SOCIEDAD
Era modelo de Playboy, decidió ir en busca de una “vida normal” y hoy dirige una empresa de limpieza
Verena Twigg dijo: “No he modelado durante 10 años y estoy lejos del centro de atención. Ahora tengo una vida muy normal.» (Foto: Verena)La modelo ahora vive una vida mucho más tranquila. (Foto: Verena)

La ex modelo de la revista para adultos más famosa de la historia conversó con el medio inglés Fabulous y les contó su historia: “Llevar ropa diminuta o a veces no llevar nada era trabajo”, fue una de sus frases más contundentes y con la que mejor describe su trabajo.
Comenzó a sus 20 años, criada en un pueblo al noreste de Inglaterra, llegó a la mansión más famosa de la industria erótica, con el objetivo de volverse una más. Rápidamente encajó y se encariñó con el trabajo. “Modelar en topless y posar en ropa interior día tras día durante mis 20 años fueron, sinceramente, los mejores años de mi vida; no puedo explicar por qué, pero me encantó”, reflexionó.
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Sin embargo, no todo era color de rosas. En la entrevista contó que el mundo del modelaje es muy duro y el erótico aún más: “El mundo de las modelos puede ser malicioso y siempre critican tu peso”. Además, contó que constantemente la presionaban para que se realice operaciones estéticas con el fin de mejorar su figura: “Yo era talla 8 y me quedaba bien, pero los diseñadores de moda querían que fuera más delgada”.

Tras una vida de fiesta y locura, a sus 30, decidió alejarse del ambiente y emprender un nuevo camino. “No he modelado en 10 años y estoy lejos del centro de atención. Ahora tengo una vida normal”, afirmó describiendo el cambio radical que tomó. En ese momento, lanzó su propia agencia de modelos, la cual no tuvo éxito, por lo que volvió a su ciudad.
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Hoy, con 45 años, Verena dirige un exitoso negocio de limpieza en su ciudad natal. Este se encarga de limpiar los departamentos que los turistas utilizan en sus hospedajes. “Hoy estoy muy feliz, pero me parece triste que la industria no haya cambiado y que las mujeres sigan sin ser libres”, comentó.
Para finalizar comentó que aún hay gente que la reconoce en la calle y hasta le piden fotos: “Es increíble, todavía hoy me piden fotos en pubs y supermercados”.
SOCIEDAD
Con un método innovador, logra que sus pacientes dejen antes la terapia intensiva

Cada día que un paciente pasa en terapia intensiva conectado a un respirador sube el riesgo de que sea víctima de una infección intrahospitalaria. La posibilidad de reducir ese margen, que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, es clave. Con esa premisa, en el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires comprobaron que mediante el uso de la inteligencia artificial esa meta es posible.
Ha transcurrido aproximadamente un año desde que la división de Terapia Intensiva, a cargo de Célica Irrazábal, decidió empezar a utilizar este recurso, que consiste en la conexión de un software específico al respirador. Ese vínculo permite adaptar milimétricamente el rendimiento del artefacto para que sea óptimo, lo que redunda en que el paciente pueda recibir menos sedación.
“Cuando una persona presenta insuficiencia respiratoria, significa que sus pulmones no pueden llevar suficiente oxígeno a la sangre. El uso de ventilación mecánica permite suplir esta función hasta que la causa de la insuficiencia respiratoria sea resuelta. Durante este período es muy importante la adaptación del paciente al ventilador para mejorar los síntomas y reducir las complicaciones”, explica Irrazábal.
La experta agregó que “esta adaptación se logra sincronizando la respiración del paciente con el trabajo del ventilador mecánico, utilizando fármacos sedantes y frecuentemente drogas relajantes musculares. Está probado que durante el tiempo de ventilación mecánica, pueden surgir asincronías entre la respiración del paciente y el funcionamiento del ventilador, que suelen prolongar la necesidad de utilizar el ventilador mecánico, la permanencia en terapia intensiva y el aumento consecuente de la morbi-mortalidad asociada”.
El sistema de inteligencia artificial incorporado, mediante el uso de algoritmos monitorea en tiempo real las propiedades mecánicas del sistema respiratorio y la interacción entre el ventilador mecánico y el paciente, para detectar las asincronías respiratorias que puedan surgir.

