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SOCIEDAD

Sellos negros: el Gobierno hizo cambios en la Ley de Etiquetado Frontal

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El Gobierno nacional dispuso cambios en la Ley de Etiquetado Frontal, que generó grandes polémicas en su debate y que está vigente desde el 20 de agosto de 2022. Con la publicación en el Boletín Oficial de una serie de actualizaciones al manual de la ley, se buscó “adecuarla a los estándares internacionales”, informaron fuentes oficiales.

En un extenso texto, la ANMAT realizó una revisión del manual de aplicación de la ley, en la que el punto más saliente es que los rótulos ahora informarán solamente sobre los ingredientes que se añaden para la elaboración de un alimento, es decir, cuánto más azúcar, sodio, grasas, y calorías tiene, además de los que de por sí posee ese producto.

“Por ejemplo, una mermelada de naranja tiene el azúcar de esa fruta, lo que de ahora en más se informará es cuánto de azúcar, sodio o grasas se le añade a su producción, siguiendo los estándares internacionales”, explicaron desde el Gobierno.

El de los nutrientes intrínsecos había sido uno de los puntos más cuestionados de la ley, no sólo por la industria sino también por algunos especialistas en nutrición.

Sergio Britos es director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y siguió muy de cerca el debate de la ley. El señala que este cambio es «un avance justificado científicamente» y que el perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en que se basa el etiquetado argentino «nunca supuso contabilizar a los nutrientes intrínsecos sino a los agregados».

«Los azúcares intrínsecos, los que ya forman parte de la matriz alimentaria, nunca deberían haber sido aplicados en el cálculo de los sellos; eso es válido para la lactosa de los lácteos o el azúcar que contienen una fruta trozada de algún producto; es más, en el caso de la lactosa, cuando al digerirse se descompone en sus dos azúcares constitutivos (glucosa y galactosa), ésta última (galactosa) es un azúcar que cumple funciones importantes como parte estructural de membranas de células nerviosas, eso incluso más allá del rol de la lactosa como favorecedora de la absorción de calcio», explica.

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En cambio, desde la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), que trabajó activamente por una ley de etiquetado frontal en el país, cuestionan el cambio y piden que se respete el largo debate que tuvo la norma con criterios claros para los cambios y convocando a especialistas de diversos espacios que puedan aportar evidencia.

«Las metas de ingesta de nutrientes críticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no distinguen entre intrínsecos y agregados. Hay un límite de ingesta de nutrientes críticos que uno no debiera superar y eso es lo que establecen las metas de OMS, que es en lo que se basa el sistema de perfil de nutrientes de OPS. Cualquier modificación que se establezca debe ser explicitada de acuerdo a los criterios científicos que la avalan y su impacto en la salud pública», señala Victoria Tiscornia, magister en Nutrición e investigadora en FIC Argentina,

Tiscornia advierte que los nutrientes críticos que provienen de alimentos ultraprocesados «tienen un impacto negativo en la salud sea intrínseco o agregado», y ve con preocupación que estos cambios puedan modificar la percepción del consumidor respecto de un producto que tendrá menos sellos de los que debería.

Como sucedió en la entrada en vigencia de la ley, cuando hubo demoras porque los fabricantes tuvieron que adaptar sus envases a las nuevas etiquetas (y, en algunos casos, directamente modificaron la composición del alimento para eludir el sello), los productos que ya están etiquetados bajo la normativa anterior continuarán a la venta hasta que se termine con su existencia, y las empresas, de ahora en más, deberán adecuarse a la nueva regulación.

Con la apertura de las importaciones de alimentos y la expectativa de que en los próximos meses sean todavía más los productos extranjeros que se lleguen a las góndolas de los supermercados, la disposición enfatiza que los que no tengan etiquetas ajustadas desde su origen deberán tener etiquetas adhesivas fácilmente removibles, para salir al mercado de acuerdo a los octógonos «argentinos».

