POLITICA
Un presidente “mentiroso”, “cobarde” y “maltratador”: el retrato de la vocera de Alberto Fernández
La exvocera de Alberto Fernández habla de un presidente “cobarde, maltratador y mentiroso”, que tiene un comportamiento compulsivo con las mujeres, es “violento” con su pareja y fue llevado al poder por un expresidente que a la vez lo desprecia y no lo deja gobernar. Pero dice que no es Alberto Fernández, sino Salvador Gómez. No es “el hijo de un juez”, sino de un senador y ha sido jefe de Gabinete, pero no de Néstor y Cristina Kirchner, sino de Pedro Sacristán. Eso sí: es profesor de la Facultad de Derecho y no tiene casa propia. Un amigo le presta desde hace años un departamento en Puerto Madero.
Escudada en un relato de ficción, la exvocera Gabriela Cerruti traza el perfil de un presidente que se parece demasiado al que ella conoció de cerca y que, a pesar de la deliberada intención de desacomodar algunas piezas de la historia y distorsionar ciertas biografías, se lee como un relato crudo de un gobierno ineficaz y corrupto, plagado de bajezas, aprietes, negociados, abusos e internas despiadadas.
Cerruti acaba de presentar en la Feria del Libro su primera novela, titulada El veneno del poder (editorial Sudamericana). Había pasado justamente inadvertida desde su lanzamiento, hace varias semanas: no hace falta ser crítico literario para darse cuenta de que es una obra menor, escrita en prosa vulgar, con giros previsibles y un ritmo narrativo un tanto desarticulado y errático. Pero el libro merece alguna atención, no por sus cualidades literarias, sino por eventuales confirmaciones que podrían asomar bajo el disfraz de la imaginación novelesca. Aun con maniobras distractivas y desvíos descabellados, es una trama que nos resulta demasiado familiar y cercana.
Las coincidencias entre el presidente Fernández y el presidente Gómez son tantas, y tan evidentes que obligan a formular una pregunta: ¿se esconde debajo de la novela la confesión de una vocera “arrepentida”?; ¿es la forma que encontró la exfuncionaria de bajarse de un barco hundido definitivamente tras las denuncias de corrupción y de violencia de género? La ficción, en este caso, más que un ejercicio creativo podría verse como un refugio para la cobardía: ¿se dice bajo la apariencia de una trama imaginaria lo que no se anima a decir “a cara descubierta”?
Retratado en este plano de ambigüedad, donde se cuenta, pero con una máscara, y se insinúa, pero sin hacerse cargo de una denuncia, el libro también expone a Cerruti a interrogantes éticos, aunque eso remita, para el kirchnerismo, a un territorio difuso. ¿No viola un pacto tácito de confidencialidad al describir, aun detrás de un antifaz, intimidades a las que tuvo acceso por la función que desempeñaba? Es un género polémico. Algunos escritores lo han transitado sin demasiados escrúpulos, pero con más talento y originalidad. En un plano más espinoso, ¿no se apela a la ficción para relatar hechos que hubiera estado obligada a denunciar en su momento?
Cerruti describe muchas circunstancias que, con nombres y detalles cambiados, son prácticamente un calco de las que reflejaron las crónicas periodísticas en el gobierno de Fernández: hay reuniones, viajes, internaciones y crisis que enfrenta Gómez en la novela y que vivió Fernández durante su mandato. “La pandemia fue su mejor momento. Tenía ochenta por ciento de popularidad, creía que era Churchill”, se burla en la página 73. Unos párrafos antes lo describe como un fabulador y un mentiroso compulsivo, con una vida personal desordenada, y torturado psicológicamente por la relación de sometimiento que tiene con un expresidente que lo puso en el lugar en el que está.
Las similitudes son demasiadas. Y si esos hechos supuestamente novelados son un espejo de la realidad, ¿por qué no lo serían otros? Cerruti cuenta, durante “el gobierno de Gómez”, aprietes a jueces, negocios oscuros y “arreglos” con periodistas: ¿es imaginación o recuerdo?
Habla de una primera dama con problemas de alcoholismo y depresión en el marco de una relación patológica con el presidente. Se llama Samantha y muere envenenada: una licencia supuestamente literaria para retratar un final traumático y desolador. Antes de matarla, en la página 116, le hace decir en referencia a su pareja: “No lo aguanto más. A veces lo quiero matar; a veces me quiero morir. Se volvió un monstruo, alguien muy horrible. Siempre fue pajero, y agrandado y mentiroso. Pero era dulce, me cuidaba”. También reproduce un diálogo entre ella y el presidente: “Salvador, te estoy hablando bien. No podés insultarme y maltratarme todos los días, todo el tiempo”.
