduce?) Cerruti uno de esos chats.

“Gómez: un tibio, según sus enemigos; un moderado, de acuerdo con la visión de sus aliados; un conciliador, para los poderosos. Seguía siendo, sin embargo, el mismo mentiroso, mujeriego y desordenado hasta la estafa puertas adentro de su dormitorio”, lo describe en la primera parte del libro. Luego nos cuenta estos detalles: “La Agencia de Inteligencia sabe perfectamente cuáles son los puntos débiles de Gómez, y tiene registro pormenorizado de sus chats telefónicos, sus escapadas a la hora de la siesta y el desfile de personajes pintorescos por el despacho presidencial. Sabe perfectamente que allí graba videos, toca la guitarra, baila tangos, juega con los perros y posa disfrazado imitando a los próceres que lo miran desde los cuadros”. Parece agregarle detalles a aquel video de Alberto Fernández desde el sillón de Rivadavia: “Decime algo lindo”.

Un video grabado por el presidente Fernández en el despacho presidencialCaptura

No es en esos penosos pormenores donde Cerruti aporta algo que pueda resultarnos novedoso, pero tal vez sí cuando habla de la relación entre Gómez y el dinero. Hay que prestarle atención a un personaje central de la novela a la que también es fácil asociar con la pura y triste realidad. En el libro se llama Diana: fue pareja del presidente durante muchos años y se convirtió en una de las principales funcionarias de su gobierno. Es, a diferencia de Samantha, una mujer intelectualmente formada y con una trayectoria política propia. En la página 234, Cerruti describe así los sentimientos de Diana: “No puede ni sonreír. Está demudada, aunque disimula con compostura. Al final, no conocía nada a Salvador Gómez. Podía imaginarse que tuviera una enorme gama de problemas con mujeres, pero jamás hubiera pensado que él también manejaba dinero en valijas. El hombre decente, el hijo del senador… Aceptaba favores, eso sí. Pero uno nunca conoce del todo a las personas”.

Advertisement

Cerruti niega que Salvador Gómez tenga algo que ver con Alberto Fernández. Recurre a la muletilla de siempre: “Cualquier semejanza con seres conocidos será, sencillamente, porque en estos tiempos la realidad se parece demasiado a la ficción”. Dice que ella ha visto a otros presidentes que tenían comportamientos abusivos con mujeres. Se ha ubicado incluso como víctima de hombres que ya no pueden defenderse. Es evidente, sin embargo, que hasta el propio Alberto Fernández, a punto de enfrentar un juicio oral por violencia de género contra Fabiola Yañez, vería mucho de sí mismo en el retrato de Salvador Gómez. Si piensa en su exvocera, que levantaba el dedo desde el atril como una albertista fanática, quizá murmuraría lo mismo que dice Diana en la novela: “Uno nunca conoce del todo a las personas”. El kirchnerismo chapotea en el barro de las traiciones.

El libro quedará, probablemente, arrinconado en la mesa de saldos de la pseudoliteratura oportunista. Cualquiera que lo ojee recordará aquellos tiempos en los que la autora defendía lo indefendible y el país se avergonzaba de aquel presidente olvidado: ¿Gómez? ¿Fernández? La ficción, las máscaras y la impostura fueron las marcas de esa época.


Advertisement
Advertisement

POLITICA

Alejandro Fantino y la cronología de un comentario por el que Milei y Caputo tuvieron que salir a dar explicaciones

Published

on


Un episodio con el conductor Alejandro Fantino, uno de los periodistas favoritos de Javier Milei, derivó en un escándalo en el seno del poder libertario, que involucró al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, quien tuvo que salir a dar explicaciones de urgencia, y escaló hasta al propio Presidente.

En el streaming oficialista Neura, uno de los lugares habituales a los que asisten funcionarios de la Casa Rosada para comunicar, Fantino contó una conversación que había tenido con Caputo. En su comentario, el comunicador abordó los efectos del paquete de leyes que mandaron los gobernadores al Congreso para conseguir fondos nacionales, lo que había despertado más temprano el enojo de Milei contra los mandatarios provinciales.

Advertisement

Cuentas opositoras publicaron un video recortado de los dichos de Fantino, y se desató una fuerte polémica que derivó en una reacción de urgencia de la Casa Rosada, por las posibles consecuencias del escándalo en la credibilidad del plan económico libertario, eje del poder de sustentación que tiene el Presidente, justo en pleno año electoral.

A continuación, el comentario de Fantino en Neura, el corte editado que circuló por redes y las respuestas de Caputo y Milei.

La primera intervención

Todo empezó con los dichos de Fantino durante su programa en su streaming el miércoles 9 de julio. Cuando pasaron aproximadamente 20 minutos de arrancado el ciclo, el conductor abordó el proyecto que presentaron los gobernadores en el Congreso y la reacción contra los mandatarios provinciales que había tenido Milei por la mañana, cuando los acusó de querer “destruir al gobierno nacional”. En eso, aseguró que -según su información- el proyecto iba a caminar en el Senado, pero que la Casa Rosada trabajaba para que no avanzara en Diputados. Allí abordó las consecuencias negativas que podía tener la aprobación de estas iniciativas en el Congreso.

