Anoche, Aníbal Lotocki durmió en una celda. Lo próximo que le queda es ir a la cárcel.

Este último miércoles, la Sala IV de la Cámara Criminal y Correccional confirmó su procesamiento por el homicidio simple de su paciente Rodolfo Zárate, ocurrido tras una cirugía estética realizada en una clínica de Caballito en septiembre de 2021. Luego, los jueces Hernán López, Ignacio Rodríguez Varela y Julio Luciani pidieron su inmediata detención. “No es posible que un imputado con procesamiento confirmado por homicidio esté libre”, afirma una fuente judicial clave en el caso a este medio.

Lotocki le ahorró el allanamiento a las fuerzas de seguridad, con la UFECRI -el área de búsqueda de prófugos de la Procuración a cargo del fiscal José Campagnoli- designada para encontrarlo. Tras hablar con sus abogados defensores, se entregó en La Plata, en la División Operativa Federal de la PFA de esa ciudad, con un suéter blanco y un gesto tranquilo en la cara. Estar preso es una rareza para él. A lo largo de los años, Lotocki aprovechó todos los trucos que ofrece el sistema.

Ya había sido detenido por la muerte de Zárate en 2021, apenas había pasado unas horas preso. Nunca fue a prisión por las lesiones graves que sufrió Silvina Luna tras su cirugía, lesiones que la llevaron a la muerte. El Tribunal N°28 que lo condenó a cuatro años determinó que siga libre hasta que se le confirme la pena.

De allí, fue trasladado antes de la medianoche a la dependencia de la PFA en la calle Madariaga de Villa Lugano, donde fue llevado esposado a su celda. Diversos rumores en el mundo policial indicaban una puja por su ubicación. Ciertos sectores habían pedido que se lo lleve a una alcaidía de la Policía de la Ciudad, que hoy enfrentan un 220 por ciento de sobrepoblación, con dos casos de fuga en una semana.

“No podés tenerlo en una alcaidía a Lotocki. Tiene plata, los otros detenidos lo pueden acosar, apretar”. continúa la fuente judicial: “Tiene que estar solo”. Así, Madariaga se convirtió en una elección obvia. Allí habían trasladado, por ejemplo, a Lázaro Báez, tras su arresto nueve años atrás.

Ahora, Lotocki deberá esperar un cupo en el Servicio Penitenciario Federal, sea la cárcel de Marcos Paz, Ezeiza o Devoto. Puede ser una lotería. De más de 1600 detenidos en celdas de la Policía de la Ciudad, solo cien tienen una derivación confirmada.

De vuelta en Tribunales, su situación puede agravarse seriamente. Hoy, la Justicia conforma una megacausa en su contra. Los expedientes por la muerte de Zárate y las lesiones graves de Silvina Luna se unifican jurídicamente en la Sala IV y el Juzgado N°60 de Luis Schelgel, el mismo que consideró que no investigaría la muerte de Silvina Luna como un homicidio, ya que la condena por ese caso está bajo revisión en Casación.

Se espera que esta megacausa acumule, por lo menos, a más de una veintena de víctimas del cirujano. En el fuero civil, Lotocki enfrentó al menos dos demandas por daños y perjuicios de pacientes que sufrieron daños similares a los de Silvina Luna tras varias operaciones.

Por su parte, la defensa del cirujano, encabezada por los letrados Ileana Lombardi y Diego Szpigiel, asegura que el fallo es “nulo” y ya realizaron una apelación. Además, afirman que Lotocki informó al juzgado de Schlegel cuál era su nuevo domicilio. Uno de los argumentos de la Sala IV para dictar la orden de detención, fue que no estaba claro donde residía el médico. “La causa no puede ser nula, es una única causa con pluralidad de víctimas. Se debía asegurar la comparecencia del imputado”, continúa una fuente judicial directa del expediente.

Según pudo saber Infobae, el 12 de octubre se presentó un escrito en el que se anunciaba que el nuevo domicilio del médico cirujano se ubicaba en City Bell. Sin embargo, para los jueces, evidentemente, no fue suficiente a la hora de ordenar que vaya preso.

También existen rumores de un hábeas corpus presentado para favorecer a Lotocki. No fue presentado, por ejemplo, en la Sala IV: debería cursarse en el juzgado en turno para hábeas corpus. El recurso aplica para detenciones arbitrarias o agravaciones de condiciones de detención. Aquí, no parece ser el caso.

La cárcel, sin embargo, será otra historia.