El relato parece, por momentos, escrito por una testigo que no se hace cargo, sin embargo, de haber estado ahí: toma distancia, incluso, del dogma kirchnerista y no está escrito en “lenguaje inclusivo”, aunque es el que la vocera utilizaba desde el atril oficial. ¿No había convicción en aquella jerga militante del “todos y todas”?
Hay una figura que, curiosamente, no existe en la novela: el presidente Gómez no tiene vocera ni tampoco portavoz, como a Cerruti le gustaba llamarse a sí misma. Se corre de una escena que ahora parece incomodarla, como si aparecer en la trama hubiera implicado una suerte de autoincriminación.
¿Hasta dónde sabía Cerruti lo que pasaba en el infierno de Olivos? “Se fueron consumiendo mutuamente en un círculo de violencia y humillación”, cuenta sobre la pareja presidencial en la página 152.
La autora apela a una especie de “licuadora” para mezclar la realidad y hacerla aparecer como ficción. El personaje que encarnaría a Javier Milei (Jaime Malson) surge de fusionar características e historias personales del propio Milei y de Mauricio Macri: en lugar de perros tiene gatos a los que adora como si fueran sus hijos. Fue arquero de un club de fútbol, pero también un playboy millonario que sufrió un secuestro extorsivo en los años noventa. La forma de enmascarar las cosas es un tanto obvia y rudimentaria. Eso hace que los personajes ficticios remitan a la realidad de un modo bastante lineal, aun cuando propone un cóctel de biografías entrecruzadas: Sacristán es Cristina, pero también es Néstor.
Hay un periodista (Leopoldo Valaguer) que juega su propio partido dentro del oficialismo: “Tiene hace muchos años un enfrentamiento público con el Cardenal por informaciones que esparció, pero que nunca pudo comprobar”. ¿Será una alusión a las falsas denuncias de Horacio Verbitsky contra Jorge Bergoglio? Siguen las referencias a ese mismo periodista “imaginario”: “Sus amigos dicen que fue un jefe guerrillero y sus enemigos, un colaboracionista con la dictadura militar. Lleva y trae entre Gómez y Sacristán (¿entre Alberto y Cristina?), como lo hizo entre el gobierno y la oposición más ferviente en los setenta, o entre los sindicatos y los intelectuales en los ochenta”. Después da más detalles: “Escribió algunos buenos libros y otros olvidables y una columna de opinión todos los domingos que en algunas épocas tuvo más impacto que en otras en los círculos de poder”. No es difícil imaginar a quién se refiere: “Tiene la imagen de sí mismo más generosa de todos los tiempos”. Lo más sabroso podría estar en esta línea: “Nunca habla de dinero, ni para él ni para sus medios. Para eso hay otros personajes menores”. ¿Había plata negra para los amigos? Como en el resto del libro, Cerruti parece saber de qué está hablando. También cuando lo presenta al periodista Valaguer como un influyente que ponía y sacaba funcionarios. Cuenta que al presidente le “vendieron” la idea de crear el Ministerio de la Mujer: “El problema vino cuando Gómez nombró en ese lugar a una abogada desconocida para el movimiento de mujeres: la propuso Valaguer porque era su amante”. ¿También hay mensajes e insinuaciones cifradas?
No cuenta nada que no se supiera o que no se sospechara. Pero lo cuenta alguien que estuvo ahí. Hace el retrato de un presidente pusilánime y entregado a cierto desenfreno adolescente, capaz de maltratar a otros, pero a la vez torturado por un sentimiento de inferioridad frente a alguien que lo llevó a la presidencia: “¿Por qué me importa tanto lo que piensa? Estoy a los abrazos con todos los presidentes del mundo, tengo las mujeres que se me antoja, gané con el setenta por ciento de los votos. Pero estoy esperando qué va a decir de mí. Obsesionado buscando que me elija, que me mire. Eso, solamente eso. Que Sacristán por fin, de una puta vez, me quiera”, dice el presidente Gómez en la página 214. “Gómez habla de Sacristán con el despecho del amor no correspondido”. Más adelante, en la página 285, lo cuenta la propia autora: “Sacristán lo detesta, lo desprecia profundamente. Al mirar a Salvador Gómez ve la confirmación de su mayor error: su incapacidad para dejar legado, para construir herederos”.
