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Simeone reequilibra el derbi

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Simeone, durante el derbi de este jueves. EFE/Rodrigo Jiménez
Simeone, durante el derbi de este jueves. EFE/Rodrigo Jiménez (Rodrigo Jiménez/)

Madrid, 19 ene (EFE).- Sólo el Barcelona ha ganado más al Real Madrid que el Atlético de Diego Simeone desde que el técnico argentino tomó el mando del conjunto rojiblanco, protagonista de doce de las 106 derrotas de su ‘eterno’ rival desde entonces hasta ahora, incluidas las dos únicas del curso, y vencedor de dos de los últimos tres duelos contra ese rival, para reequilibrar un derbi que fue esquivo por tramos y durante mucho tiempo, 14 años hasta su llegada.

Entre la apoteosis del Metropolitano, con un golazo decisivo de Antoine Griezmann en el minuto 100, el 4-2 de este jueves en los octavos de final de la Copa del Rey, la octava eliminatoria consecutiva a único partido que va a la prórroga frente al Real Madrid, fue la victoria número 60 de la historia del Atlético sobre ese adversario en 236 encuentros…

Y doce corresponden a Simeone: un 20 por ciento de los triunfos en los derbis a lo largo de los más de 120 años de vida del Atlético llevan la firma del entrenador argentino, que se ha enfrentado en 42 ocasiones contra el conjunto blanco, con 14 empates (60 en total del equipo en toda su historia) y 16 derrotas (116 de su club en el global de todos sus duelos contra ese oponente).

Bajo su mando, el Atlético ha ganado el 28,57 por ciento, ha igualado el 33,33 y ha perdido el 38,10 de sus enfrentamientos con el Real Madrid.

En el global de sus duelos de todos los tiempos contra ese mismo contrincante, las victorias se reducen al 25,4 por ciento, los empates están en el 25,4 por ciento y las derrotas se disparan hasta el 49,1 por ciento.

Invicto en el 61,9 por ciento de sus partidos contra ese oponente ahora en la era Simeone (26 de 42), el Atlético, en el recorrido por su pasado hasta la actualidad, rebaja su promedio de encuentros sin perder contra el Real Madrid hasta el 50 por ciento (120 de 236) desde su primer choque, ganado por 0-1 por el club blanco en febrero de 1928.

Sólo el Barcelona ha sumado más victorias contra el Real Madrid desde que el Atlético es dirigido por Simeone, que debutó el 7 de enero de 2012 con un 0-0 ante el Málaga en La Rosaleda. El equipo azulgrana ha sumado 15 por las 12 de los rojiblancos. Más lejos quedan el Sevilla (6), la Real Sociedad (5), el Valencia (5), el Manchester City (4) y el Villarreal (4).

El 61,9 sin perder de Simeone contra el Real Madrid lo convierte en el cuarto entrenador con mejor porcentaje en ese sentido en todo ese periodo de tiempo, superado nada más por Thomas Tuchel, hoy en el Bayern Múnich, antes en el Borussia Dortmund, el París Saint Germain o el Chelsea, con un 87,5 de encuentros invicto; Pep Guardiola, ahora técnico del City, antes del Barcelona y el Bayern, con un 63,64; y Luis Enrique Martínez, actualmente en el PSG, en el pasado en el Barcelona, el Celta o el Roma, que no perdió en el 62,5 por ciento.

Sin embargo, desde que el preparador argentino aterrizó en el Atlético, ocho técnicos con más de cinco choques promedian más victorias que él contra el Real Madrid: Luis Enrique (50%), Pep Guardiola (45,45%), Xavi Hernández (44,44%); Paco López y Pablo Machín (42,86%); Thomas Tuchel (37,5%); Imanol Alguacil y Quique Setién (33,33%), pero con el matiz de que nadie se ha enfrentado tanto contra ese rival como Simeone: 42 veces.

Eso aumenta el riesgo mientras amplifica el mérito. El máximo de choques de esos entrenadores contra el Real Madrid es de doce desde 2012 hasta ahora, en el caso de Imanol Alguacil y Quique Setién, aunque ellos también manejaban bloques menos potentes que Simeone.

«En el fútbol no hay merecimiento, no hay revancha, hay un partido y una forma de jugarlo y creo que estos últimos tres partidos que hemos jugado contra ellos fueron muy parecidos», expresó este jueves Simeone, cuyo equipo le ha marcado 10 goles al Madrid en sus tres últimos choques, aunque, a la vez, ha recibido ocho, cinco en la Supercopa.

«Nosotros intentamos jugar de una manera. Ellos son seguramente el mejor equipo del mundo. Pueden hacer gol de contragolpe, de media distancia, de centro… Por eso ganaron casi todos los partidos. No es suerte, son muy buenos, pero nosotros también competimos bien y, como competimos bien, estuvimos siempre cerca de ganar», dijo.

«Es el mejor equipo del mundo con el Manchester City, posiblemente, en estos momentos. Son muy difíciles, tienen muchas herramientas… ¿Cuánto pierden? ¿No pierden casi nunca no?», reivindicó el técnico, cuyo Atlético le ha ganado al Real Madrid los únicos dos partidos que ha caído de los 29 que ha disputado en toda esta temporada, en la que ha recibido 27 goles en total. Diez de ellos (un 37 por ciento) con la firma del equipo de Simeone.

Iñaki Dufour

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Los aritos de la barbarie

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Corrían los años 90 cuando partí a los Estados Unidos para una “fellowship” de mitad de carrera, algo así como un espacio de investigación para dar un salto (…hacia dónde, no es claro). Al irme creí que ya era grande para los choques culturales. En gran parte fue así, pero hubo dos excepciones. Una, cuando, en un diálogo, alguien dijo que en el Estado de Massachusetts, donde vivía, los automovilistas eran muy violentos en su forma de manejar. Que sostuvieran eso en una ciudad en la que si uno pone un pie en la calle el coche frena para que uno pase y en la que los conductores paran de verdad ante las señales de “stop”, yo asumí, obvio, que era una broma. Y la festejé con una potente risa que ofendió a mi interlocutor. Lo decía en serio. Entre los prolijos cánones de conducción americanos, los de ese Estado tienen fama de figurar entre los peores. Pero como mi vara de comparación era Buenos Aires veía una realidad opuesta.

¿Cuál fue la otra sorpresa? Me había hecho amigo de una pareja “mixta”: ella, estadounidense de pura cepa; él, argentino. Habían tenido una beba hacía poco y hablando de lo que le regaló cada abuelo, pregunté quién había elegido los aritos. ¡Ay, muchachos, no lo hagan nunca! Metí la pata. ¿Pero no es acaso natural hacerle los agujeritos a las bebas apenas nacen porque así no sienten? Pues no, uno lo asume como tal pero ni es natural ni está aceptado universalmente. En los Estados Unidos se ve como un síntoma de barbarie por diversas razones: que la niña debe elegir si los quiere, que no puede ser una imposición, que es bueno que se hagan cuando ella ya se pueda cuidar. Mis amigos, entre sonrisas incómodas, me contaron que estaban en plena negociación, aún. Por las dudas, nunca volví a preguntar.

El mundo es global pero hay raíces culturales que tardan en asimilarse: se vinculan a lo más profundo, a lo visceral, a lo que creemos que ha sido dado así por una fuerza divina. ¿Cómo, entonces, no sentirse extraño ante lo que en teoría no puede ser, pero es? Respirar hondo y abrir la mente, no parece haber otra opción

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