Advertisement
La advertencia de Alejandro Fantino a la militancia libertaria. Fuente: Neura Media

La transcripción: “Ojo, no vaya a ser cosa que en Senado salga, pero se caiga en Diputados porque no están los números. Infantería está laburando eso. El general [Martín] Menem está laburando eso. Sale en el Senado mañana [por hoy] pero se cae en Diputados. Y, como cierre, vamos a hablarlo y charlarlo entre todos. Te lo anuncian y te dicen hoy: ‘Mañana va a perder la aviación’. No le tienen fe mañana al Senado. Yo hablé con gobernadores: mañana sale… El Gobierno es un portaviones y mañana le van a meter cuatro misiles o dos misiles al portaviones: jubilados, presupuesto universitario. Todo el tiempo le van a misilear el Presupuesto, van a atacar el Presupuesto. Tienen cerebros tácticos ahí: [Emilio] Monzó, [Nicolás] Massot, [Miguel] Pichetto que va y que viene. Ahora están todos juntos y Milei como líder de este espacio dice: ‘Loco, va a haber momentos de muchísima zozobra. La vamos a pasar para el orto, sépanlo’. Lo digo 3.29 de la tarde, del 9 de julio: va a volar el riesgo país, va a superar holgadamente los 1000 puntos, el dólar se va a ir para arriba, seguramente el Gobierno tenga que intervenir en la banda porque va a tocar la banda de arriba, va a haber ruido en la calle, va a haber mucho ataque mediático y van a ser tres meses picantísimos. Pero si estamos todos preparados mentalmente y se llega bien a octubre, en diciembre esto cambia, porque [La Libertad Avanza] va a poner muchos más legisladores y, al ver eso, algunos gobernadores que están entre ir y no a la guerra van a poner lo que tienen que poner para apoyar al Gobierno. Y se va a transitar, creo yo, es cuántico, un 2026 relativamente tranquilo y un 2027 donde empiecen a aparecer inversiones, guita de YPF y tantos otros, con la posibilidad de que Javier vea el horizonte de una reelección hasta 2031. Pero esto es cuántico, lo aviso. Pero sépanlo, mañana empieza el baile muchachos. Ponen la música. A los que le gusta la batalla: mañana llegó”.

La segunda intervención

Más tarde, Fantino volvió sobre el tema y fue ahí que develó la charla en off the record que había tenido con Caputo y ahondó sobre estos efectos que derivarían de la aprobación del paquete de leyes de los gobernadores.

El video en el que Alejandro Fantino contó su off con Luis Caputo
El video en el que Alejandro Fantino contó su off con Luis Caputo

La transcripción: “Hablé con Toto Caputo, vamos a hablar abiertamente. Hablé con Toto Caputo casi una hora. Hoy Milei lo vuelve a decir y se los quiero contar por si discuten con algún mandril o también se angustian un poco. Lo que pase en los próximos días con respecto al dólar y los números que van a empezar a venir. Entonces, les voy a contar mi off con Toto Caputo. Se los voy a contar, voy a romper el off. Con Toto Caputo hablé. Mandrilandia, los ingenieros del caos de Mandrilandia, están necesitando meter un misil en un agujero que se llama superávit fiscal. Hay tres reactores de la nave espacial. Hay un reactor que se llama déficit de cuenta corriente; hay otro reactor que se llama tipo de cambio -síganme, porque lo hablé con Toto- y hay otro reactor que se puede llamar déficit o se puede llamar superávit fiscal. Hay un triángulo y tres reactores, y la nave de Javier va. Y atrás vienen los kukas, Mandrilandia, si fuese Galáctica los Cylons… Es Star Wars, tirándole. ¿Qué me dice Toto? Sigan esto porque hoy Javier lo explica rápido, le hacen la nota, lo apuran… Entonces, no se entiende. ¿Cuál es el déficit de cuenta corriente que tienen? 1,8. Cuál es el número donde cuando tenés ese déficit fiscal, ese déficit se te empieza a dar vuelta y volás por el aire. ‘Che, ¿a cuánta temperatura explota la nave espacial?’. Si tenés entre 12 y 18 de déficit de cuenta corriente. Es más, me cuenta una anécdota Toto. Que el otro día estaban juntos con el jefe del Banco Central de Paraguay, el día que se juntaron por el Mercosur, estaban hablando antes de empezar a tomar café y les dice Toto: ‘Che, ¿cuánto tienen ustedes de déficit de cuenta corriente?’. Y el tipo lo mira y le dice: ‘Me lo vas a preguntar porque leí los medios de la Argentina y los están matando porque tienen 1,8. Tenemos 4,2 y somos Investment Grade’. O sea que están muy por arriba catalogados de lo que es la Argentina, que no pudo pasar a país emergente. Estamos muy por debajo de cómo está catalogado por los organismos crediticios Paraguay. Y Paraguay tiene 4,2 de déficit de cuenta corriente. En Estados Unidos siempre se busca al tipo que vivió una crisis para manejar una empresa. Caputo lo sabe. Anoten esto: primer reactor 1,8 de temperatura. Para que explote ese reactor tiene que tener, como en Chernobyl, entre 12 y 18 de temperatura. ¿Cuánto tiene el de Javier? 1,8. Anótenlo.

Sigo con el otro. Ahora no pueden apuntar al déficit de cuenta corriente, porque no llegan ahí, entonces están apuntando al que pueden apuntar. Les explico el otro punto: tipo de cambio. La Argentina tiene tipo de cambio fijo. Está ahí entre bandas moviéndose, tienen la posibilidad de trabajar si está arriba de la banda o si está por abajo de la banda. Tampoco pueden entrar ahí.

