SOCIEDAD
Declaran prescripto el caso del ginecólogo acusado de violar a una paciente en su consultorio
En una polémica decisión, el Tribunal Penal 2 de Corrientes dispuso la prescripción de la acción penal en contra del ginecólogo Gerardo Dahse, quien estaba procesado por haber abusado sexualmente de una adolescente en su consultorio en febrero de 2008. La abogada querellante adelantó que recurrirá el fallo ante Casación para revertir el fallo.
La decisión de los jueces Román Facundo Esquivel, Ariel Héctor Gustavo Azcona y Juan José Cochia, va en contra de la resolución que en abril del año pasado dictó la Cámara de Apelaciones, rechazando el planteo de prescripción que alegaron en su momento los defensores del médico.
En los fundamentos de la resolución que voltea el proceso penal iniciado contra Dahse en 2022, el juez Esquivel sostuvo que la prescripción “es una garantía a favor del imputado de naturaleza constitucional mediante la cual se impone un freno al Estado para continuar la persecución” de un delito.
En ese sentido, detalló que “la acción penal prescribirá después de transcurrido el máximo de duración de la pena señalada para el delito, si se tratare de hechos reprimidos con prisión, no pudiendo el término, en ningún caso, exceder de doce años ni bajar de dos años”.
Y que en el caso del ginecólogo, señaló que “el hecho se habría cometido en un período de tiempo comprendido durante el mes de febrero del año 2008” y que “el primer llamado efectuado a Gerardo Alejandro Dahse con el objeto de recibirle declaración indagatoria por el delito de autos se llevó a cabo el 1 de abril de 2022, puede fácilmente verificarse que han transcurrido sobradamente los 12 años establecidos como máximo para que la prescripción de la acción tuviera lugar”.
En otro párrafo, el magistrado sostuvo que “no puede dejar de llamar la atención del Tribunal que, en la instancia anterior pero también en su alzada, fue tratada la cuestión estableciéndose que la declaración de prescripción no procedía” porque la víctima era menor de edad al momento de sufrir el ataque sexual.
Recordó que “la causal de suspensión de la prescripción en cuestión recién fue incluida en el Código Penal desde el año 2011 y, por imperio del principio de legalidad no debería de regir con carácter retroactivo”. Es decir que no debió ser aplicado en el caso Dahse.
Pero el argumento central para tumbar el proceso contra el cuestionado ginecólogo se basó en que la víctima ya había cumplido 18 años al momento de consumarse la violación en el consultorio.
“Adentrándonos ahora sí en el quid de la cuestión, se impone analizar si la víctima de autos debe ser considerada niña al momento en que el hecho presuntamente delictivo aconteció. Esto, a los fines de determinar si le resultan aplicables las estipulaciones contenidas en la Convención de los Derechos del Niño que, como ya se expusiera, junto a otras normativas supra legales, fundamentarían la existencia de una causa de suspensión de la prescripción que pueda ser esgrimida en contra de los derechos del imputado de autos”, argumentó Esquivel.
Recordó que dicha convención “se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad” y que en el caso que involucra al médico “bajo ningún punto de vista implica que (la víctima) pueda ser tenida como niña”.
Agregó que “no resultando de aplicación los postulados de la Convención de los Derechos del Niño y siendo que la interpretación jurisprudencial que se ha sostenido en las diferentes instancias no se ajusta a los hechos que se observan en el presente caso, corresponde descartar la existencia de una causa de suspensión de la prescripción en los términos que oportunamente se esgrimieran”.
Para el juez correntino “resulta comprensible -y hasta auspicioso- que dentro del ámbito del Derecho Penal sean sometidos a examen aquellos postulados que hasta hace poco tiempo parecían inmutables. Que los avances alcanzados en otras ramas del conocimiento puedan influir en nuestra materia a los fines de que la misma se adapte a los tiempos que se viven y a sus específicas e imperantes necesidades. Lo que sí no puede reputarse compresible -ni mucho menos saludable sobre todo para los justiciables- es ir más allá de los supuestos reglados por la ley, la Constitución y la normativa Internacional y más aún si se trata de una interpretación jurisprudencial que, a todas luces, resulta excepcional y, por tanto, viable sólo si los casos examinados reposan en las mismas circunstancias fácticas y jurídicas. Lo anterior, so pretexto de incurrir en una manifiesta arbitrariedad”.
En otro párrafo dijo que el pronunciamiento del Tribunal permite “subsanar los vicios, defectos y errores de etapas anteriores” del proceso; y que si recayera sentencia sobre Dahse en este caso “la misma no resultaría confirmada por el Máximo Tribunal de Justicia de la Nación”.
El médico ya tiene en su haber una condena por haber abusado sexualmente de otra paciente. El Tribunal Penal 1 de Corrientes le impuso una pena de siete años de prisión que deberá cumplir una vez que el fallo quede firme.