Los cambios en la publicidad

La nueva normativa que dispuso la ANMAT introduce también cambios respecto de la publicidad. Y estos podrían abrir la puerta a una nueva polémica.

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Lo que dice ahora el anexo de la disposición 11378/2024 es que los productos que tienen al menos un sello de advertencia (incluyendo en estos las leyendas precautorias sobre edulcorantes y/o cafeína), no podrán promocionarse dirigidos de manera específica a los menores de 16 años.

«Queda prohibido publicitar, promocionar y/o patrocinar alimentos y bebidas analcohólicas envasados dirigidos especialmente a niños y adolescentes. Se considerará publicidad, promoción y/o patrocinio dirigido a niños y adolescentes cuando en la comunicación (relato publicitario) se encuentren elementos que resulten de interés y atractivo para ellos. Es decir, cuando en la comunicación se hagan presentes hábitos, comportamientos, estilos de vida, lenguaje, colores, bandas sonoras y/o temas que despierten interés en los niños y adolescentes», explica el texto.

Pero, explicita la normativa, “no se considerará publicidad, promoción y/o patrocinio dirigido especialmente a niños y/o adolescentes cuando en la comunicación se encuentren, de manera enunciativa, pero no limitativa la presencia de niños y adolescentes, elementos infantiles, mascotas, personajes de propiedad de la empresa o marcas registradas, entre otros. La presencia de estos elementos en una publicidad no determinará la franja etaria a la cual está dirigida la misma ya que se debe tener en cuenta el relato publicitario”.

¿Qué significa esto? La propia disposición da ejemplos. Cuando los niños integren un grupo con adultos, cuando los elementos infantiles o las mascotas formen parte de un decorado y, aquí, el punto más álgido: cuando los personajes de la marca «no posean características atractivas» para los chicos y mensaje a transmitir no esté dirigido a ellos.

Del mismo modo, las animaciones o dibujos animados estarán permitidos en la pieza publicitaria cuando «por su naturaleza, lenguaje y temática no estén claramente dirigidos a menores de 16 años: cuando busquen visualizar los logos, tipografías, demo de productos y otros elementos dentro de la publicidad, y cuando presenten un tono y lenguaje distintivo, pero no contengan un diseño y estética orientados a menores de 16 años».

«Estas excepciones pueden repercutir en la efectividad de la norma exponiendo a niños, niñas y adolescentes a publicidad de alimentos no saludables», reclamó Tiscornia, y sumó otra crítica: «La nueva disposición establece que se considerará niños a las personas menores de 13 años y adolescentes a las personas entre 13 y 16 años de edad. Este límite contradice la definición de niño adoptada por la Convención de los Derechos del Niño, que establece que se lo considera hasta los 18″.

Britos también pone la lupa sobre los cambios normativos respecto en la publicidad. Según la interpretación del licenciado en nutrición y docente de la UBA, esta nueva disposición publicada en el Boletín Oficial «es una cierta flexibilización de las restricciones que había. Si bien supongo que cada publicidad será evaluada caso por caso, entiendo que hay objetivamente un mayor grado de tolerancia«.

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No obstante, el especialista destacó como positiva una limitación que existía en la publicidad y que fue eliminada. En los llamados claims, esto es las declaraciones de propiedades nutricionales, a partir de ahora solo estarán prohibidas en «el nutriente crítico que se encuentre en exceso», pero no en los demás. «Hoy, por ejemplo, si un producto tiene un alto contenido de una vitamina o mineral pero tiene un sello de algún nutriente crítico, no podía comunicar aquel alto y buen contenido. Eso ahora sí se permite», señaló.