Advertisement

Entonces, atacan el superávit. Cuando Macri voló por el aire, que le metieron la corrida, que el dólar se fue a la mierda, si no me equivoco tenía un déficit de cerca del 14. Porque, claro, la mujer del petiso… del runfla este, en el buen sentido, como nosotros, yo también soy runfla, hablador, entrador… Federico Salvai. La señora, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, los billeteaba permanentemente a los movimientos sociales. Iba el barbudo [Emilio] Pérsico y se iba con un camión volcador de guita. O sea, Stanley nunca puso freno a eso y el gobierno de Mauricio Macri, que le decían que estaba haciendo kirchnerismo de buenos modales, definitivamente hacía kirchnerismo de buenos modales porque nunca puso el freno y nunca frenó el déficit fiscal. Decían una cosa, pero hacían otras y así les fue: volaron por el aire. Entonces, el déficit fiscal de la Argentina cuánto es: cero. Es más, superávit fiscal.

Tenés un marcador arriba que para que explote al aire por la cantidad de temperatura debería estar entre 12 y 18 grados, y hoy está en 1,8. Tipo de cambio anclado, cambio fijo. Y el otro, importante, el superávit fiscal. Entonces, ¿qué te dice Toto Caputo? ¿Qué van a hacer? Y claro, papá, algo tenés que atacar. ¿Qué te queda para atacar? Tenés que cargar el misil, apuntarle a eso que dice superávit fiscal y tratar de empezar a bajar: que de superávit pase a déficit fiscal. Y mientras más déficit fiscal tengas, mejor para vos que estás atacando la nave de Milei.

Mandrilandia, o los gobernadores enojados, mañana [por hoy] comienzan a lanzarle los primeros misiles al reactor que es hoy superávit fiscal. Por eso Milei dice: ‘Voy a vetar eso. Tengo que poner un escudo protector ahí. Suponiendo que la Justicia tuviese tiempo, que nunca tuvo, y me tirara para adelante, me volteara los vetos y yo tuviese que poner en juego mi superávit fiscal…’. ¿Qué dice Javier permanentemente? Que el superávit fiscal no se negocia, ese reactor no se negocia, boludo, son tres reactores. Si un reactor empieza a andar mal, la nave se te pone de cabeza. Mientras los tres reactores estén andando bien es difícil que Mandrilandia te pueda lastimar, por eso intentan otras cosas.

Advertisement

Entonces, mañana es factible que salga el primer misil. Va a salir el primer misil, yo lo tengo a esta hora de la tarde. Suponiendo que todo funcionara mal, entrara el primer misil, le empezara a lastimar el superávit y pasara a ser déficit fiscal, y llegara a las elecciones con tres o cuatro puntos de déficit fiscal porque tenga que ponerla, Javier dice: ‘Tranquilos, vamos a bailar y la vamos a pasar muy mal de acá a diciembre, en octubre los paseo en chota, en diciembre juran los míos’. No va a alcanzar porque va a seguir en minoría, pero ahí se supone que va a haber algunos gobernadores que van a apoyar y van a ayudar. Pero dice Milei: ‘Guarda que se va a mover la nave, se van a sentir los misiles, vos que estás del otro lado vas a sentir, papito, eh. Si sos clase media, estabas viajando, habías pagado un viaje a Buzios para fin de año, olvidate, tal vez no puedas viajar. El dólar se va a ir arriba de la banda, va a tener que salir plata del Banco Central, el riesgo país se va a ir arriba de los 1100 puntos, los 1200 puntos. Los mercados nos van a catalogar muy mal’. Es lo que quieren: ruido, quilombo. Los grandes medios van a titular ‘tambalea’, ‘se cae’, ‘¿llega a octubre?’, ‘la caída de Javier Milei’; los editoriales de los diarios: ‘Las formas de Milei están llevando el país al cadalzo’. Y vos vas a tener que resistir, bomba para acá, humo, te van a cortar el brazo. Y vos tendrás que determinar qué vas a hacer: si te vas a asustar con eso y en octubre decir: ‘Pará, boludo, quiero que termine la guerra, se lo pongo al partido del Estado’. El partido del Estado lo va a hacer caer al avión rápidamente. Por ahí, si pueden, antes de las elecciones del 27. Y, si no, aterrizará el avión como lo aterrizó Macri, que se lo hicieron aterrizar dos caza al lado de los mandriles, dos caza mandriles que le hacían con las alas como diciendo ‘aterrice’ y lo dejaron aterrizar, aterrizó de pedo. Le hicieron la marcha de despedida en la 9 de Julio, la gente fue a aplaudir… aterrizó de pedo. Había dos simios arriba de los caza que le hacían ‘baje al avión’ y lo aterrizó. Y, como mandó históricamente el mandrilaje, a Massa no le bajaron el avión de pedo. Hicieron todo tan mal, pusieron tanta guita, tuvieron tanto déficit en ese reactor, que Massa se quedó sin combustible y sin reactores arriba. Lo aterrizó planeando al avión. Alberto se estaba haciendo tirar la goma en la cabina y el avión aterrizó, se bajó Sergio todo machucado, se sacó el casco y se fue a enfermería.

