En el hall de la sede de Belgrano de la Escuela ORT vibra una atmósfera de entusiasmo y vanguardia. Más de 35 proyectos estudiantiles exponen las diferentes creaciones que nacieron dentro del ámbito educativo. Plataformas web, aplicaciones, videojuegos, realidad aumentada, impresión 3D y otras propuestas del mundo tech se postulan como un motor de innovación con impacto social.

TIC Experiencie es el evento anual de la especialización llamada «Tecnologías de la Información y Comunicación» (TIC) en la cual los estudiantes presentan trabajos curriculares durante dos jornadas frente a la comunidad académica y familiar. Esta semana celebró su edición número 17.

Storytime es la propuesta desarrollada por cinco alumnos de quinto: Emma (17), Tomás (18), Francisco (17), Martín (18) y Martina (18). El nombre hace referencia a un espacio de lectura conciso que, por su capacidad de adaptación, puede revolucionar la oferta literaria. Se trata de una página web que utiliza inteligencia artificial (IA) y pictogramas, signos visuales icónicos con ilustraciones cautivadoras, para permitir que personas con discapacidad intelectual puedan diseñar y escuchar cuentos a su medida. Cada relato es una experiencia personalizada que transforma las ideas en narraciones envolventes dentro del universo de la imaginación.

“Había una vez un globo rojo muy valiente llamado saltarín. Le encantaba flotar y ver el mundo desde arriba”. Así comienza la historia titulada “El globo valiente”. “El lobo lector y el gato ilustrador: aventuras en el aula” es otro de los innumerables cuentos que se pueden crear mediante el uso de esta valiosa herramienta.

¿Cómo funciona? El usuario puede elegir una o múltiples categorías de personajes (perro, lobo, globo, superhéroe), escenarios (castillo, casa, colegio, shopping) y temáticas (divertido, estudios) que le resulten de interés para construir una historia. Al clickear en el botón “crear” aparece el texto con su correspondiente audio: se adapta para ser escuchado o leído.

“Desarrollamos un promp que se termina de completar con la elección que se haga en la página web. Este le otorga contexto a la IA para que arroje un resultado preciso en formato texto y auditivo», analiza Martín. Vale aclarar que el promp es un modelo de lenguaje que utiliza algoritmos avanzados para generar texto coherente en función de una indicación o sugerencia inicial.

La semilla de este proyecto germinó en el ingenio de Martín. Tras 40 noches de lectura, se le habían acabado las ideas para entretener a su hermana menor. Entonces pensó que la IA podía ayudarlo a renovar de forma indefinida el repertorio de cuentos. “En una plataforma subimos nuestras ideas y, en base a los intereses, formamos los equipos de trabajo. Nos gustó la idea y la presentamos. Al profesor con el que empatizamos se le ocurrió adaptarla a personas con discapacidad intelectual”, completa Emma.

Demo es otra de las propuestas (está a cargo de Micaela, Shira y Sofía) y busca fomentar la la actividad física en adultos mayores en residencias y espacios de cuidado a través de un juego interactivo (por medio de un botón con sopapa) para que el movimiento sea parte de la rutina diaria, mientras una app de escritorio registra el progreso.

Los proyectos tienen impacto académico en la currícula, porque los alumnos deben presentar los avances en diferentes instancias de evaluación. “No se limitan a la producción de conocimiento sino que se vinculan con el mundo real, ofreciendo una respuesta a una necesidad o demanda particular. Al finalizar el ciclo, los graduados pueden cederlo, continuarlo como emprendimiento o dárselo a la institución”, señala Darío Mischener, director de TIC.

En cuanto a su implementación, los creadores de Storytime subrayan que la posibilidad de generar un libro en base a los gustos de cada usuario permite potenciar las actividades en los colegios porque las hace más entretenidas y las convierte en útiles para cualquier ocasión.

“El hecho de personalizar la lectura en niños que todavía no adquirieron la lectoescritura contribuye a que puedan aprenderla libremente y sin la necesidad de un intermediario”, agrega Fran. De hecho, la hermana de Martín sigue la historia con la vista a medida que la escucha y eso la está ayudando en su proceso de aprendizaje.

El destino del proyecto todavía no está decidido, pero sus autores están abiertos a poder ampliarlo con nuevas categorías como “cosas a aprender”. “Así, por ejemplo, un estudiante podría aprender el proceso de la fotosíntesis con su personaje favorito”, aventura Emma.

El desarrollo de Storytime les llevó 3 meses de trabajo, pero hubo una etapa previa de investigación y validación. El recorrido fue vertiginoso y representó diversos desafíos. Los 5 estudiantes aseguran que fueron aprendiendo a manejar nuevas herramientas tecnológicas mientras el proyecto iba tomando color y forma.

¿Cómo distribuyeron los roles? Emma y Tomás se encargaron de la base de datos y de las interacciones entre la interfaz y la pantalla; Francisco se encargó del frontend, es decir, trabajó la parte visible del sitio web con la que los usuarios pueden interactuar directamente y diseñó el formulario para enviar a la base de datos; Martín llevó adelante las conexiones con la IA y el prompt engineering (para generar resultados específicos basados en la calidad de las indicaciones proporcionadas) y Martina adaptó el diseño de la propuesta, con colores pasteles y una tipografía simple, universal y mayúscula, para que pueda ser utilizada por los chicos con discapacidad.

Como una usina de formación social, TIC, que cumple 20 años de historia y lo celebra con un álbum de figuritas virtuales, ofrece la posibilidad de acceder a un espacio con lineamientos curriculares integrales de educación tech, bajo la tutela de docentes especializados, para desplegar el aprendizaje obtenido al servicio de la sociedad.

¿Por qué eligieron esta orientación? “Me llamó la atención la idea de poder crear mi propio proyecto en grupo y presentarlo ante una comunidad”, confiesa Emma, que seguirá medicina. “Para aprovechar la oportunidad de ampliar un conocimiento que abra nuevas puertas”, dice Tomás, que estudiará economía empresarial. “Explorar un mundo tecnológico que evoluciona con el tiempo”, define Francisco (cursará estudios internacionales). A Martín lo movilizó su pasión por las computadoras, los sistemas, la programación y el campo empresarial y va a estudiar negocios digitales.

“Desde ORT retroalimentamos nuestro proyecto educativo con la industria y las universidades, brindándoles a los estudiantes una propuesta que se mantiene renovada y actualizada”, se enorgullece Mischener.