El libro desciende todo el tiempo a la melodía del folletín para describir uno de los costados más penosos del presidente: lo muestra inmaduro, irresponsable, adolescente, mientras chatea con mujeres a las que casi no conoce y a las que les pide fotos desnudas y las invita a Olivos: “¿Te gusto?”; “¿me querés?”, imagina (¿o reproduce?) Cerruti uno de esos chats.
“Gómez: un tibio, según sus enemigos; un moderado, de acuerdo con la visión de sus aliados; un conciliador, para los poderosos. Seguía siendo, sin embargo, el mismo mentiroso, mujeriego y desordenado hasta la estafa puertas adentro de su dormitorio”, lo describe en la primera parte del libro. Luego nos cuenta estos detalles: “La Agencia de Inteligencia sabe perfectamente cuáles son los puntos débiles de Gómez, y tiene registro pormenorizado de sus chats telefónicos, sus escapadas a la hora de la siesta y el desfile de personajes pintorescos por el despacho presidencial. Sabe perfectamente que allí graba videos, toca la guitarra, baila tangos, juega con los perros y posa disfrazado imitando a los próceres que lo miran desde los cuadros”. Parece agregarle detalles a aquel video de Alberto Fernández desde el sillón de Rivadavia: “Decime algo lindo”.
No es en esos penosos pormenores donde Cerruti aporta algo que pueda resultarnos novedoso, pero tal vez sí cuando habla de la relación entre Gómez y el dinero. Hay que prestarle atención a un personaje central de la novela a la que también es fácil asociar con la pura y triste realidad. En el libro se llama Diana: fue pareja del presidente durante muchos años y se convirtió en una de las principales funcionarias de su gobierno. Es, a diferencia de Samantha, una mujer intelectualmente formada y con una trayectoria política propia. En la página 234, Cerruti describe así los sentimientos de Diana: “No puede ni sonreír. Está demudada, aunque disimula con compostura. Al final, no conocía nada a Salvador Gómez. Podía imaginarse que tuviera una enorme gama de problemas con mujeres, pero jamás hubiera pensado que él también manejaba dinero en valijas. El hombre decente, el hijo del senador… Aceptaba favores, eso sí. Pero uno nunca conoce del todo a las personas”.
Cerruti niega que Salvador Gómez tenga algo que ver con Alberto Fernández. Recurre a la muletilla de siempre: “Cualquier semejanza con seres conocidos será, sencillamente, porque en estos tiempos la realidad se parece demasiado a la ficción”. Dice que ella ha visto a otros presidentes que tenían comportamientos abusivos con mujeres. Se ha ubicado incluso como víctima de hombres que ya no pueden defenderse. Es evidente, sin embargo, que hasta el propio Alberto Fernández, a punto de enfrentar un juicio oral por violencia de género contra Fabiola Yañez, vería mucho de sí mismo en el retrato de Salvador Gómez. Si piensa en su exvocera, que levantaba el dedo desde el atril como una albertista fanática, quizá murmuraría lo mismo que dice Diana en la novela: “Uno nunca conoce del todo a las personas”. El kirchnerismo chapotea en el barro de las traiciones.
El libro quedará, probablemente, arrinconado en la mesa de saldos de la pseudoliteratura oportunista. Cualquiera que lo ojee recordará aquellos tiempos en los que la autora defendía lo indefendible y el país se avergonzaba de aquel presidente olvidado: ¿Gómez? ¿Fernández? La ficción, las máscaras y la impostura fueron las marcas de esa época.
POLITICA
Fondos de ATN: de aprobarse la ley de los gobernadores, Buenos Aires sería la principal beneficiada
Los gobernadores tienen “millones” de razones para que el Congreso apruebe cuanto antes el proyecto de ley de su autoría que obligaría al Gobierno a coparticipar de manera diaria y automática el Fondo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Se trata de una caja millonaria –este año recaudaría cerca de $1 billón– que actualmente retiene en su totalidad la Nación y reparte solo una pequeña parte entre las provincias de manera arbitraria.
El proyecto que tiene media sanción del Senado elimina la discrecionalidad política en la distribución de los ATN al plantear un mecanismo automático de reparto acorde a la ley de coparticipación. Así, de ser convertido en ley a la Nación le correspondería el 41,2% de ese fondo mientras que el 58,8% restante se repartiría entre las provincias según los coeficientes de coparticipación. Serían millones de pesos adicionales que recibirían diariamente todos los gobernadores mientras que la Nación solo retendrá un porcentaje, no ya la totalidad del fondo.
