SOCIEDAD
Mi último juego de fábricas es perfecto para un loco del género. El problema es que se basa en lo que peor se me da en Factorio y Satisfactory

Hay un antes y un después en la vida de un jugador de videojuegos, y viene marcado por cuando le da una primera oportunidad a los juegos de fábricas. Algo tienen esas condenadas cintas transportadoras que pueden llegar a obsesionarte hasta el punto de cerrar los ojos y seguir viendo esos minerales convertirse en lingotes, esos lingotes en tuercas y así sucesivamente. Cada uno tiene su gimmick, su seña de identidad, pero en esencia estás haciendo tareas similares ya sean juegos 2D como Factorio, mezclados con la supervivencia como Satisfactory o que hasta te permitan explorar el universo como en Dyson Sphere Program.
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El último que ha caído en mis manos ha sido Rise of Industry 2, la secuela del celebrado título nacido previamente en Itch.io que mezclaba los clásicos citybuilders que todos conocemos, pero abordándolos desde el punto de vista del magnate industrial que opera al lado de la ciudad y no del alcalde de la misma. Esto hace que las líneas de producción sean lo que vertebra el título, pero también una base sobre la que disponer sus otras mecánicas.
Y es que mientras en el resto de juegos del género los recursos, aún finitos, no marcan necesariamente una derrota en la partida, aquí sí que tenemos que manejar una economía que es la protagonista del título. Rise of Industry 2, con su aspecto ochentero y vídeos cómicos al estilo Command and Conquer, pone sobre la mesa un complejo título sobre crear industrias, dominar toda una cadena de producción que va desde el petróleo a las cintas VHS ya en el tutorial; y que además cuenta con una herramienta clave que has de tener en cuenta: los contratos.
Demasiadas variables incluso para mí
Y es que no vale con crear productos cada vez más complejos, ya que nuestra economía y el balance de nuestra empresa es lo que nos permitirá colocar nuevos edificios, minas, laboratorios y, en general, ampliar nuestro plan de negocio. Nada de eso funciona sin contratos, acuerdos con los que podemos tanto vender los productos que hemos ido generando para acumular economía, como adquirir otros con los que acceder a nuevas oportunidades de negocio y/o producción. Este enfoque es el que ha hecho que este sea el juego de fábricas más difícil al que me he enfrentado.
Tus empresas tendrán organigramas de este estilo
La razón es que todo ha de estar perfectamente balanceado para que los contratos no caigan como si de un efecto dominó se tratase. Si produces 15 de petróleo a la semana, puedes vender dos bidones al día sin problema; eso es fácil de entender. Pero cuando de ese recurso dependen tienes varias cadenas de producción, y del éxito de estas, el poder cumplir con los pagos para otros contratos para materiales secundarios con los que producir los productos elaborados que empujan tu economía, la cosa se pone complicada.
En Factorio o Satisfactory, esto también existe, y es la optimización de la cadena de montaje. Si produces en una cantera 30 de hierro y cada fundición gasta en el mismo tiempo 10 unidades de ese recurso para crear lingotes, lo óptimo es tener tres hornos trabajando en paralelo. Esa idea básica se expande a todo el género, animándote a optimizar tus cadenas de montaje para progresar lo más rápidamente posible. El asunto es que en esos juegos no aparece un game over por no ser perfecto, mientras en Rise of Industry 2, se te empuja a ello si no quieres caer derrotado.
Entre Simcity y Factorio
El bucle jugable es simple; al menos a simple vista: extraer los recursos disponibles, comprar los que no tengas, y producir lo que tenga más sentido según lo que dicte el mercado. Sin embargo, tendremos que hacer cosas como crear hogares para los trabajadores, elegir a nuestro staff, llevar las relaciones con otras empresas o gestionar todo un árbol de habilidades que nos hará progresar; por no hablar de los residuos generados y que tienes que desechar, la compra de terrenos o gestionar cuestiones como préstamos.
Rise of Industry 2 puede ser interesante para quienes busquen un reto dentro del género, pero no tengo claro que esté tan pulido o sea tan satisfactorio como los retos avanzados de los buques insignia del mismo. Igualmente, necesita algo más de pulido para que las partidas a largo plazo no se vayan de madre con los contratos disponibles, y tampoco creo que su nuevo estilo gráfico tenga el encanto con el que sí contaba su precuela.
El juego de estrategia del momento tiene loco a Silicon Valley. Elon Musk está viciado y otros CEO hasta lo regalan a sus empleados
Ambicioso y con la capacidad de contentar a un nicho dentro de un nicho, Rise of Industry 2 es una apuesta arriesgada por parte de SomaSim que quizás necesite algo más de tiempo y alguna actualización adicional para llegar a un punto dulce donde tanto apele a un mayor número de gente, como que logre hacer más feliz a quien le dedique muchas horas.
