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SOCIEDAD

Las consecuencias y los “electroshocks” del MEF para evitar un mayor retroceso de las cifras en la recesión económica

El Congreso aprobó S/1.581 millones para que el Gobierno financie los gastos asociados a la reactivación económica y efectos del Fenómeno de El Niño. Según el ministro Alex Contreras, esta es la receta ideal para paliar los resultados adversos de la producción nacional.

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Alex Contreras, MEF
Titular del MEF sostiene que créditos suplementarios ayudarán a recuperación de la economía. Foto: composición Infobae/Andina

El ministro de Economía, Alex Contreras, aseguró que la receta ideal para que el país salga de la recesión es a través de la ley de créditos suplementarios, aprobada anoche por el Pleno del Congreso, la cual destina una partida de S/1.581 millones para el financiamiento de gastos a la reactivación económica, respuesta ante el Fenómeno de El Niño (FEN) para el 2024, subsidios a trabajadores, entre otras medidas.

“Crédito suplementario ayudará a la reactivación”

El crédito suplementario total asciende a S/5.447 millones que corresponden a recursos ordinarios y que están destinados a diversos pliegos de los sectores de economía y finanzas, educación, salud, defensa, interior, vivienda, construcción y saneamiento.

“Justamente una de (las medidas para la reactivación económica) es el crédito suplementario aprobado anoche en el Congreso. Para este crédito se ha considerado un paquete amplio de medidas como la lucha contra la anemia, la seguridad el Fenómeno El Niño e impulsar la reactivación del aparato productivo nacional”, indicó en entrevista con RPP.

Agregó que el objetivo es que los recursos millonarios se puedan ejecutar sobre la marcha, desde el día siguiente en que se publica hasta el 31 de diciembre. “Este crédito suplementario va a ayudar pero no es la única medida, hay otras por implementarse”, comentó el ministro.

Créditos incluyen subsidios: inyección rápida para la economía

Explicó que en el crédito suplementario están contemplados diversos subsidios como el bono de 600 soles destinados a más de 562.000 trabajadores del sector público. También se han considerado algunas bonificaciones especiales para los trabajadores de menores ingresos en el Poder Judicial. “Esto ayudará a una reactivación rápida del consumo, uno de los principales factores de la actividad económica”, agregó.

Los bonos extraordinarios, que generan un efecto dinamizador de la economía, apuntan al sector salud, educación, entre otros. “Es gasto rápido que se inyecta a la economía. Este crédito es diferente a la anterior porque hay muchas medidas de gasto corriente destinadas para Qali Warma, además de un paquete de más de S/2.300 millones de impulso a la seguridad ciudadana”, dijo.

Trabajadores del sector público recibirán bono de 600 soles
Bono beneficia a 562.000 trabajadores estatales. Foto: composición Infobae/Andina/Congreso

“Lo que queremos evitar es que esta caída de la producción avance a más sectores o se profundice. Esto requiere un electroshock, y este es uno de gasto público como demanda interna, atención a vulnerables, lucha contra la inseguridad, proyectos que cierran brecha, y tener más recursos para El Niño”, agregó.

En palabras del economista Luis Arias Minaya, un crédito suplementario que se aprueba faltando dos meses para acabar el año y que equivale a 0,5% del Producto Bruto Interno no sirve para la reactivación. “No hay espacio fiscal, los ingresos se han caído y el déficit supera la regla fiscal”, señaló.

Aunque, existe mucha incertidumbre, reflejado en los desvíos de las proyecciones de todas las consultoras, dijo que hay atisbos de recuperación como la apertura de la temporada exploratoria de anchoveta.

“La aprobación de este crédito tiene medidas para la seguridad, reactivación de la industria, del sector construcción y estamos retomando el bono del buen pagador, hay medidas de protección social y frente a la emergencia del Fenómeno de El Niño”, destacó.

“Este segundo crédito suplementario hay un componente de inyección muy rápido. En dos meses y medio (se va a gastar)”, agregó.

Consecuencias de una recesión

La recesión es que cuando la actividad económica de un país se contrae, en lugar de expandirse o crecer, los cuales generan empleo y riqueza. “Desde el punto de vista político y económico a mediano plazo, una recesión es el peor escenario. Es como caer enfermo, con cáncer y se debe curar inmediatamente, sino puede causar un mayor deterioro en más pobreza, más desempleo, mayor informalidad, mayor delincuencia. Todos perdemos, no solo los más pobres”, sostuvo el economista Melvin Escudero en Canal N.