Por ser la provincia con mayor índice de coparticipación (21,2%), Buenos Aires recibiría la mayor tajada del fondo de los ATN. Si el proyecto fuese aprobado hoy, al gobernador Axel Kicillof le corresponderían $70.971 millones adicionales durante el segundo semestre de este año, una cifra que supera con creces lo que recibió en promedio su provincia en ATN desde que asumió el gobierno libertario.
En efecto, según detalla la Fundación Mediterránea en un exhaustivo informe, en los últimos 18 meses Buenos Aires recibió en promedio $3.636 millones de ATN por parte del Ministerio del Interior. Ergo, si el proyecto de los gobernadores fuese convertido en ley recibiría un adicional de $67.336 millones. En el podio le siguen Santa Fe y Córdoba: a esta última provincia, de no recibir un peso de ATN desde que asumió Milei pasaría a cobrar $28.697 millones de aquí a fin de año. Santa Fe, en cambio, ya recibió $4.236 millones pero con la ley recibiría siete veces más, $28.883 millones.
Casi todas las provincias se verían beneficiadas este año si se sancionase la ley; la única excepción sería Chubut, señala la Fundación Mediterránea: en lo que va de la gestión libertaria la provincia que comanda Ignacio Torres recibió $5438 millones promedio en ATN, cifra que supera lo que le correspondería en el segundo semestre del año con la ley aprobada.
Más allá de la excepción de Chubut –que sería solo por un semestre-, todos los gobernadores se regodean con la perspectiva de una pronta sanción del proyecto. Serían miles de millones que gotearán diariamente a las arcas provinciales para hacer frente a las estrecheces que les impone la gestión libertaria. De allí la decisión –inédita- de unir filas y dar el primer golpe en el Senado, donde el proyecto salió aprobado con más de los dos tercios de los votos.
La pelota queda ahora en manos de la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene un mayor margen de maniobra con Pro, la UCR y los legisladores aliados que no tienen terminales en gobernadores. Confía también disuadir a los gobernadores más afines con acuerdos electorales y provocar, así, una cuña en la ofensiva.
De todas maneras, no parece una tarea sencilla: los gobernadores se juramentaron no romper la unidad y jugar la partida hasta el final. Insisten en que el proyecto no alterará el equilibrio fiscal, el argumento que agita el Gobierno para rechazarlo. Sostienen que el Fondo de ATN se nutre de recursos que no son de la Nación y que este cambio normativo no afectará los recursos ni la sustentabilidad de las finanzas nacionales.
En su informe, la Fundación Mediterránea estima que, en efecto, de sancionarse esta ley el impacto fiscal sería del 0,05% del PBI para este año. “La distribución automática entre Nación y Provincias del fondo ATN es una alternativa mucho más eficiente que el esquema actual y tiene un impacto presupuestario acotado en el gobierno nacional. Representa una fracción pequeña del superávit financiero proyectado. Pero para que el proyecto contribuya al desarrollo es clave que esos recursos adicionales no se destinen a aumentar el gasto corriente sino a dinamizar reformas que mejoren la competitividad de la producción nacional”, advierte en su informe.
Doble discrecionalidad
Los gobernadores insisten en que los ATN deberían ser coparticipados ya que se nutren de recursos tributarios. En efecto, este fondo se forma por un 1% de la masa coparticipable neta, a lo que se agrega un 1% de la porción coparticipable del Impuesto a los Bienes Personales. Quiere decir que el fondo se forma automáticamente a partir de la recaudación de impuestos que se sacan de la coparticipación, pero es el gobierno nacional quien discrecionalmente decide cuándo y a qué jurisdicción dirigir los recursos.
Originalmente este fondo fue concebido para atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros de las provincias y es Ministerio del Interior el encargado de su asignación. Empero, desde el gobierno de Carlos Menem en adelante los ATN fueron distribuidos de manera discrecional entre las provincias.
En rigor, hay una doble discrecionalidad. Primero, porque la Nación solo reparte una mínima porción de ese fondo. El resto lo retiene el Tesoro Nacional. De esa mínima porción viene la segunda discrecionalidad, que es la distribución de ATN entre las provincias según su grado de afinidad con el gobierno de turno.
Según la Fundación Mediterránea, entre 2017 y 2025 se transfirió, en promedio, un 26% de los ingresos de fondos de cada año. “Es decir, la tradición es una gran sub ejecución o, dicho de otra manera, que la Nación se apropia de la mayor parte de los recursos que ingresan al fondo. La excepción se da entre 2020 y 2023 cuando la distribución alcanzó un 89% de los fondos devengados, guarismo especialmente influido por la pandemia”, señala.