Eso es lo que está pasando ahora. ¿Cómo va a seguir esto? No lo sé, muchachos. Soy muy gráfico para los ejemplos, sí, claro, porque fui a buscar la fuente y acá se ríen todos en el chat. Posta, loco, se los estoy contando como es: se va a mover, sépanlo. Mirame, mirame a los ojos vos que estás del otro lado en el chat. Sí, se va a mover y mucho, va a ser bravo. Muy bravo. Y faltan los que te tiran con cuatro y medio Mahely: los movimientos de izquierda, los troskos. Estos te tiran al reactor con misiles cuánticos y abajo están los muchachos de izquierda que conocemos, todo el tiempo con un rifle Mahely. Te tiran con un Mahely, con un churrinche, pero te tiran. Son tribus menores, pero te tiran. Te tiran con un redondelito del ábaco. Esto es lo que va a pasar».

Cuando terminó el programa, cuentas de X opositoras al gobierno de Milei tomaron esos dos extensos tramos de los dichos de Fantino, los recortaron y mezclaron algunos pasajes. Quedó así el video final, de 2.09 minutos, que se viralizó por la red social:

Advertisement

La transcripción completa: “Hablé con Toto Caputo, vamos a hablar abiertamente. Hablé con Toto Caputo casi una hora. Y se los quiero contar por si se angustian un poco cuando vean lo que pase en los próximos días con respecto al dólar y los números que van a empezar a venir. Entonces, les voy a contar mi off con Toto Caputo. Voy a romper el off. Con Toto Caputo hablé. Hay tres reactores de la nave espacial. Hay un reactor que se llama déficit de cuenta corriente, hay otro reactor que se llama tipo de cambio -síganme, porque lo hablé con Toto- y hay otro reactor que se puede llamar déficit o se puede llamar superávit fiscal. ¿Qué dice Javier permanentemente? Que el superávit fiscal no se negocia. Ese reactor no se negocia, boludo, son tres reactores. Si un reactor empieza a andar mal, la nave se te pone de cabeza. Y suponiendo que todo funcionara mal y entrara el primer misil y le empezara a lastimar el superávit y pase a ser déficit fiscal, y llegara a las elecciones con tres o cuatro puntos de déficit fiscal porque tenga que ponerla, vamos a bailar y la vamos a pasar muy mal de acá a diciembre. Guarda que se va a mover la nave, se van a sentir los misiles. Vos que estás del otro lado vas a sentir papito, eh. Si sos clase media, estabas viajando, habías pagado un viaje a Buzios para fin de año, olvidate, tal vez no puedas viajar. El dólar se va a ir arriba de la banda, va a tener que salir plata del Banco Central, el riesgo país se va a ir arriba de los 1100 puntos, los 1200 puntos. ¿Cómo va a seguir esto? No lo sé, muchachos, soy muy gráfico para los ejemplos, sí, claro, porque fui a buscar la fuente y acá se ríen todos en el chat. Posta, loco, se los estoy contando como es: se va a mover, sépanlo. Mirame, mirame a los ojos vos que estás del otro lado en el chat. Sí, se va a mover y mucho, va a ser bravo. Muy bravo. La vamos a pasar para el orto, lo digo, 3.29 de la tarde del 9 de julio. Va a volar el riesgo país, va a superar holgadamente los 1000 puntos, el dólar se va a ir para arriba, seguramente el Gobierno tenga que intervenir en la banda porque va a tocar la banda de arriba, va a haber ruido en la calle, va a haber mucho ataque mediático y van a ser tres meses picantísimos”.

Anoticiados de que este corte comenzaba a circular masivamente por X, y ante la posibilidad de que genere ruido en la economía, los funcionarios del Palacio de Hacienda salieron a desmentirlo.

El primero fue el propio Caputo, a las 18.06. “Supongo que esto será IA o armado de alguna manera. Nada que sorprenda a esta altura… Va la aclaración: me llamó Alejandro para que le explicara el tema de la cuenta corriente, cómo impacta el turismo, y ya. Lo que le dije es lo contrario a lo que dice este clip. Lo mismo que dijo el Presidente hoy con [el periodista Luis] Majul. La macro está ordenada y por más que la política trate de generar lío no va a ser un problema. Eso es lo que hablamos y lo que pensamos con el Presidente y el equipo económico. No tengo duda que esto es fake, pero lo aclaro por las dudas. Feliz Día de la Patria», escribió el ministro, que compartió el video de las cuentas opositoras para negar que él le hubiera trazado un panorama apocalíptico a Fantino.

Advertisement

El tema solo fue en ascenso, por lo que después -a las 18.37- llegó otra publicación, en este caso del secretario de Finanzas, Pablo Quirno.

“Totalmente fake y armado. Estas capturas de pantalla que adjunto son del video original del programa. Si uno va al video original, en el minuto 22 al 26 (que serían las ‘3:29 de la tarde’ que indica Fantino) verá que no dice lo mismo que en el video subido por esta cuenta. Inclusive se notan los cortes en el video subido. Quieren romper todo, no van a poder. La Argentina será próspera”, sostuvo Quirno.

En realidad, a las 3.29 Fantino sí dice lo mismo que aparece en el video de las cuentas opositoras, pero estas cuentas lo ubican en otro momento del relato.

Advertisement

Con el escándalo ya desatado, Fantino también utilizó su cuenta de X para intentar aclarar sus dichos.

“Este es el video completo de mi editorial de hoy. Hicieron circular algo editado y armaron una operación berreta y de manual. Lo que dije hoy es todo lo contrario a lo que el video editado muestra. Tómense el tiempo de ver el video completo», pidió.

Sin embargo, el conductor publicó solo una parte de su exposición en el programa. Solo usó un extracto de su comentario y dejó fuera las expresiones que pronunció cuando apenas arrancaba el ciclo, y él empezaba a desarrollar el tema de la tensión entre los gobernadores y el Presidente.

