En un operativo poco frecuente para los agentes costeros, Prefectura incautó una lancha voladora en San Isidro que hacía maniobras riesgosas en el río y era tripulada por un hombre sin autorización ni documentación en orden de la embarcación semirrígida.

Un llamado al número de emergencias náuticas alertó sobre el barco volador que realizaba piruetas cercanas a la costa. La adaptada embarcación -una especie de ala delta adherido a un gomón– generó riesgo para otros navegantes y gente que estaba en la zona ribereña del bajo de San Isidro.

Ni un pájaro ni un avión. Según se observó en el video difundido por las autoridades, la embarcación fue modificada con una estructura, apoyada en sus laterales, para sostener un armazón con tubos y telas especialmente diseñadas para facilitar el vuelo. Tal cual lo utilizan quienes practican el deporte extremo de planear en ráfagas.

Esta llamativa nave en particular, fue equipada con ruedas para el transporte terrestre de la misma, además de asientos instalados especialmente para volar con pretensiones de seguridad, pese a la flojera de papeles.

De color gris, con detalles verdes en la parte superior de la tela aeronáutica, la lancha voladora fue registrada en diversas maniobras ascendiendo y descendiendo a altas velocidades, así como también tomando pronunciadas curvas imaginarias en el aire bonaerense.

El video muestra como la nave apta para tierra, cielo y agua, realiza un último acuatizaje en el canal costero antes de ser interceptada por las autoridades.

Allí ya se había desplegado un operativo con prefectos especializados, quienes comprobaron la situación y realizaron la correspondiente inspección.

Se constató que la embarcación anfibia voladora no contaba con nombre ni matrícula y era timoneada por un hombre que no acreditaba la titularidad y no poseía autorización para conducirla.

Además, se comprobó que la misma no se encuentra inscripta ante la Prefectura, por lo que fue secuestrada preventivamente, a la vez que se dio el insólito giro de tener que informar de la situación a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

En octubre de este año, del otro lado del Océano Atlántico, en las Islas Canarias, España, la Guardia Civil interceptó a una embarcación similar a la secuestrada en San Isidro.

Volaba a una altura aproximada de entre 50 y 100 metros y a una velocidad estimada de unos 30 nudos, comprobado por el radar del Instituto Armado.

El artefacto no estaba homologado por las autoridades para realizar esos tipos de vuelos en la zona y también el artefacto fue puesto a disposición de las autoridades.