El presidente Joe Biden autorizó a Ucrania a atacar dentro del territorio ruso con municiones estadounidenses, aunque restringió su uso contra objetivos cerca de la frontera de Járkiv, en el este del país, donde se concentran los combates. Lo dijeron dos funcionarios estadounidenses a la CNN.

“El presidente recientemente ordenó a su equipo que garantice que Ucrania pueda utilizar las armas suministradas por Estados Unidos con fines de contraataque en Járkiv, de modo que Ucrania pueda responder a las fuerzas rusas que los atacan o se preparan para atacarlos”, dijo uno de los funcionarios.

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La noticia, confirmada por AFP, se conoció en momentos en que los socios de la OTAN debaten sobre esa posibilidad y después que el presidente ruso, Vladímir Putin, amenazara el martes a Europa con “graves consecuencias” si autorizaban a Kiev atacar su territorio con armas de la alianza atlántica.

Las fuentes citadas por CNN dijeron que no está previsto que la Casa Blanca amplíe la autorización de ataque a otras áreas más allá de la frontera con Járkiv.

El debate en la OTAN y la amenaza de Moscú

La autorización de Washington se conoce en medio de un debate entre los aliados de la OTAN sobre la posibilidad de autorizar a Kiev a lanzar ataques contra territorio ruso con armas occidentales, tal como pidió el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó el martes que Ucrania debería poder utilizar el armamento que le suministró la coalición para atacar objetivos dentro de Rusia, en ejercicio de su legítima defensa. “Será muy duro y difícil para los ucranianos defenderse si no pueden atacar objetivos militares justo al otro lado de la frontera. Puede tratarse de lanzamisiles, artillería o aeródromos utilizados para atacar Ucrania”, indicó.

Al respecto, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, pidió llegar a un “equilibrio” entre la necesidad de Ucrania de atacar objetivos en territorio ruso y el riesgo de escalada en el conflicto. En el seno de la alianza atlántica, las posiciones fueron divergentes. El Reino Unido dio el primer paso y autorizó a Kiev a golpear territorio ruso con su armamento, pero Alemania, Francia, Italia y la mayor parte de los aliados de Kiev lo prohibieron.

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