“Es una medida importante pero no es suficiente. Hay tres factores que han afectado de manera determinante la situación en Perú como la crisis política, la falta de confianza y la caída de la inversión privada”, dijo.

Por otro lado, el economista Carlos Parodi señala que la recesión impacta en el bolsillo de la gente y se traduce en un menor empleo o un aumento del desempleo. “La gente se queda sin trabajo y con eso impacta sobre su bolsillo porque no tiene con qué comprar”, dijo a Gestión.

Pobres
Hay más de 9 millones de pobres en el Perú, según INEI. Foto: EFE

En cálculo del extitular de la cartera de Economía, Luis Miguel Castilla, un aproximado de 400.000 empleos se dejarían de crear, por lo que las personas tendrían que buscársela para sobrevivir, lo que al final deriva en la precariedad del empleo.

“Desde hace 25 años, el Perú no entraba en recesión económica, sin contar con la pandemia. Incluso durante todo el 2020, la economía cayó un 11 %, pero rebotó en un 13% el año siguiente”, recordó.

Inyectarán nuevos recursos a distritos en riesgo por El Niño

El titular del MEF, Alex Contreras, anunció hoy que este lunes 23 de octubre se publicará un nuevo decreto de cara a la emergencia diferente a la implementada a inicios de año. “Es una inyección adicional de recursos a municipales de los distritos en riesgo (por el Fenómeno de El Niño). Consideramos que muy cerca a diciembre necesitamos la inyección para que tengan la liquidez necesaria”, detalló.

Consultado sobre si la inversión del crédito suplementario permitirá aumentar la confianza y superar la caída de la inversión privada, Contreras Miranda señaló que tienen pensado dos medidas potentes.

Megapuerto de Chancay y la reactivación del Bono del Buen Pagador

“Seguimos impulsando la industria naval y el Hub portuario, que el Perú sea la potencia portuaria de América Latina, que el comercio se desplace de Chile hacia Perú con el Puerto de Chancay y el Callao fortalecido. Es el inicio de la estrategia que va a tener un enorme impacto en el Perú. El tercer elemento tiene que ver con la reactivación del Bono del Buen Pagador que implica 100 millones al sector construcción. Este tipo de medidas sectoriales, focalizadas, sumado a los proyectos de ley en el Congreso ayudan a restablecer la confianza”, indicó.

Señaló que los indicadores de expectativas de confianza de 6 a 12 meses están en tramo optimista. “Lo que tenemos el mayor reto es en la expectativas de corto plazo de tres meses, que están en tramo pesimista”, indicó.

Megapuerto de Chancay tiene un avance importante de cara a empezar a operar - Huaral - Lima - Perú - 06 de setiembre de 2023
A inicios de mes, el expresidente de Chile, Eduardo Frei, llamó la atención al gobierno de su país por la próxima puesta en marcha en el Perú del puerto de Chancay, a diferencia del suyo que no cuenta con terminales de esa envergadura. (MEF)

Para ello, desde el Gobierno ven vital las reuniones con inversionistas en el exterior y generar un clima favorable. La inversión privada tarda en prender porque las empresas grandes presupuestan un año antes, manifestó. “Lo que hemos visto es que la caída del 2023 es reflejo de la desconfianza de todo el 2022 producto de la convulsión política”, dijo.

No hay proyectos mineros grandes que han entrado este año. El último proyecto importante fue Quellaveco. Entonces cuando tienes un proyecto de esa envergadura y el año siguiente ya no, hay una caída en la producción.

No se ha hecho prevención post Niño 2017, entonces toca reconstruir. pero la ejecución del fenómeno frente al niño se está acelerando. Nosotros esperamos llegar al 100% al cierre de noviembre, ese es el compromiso. Señaló que el crédito suplementario tiene reasignaciones para la Autoridad Nacional del Agua (ANA).

¿Qué medidas impactarán en el bolsillo de la gente?

Con el fin de generar empleo temporal, Contreras Miranda indica que se cuenta con el programa Llamkasun (antes Lurawi) para personas en situación de desempleo, subempleo, en condición de pobreza, pobreza extrema, o que enfrente especiales dificultades estructurales o coyunturales, afectada por crisis económica o en situaciones de emergencias o desastres.