Advertisement

De hecho eliminó los 21 segundos previos al tramo “completo” en el que se refiere al “off” con Caputo. En ese párrafo omitido dijo: “Hablé con Toto Caputo, vamos a hablar abiertamente. Hablé con Toto Caputo casi una hora. Hoy Milei lo vuelve a decir y se los quiero contar por si discuten con algún mandril o también se angustian un poco cuando vean lo que pase en los próximos días con respecto al dólar y con respecto a los números que van a empezar a venir”.

A la hora del mensaje de Fantino, Milei habló por primera vez del tema y aprovechó para atacar a la prensa, uno de sus blancos discursivos habituales, pese a que fue un sector que en esta discusión no tuvo ninguna injerencia.

En un descargo bajo el título Desmontando la opereta, el Presidente indicó: “Aquí el video complejo de lo que dijo Fantino. Le han tomado el gusto desde mi discurso en Davos en hacer cat [por cut] and paste para que las personas digan cosas que no dicen. A seguir peleando duro contra estas basuras que se dicen ‘periodistas’. Fin».

Advertisement

El Presidente sumó el video que había compartido Fantino, que no era la intervención completa sobre el tema.

Irritados en la Casa Rosada por el impacto que podían tener estas declaraciones de Fantino y el video opositor recortado sobre el rumbo económico decidieron que Caputo vaya a LN+ para calmar las aguas.

Así que, en pleno feriado por el Día de la Independencia, el ministro de Economía partió al canal de urgencia y fue entrevistado por Luis Majul.

Advertisement

“Hablamos por teléfono 20 minutos y lo que le dije fue casi exacto a lo que te dijo el Presidente a vos, fue lo opuesto [a lo de Fantino]”, le planteó Caputo a Majul, pasadas las 20.30.

“Por más que lo intenten no va a pasar nada, puede haber volatilidad, es todo, no va a pasar nada”, dijo.

Advertisement

actualidad política,arte y cultura,un collage

Continue Reading

POLITICA

El día que Menem echó a Zulema de la Quinta de Olivos: un matrimonio volcánico y la sospecha de cocodrilos en la pileta

Published

on


27 de mayo de 1990. Raúl Granillo Ocampo le alcanzó la página que había terminado de redactar. Carlos Menem, el presidente de la Nación, a diferencia de lo que solía hacer, leyó con cuidadosa atención el texto.

Mientras avanzaba asentía convencido con un movimiento de cabeza. Tomó la lapicera y firmó el decreto 1026 con fuerza, como con bronca. Antes de levantarse del sillón dijo bien fuerte, sin dirigirse a nadie en específico, para que se entendiera que todos estaban involucrados en la orden: “Cuando vuelva quiero esto solucionado ¡Esta casa es mía!”. Luego se fue a preparar para partir de viaje.

Advertisement

Leé también: “Menem”, un asfixiante thriller sobre el poder en el que Leo Sbaraglia y Griselda Siciliani se sacan chispas

La de viajar era una costumbre que ya provocaba comentarios en la calle. A Menem le gustaba realizar giras presidenciales por el mundo (en menos de un año había recorrido cuatro continentes y más de 20 países). En esta oportunidad parecía más un gusto que una urgencia diplomática. El periplo incluía Malasia, Tahití, Polinesia, Paraguay (reunión de la OEA) e Italia. Allí asistiría al partido inaugural del Mundial 90 que Camerún le iba a ganar a nuestra Selección.

En este momento comenzó a tomar forma el final que ocurriría 15 días después y que quedó inmortalizado como El día que Menem echó de Olivos a Zulema Yoma.

Advertisement

El día que Menem echó a Zulema y sus hijos de la Quinta de Olivos

El matrimonio entre Carlos Menem y Zulema Yoma llevaba ya 24 volcánicos años.

Se habían conocido en Damasco por un acuerdo familiar. La familia Yoma también era de La Rioja y los padres concertaron la pareja. La madre de Menem estaba preocupada por la relación que su hijo abogado y promisorio político mantenía desde hacía años con Ana María Luján, una mujer separada y con dos hijos. Parecía un amor intenso y genuino que se mantuvo por muchísimo tiempo, aun después del casamiento entre Carlos y Zulema. Ana María Luján terminó trabajando en la presidencia de Menem en una oficina muy cercana a la del presidente. El vínculo perduró por décadas. La funcionaria le dijo a Olga Wornat que los dos días más tristes de su vida habían sido el de la muerte de su padre y el del casamiento de Carlos con Zulema.

Pero, se sabe, esa no fue la única relación extramatrimonial de Menem. A lo largo de los años hubo actrices, funcionarias, mujeres que vivían en los lugares en los que estuvo detenido durante la Dictadura como Martha Meza, madre de Carlos Nair. Era un mujeriego que no solía ocultarlo, que se vanagloriaba de sus conquistas. Los regresos a su hogar -casi siempre regresaba- se convertían en batallas campales porque Zulema no era una mujer de resignarse.

Advertisement

Ya lanzado a la campaña presidencial -primero la interna contra Cafiero, después la elección nacional- Menem parecía desbocado. Surgían rumores, la gran mayoría ciertos, en las revistas del corazón cada semana. Era como si no quisiera dejar pasar la oportunidad de estar con cada una de las vedettes que veía en la televisión o el teatro de revistas. En 1987, Zulema presentó el pedido de divorcio que Menem no contestó; con la ayuda de jueces amigos la causa languideció.