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Mi último juego de fábricas es perfecto para un loco del género. El problema es que se basa en lo que peor se me da en Factorio y Satisfactory
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
José A. Mateo Albuerne
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SOCIEDAD
Cómo son las tomas con pernocte en los colegios Carlos Pellegrini y Nacional Buenos Aires
Una puerta cerrada y otra entreabierta marcan la entrada de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, ubicada en Marcelo T. de Alvear al 1800. Por encima, un cartel armado con cartulinas de colores anuncia: “COLEGIO TOMADO”. Desde temprano, estudiantes entran y salen del edificio. Algunos se quedan, otros colaboran unas horas y regresan más tarde. En el interior, los grupos que impulsan la medida se organizan por turnos. Hay comisiones encargadas de la limpieza, la cocina, la seguridad y la comunicación. La toma fue decidida el miércoles por la tarde, luego de una asamblea estudiantil que sesionó al mediodía, en un contexto atravesado por el paro docente.
La medida fue oficializada cerca de las 16.30 por el Centro de Estudiantes del Pellegrini (CECaP) a través de una publicación en redes sociales: “Escuela tomada. En defensa de la democracia. Ante las injusticias respondemos”. A partir de ese momento, el colegio quedó bajo ocupación estudiantil, en el marco de un reclamo que se expandió en las últimas 24 horas.
En diálogo con LA NACION, Delfina Carbajal, presidenta del CECaP, y Laura Zukerfeld, secretaria general, explicaron cómo se resolvió la toma. “Fue una discusión larga y no fue fácil, pero entendimos como juventud y como centro de estudiantes que hoy la democracia está en peligro y que tenemos la posibilidad y la obligación de defenderla”, afirmaron. “Entendemos que no podemos permitir que hoy se indique a quién se puede votar y a quién no. Eso nos remite a momentos de dictadura”, señalaron. Ambas coincidieron en que la resolución judicial de la Corte Suprema, que ratificó la condena a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, actuó como detonante, pero no fue el único motivo que motivó la medida.
“El contexto social y político es muy difícil y nos tiene muy preocupados como juventud. Nos preocupa la situación democrática, pero también cuál va a ser nuestro futuro. Acompañamos la lucha de los jubilados, de los trabajadores del Garrahan, de los docentes. Esto no es una cuestión partidaria, no es una cuestión ideológica. Más allá de la figura de Cristina Fernández de Kirchner, la preocupación es general y colectiva, porque afecta a la república y al sistema democrático”, señalaron.
Durante la toma, el ingreso y egreso del edificio permanece habilitado. “El colegio va a estar abierto para los estudiantes durante todo el día. A la noche cerramos las puertas por una cuestión de seguridad, pero hay estudiantes que vuelven a sus casas a bañarse, a buscar ropa, a comer o ver a sus familias, y luego regresan. Adentro nos organizamos para mantener las cuestiones de seguridad, de limpieza, de comida y todo lo necesario para sostener la medida”, explicaron.
Las representantes estudiantiles detallaron que la asamblea del miércoles tuvo dos momentos: uno informativo y otro resolutivo. “Primero fue para informarnos, para generar un espacio de debate para todos los estudiantes, y después para que cada uno pudiera expresar lo que quisiera decir. Al final se mocionaron las consignas, y nuestra consigna ahora es ‘defendiendo la democracia’, porque entendemos que tiene que ser la bandera”, indicaron.
La toma no tiene una fecha definida de finalización. “Por ahora no hay un momento estipulado. Estamos en asamblea permanente, se va viendo día a día”, explicaron. El viernes se realizará una nueva asamblea para evaluar la continuidad.
La decisión del Pellegrini se suma a la tomada el mismo miércoles por la tarde en el Colegio Nacional de Buenos Aires, ubicado en Bolívar 263. Allí, los estudiantes resolvieron la toma tras una asamblea que también se desarrolló al mediodía y que culminó con el inicio de la medida a las 17.30. En ambos casos, las discusiones coincidieron con un paro docente convocado por los gremios, por lo que la actividad académica ya estaba suspendida antes de las tomas.
Preocupados
“Cuando se dice que tomamos los colegios para perder clase, estamos acá para demostrar lo contrario. Mucha gente salió de su casa y vino, aunque no hubiera clases, porque estamos preocupados por la democracia y por nuestro futuro”, indicaron desde el CECaP. “No se están perdiendo clases porque ya había paro docente. La medida tiene un peso importante y no es una decisión tomada a la ligera”, señalaron.
Aunque la medida en las facultades de la UBA comenzó el mismo martes en que se conoció el fallo judicial, las tomas en escuelas secundarias comenzaron a definirse el miércoles por la tarde, con epicentro en el Nacional y el Pellegrini. En el caso del Pelle, la decisión se dio en un marco de menor presencialidad por el paro, pero aun así con una participación sostenida durante toda la jornada.
