Martes a las seis de la tarde, estación de subte 9 de Julio del subte D. Del diálogo al pasar, entre dos jóvenes pasajeros, se escucha la palabra “sarna”. La misma que en los consultorios de los dermatólogos y en las consultas que reciben en las redes sociales, que esta semana explotó: un comunicado sindical desató una psicosis.

El lunes, un comunicado de los Metrodelegados denunció que «en la línea B por la falta de limpieza y fumigación de los trenes y espacios públicos comenzó a proliferar en las últimas semanas una infestación de sarna (escabiosis) que ya afectó a varios trabajadores y acecha a los usuarios. «Hace años que denunciamos la presencia de roedores, alacranes, cucarachas y otros vectores de transmisión y contagio de diferentes afecciones y enfermedades sin tener ninguna respuesta de la concesionaria Emova».

Desde la empresa concesionaria del subte desmintieron que hubiera tal plaga y afirmaron que realizan «protocolos de limpieza y fumigación en forma permanente». También dijeron que tras el comunicado, el lunes por la noche, «una vez finalizado el servicio, se solicitó un monitoreo especial en la totalidad de las formaciones por parte del proveedor de fumigaciones y el mismo informó que, habiendo analizado tanto los salones de pasajeros como las cabinas de conducción, no se encontró presencia alguna de plagas en el interior de los coches, como tampoco en las instalaciones de las estaciones».

Pero en los consultorios dermatológicos el temor por la sarna viene en aumento. «Ya vimos tres pacientes en el consultorio que vinieron enloquecidos porque dicen que se contagiaron sarna en el subte. Obviamente ninguno tenía sarna. Y nos mandaron como cinco mensajes de WhatsApp. Se generó toda una paranoia», escribió una dermatóloga en un chat de WhatsApp que comparten un grupo de especialistas en dermatología de reconocida trayectoria. En las redes sociales, también explotaron los comentarios.

«La gente llega asustada al consultorio», contó a Clarín Andrea Santos Muñoz, dermatóloga del Hospital Alemán y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología. La profesional posteó un tuit para bajar la paranoia. «La sarna no se contagia en un asiento de subterráneo. No es sarna de animales. La sarna se contagia por contacto entre humanos no menos de cuatro horas, convivientes, y además se cura con una crema», explicó.

También aclaró que sarna «hay en todo el mundo» y que acaban de hacer una advertencia al respecto y también por sífilis y escorbuto «en Londres y en España». «Acá sarna vemos todos los días, en el consultorio del hospital y en el de Recoleta. Pero no se contagia de animales«, aclaró.

La sarna, aclaran los dermatólogos, no sobrevive en un pasamanos o en los asientos y sólo se contagia con un contacto directo piel a piel por bastante tiempo, por eso se enfatiza lo de la convivencia.

Un material sobre la escabiosis de la Sociedad Argentina de Pediatría, disponible en su web, también explica que este parásito humano «es un ácaro muy pequeño que vive en la piel y ocasiona una enfermedad muy pruriginosa» y remarca que no se relaciona con la clase social.

«La sarna humana generalmente se contrae por contacto directo con otra persona que esté parasitada, puede ser un niño, un amigo o un familiar». Y aclara que aunque «no hace distinciones de clases sociales ni de edad de los pacientes, es más común en grupos que viven hacinados».