Al aproximarse la elección que determinaría el sucesor de Alfonsín, Menem le pidió a Zulema que volviera junto a él. Era una cuestión de votos, pero no matrimoniales. La sociedad no veía con buenos ojos a los candidatos separados. Zulema regresó a su lado. Las causas fueron varias: la idea de que se había casado para toda la vida pese a las discusiones, los engaños y hasta los golpes, los dos hijos en común, la avidez de poder y su poder de negociación/presión para ubicar a sus familiares más cercanos en lugares estratégicos de la gestión: los Yoma desembarcarían en el gobierno y rodearían a Menem.

Zulema Yoma, exesposa del presidente Carlos Menem. (Foto: DyN)

La reconciliación “política” fue un fracaso. Las peleas eran cada vez más virulentas. En El Jefe, la biografía del expresidente que escribió Gabriela Cerruti, describe escenas de violencia de género. Otros aseguran que Carlitos Jr. llegó a amenazar con un arma a su padre si no dejaba de ejercer violencia sobre su madre, algunos dicen que no hubo arma pero sí una brutal pelea a golpes de puño entre padre e hijo por esta cuestión. Los más fantasiosos juran que Menem puso cocodrilos en la pileta de Olivos para que atacaran a su esposa.

Advertisement

Varios testigos dan cuenta de que ya como presidente, Menem quedó deslumbrado con la atracción que generaba el poder: “Soy mucho más lindo y alto que antes”, bromeaba. Las mujeres caían a sus pies. El Hotel Alvear de su amigo Mario Falak era la sede más habitual de esos encuentros clandestinos pero habituales.

Ya en 1990, antes de una recepción en la embajada paraguaya, cuentan que hubo una pelea feroz con Zulema en la que él le destrozó el vestido que ya tenía puesto para asistir a la gala y hasta la golpeó.

Una mañana de principios de mayo, Menem se levantó para ir a la Casa Rosada y ya no regresó. No le avisó nada a su Zulema, que pensó que a los pocos días se le pasaría.

Advertisement
El 8 de julio de 1989, Carlos Menem asumió la presidencia acompañado de su esposa Zulema Yoma. ( Foto: Alejandro Querol / AP)
El 8 de julio de 1989, Carlos Menem asumió la presidencia acompañado de su esposa Zulema Yoma. ( Foto: Alejandro Querol / AP)

La convivencia con Zulema Yoma, su esposa, se había tornado imposible. Nada nuevo. Lo había sido la mayoría de los 24 años que estuvieron casados. Las trifulcas eran constantes. Ahora, además, había un nuevo factor: las luchas de poder.

Después de pasar alguna noche en el Hotel Alvear y otras en casas de amigos, se había instalado en un departamento de Miguel Ángel Vicco, su secretario privado y empresario lechero.

Leé también: La escandalosa vida privada de Carlos Menem: pizza con champán, amores y unas cuantas lágrimas

Zulema descubrió que tenía la posibilidad de propalar sus quejas y sus críticas por los medios nacionales. Los entuertos matrimoniales del presidente interesaban a todo el mundo. Zulema les daba material del bueno: “Se fue uno de los primeros días de mayo a trabajar y nunca más volvió. Nunca me llamó. No se fue por una discusión ni porque nos tiramos los platos por la cabeza como otras veces. Se fue sin explicaciones, sin un grito. Una mujer puede entender cuando un marido se va dando un portazo. Nuestra relación no es ideal, nuestro matrimonio no es perfecto. Está cambiado, algo le pasa”. Zulema decía eso en público mientras en privado jugaba otras cartas.

Advertisement

Habían aparecido por toda la Ciudad de Buenos Aires afiches que decían “Lealtad al Presidente, pero no a los delincuentes”. Los firmaba el Comando de Moralización Peronista. Junto a ellos, otros que individualizaban culpables: Eduardo Pan de Azúcar Menem, José Luis Petroquímica Manzano, Roberto Cometa Dromi, Eduardo Guardapolvo Bauza (los apodos eran los negociados o cuentas sin declarar que se les atribuían). Al entorno presidencial le pareció ver los rastros de Zulema detrás de la movida. Lograron que el juez Marquevich iniciara una causa y desplazaron a Fassi Lavalle, Alberto Mazuchelli y otros funcionarios dependientes de Zulema. Los afiches habían salido de la imprenta de Fassi Lavalle.

A mediados de mayo, la revista política Somos de Editorial Atlántida, propiedad de su amigo Constancio Vigil, publicó un suelto en tapa: “Menem se separa de Zulema”. Una jugada con múltiples efectos. El editor le estaba haciendo un favor a su amigo (era mutuo: Vigil obtenía una gran primicia), ponía de sobre aviso a Zulema para evitar tener que decírselo en él en la cara y también preparaba a la opinión pública.

“La casa es mía. No es un bien ganancial”

Para el Tedeum del 25 de mayo, el Presidente se dio cuenta de que los atributos presidenciales habían quedado en Olivos. Los mandó pedir y a preguntar, con cierto tacto, si Zulema acudiría a la Catedral. Zulema ni siquiera respondió. Menem fue solo y con banda y bastón presidencial mulettos. Esa noche ordenó a Granillo Ocampo que preparara el decreto.

