Los efectos adversos de la vacuna contra el Covid han sido motivo de preocupación en los últimos años, un tópico a veces alimentado por los tiempos inéditos en los que fue desarrollado el fármaco que permitió ponerle freno a la pandemia. Algunos de esos efectos adversos, reportados a través de diferentes informes en Argentina y en el mundo, fueron la trombosis y la miocarditis. Ahora, una amplia investigación da cuenta de datos positivos al respecto.

El trabajo, publicado en Nature Communications, fue dirigido por las Universidades de Cambridge, Bristol y Edimburgo, junto con el Centro de Ciencia de Datos de la British Heart Foundation, en Reino Unido. Analizaron registros médicos anónimos de 45,7 millones de adultos entre el 8 de diciembre de 2020 y el 23 de enero de 2022.

Relevaron la incidencia de enfermedades cardiovasculares hasta 26 semanas después de la primera dosis, segunda y el refuerzo, principalmente con las vacunas de Pfizer y AstraZeneca, usadas en ese país, y la compararon con las cifras previas a la vacunación. “Estos hallazgos respaldan la amplia adopción de futuros programas de vacunación contra el Covid-19”, afirman los investigadores.

“La incidencia de eventos trombóticos arteriales comunes (principalmente infarto agudo de miocardio e ictus isquémico) fue generalmente menor después de cada dosis, marca y combinación de vacuna. Del mismo modo, la incidencia de eventos trombóticos venosos comunes (principalmente embolia pulmonar y trombosis venosa profunda de las extremidades inferiores) fue menor después de la vacunación”, dice el informe.

El trabajo aclara que estos últimos resultados obtenidos con las vacunas contra el Covid-19 se dan “a excepción de las complicaciones raras previamente reconocidas”, que se asocian con ciertas patologías ya relevadas: “Las marcas basadas en ARNm, con miocarditis, y las marcas basadas en adenovirus, con trombocitopenia trombótica”, detallan.

El estudio, también consignado en Medical Xpress, mostró que “la incidencia de trombosis arteriales, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, fue de hasta un 10 por ciento menor en las 13 a 24 semanas posteriores a la aplicación de la primera dosis del Covid. Después de una segunda dosis, la incidencia fue hasta un 27 por ciento menor después de recibir la vacuna de AstraZeneca y hasta un 20 por ciento menor después de recibir la vacuna de Pfizer. La incidencia de eventos trombóticos venosos comunes, principalmente embolia pulmonar y trombosis venosa profunda de miembros inferiores, siguió un patrón similar”.

Agrega que “la mayor incidencia de eventos cardiovasculares después del Covid-19 está bien establecida y una explicación plausible para las reducciones en estos eventos después de la vacunación es que la vacunación previene el Covid-19, particularmente el Covid-19 grave. Sin embargo, cuantificar el papel mediador del Covid-19 en los efectos cardioprotectores de la vacunación está más allá del alcance de este artículo”.

Este hallazgo científico es clave contra los discursos antivacunas, que suelen hacer hincapié en las excepciones más que en la regla. “Este estudio realizado en toda Inglaterra ofrece garantías sobre la seguridad cardiovascular de las vacunas contra el Covid-19, ya que la menor incidencia de eventos cardiovasculares comunes supera la mayor incidencia de sus conocidas complicaciones cardiovasculares poco frecuentes. No encontramos complicaciones cardiovasculares novedosas ni nuevas asociaciones con las dosis posteriores”, asegura la publicación de Nature Communications.

En Argentina, en enero pasado el Ministerio de Salud había difundido por primera vez un detalle de los efectos adversos registrados por las vacunas contra el Covid aplicadas en el país. Allí se dio cuenta de que sobre un total de 64.010 efectos adversos registrados hasta ese momento (sobre más de 100 millones de aplicaciones), sólo 3.149 habían sido graves. Es decir, 2,7 de cada 100 mil dosis suministradas.

El trastorno con mayor incidencia de todos los clasificados se dio con la vacuna de AstraZeneca: fue el síndrome de trombosis, con una tasa de 0,05 cada 100 mil aplicaciones. En cuanto a los casos de miocarditis con la vacuna de Pfizer, la incidencia detectada había sido de 0.015 cada 100 mil aplicaciones.

En el país hoy se sigue aplicando de manera gratuita las vacunas de ARN mensajero, a las que en las últimas semanas se sumó la única desarrollada completamente en el país, la Arvac Cecilia Grierson, que el Estado no adquirió y tiene la particularidad de que se puede adquirir en las farmacias.

La Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNain) recomendó que a partir del año próximo la vacuna contra el Covid sea incorporada en el calendario nacional sólo para la población de riesgo, por lo que -en caso de que el Gobierno adhiera a ese consejo- las personas no incluidas en el esquema oficial deberían empezar a pagar en caso de querer vacunarse.