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Chris Columbus, director de Mi pobre angelito, recordó su pésima experiencia con Chevy Chase: “Decidí que no podía trabajar con ese tipo”

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En 1983, Chevy Chase y Beberly D’Angelo encabezaron la película Vacaciones, una comedia familiar con tintes picarescos que se convirtió en un éxito rotundo. En 1989, Warner Bros quiso retomar la historia y le propuso a Chris Columbus dirigir la nueva película. El realizador aceptó, pero al poco tiempo huyó despavorido. Según reveló el director de Mi pobre angelito y Harry Potter y la Piedra Filosofal en una entrevista publicada por Vanity Fair, tras una serie de “extrañas reuniones” con Chase, se dio cuenta de que “no podía trabajar con él”.

“Me contrataron para dirigir Vacaciones de Navidad. Y luego conocí a Chevy Chase”, recordó Columbus mientras hablaba sobre la exitosa película navideña de 1989. “Incluso, dada mi situación económica en ese momento, en el que necesitaba desesperadamente trabajo, me di cuenta de que no podía trabajar con ese tipo”.

Después de aquel primer encuentro con el actor, Columbus llamó a John Hughes, el guionista del film, y le dio la noticia de que él y Chase “no eran compatibles”. “Soy una de las tantas personas que no pudieron trabajar con él. Muy a mi pesar, lo llamé a John y le dije: “Esto es muy difícil para mí, pero no puedo hacer esta película con Chevy Chase’”, relató.

¿Qué fue lo que ocurrió en esa primera reunión? El director, guionista y productor lo resumió de esta manera: “Me senté frente a él. Estábamos los dos solos en aquella oficina. Claramente, él tenía que saber con quién se estaba juntando y para qué”, comenzó. Sin embargo, nada de eso ocurrió. “Hablé sobre cómo quería encarar el film, sobre cómo quería hacerlo. Él no dijo nada. Le brindé mi mirada durante media hora y él seguía mudo. A los cuarenta minutos de la reunión, me interrumpió y me dijo: ‘Esperá un segundo. ¿Vos sos el director?’. Yo le respondía que sí, que era quien iba a dirigir la película. Y me dijo la cosa más surrealista y extraña que escuché en mi vida”, continuó.

“Al día de hoy, después de tanto tiempo, sigo sin comprender nada de lo que dijo. Me miró y disparó: ‘¡Ah! Yo pensé que eras un baterista’. Incrédulo, pero con la intención de encaminar aquella charla, le respondí: ‘Bueno… Empecemos a hablar sobre la película otra vez’. Lo hicimos, pero a los 30 segundos me dio que se tenía que ir”.

A pesar de la mala experiencia, Columbus seguía pensando en formar parte del proyecto. Pero en un segundo encuentro, del que también participó Hughes, el director notó que para el actor, su presencia y sus palabras “eran básicamente inexistentes”. “Fue muy extraño… Ellos hablaron un montón de temas, excepto de Vacaciones en Navidad. Pasamos dos horas juntos y salí de la cena pensando: ‘No hay forma de que pueda hacer una película con este tipo’”.

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Su reacción fue inequívoca: “En primer lugar, en ningún momento estuvo involucrado en la conversación. Además, me trató como una mierda. ‘No necesito esto. Prefiero no volver a filmar y seguir escribiendo guiones’, pensé”.

Cuando Columbus le comunicó a Hughes que se bajaba del proyecto, lejos de enojarse, le respondió que lo “entendía completamente”. Inmediatamente, le envió el guion de Mi pobre angelito, la película navideña que se estrenaría en 1990, lanzando al estrellato a Macaulay Culkin. Aquel film terminó siendo “más personal”, según el realizador, y se convirtió en uno de los grandes clásicos de todos los tiempos.

Vacaciones de Navidad fue finalmente dirigida por Jeremiah Chechik y, además de a Chevy Chase y Beberly D’Angelo, incluyó en su elenco a Juliette Lewis, Johnny Galecki, Diane Ladd, John Randolph y Doris Roberts. A pesar de que se convirtió en uno de los éxitos del año, recaudó seis veces menos que Mi pobre angelito.

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