Las representantes del centro de estudiantes remarcaron que, si bien la condena a la expresidenta fue el desencadenante inmediato, hay reclamos más amplios. “La semana pasada hubo una marcha con varios sectores reunidos, y no fue casualidad. Esto es un conjunto de cosas que vienen pasando y no podemos permitir que sigan pasando. La gota rebalsó el vaso, pero el vaso ya estaba lleno”, explicaron.
Las tomas de las escuelas secundarias se suman a las que desde el martes mantienen los estudiantes en facultades como Filosofía y Letras y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Allí, el rechazo de la condena judicial se entrelaza con reclamos por recortes presupuestarios, el deterioro salarial docente y la situación crítica en áreas como salud, ciencia y educación pública. Las medidas universitarias se dieron en paralelo a la jornada de paro impulsada por Conadu y Conadu Histórica, que afectó la actividad académica entre el miércoles 11 y hoy, jueves 12.
El Colegio Nacional de Buenos Aires, también dependiente de la Universidad de Buenos Aires, presenta una escena similar. En una de sus entradas también cuelga un cartel que dice “COLEGIO TOMADO”. Desde la puerta principal, salen y entran estudiantes de distintas edades, algunos con bolsas de dormir y comida. “Estamos tomando básicamente por los ataques a la democracia que se vienen viviendo, tanto lo de Cristina como lo de Grabois, entre otros motivos. Son ataques a la democracia”, dijo a este medio el presidente del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires. Por el frío, varios chicos ingresan al edificio envueltos en frazadas. Allí también se prevé una nueva asamblea el viernes para debatir la continuidad de la medida.
Según informó La Cámpora Secundarios, además del Pellegrini y del Colegio Nacional de Buenos Aires, ya hay otras escuelas tomadas en la ciudad. Entre ellas figuran el Mariano Acosta, el Liceo 9, el Julio Cortázar, el IES Juan B. Justo y la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola. También están tomadas la Escuela Belgrano, la de Danzas Nº1, el Lenguas Vivas y el colegio Lengüitas.
En su publicación, la agrupación incluyó un mensaje que contextualiza la medida de fuerza: “Escuelas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires TOMADAS en contra de la proscripción a Cristina Fernández de Kirchner. Los pibes y pibas no nos resignamos a vivir en una Argentina de rodillas y sin memoria”.
En paralelo, aún resta confirmar la definición del turno mañana en el Mariano Moreno, mientras que en otras escuelas ya hay asambleas convocadas para hoy, como en el Normal 1, el Normal 8 y Cerámica 1, donde se votará si se avanza con nuevas tomas.
SOCIEDAD
La genialidad de Sarah J. Maas no está en sus historias, sino en cómo ha hecho que te comas tres sagas del tirón

Es uno de los fenómenos del momento. El romantasy ha alcanzado las cotas más altas que nunca desde que a Stephenie Meyer le dio por escribir Crepúsculo. Solo basta ir a una librería para encontrar decenas de propuestas que, todo sea dicho, parecen iguales. Pero eso no pasa con Sarah J. Maas. La autora de la saga ACOTAR, Trono de Cristal o Ciudad Medialuna ha sabido abrirse paso como un torrente y enganchar a toda una generación de adolescentes (y no tan adolescentes) con sus libros. Coge una marmita e introduce amor, escenas subidas de tono y todos los seres mitológicos que se te ocurran ¡et voliá! Sin embargo, más allá de una autora prolífica, las claves del éxito residen en otra parte; en una táctica muy inteligente que ya conseguido despertar interés por todas sus obras.
Las tres trilogías de la fortuna
En 2012, Sarah J. Maas escribió Trono de Cristal, su primera publicación y la que le abrió las puertas del estrellato. Sin embargo, no fue hasta 2016 cuando de verdad sus libros se hicieron populares gracias al lanzamiento de Una Corte de Rosas y Espinas. Vendido bajo la premisa de que se trataba de una versión adulta de La Bella y la Bestia, Feyre, Rhysand y Tamlin no tardaron en adueñarse del público. ACOTAR fue un pelotazo en Booktok y Bookstagram y consiguió colarse en la lista de bestsellers del New York Times
Ya en 2025, el éxito de la autora es imparable con un total de 19 libros publicados. Sus tres trilogías de oro (ACOTAR, Ciudad Medialuna y Trono de Cristal) siguen tan vigentes como desde el primer momento. Cada una de ellas se sitúa en un universo distinto, pero bueno, sabemos que hoy en día están de moda los multiversos ¿no?
El acierto de Sarah J.Maas ha sido un detalle muy pequeño, pero efectivo. Si te quieres asegurar la ventas de tu próximo mundo, tan solo tienes que meter un guiño a tu saga más exitosa. De esta forma, las tres trilogías estarán conectadas y todos los seguidores saltarán de libro en libro.