Advertisement

Algo similar ocurrió un par de días después cuando preparaba el equipaje para la gira presidencial que terminaría en el partido inaugural del Mundial. No tenía camisas, ni corbatas, ni trajes. Se pensaron varias alternativas para ingresar subrepticiamente a Olivos, hasta que se escuchó la voz enojada de Menem: “Soy el presidente de la Nación, carajo. Me puedo comprar lo que quiera”. Sus secretarios consiguieron que abrieran una exclusiva sastrería de la calle Alvear en plena madrugada y se llevaron una veintena de trajes, camisas y corbatas (y un sastre en la comitiva para arreglarlos).

Para el momento del inicio de esa gira, ya hacía varias semanas que Menem había dejado de vivir en la Quinta de Olivos. Pero en especial había dejado de tener control de lo que sucedía allí.

Zulema creyó que la pelea definitiva se daría al regreso de Menem de Italia, en un cara a cara que sería muy tenso. Hasta mandó a Carlitos y a Zulemita a Paraguay para que se encontraran con su padre y les asegurara que regresaría. Él les juró que lo haría y se fue al Mundial.

Advertisement

Pero Menem le tenía reservada una sorpresa a su esposa. La noche del 11 de junio Zulema y Zulemita durmieron en el departamento de la calle Posadas -que le atribuían a Ramón Hernández, otro secretario presidencial, pero que era de Zulema-, porque bien temprano la Primera Dama debía declarar ante Marquevich en la causa de los afiches. Al salir del juzgado, cuando llegaron a la puerta de la Quinta de Olivos, descubrieron que había policías, fuerzas militares y muy serio y envarado, al frente de todos, el Brigadier Antonietti, Jefe de la Casa Militar, al que Menem le había encargado la delicada tarea de evitar que Zulema ingresara a la Quinta. Había también muchos medios ¿Estaban allí porque esperaban alguna declaración de la mujer luego de pasar por Tribunales? ¿Los había llamado ella previendo que esto sucedería? ¿O los había convocado alguna fuente secreta de Presidencia para que el escándalo quedara registrado y Zulema se pusiera límites?

Alguien leyó el texto del Decreto 1026, el que el presidente había firmado antes de partir: “El acceso, el uso y la permanencia en la Residencia Presidencial quedan al arbitrio exclusivo del Presidente de la Nación”. Menem decidía quién entraba. O cómo lo dijo él poco después: “La casa es mía. No es un bien ganancial”.

Zulema comenzó a gritar. “Abuso de poder” era lo que más repetía con su usual energía y dureza enfundada en un jogging azul y blanco. “Debe ser porque hablo mucho de la corrupción. Por eso no me deja pasar. A mí no me gusta la corrupción”, decía con su característico énfasis. Rodeada por los periodistas que casi no la dejaban moverse apeló al argumento nacionalista: “¡Chicos, está la imagen del país. Ustedes son argentinos. Respeten al país!”.

Advertisement

De pronto se acercó a la mirilla de la puerta mientras el Brigadier la miraba con atención y con un tubo de gas paralizante en su mano, y los periodistas estiraban cada vez más sus brazos para captar cada palabra con sus micrófonos y grabadores. Carlos Jr., su hijo, estaba dentro. “No me dejan salir, mamá” dijo el joven. Ella volvió a gritar: “¡Tienen secuestrado al hijo del presidente! ¡En democracia! ¡Es un escándalo”.

Tenía razón Zulema: era un gran escándalo. Su hija le dijo que se fueran de ahí. Había visto una ambulancia estacionada muy cerca y tenía temor de que la subieran a ella y la hicieran pasar por insana, que la internaran en una clínica psiquiátrica, amenaza que más de una vez había deslizado Menem. Ella, como antes su marido, se terminó yendo con lo puesto.

Apenas ellas se retiraron hacia el departamento de la calle Posadas en el auto en el que habían llegado, se abrió el portón de la Quinta. Y salió Carlos Jr., el supuesto secuestrado, manejando un auto de un rojo refulgente.

Advertisement

Menem volvió al país al día siguiente y esquivó las preguntas con su simpatía y liviandad habitual. Eran otros tiempos y nadie hablaba de violencia de género. En algún momento, en el programa de Neustadt, se puso solemne y quiso mostrarlo como un servicio público: “Entre mi familia y la patria, elijo a la patria”.

El portugués Fernando Pessoa alguna vez escribió que todas las cartas de amor son ridículas y que no serían cartas de amor si no fueran ridículas. En este caso podemos decir que los telegramas de desamor también lo son. Se cruzaron telegramas en medio de la batalla. Zulema lo acusó por medio fehaciente de abandono agravado, injuria gravísima y conducta ilícita. La respuesta de Menem fue acusarla de interferir en los asuntos del gobierno y condicionarlo políticamente: “Resulta inaceptable tu pertinaz interferencia, tus actitudes públicamente asumidas, sola o con terceros, desautorizando o poniendo en tela de juicio mi desempeño o la de colaboradores de gobierno”, decía otra parte del mensaje. Hubo una misiva más, la escrita por Carlitos. Le reprochaba al padre haberlos “echado como a un perro”.

El caso fue tan escandaloso que ocupó la portada de todas los diarios y revistas desplazando al Mundial 90 y al equipo recauchutado de Carlos Bilardo.

Advertisement

Muchos años después, en un almuerzo con Mirtha Legrand, Zulema Yoma dijo que no había tenido ni un día feliz en ese matrimonio, exceptuando los de los nacimientos de sus hijos. Al rato, como explicándose, concluyó: “La familia es sagrada”.