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Mundos íntimos. Parir en el extranjero: cómo es ser madre en otro idioma y que te consideren poco abnegada

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Dislocar: verbo transitivo. Sacar de su lugar. Referido a huesos y articulaciones, usado más como pronominal

La maternidad te saca de lugar. Te descoloca pero, sobre todo, te disloca: las dislocaciones (o luxaciones) son lesiones en las articulaciones que arrancan los extremos de los huesos y los sacan de su posición. Te arranca los extremos –todos los extremos– y te deja en carne viva. Por estar en una posición otra, la maternidad es una forma de exilio. Te posiciona fuera del yo. En la maternidad una persona se pierde. Es como tantear la niebla en la oscuridad; una penumbra que enmaraña el sentido. Lo que digo no es una novedad. Con una amiga querida intercambiamos experiencias maternas y llegamos a la misma resolución. La maternidad como exilio fue una nota concluyente. Ser mamá es deslizarse por una geografía empinada, foránea, que estalla de manera constante porque en sus pliegues yacen artefactos inexplorados, harto inflamable y predominantemente explosivos. Un tobogán de la sinrazón.

Cuando digo maternidad no intento excluir al padre, al pater, la paternidad. No hay política detrás de este texto excepto toda política que ineludiblemente acompaña todo texto. Pero quiero hablar desde mi voz de mamá, la mamá que devine viviendo en el exilio. Por cierto, decir exilio merece una aclaración. Desde hace muchos años que escribo sobre los dislocamientos, sus poéticas y articulaciones –esas figuraciones lesionadas, esos arranques deshuesados– provocadas por el exilio. Pero exilio es un término controvertido. No dejé mi lugar de origen por alguna forma de persecución ni me vi forzada a pedir refugio político. Nadie me obligó a irme. Nadie me enajenó. Dejé mi patria porque, como muchos, busqué oportunidades en circuitos más amplios de conocimiento, en sitios con economías hasta cierto punto estables, en instituciones académicas que me expusieran a una matriz de saberes amplios y diversos que, entonces, no detectaba en mi cercanía.

Para Gisela Heffes, había prácticas de tratamiento del embarazo que parecían distintas a las conocidas, pero había que aceptarlas y disfrutar la “dulce espera”.Para Gisela Heffes, había prácticas de tratamiento del embarazo que parecían distintas a las conocidas, pero había que aceptarlas y disfrutar la “dulce espera”.

Un combinado de posibilidades. Pero de un modo u otro dejar la tierra de origen es una experiencia liminal. Y aunque sin duda la mía fue una experiencia hasta cierto punto “privilegiada”, no es fácil ni fue fácil. La tierra a la que llegué no sustituyó la que dejé, pero tampoco me fue enteramente ajena. Devino un sitio en donde el cuerpo, la voz, la mirada, me obligaron a moverme, a hablar, a ver y observar, a escuchar y sentir desde una posición inédita, en la que no me había apostado previamente y que revelaba mi condición de neófita. El decir y oír palabras inexploradas –a pesar de conocer la lengua– el mirar, oler, sentir, palpitar, y reaccionar con el cuerpo atravesado por una topografía física, mental, psicológica, emocional e incluso epistemológica u ontológica, me atiborró con la torpeza típica del principiante.

Me gusta la idea de dislocamiento a pesar de tantas otras opciones (desarraigo, destierro, desplazamiento, exilio voluntario). Imagino un dislocamiento del hombro, de la cadera. Ese dolor intenso que impide que el lenguaje se manifieste. O que se manifieste en toda su plenitud.

Maternidad. 1. f. Estado o cualidad de madre.

Dar a luz fuera de la tierra de origen, dislocada sin ser forzada a partir, dejar la patria –que en un mundo ideal sería matria: ese matriarcado ansiado, un regreso al oikos que te arropa, te envuelve, te abriga y te nutre. Del griego, oikos significa “casa”. Dar a luz, parir: experimentar un estado o cualidad de madre permanente. Vivir en el exilio del yo. Y habitar otro exilio, el del cuerpo que se mueve en otra lengua –y otra tierra. Un yo fuera del yo fuera del cuerpo. Esa posición física enajenada que yace fuera de sí también determina al lenguaje. Y lo define. El sonido que el cuerpo emana, por ejemplo, varía de frecuencia, y, de igual modo, la vocalización y la cadencia. Si la maternidad es exilio, el desalojarse del cuerpo-territorio en la que una persona nació (yo, en este caso) ¿cómo es ser madre en el exilio? ¿Cómo es ser madre en otra lengua? ¿Cómo es parir en inglés (o para el caso francés, alemán, chino, hebreo, rumano, etc…)? ¿Y cómo es el cuerpo cuyo vientre fecundo te obliga a desplazarte con el soplo de otro ser que te habita?