SOCIEDAD
Que se terminen las vacaciones
Ante ustedes… la Costa Atlántica, ese escondite que eligen absolutamente todos los argentinos a los que nos les alcanza para vacacionar en Brasil y que, al ver los precios, descubren que tampoco les alcanzaba para vacacionar ahí.
Debajo de los pies se siente esa arena un poco gruesa pero 100% argentina, hecha de los sedimentos que trae un mar nuestro, propio, único, de aguas gélidas y bolsas de plástico flotantes. ¿Qué es eso que se asoma entre la arena? ¿un caracol? Ah, no, una colilla de cigarrillo. La costa argentina resalta por esas y otras perlas -no literalmente, porque si había alguna ya no está― y por esos deliciosos recovecos que hacen que uno piense: “¿Y yo por qué no me mudo acá?”.
Cada verano los argentinos se precipitan hacia la costa respetando su propia identidad. Las familias, a Mar del Plata; los abuelos, a San Bernardo; los jóvenes que saben tocar temas de los Auténticos Decadentes en la guitarra, a Villa Gesell; y los que no les dio para cruzar a Punta del Este, a Pinamar. Y ahí, en esa mezcla, conviven todos. El carpintero y el taxista con la peluquera y el abogado; el jugador de fútbol del ascenso con la vedette de temporada (¿hay vedettes todavía?); el político que va a hacerse la foto para que crean que vacaciona en la Argentina, con el grupo de veintitrés amigas que alquilaron un dos ambientes y hacen fila para usar su propio baño. Todos ellos son parte de esos momentos mágicos, con sol de día y frío de noche. Se viven buenos tiempos en un lugar donde el tiempo no pasa: las casas son de 1960 y las familias llegan en autos de 2017 que deben las patentes de 2023.
¿Qué se hace de día? Se disfruta de la playa, de los sánguches de milanesa llenos de arena, de los gritos de los barquilleros, de los avioncitos de telgopor, de los puestos que venden pareos y pelotas y se duda ante la oferta de hacerse las trencitas. ¿De noche? Depende: si usted está soltero, irá a un boliche o un bar, a ver si encuentra un amor de verano; si usted fue con su esposa, hijos, la suegra y el golden retriever, la peatonal es su lugar en el mundo. En esa gran pasarela se pueden encontrar mil versiones de uno mismo, caminando igual de lento, con una combinación de pulóver a los hombros y zapatos náuticos. Ahí, los artesanos ofrecen pulseras de alambre, cuadros pintados con aerosol y esos adornos con forma de delfín, casa o barquito que cambian de color si va llover (ni Elon Musk lo imaginó).
Pero la playa no es solo un lugar para descansar, aguantarse la cumbia de los demás al máximo y que a los maridos curiosos se les vayan los ojos. No, para nada, también es un lugar para hacer negocios. Y ahí están todos: los volanteros de los boliches ―”Chicas, 2×1 hasta las dos de la mañana, mi nombre es Brian”-, los churreros ―”Aaaaaaa los chuuuurrooos”– y hasta el avión con parlantes que invita a Mundo Marino. Y uno, que estuvo encerrado en una oficina todo el año, le dice que sí a todo y en un día hace lo que no hace en su vida: va a bailar y pregunta por Brian, se come los churros y se escapa a San Clemente para ver el show de los pingüinos del parque acuático.
Sin embargo, lo que al inicio era ideal al final cansa. Al tercer día de sacarse arena de lugares recónditos del cuerpo y de los placares con olor a humedad el cerebro activa un mecanismo de defensa. Ya no divierten los paseos sin fin por la peatonal ni gastarse una fortuna en los fichines que nadie recordaba que existían; la fila que al principio se toleró para entrar a una pizzería ahora provoca espanto; y el colchón de la casa alquilada está a punto de provocar roturas de espaldas. Solo queda una solución: agarrar el auto modelo 2017, subir a la esposa, los hijos, la suegra y el golden retriever y partir hacia el hogar, donde esperan la rutina, el trabajo de oficina y las patentes a pagar de 2023.
-
POLITICA3 días ago
El descargo de Longobardi tras su salida de Radio Rivadavia: «Me hizo acordar cuando Cristina ejecutó mi despido en Radio 10»
-
INTERNACIONAL2 días ago
Atropello múltiple en un mercado de Navidad en Alemania: al menos dos muertos y más de 60 heridos
-
POLITICA2 días ago
Guillermo Castello: «Kicillof está utilizando la caja de la provincia para posicionarse políticamente»
-
POLITICA1 día ago
Nisman: el Gobierno acepta el pedido del fiscal y levanta el secreto sobre los espías inorgánicos de la SIDE y el Ejército
-
CHIMENTOS2 días ago
Se confirmó el escandaloso motivo de la crisis entre Javier Milei y Yuyito González: «Él estaba cerca de Graciela Alfano»
-
POLITICA16 horas ago
El Gobierno reveló los pasos para salir del cepo cambiario y alcanzar la “flotación limpia”: cuáles son