“Este software permite realizar modificaciones durante la ventilación mecánica y reduce la necesidad de drogas analgésicas y sedantes”, señala Irrazábal y también afirma que, si bien todavía no cuentan con estadísticas, ya están advirtiendo que el recurso repercute en el acortamiento de los días de respirador, facilita la salida del paciente del respirador y disminuye las complicaciones asociadas a la ventilación mecánica. “Intuitivamente ya lo podemos decir”, asegura.
Irrazábal se remonta a la época de la pandemia para recordar que entonces los tiempos de ventilación mecánica de los pacientes con Covid se habían duplicado. “Pasaron a ser de entre 10 y 15 días, en promedio, cuando antes era de una semana. Hemos tenido que volver a usar drogas que no utilizábamos hacía años. Ahora estamos tratando de volver a bajar esos tiempos y ya estamos advirtiendo una diferencia”, dice la experta.
-¿Cómo funciona esta inteligencia artificial?
-Es un sistema que monitorea la relación que tiene el respirador con el paciente. Cuando uno dice que hay que darle ventilación mecánica a un paciente parecería ser que sólo hay que enchufar un aparato y conectarlo a la persona. Pero no es sólo eso. Estos aparatos deben tener muchas propiedades que permitan inflar los pulmones del paciente para transportarle oxígeno a la sangre sin generar ningún daño, porque si no sería peor el remedio que la enfermedad.
-¿Cómo logran reducir ese margen de error?
-Hay distintos tipos de respiradores, distintos modos en la forma en que trabajan. Y lo más importante es que la sincronización del funcionamiento de un ventilador mecánico con la sincronización de la dinámica respiratoria de un paciente tiene que ser perfecta, milimétrica. Para lograr eso no siempre es fácil moviendo las variables que te brinda el aparato, entonces nosotros complementamos ese funcionamiento con el uso de drogas para que el paciente esté dormido, no tenga disconfort, sus músculos se relajen y quede completamente adaptado al respirador mecánico.
-¿Qué efecto producen esas drogas en los pacientes?
-La cantidad de drogas que tenemos que usar a veces es muy alta, no es igual para todos. Hay muchas variedades de enfermedades en los pulmones. Entonces esas dosis tan altas de medicación hacen que cuando el paciente resuelve su problema respiratorio no pueda salir del respirador porque no se ha despertado. Cuando lo logramos despertar tiene los músculos muy debilitados porque ha estado dormido, relajado y quieto absolutamente en la cama durante muchos días. Ese tiempo siempre va en desmedro de su fortaleza. Cuando apenas se despierta apenas se puede mover, hablar o tragar. Todo eso prolonga la estadía de los pacientes en terapia y las complicaciones que se asocian.
-¿El software vendría a intervenir en ese punto?
-Sí, permite que uno adapte el paciente al respirador y tal vez pueda disminuir las dosis de drogas al lograr una mejor adaptación, monitorizando distintas variables. Permite que a lo mejor uno ponga mucha menos dosis de fármacos y se acorten los tiempos de recuperación, lo que seguramente mejora los resultados finales.
-¿Qué información brinda este recurso?
-Va marcando y dice si uno puso mucha droga o puso menos. Y se va viendo si lo que se puso es mucho para el paciente y se puede ir bajando a la mejor situación posible. El software hace cálculos sobre la evolución del paciente antes, durante y lo que puede pasar después. Entonces nos va señalando también una línea terapéutica y permite tomar diferentes líneas de conducta para acercarse al objetivo.
-La inteligencia artificial termina siendo una aliada, en definitiva, contra las infecciones intrahospitalarias.
-Cada día de infección mecánica es un día en que un paciente puede tener una infección intrahospitalaria. La colonización por gérmenes del hospital en pacientes con ventilación mecánica aumenta un 20 por ciento por día. Uno podría decir que un paciente que viene “limpio” de afuera de la terapia intensiva, una vez que se le invade la vía aérea con un tubo y se lo conecta a un respirador, a los cinco días está colonizado por gérmenes intrahospitalarios. A partir de ahí la posibilidad de una neumonía es muy alta. Entonces cada día menos de ventilación mecánica que uno logre con un paciente es un día menos de riesgo.
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