Gisela Heffes con su hija. Ahora tocaba educarla, pero sin resignar su carrera profesional.Gisela Heffes con su hija. Ahora tocaba educarla, pero sin resignar su carrera profesional.

Regresemos en el tiempo. La mujer está embarazada. Antes, tuvo un aborto espontáneo (no me gusta “aborto espontáneo”, prefiero el término miscarriage, en inglés, porque el mis que precede al carriage concentra pérdida, acumula vacío y solidifica dolor). Pero mis(s) no sólo atañe al verbo “perder” sino también “extrañar”. Es perder esa carga preciada, pero extrañarla. Añorarla aún sin llegar a ser. Extrañarla tremendamente. La mujer que ensaya ser madre regresa al ginecólogo y, por fin embarazada, acoge la noticia de que su bebé es un breech baby. La ignorancia por no saber cómo lo llaman en su tierra la abruma. Recurre al diccionario. El vacío se redobla con la ausencia de referentes. ¿Cómo le dicen al breech baby en Argentina? Una enciclopedia sugiere bebé de nalgas. Pero en Argentina no se usa la palabra “nalgas”. Ese diccionario apunta a otro español. Un español disonante para la madre. Misma lengua pero no. Un ¿bebé de culo? ¿De cola? ¿De trasero? La madre de la madre le explica que ella también fue un bebé de culo-cola-trasero-nalgas. Que se dio vuelta antes de nacer. Que el obstetra –esos de antes, que hacían magia sin someterte a una cesárea– la sacó con sus habilidades magistrales por la cola un 26 de noviembre de 1971 en la clínica Marini (ya no existe). Pero en EEUU, un bebé de culo-cola-trasero-nalgas requiere cirugía.

La obstetra le sugiere que den vuelta a su bebé antes de dar a luz (“dar a luz”, otra expresión que no encuentra equivalente en inglés). Esa operación sin cirugía pero con las propias manos de la obstetra la titulan, en la tierra que ahora habita, External Cephalic Version (ECV). Google Translation le ofrece una traducción bastante literal: “versión cefálica externa”. Este procedimiento consiste en dar vuelta con la mano experta de la obstetra al bebé, sin cirugía, en el hospital, y conectada la madre a múltiples monitores. Pero, y a pesar de someterse a tal ejercicio dactilar, el bebé volvió a darse vuelta.

Inconsciente de este gesto rebelde y contestatario que se efectuaba en su vientre enorme y cilíndrico, cuando las contracciones llegaron, y la beba de culo-cola-trasero-nalgas rebotaba contra el umbral del canal de parto, hubo que aceptar que tendría una cesárea pese a tanto y pese a todo. Le ataron las muñecas; la crucificaron en una camilla horizontal. La desnudaron y la volvieron a cubrir con sábanas de papel esterilizado. Abrieron un hueco en forma de rectángulo al que se arremetieron, médicos y enfermeras, con tijeras metálicas, bisturís, agujas e hilos, para arrancar, con vida y rozagante, el cuerpo pequeño de su hija. La madre no recuerda si gritó en inglés, español o castellano. Si sus lágrimas exaltadas y eufóricas desplegaban un rictus idiomático local o extranjero, o se expandían, como el cuerpo trémulo, a la emoción desenfadada y feliz de la maternidad.

Amamantar. 1. tr. Dar de mamar. Sin.: lactar, atetar.