“Si se considera el período comprendido entre enero de 2017 y junio de 2025, el fondo ATN acumuló ingresos por un total de $8,6 billones (en valores de 2025), de los cuales se transfirieron a provincias cerca de la mitad (48%), mientras que el resto quedó acumulado en las cuentas del gobierno nacional”, agrega.
“En definitiva –sostiene- las evidencias muestran que el fondo ATN es una de las varias deficiencias que adolece el régimen de coparticipación federal de impuestos. Por un lado, porque la tradición es que se sub ejecute, quedando una porción importante de los recursos en las arcas nacionales. Por el otro, por los incentivos perversos que genera la discrecionalidad, estimulado comportamientos oportunistas y la utilización de fondos públicos para inducir o premiar apoyos políticos. Finalmente, porque resultó poco efectivo para afrontar casos de emergencia tal como lo establece la letra de la ley.”
POLITICA
El gobernador de Chubut se presentará en Nueva York para interferir en el embargo sobre las acciones de YPF
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, informó que su provincia se presentará ante la Corte de Apelaciones de Nueva York para solicitar formalmente el levantamiento del embargo impuesto sobre las acciones de YPF que le corresponden a jurisdicciones productoras de hidrocarburos. Torres enfatizó que esas acciones no forman parte de la demanda contra Argentina y, por tanto, no deberían estar embargadas. “Vamos a plantarnos y defender hasta las últimas consecuencias lo que es patrimonio de nuestra provincia”.
La controversia surge tras un fallo del 30 de junio dictado por la jueza Loretta Preska, quien ordenó al Estado nacional transferir el 51% de las acciones de YPF a un grupo de fondos inversores que habían obtenido una sentencia condenatoria contra el país por la expropiación de la empresa en 2012. Esa sentencia exigía un pago de 16.100 millones de dólares más intereses.
CON CHUBUT, NO SE JODE
Mientras otros se borran, nosotros damos la cara y defendemos lo que es nuestro, hasta las últimas consecuencias.
Por eso, vamos a ir a la Corte de Apelaciones de Nueva York, para exigir que se levante el embargo que dispuso la jueza Loretta Preska sobre… pic.twitter.com/uG2GnpcmlI
— Nacho Torres (@NachoTorresCH) July 14, 2025
Ante esa orden, el Gobierno nacional ya había solicitado la suspensión del fallo, advirtiendo que la orden de entrega era jurídicamente inaplicable, ya que contradecía normas como la Ley de Estatización y requería autorización del Congreso para ese tipo de disposiciones. Sin embargo, la jueza Preska rechazó esa suspensión y ordenó que las acciones se entreguen dentro de un plazo de 14 días.
La iniciativa provincial de Chubut se diferencia de la apelación nacional en que busca proteger únicamente las acciones provinciales en YPF. Torres aclaró que esas acciones pertenecen a la provincia y que no están bajo el ámbito del juicio, ubicación que justificaría el levantamiento del embargo para Chubut. Su mensaje estuvo acompañado por el vicegobernador Gustavo Menna y la diputada nacional Ana Clara Romero, difundiendo la consigna “Con Chubut no se jode” en redes sociales.
Aún está pendiente la apelación ante la Corte de Apelaciones de Nueva York y, en paralelo, se aguardará la evaluación de la comisión bicameral del Congreso sobre la validez del fallo. Las decisiones que se adopten en las próximas semanas definirán si Chubut podrá mantener su participación en YPF o si también sufrirá consecuencias derivadas de la controversia internacional.
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Acciones de YPF,Chubut,Ignacio Torres,Loretta Preska
POLITICA
Nombran a una nueva titular de PAMI en El Bolsón y ATE denuncia que es una militante sin experiencia
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- El gobierno nacional nombró a una nueva titular de la delegación de PAMI de El Bolsón y ATE denunció que están reemplazando a “personal con años de trayectoria para copar de militantes libertarios todos los organismos del Estado Nacional”.
La nueva titular es Natalia Salinas. Según ATE, “una comerciante militante de La Libertad Avanza (LLA)” sin experiencia para el cargo.
En El Bolsón, la polémica surgió a fines de junio, cuando trascendió que los empleados de PAMI de esa localidad cerraron el local de la institución para adherir a la movilización en apoyo a Cristina Kirchner y no atendieron a los afiliados. “Gente mayor que llegó al lugar y no fue atendida en todo el día. Un desastre”, dijeron a este diario fuentes al tanto del expediente interno que se abrió en la institución. Ese episodio derivó en el despido de la jefa del centro de atención del local del PAMI en El Bolsón y la suspensión de otros dos empleados.