Puede parecer una tontería, ¿no? ¿Alguno de vosotros sabe alguna otra novela de Stephenie Meyer que haya despuntado igual que Crepúsculo? Desde La Huésped, con un éxito mucho menor, podemos decir que el público mainstream le ha perdido de vista. ¿Y qué me decís de J.K Rowling? Antes de ser cancelada, decidió escribir una novela sobre disputas vecinales que no llegó ni a la mitad de la mitad del éxito de Harry Potter. Por si os faltan argumentos, Sanderson, el rey de la novela fantástica a día de hoy, es otro genio del marketing.
No nos debemos extrañar. Vivimos en un momento donde el fanservice está a la orden del día. Hoy en día, no hay remake, continuación o nueva obra de una saga que no viva de rentas. Lo vimos en Star Wars con esa última trilogía, en Terminator, lo vemos en Marvel constantemente y seguramente lo veamos en la próxima serie de Harry Potter. Mercedes Ron también ha sabido dar las pinceladas de Culpa Mía en sus libros posteriores; por no hablar de la saga Maravilloso Desastre. Ya sabéis, hay que aprovechar recursos.
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La genialidad de Sarah J. Maas no está en sus historias, sino en cómo ha hecho que te comas tres sagas del tirón
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Raquel Cervantes
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SOCIEDAD
Ni el número 13 ni los gatos negros: los 9 objetos que traen mala suerte en casa y casi nadie lo sabe

Todos conocemos a alguien que evita pasar por debajo de una escalera o que tira sal sobre el hombro si se le cae. En el caso de los objetos del hogar, algunas creencias populares aseguran que ciertos elementos comunes pueden alterar la energía de la casa y hasta atraer mala suerte.
Acá te contamos cuáles son los 9 objetos que pueden estar jugando en contra de la buena onda de tu casa, sin que te des cuenta.
1. Espejos rotos
Este es un clásico. Se dice que tener un espejo roto trae siete años de mala suerte. Más allá de lo estético, muchas personas creen que un espejo en mal estado puede distorsionar la energía del lugar y reflejarla de forma negativa.
2. Relojes que no andan
Tener un reloj detenido en la casa simboliza estancamiento. Según la creencia, frena la circulación de energía, impidiendo el movimiento natural de las cosas. Si no se puede arreglar, lo mejor es sacarlo.
Leé también: Adiós a las malas energías: el truco para eliminar las vibras negativas de tu casa, según el Feng Shui
3. Paraguas abiertos adentro
Abrir un paraguas dentro de casa es una de esas supersticiones que muchas veces se cumplen “por las dudas”. Se cree que trae mala suerte porque genera un corte en la armonía del hogar.

4. Plantas secas o marchitas
Las plantas son símbolo de vida. Si están secas, marchitas o directamente muertas, se transforman en todo lo contrario: cargan la casa de energía negativa. Es importante cuidarlas o reemplazarlas por otras saludables.
5. Cosas rotas o que no sirven
Tener objetos rotos, trizados o que ya no funcionan puede simbolizar decadencia y abandono. Además de ocupar lugar, suman mala energía. Lo mejor es arreglarlos o dejarlos ir.
6. Cactus y plantas con espinas
Aunque muchas personas adoran los cactus por su bajo mantenimiento, hay quienes creen que sus espinas pueden atraer conflictos o tensiones dentro del hogar. Se recomienda tenerlos afuera o en espacios bien ventilados.
7. Cuadros o fotos tristes
Las imágenes tristes o de escenas melancólicas pueden afectar el ánimo del hogar. Según algunas corrientes energéticas, refuerzan emociones negativas en quienes las miran. Elegí cuadros que te transmitan alegría o paz.
Leé también: Las tres plantas que hay que tener en la puerta de tu casa para alejar las malas vibras y atraer la abundancia
8. Objetos heredados con mala historia
Si heredaste algo que viene de una situación complicada, como una separación conflictiva o una pérdida dolorosa, se cree que ese objeto puede conservar esa carga emocional negativa. Si te genera incomodidad, tal vez sea mejor guardarlo o regalarlo.
9. Rincones llenos de cosas
Las esquinas abarrotadas de objetos o muebles suelen bloquear la circulación de energía en la casa. Además, acumulan polvo y desorden. Mantener el hogar ordenado y con espacios libres ayuda a que todo fluya mejor.
Estas creencias pueden variar de una persona a otra, y no hay una verdad absoluta. Pero si sentís que la energía en tu casa no es la mejor, capaz vale la pena revisar qué tenés acumulado. A veces, hacer lugar y soltar cosas también es una forma de dejar entrar algo nuevo y mejor.
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