Lo primero que la madre nota, cuando recobra la conciencia, es a su beba en su pecho llorando, y a su lado, una enfermera con uniforme diferente que la espía desde un costado del ojo. La madre tiene la lengua un poco atascada. Le habla, quien sabe en qué idioma, pero a la enfermera parece no molestarle. Su misión es otra. No es policía de la lengua sino policía de la teta. Deposita unos folletos sobre la mesada junto a la camilla. La mira ahora de manera un poco más directa. Desde un centro que se despliega hacia adentro. La madre no puede percibir, exactamente, de qué se trata. En inglés, le pregunta si considera amamantar a su hija. Por qué no, piensa la madre, pero no alcanza a decir nada ya que el dolor intenso del posoperatorio, sumado al llanto de su hija, que la perturba, no le permite extender su concentración más allá de esa órbita precisa. Le habla y le explica, agarrando su pecho y llevándolo a la boca de su hija que llora incansable de hambre y destierro, que si no le da la teta, la beba, tu beba, no se desarrollará saludablemente. No hay nada como la leche materna, remata. La madre cierra los ojos por un instante, aún bajo los efectos de los narcóticos que le inyectaron para paliar el dolor, para tajarla, y para inducir a su hija, y no logra entender por qué algo tan natural y orgánico de repente se torna una imposición cuasi fascista. La mujer le lastima el seno al obligarla a darle de mamar a su hija, y cuando la madre cobra un suspiro de lucidez, la empuja fuera de sí y le pide que se vaya. No recuerda si lo hizo en inglés, español o castellano. Lejos de la vigilancia insidiosa de la mujer, madre e hija se enredan indivisibles en un hálito sin palabras.

Migrante; migrar. 1. intr. Trasladarse desde el lugar en que se habita a otro diferente. Sin.: emigrar, inmigrar, mudar.

En el país que habito, muchas mamás tienden a ser abnegadas. Conozco unas cuántas profesionales que archivaron el título de abogacía en el cajón luego de parir. Nuca supe si aquella abnegación es un vehículo inconsciente para autoconvencerse de que su rol de madre acredita tal sacrificio, o un cálculo meramente económico frente al alto costo de las guarderías o niñeras. Puede ser además la influencia puritana, que late en cada recoveco de esta tierra. En todo caso, ser madre que trabaja es otra forma de habitar el exilio, en el exilio mismo. A veces su hija dice I love you, mom! Pero cuando le recrimina que está “trabajando” y no le dedica su tiempo incondicional a ella, la desacredita con un lapidario never mind. ¿Acaso yo fui grosera, de chica? se pregunta sabiendo que la respuesta es afirmativa. ¿Acaso es esto el efecto búmeran de la genética? ¿O es algo que ella mamó de mi teta cuando apenas era una beba? Le responde en castellano, español, inglés. Por la noche, la arropa con un fragmento de Dailan Kifki. Good night, dice la hija, contenta. Ta mañana, responde la madre. Y así, cada día, mes, año, en el exilio de la vida y en la vida del exilio, entre lenguas que se rozan y confunden, entre gestos y muecas y ademanes disonantes.

Enfocar. 1. tr. Hacer que la imagen de un objeto producida en el foco de una lente se recoja con nitidez sobre un plano u objeto determinado. Ant.: desenfocar.

Parir en el exilio se asemeja a un impulso por encuadrar la experiencia presente en un marco obstinado en borrarse. Es vivir fuera de foco: la guardería y el colegio, los amigos y las vacaciones, la salud, la terapia, la ortodoncia, la pubertad, la ropa, los modos de comer y de vestirse, de hablar, pararse, esperar, saludar. Desde mi nervio óptico, echar los cimientos en una esfera otra es transcribir las vivencias íntimas e inalienables en un intento por delimitar el foco, enfocar lo que no cabe en el marco del lente porque el marco es, en efecto, otro, el medium es otro, el plano es otro. Pura divergencia. Una existencia en continua asonancia. En la esfera que es la tierra que uno habita, el ser madre, parir, amamantar, cuidar, abrigar, cantar (“Manuelita vivía en Pehuajó” y “The Itsy Bitsy Spider”) es anidar lo recóndito. Gravitando al ras del suelo, los huesos arrebatados de cuajo y sus extremos dislocados ovillan el cuerpo desterrado, su voz, la mirada, los pies. Las manos. Y en el gravitar, esparcen semillas ansiosas de ímpetu y arraigo.

Gisela Heffes es escritora y enseña literatura y cultura latinoamericana en la universidad de Johns Hopkins. Sus publicaciones más recientes son el ensayo crítico “Visualizing Loss in Latin America: Biopolitics, Waste, and the Urban Environment” (2023), las novelas “Ischia” (Deep Vellum, 2023), “Cocodrilos en la noche” (2020; 2023), el poemario bilingüe “El cero móvil de su boca / The Mobile Zero of Its Mouth” (2020) y “Aquí no hubo ni una estrella” (2023). Es co-editora de “The Latin American Ecocultural Reader” (2020), “Pushing Past the Human in Latin American Cinema” (2021), “Un gabinete del futuro” (2022) y “Turbar la quietud” (2023).

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