La pareja se terminó divorciando legalmente en 1995, después de la muerte de Carlos Junior. En esos trágicos momentos se los vio juntos y apoyándose. Luego Zulema acusaría a Menem de encubrir el asesinato de su hijo.

En 2020 poco antes de la muerte del expresidente un rumor recorrió las redacciones. Zulema y Menem volverían a casarse. Ella estaba viviendo en la casa de él y lo cuidaba dado su frágil estado de salud. Pero la boda no se consumó.

Advertisement

Zulema, pese a todo, fue y será la mujer de mi vida. Nunca hubiera sido presidente si no fuera por ella”, les decía Menem a los pocos periodistas que lo visitaban. Ella afirmaba que él había sido su único amor.

Carlos Menem murió el 14 de febrero de 2021. Tenía 91 años. Y a su lado estaba Zulema Yoma.

Carlos Menem, carlos saúl menem, Zulema Menem

Advertisement
Continue Reading

POLITICA

El duro discurso de Pablo Blanco contra Patricia Bullrich y Javier Milei

Published

on



El senador nacional por la Unión Cívica Radical (UCR), Pablo Blanco, apuntó este jueves desde el Senado contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el presidente Javier Milei. Durante su enardecido discurso en el recinto, el referente radical admitió estar arrepentido de haber acompañado a la actual funcionaria durante su candidatura a presidenta desde Juntos por el Cambio. Además, calificó a Milei como “rey” o “emperador”.

Las palabras de Blanco se dieron en el marco de una sesión cargada marcada por fuertes tensiones. Desde el oficialismo aseguran que aún cuando se consiguió quórum -42 senadores se sentaron en sus bancas- hoy para tratar distribución de fondos para las provincias, aumentos a jubilados, prórroga moratoria y emergencia por discapacidad, la convocatoria no fue oficializada por la titular de la Cámara, Victoria Villarruel.

Advertisement

Al hacer uso de la palabra, Blanco le respondió en principio a Ezequiel Atauche, jefe del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en el Senado, quien aseguró que el actual encuentro es inválido: “Algunos son muy nuevos. Seguramente no han tenido tiempo de analizar un poco el funcionamiento del Senado desde la recuperación de la democracia. Si lo hubieran hecho, no pueden decir que es la primera vez que se autoconvoca a una sesión”.

“Yo trato siempre de ser respetuoso. Pero hay cosas que me sacan. No se puede ser tan cara de piedra de venir a plantear en este recinto que 70 senadores están avasallando una institución”, lanzó el diputado opositor. E ironizó, con un dardo a Milei: “Creo yo que estamos en democracia. Salvo que acá en noviembre del 2023 se haya cambiado el sistema de funcionamiento de la Argentina y vivamos con un emperador [Javier Milei]”.

Advertisement

Durante el resto de su discurso, Blanco puso el foco en Bullrich, quien minutos antes del arranque del debate había planteado en X: “Hoy el kirchnerismo planea un golpe institucional en el Senado, plantándole a la Vicepresidente una sesión autoconvocada para arrebatarle el poder a la Presidencia del Senado y agujerear los éxitos económicos del gobierno que tanto nos han costado a los argentinos. No se puede permitir. Están planteando un golpe institucional. Las instituciones, las normas y la República se respetan”.

“No podemos ser corresponsables de las barbaridades que dice alguien que yo apoyé para que sea presidenta. Dice que hoy estamos haciendo un golpe institucional al país. ¿De dónde salió Patricia Bullrich con esas apreciaciones de que el funcionamiento del Congreso es un golpe institucional? En todo caso, el golpe institucional lo están haciendo ellos, que hacen caso omiso a lo que lo que dice el Congreso de la Nación. Se aprueba una ley por unanimidad en Diputados y el Senado, y el rey del país“, le contestó el diputado de la UCR.

Y chicaneó: “¿De dónde salió Patricia Bullrich? ¿Quién se cree que es? Me arrepiento de haberla acompañado. No es la misma que hacía campaña, no era la que defendía el respeto a las instituciones y la división de poderes. La cambiaron. Ahora se puso violeta (en referencia a su paso del Pro a La Libertad Avanza)“.

Advertisement

“No voy a permitir que una ministra mienta. Nosotros tenemos que funcionar, nos quieren tapar la boca pero no pueden. Dicen ‘ahí están los kirchneristas’. Yo no soy kirchnerista. ¿Cuál es la diferencia con la gestión actual en el funcionamiento del Senado? Muy poca. En la gestión anterior, el Senado funcionaba cuando a la presidenta le interesaban los temas. Ahora cuando le interesa al Ejecutivo“, sostuvo sobre el final de su alocución.

Y completó: “Uno ya es grande. No estoy hasta esta altura de mi vida para que me venga a tomar el pelo alguien que vive renegando del kirchnerismo y de La Cámpora, y que hasta hace dos años atrás era integrante de La Cámpora. Que no me venga a faltar el respeto. Que no venga a decir que el Senado de la Nación está haciendo un golpe institucional. Que se ponga donde se tenga que poner y se haga cargo. Tiene que dar la cara y tener lo que hay que tener entre las piernas para defender a su gobierno y no esconderse detrás de las cortinas”.


senado, villaruel, politica, jubilaciones, emergencia en bahía blanca, ypf

Advertisement
Continue Reading

LO MAS LEIDO

Tendencias

Copyright © 2025 NDM - Noticias del Momento | #Noticias #Chimentos #Política #Fútbol #Economía #Sociedad