Desde ATE, repudiaron las medidas y señalaron que “el personal perjudicado realizó un paro garantizando guardias mínimas” y que actuaron cumpliendo las normas, por lo que aguardaban “un rápida respuesta favorable de la justicia laboral”.
Rodrigo Vicente, trabajador de PAMI y secretario general de ATE y de la CTA Autónoma Río Negro, afirmó: “Se confirma lo turbio que es Milei en Río Negro. Primero fue el escándalo en la Anses de Cipolletti, donde la diputada nacional Lorena Villaverde de La Libertad Avanza (LLA) echó al coordinador porque se negó a dejar el 10% del salario para financiar el partido. Ahora los libertarios montaron una farsa en El Bolsón: echaron días atrás a la coordinadora de PAMI para imponer a una comerciante militante de LLA sin trayectoria en la gestión pública de una obra social”.
Además del nombramiento de Salinas en la jefatura de PAMI en El Bolsón, en las últimas horas el Gobierno designó a los nuevos jefes de Anses y del PAMI en Cipolletti. La oficina de la obra social en esa ciudad era dirigida por el médico Dario Gajewski y ahora quedó en manos de la contadora Adriana Álvarez. Y al frente de la oficina de Anses fue designado Fabio Clarotti.
Tras ser despedido, el exdirector Rafael Cuchinelli denunció que le exigían entregar el 10% de su sueldo para continuar en el cargo. “Me negué a poner el 10%. Si no sos obsecuente, no podés ser parte”, dijo Cuchinelli, que es abogado y había llegado a la jefatura de Anses en Cipolletti de la mano de Villaverde.
Mientras ATE acusa a Villaverde de “utilizar de manera política todos los eventos sociales que se realizan en el PAMI” y de hacer campaña “con los recursos del Estado”, la diputada de LLA indicó que lo ocurrido en El Bolsón “es una muestra más del mal uso militante de algunas instituciones del Estado por parte de algunos empleados públicos”. Además, en LLA Río Negro manifestaron recientemente que existe un “pacto de impunidad entre el gobernador Alberto Weretilneck y los Aguiar”.
“Señor Aguiar [por Rodolfo Aguiar, el secretario general de ATE Nacional], despiértese. La Argentina de la ventajita ya murió. Usted y su familia viven con privilegios como parásitos hace años, porque en el sector privado no durarían nada. Se acabó la joda de disfrazarse de defensores de los trabajadores mientras viven a costa de los mismos”, disparó Villaverde en su cuenta de X.
LLA Río Negro emitió un comunicado en el que indicó: “Denunciamos con firmeza el escandaloso esquema de privilegios que Rodolfo Aguiar y su hijo Romeo sostienen dentro del PAMI: el primero figura como empleado desde 1999, pero abandonó toda función efectiva en 2003 tras obtener una licencia gremial permanente como secretario general de ATE; el segundo ingresó sin concurso en enero de 2022, designado delegado y eximido de fichaje gracias a un acuerdo político-sindical promovido por su padre”.
Por su parte, Rodolfo Aguiar se hizo eco de una denuncia por estafa contra el coordinador del PAMI, Juan Viñals, director ejecutivo de PAMI Río Negro. Desde ATE advirtieron: “Unos 360 millones de pesos adjudicados por PAMI a la compra de leña para jubilados desaparecieron de Río Negro. Viñals debería responder por qué pasaron 90 días y los jubilados y afiliados a la obra social no tienen ni siquiera una bolsa de leña”. Según explicaron en ATE, cada beneficiario de PAMI (unos 1145) tiene derecho a recibir 1000 kilos de leña. Agregaron que “en estos momentos están atravesando la peor ola polar del año y no tienen cómo calefaccionarse en parajes donde no hay gas”.
En PAMI respondieron que “ya comenzó el programa Calor Mayor, a través del cual se garantizan insumos para calefaccionarse a los afiliados con vulnerabilidad social y sin conexión de gas domiciliaria que se encuentran en zonas de frío extremo”. Además de asegurar que la entrega de leña “no está atrasada”, fuentes de PAMI Río Negro señalaron que “se hará bajo la coordinación de la Unidad de Gestión Local (UGL) en los domicilios de los afiliados que se encuentran inscriptos al programa”.
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